Hanzo Senju

Un hombre de estatura entre los valores promedio para su edad de un metro setenta y seís centímetros, contextura física de atleta con los musculos definidos, sin ningún tipo de cicatriz en su cuerpo; Excepto por unas marcas de nacimiento en su rostro de color rojo, una en cada mejilla y una exactamente en el medio del mentón, lo cual lo hace destacar entre los demás. Su peso es reciproco a su estatura y musculatura siendo este setenta y ocho kilos.

Utiliza un corte de cabello medio largo, en puntas, y su color es gris claro recibiendo la luz solar puede verse de un color casi amarillo, es otro de los rasgos característicos del muchacho. El color de sus ojos es poco peculiar en los integrantes de su familia, la mayoría son de ojos claros u obscuros, por otro lado, Hanzo los tiene de color rojos; Aunque la cuenca de sus ojos es pequeña sus pupilas son grandes, y tiene una mirada penetrante e intimidante.

En cuanto a su vestimenta suele usar un kimono de color azul y pantalones de un tono más oscuro, sandalias descubiertas y un protector que cubre su frente y mejillas. Para misiones lleva un traje completo negro y encima una armadura de combate de color azul, y su cuello lo cubre con un pedazo de piel de animal de color blanco.

Tobirama Senju // Naruto

Hanzo es un hombre totalmente serio, de pocas palabras y, en ocasiones puede ser un gruñón, sus compañeros lo ven como un anciano por su personalidad. Poco amante de los chistes, de hecho, su sentido del humor es muy pequeño. No es fácil hacerlo molestar, pocas cosas lo disgustan, aunque existen días donde pierde la cabeza fácilmente y llega a quejarse sobre casi cualquier cosa. Por otro lado, es un buen compañero y amigo, mientras no lo saques de sus casillas. Un buen muchacho con muchas cualidades y defectos, como cualquier otra persona, porque en el mundo nadie es perfecto. Entre sus defectos podemos encontrar el poco tacto que tiene al hablar, y también es un poco tosco actuando, acerca de su sensibilidad podría decir que está casi extinta, aun queda, pero en el fondo de su ser.

Un estratega nato, muy inteligente y perceptivo, capacitado para encontrar una solución incluso en la situación más compleja. Estudiante de altas calificaciones y estudioso como ninguno, en la academia solían llamarlo rata de biblioteca debido a conocer con excelencia la teoría, sobre todo, y en la práctica también destacaba, con una que otra falla, pero nada de gravedad. Pero todo ese conocimiento no era de ayuda cuando se trataba de señoritas, también puede culparse su forma callada de ser, además le sumamos el poco romanticismo que tiene en temas de esos. Le presta atención mínima cuando se trata del amor, quizá por ello sigue siendo un solitario.

Parece tener ojos de águila, muy detallista; No deja que nada se le escape de su rango visual, un atributo muy importante en la vida de un shinobi… Uno no puede andar por la vida sin notar las cosas ya que eso podría acabar en un desastre.

Muy bueno para el trabajo en equipo, no es de muchas palabras, pero si congenia de fácil manera con otras personas, más rápido si hay una misión en medio. Puede ser una buena cabeza de equipo, aunque prefiere colaborar y a veces le parece aburrido tener que dar las ordenes, siempre existen rebeldes y eso lo haría obstinar por completo; Por lo que perdería la cabeza y terminaría golpeando a esa persona, se supone que eso no debería suceder y terminaría siendo regañado por su actitud. Y esa razón lo hace preferir ser un miembro medio del equipo, proporcionar ideas y ver si las aceptan.

El niño de en medio, ese era Hanzo en su familia, y el más serio de los tres. Tenía una humilde casa en el suburbio de la aldea de la hoja, una residencia acogedora y con todo lo necesario para convertirlo en un hogar. Su apellido era conocido en todo el mundo, Senju, una familia importante para el país del fuego y también una de las más antiguas, donde quiera que iban los reconocían; En especial a sus padres y hermano mayor, el todavía era pequeño y sus responsabilidades eran cuidar de su hermana menor, limpiar la casa y un par de oficios. Todo transcurría con normalidad, asistía a la academia por las mañanas y por las tardes realizaba sus tareas, su tiempo libre lo aprovecha para entrenar y en raras ocasiones va al parque para socializar o cualquier lugar frecuentado por sus compañeros de academia.

La vida era simple, eran tiempos felices; Pero la vida no puede soportar la idea de que todo vaya excelente y, siempre encontrara la forma de arruinar las cosas para su propia diversión.

Su hermano mayor era un ninja excelente, siempre ocupado de misión en misión y era muy poco el tiempo que pasaba por su casa; Hanzo lo extrañaba bastante, cuando era más pequeños pasaban la mayor parte del tiempo juntos y ahora era imposible hacerlo, porque nunca tenía tiempo para compartir con el y en el momento que lo tenía lo aprovechaba para tomar un descanso de todo el trabajo. Por lo tanto, solo podía estar con su hermana, un bebe de unos cuantos meses, no era tanta la diversión que podía conseguir de ella.

Todo cambiaría drásticamente en una misión fallida, un grupo de shinobi tenía un trabajo de infiltración en una aldea enemiga y debían substraer una información importante de aquel lugar, pero los esperaban con una emboscada. Era extraño como las personas podían presentir las cosas, y a veces cuando se dejaban llevar por su instinto solían tener la razón. Esa noche el pequeño Hanzo tenía un mal presentimiento y le recomendaba a su hermano no asistir a su misión; Obviamente se rehusó a hacerle caso, no atender su deber era una falta de respeto y faltaría a su honor, su hermano menor no estaba equivocado. Un destino atroz para los presentes, solamente una persona quedo viva, mal herida, pero capaz de volver a su aldea para llevar con el la noticia de lo ocurrido. Caería como un balde de agua fría en la familia debido a que su hermano había perdido la vida esa noche.

No lograba entender lo sucedido su hermano era un shinobi ejemplar y por sus habilidades era casi imposible que cayera en una emboscada, en la historia había muchas piezas por encajar, y eso traía interrogantes que no serían respondidas a un niño y mucho menos a la familia del desprestigiado fallecido, las aldeas tenían sus secretos y al parecer ese era uno.

El tiempo pasaría y poco a poco curaría las heridas, pero estas nunca cerrarían por completo, el muchacho creció con rencor y con la idea de encontrar un culpable de lo ocurrido. Tal vez fue positivo porque puso el mayor esfuerzo para ser uno de los mejores y más fuertes. Su paso por la academia fue destacable, sacando las notas más altas y siendo uno los primeros. Gracias a su inteligencia y habilidades natas para el ninjutsu logro pasar su examen con facilidad y luego de eso recibiría su protector de la aldea para corroborar su ascenso a Genin.