Reglas

MADARA CHRONICLES

¡Bienvenido a Madara Chronicles! Foro de Naruto interpretativo donde buscamos que el usuario se encuentre con la mayor de las comodidades y disponga de opciones para crear y desarrollar su personaje dentro de una ambientación, permitiendo que cobre importancia con el paso del tiempo y de su propio desarrollo.

Actualmente estamos en fase Beta, pero trabajamos duramente para dar una experiencia nueva y única para el usuario, con multitud de ideas y proyectos que esperamos que pronto vean la luz.

¿Por qué no te animas a formar parte de este gran proyecto? ¡Te esperamos con los brazos abiertos!
Últimos temas

MASTER

WEBMASTER

AKIRA

CO-WEBMASTER

KAZUKI

CO-WEMASTER

SHIORI

MOD. GENERAL

KAZAMA

REGISTROS

MIYAMOTO

REGISTROS

VACANTE

VACANTE

VACANTE

VACANTE

VACANTE

VACANTE

Staff
CENSO ABIERTO

¡Todas las aldeas abiertas! Excepto Konohagakure, que se encuentra cerrada.

OTOÑO — ¡HALLOWEEN!

“Cuando no haya más espacio en el infierno, los muertos caminarán sobre la tierra.”

Awards
Vacante
Vacante
Vacante
Vacante
Vacante
Vacante
¿Sabías que...
Madara Chronicles es un foro basado en la obra de Masashi Kishimoto "Naruto" y "Naruto Shippuden", utilizando tan solo su ambientación y personajes para crear una trama propia.

Todo el contenido producido en el foro es propiedad de sus creadores originales, así como el contenido administrativo es propiedad del Staff. La estética del foro proviene del usuario Akira Aoi, agradeciendo a Foroactivo, W3Schools y otras páginas webs por su tutoriales.

Las imágenes son propiedad de Deviantart, Google Imágenes, Wikis de Naruto, Pinterest y Zerochan, fueron modificadas y adaptadas al diseño del foro, por lo que igual se agradece a estos portales.
Últimos temas
» [EXPEDIENTE] Rei Yuki
por Rei Yuki Miér Ene 15, 2020 2:39 pm

» [Registro] Sangre
por Master MC Miér Ene 15, 2020 1:43 pm

» New to this.
por Rei Yuki Miér Ene 15, 2020 1:41 pm

» [MISIÓN] rango c::Una serpiente un guerrero de la arena y un desertor[PASADO]
por May sarutobi Lun Dic 16, 2019 2:35 am

» [Registro] Temas Cerrados
por Sabaku Tsunayoshi Sáb Dic 14, 2019 1:00 pm

» [MISIÓN] ONE PIECE REBIRTH/ÉLITE[PRESENTE]
por Invitado Sáb Dic 14, 2019 12:58 am

» Deseo... [Minijuego]
por Yūki Noaru Dom Dic 08, 2019 7:46 am

» [SOCIAL] Viviendo una plegaria | Orochimaru[PASADO]
por Yūki Noaru Dom Dic 08, 2019 7:38 am

» [MISIÓN] [RANGO D] CACERÍA POR LA SUPERVIVENCIA - EL NINJA RUBIO ENTRA EN ACCIÓN[PRESENTE]
por Registros MC Sáb Dic 07, 2019 9:08 am

» [Entrenamiento] El chakra. Un punto importante.
por Registros MC Sáb Dic 07, 2019 9:03 am

» Muerto el perro se acabó la rabia [Misión Rango C] [Sabaku Tsunayoshi y Yugen Nendo]
por Sabaku Tsunayoshi Dom Dic 01, 2019 2:43 am

» [ENTRENAMIENTO] Una notable diferencia[PASADO]
por Sabaku Tsunayoshi Dom Dic 01, 2019 12:03 am

» [Peticiones] Administrativo y extraordinario.
por Meliodas Mar Nov 26, 2019 9:39 pm

» [Registro] Solicitud de Misiones
por Registros MC Mar Nov 26, 2019 7:37 pm

» Ciudad Silenciosa { Afiliación Élite }
por Invitado Mar Nov 26, 2019 7:07 pm

» ¡Ilusiones en el Desierto! [Misión Rango D]
por Sabaku Tsunayoshi Lun Nov 25, 2019 2:51 am

» Fanfics Naruto [Élite]
por Invitado Dom Nov 24, 2019 9:18 am

» [REGALO] ¡Encuesta de bienvenida!
por Meliodas Sáb Nov 23, 2019 3:19 am

» [TRAMA]Cronología[PASADO]
por Master MC Vie Nov 22, 2019 2:52 am

» [Registro] Equipos Ninja
por Orochimaru Jue Nov 21, 2019 3:38 pm

Élite [25/102] Vida Cotidiana - Parte II [Solitario] 40 Vida Cotidiana - Parte II [Solitario] 3lf1VlO Time Of Heroes Vida Cotidiana - Parte II [Solitario] 40x40_zps8zack2u9
Hermanos [2/6]

Vida Cotidiana - Parte II [Solitario]

0

0

PD

0

SP
Tenma Uzumaki



H
abían transcurrido un par de horas desde que había sonado la campanilla del restaurante, y la inquietud de la tormenta apaciguada. Las calles de la aldea se habían hundido entre la nieve, provocando que algunos habitantes salieran de sus casas para liberar las entradas y las mismas calles con alguna escoba.

Un frondoso cabello dorado bajo un gorro de lana apareció en escena entre la poca gente que había. Parecía ir más suelta que de costumbre, con un vaivén de caderas que se tornaba un poco llamativo. Las botas apartaban la poca nieve bajo sus calzados, atrayendo la atención a más de uno con esa seguridad tan distintiva, pues, sencillamente, aquella joven era la nieta de un conocido comerciante de telas. Se rumoreaba acerca del problema que no sólo a ella le afectaba, sino también a otra jóvenes contemporáneas a su edad.

Ella era la quinta víctima de las noticias de acoso que había estado pululando por la aldea, siendo las demás apenas mujeres de la comunidad. Sin embargo, debido al estatus social de Karín, se aludía que su problema era debidamente por ello. Tal vez su familia tuviera algún conflicto con alguna competencia o prestamista, el cual estaba usando a la mujer cómo un método de intimidación.

Era un tema extraño, después de todo su familia había sido cuidadosa en evitar confrontaciones innecesarias, y que las rivalidades fueran sólo eso, rivalidades, en el ámbito positivo que les impulsara a buscar métodos para ser los mejores en el mercado. Aún así, suponía que la envidia no podía faltar, y el hecho de estar siendo perseguida podría ser una jugarreta de alguien para persuadir las tareas relevantes del negocio. Todo era una conjetura y chismes del común. Pero, de no ser así, sólo quedaba la vía más ordinaria de pensamiento.

El delincuente era un sociópata.




H
abían transcurrido un par de horas desde que había sonado la campanilla del restaurante, y la inquietud de la tormenta apaciguada. Las calles de la aldea se habían hundido entre la nieve, provocando que algunos habitantes salieran de sus casas para liberar las entradas y las mismas calles con alguna escoba.

Un frondoso cabello dorado bajo un gorro de lana apareció en escena entre la poca gente que había. Parecía ir más suelta que de costumbre, con un vaivén de caderas que se tornaba un poco llamativo. Las botas apartaban la poca nieve bajo sus calzados, atrayendo la atención a más de uno con esa seguridad tan distintiva, pues, sencillamente, aquella joven era la nieta de un conocido comerciante de telas. Se rumoreaba acerca del problema que no sólo a ella le afectaba, sino también a otra jóvenes contemporáneas a su edad.

Ella era la quinta víctima de las noticias de acoso que había estado pululando por la aldea, siendo las demás apenas mujeres de la comunidad. Sin embargo, debido al estatus social de Karín, se aludía que su problema era debidamente por ello. Tal vez su familia tuviera algún conflicto con alguna competencia o prestamista, el cual estaba usando a la mujer cómo un método de intimidación.

Era un tema extraño, después de todo su familia había sido cuidadosa en evitar confrontaciones innecesarias, y que las rivalidades fueran sólo eso, rivalidades, en el ámbito positivo que les impulsara a buscar métodos para ser los mejores en el mercado. Aún así, suponía que la envidia no podía faltar, y el hecho de estar siendo perseguida podría ser una jugarreta de alguien para persuadir las tareas relevantes del negocio. Todo era una conjetura y chismes del común. Pero, de no ser así, sólo quedaba la vía más ordinaria de pensamiento.

El delincuente era un sociópata.

0

0

PD

0

SP
Tenma Uzumaki



E
ra un hipótesis fiable y razonable, pero para corroborarla debía adentrarse más en el asunto y por ello estaba allí. Por ello su esbelta y deslumbrante figura se paseaba por las calles y entraba, de vez en vez, a una tienda tras pasar un período prolongado caminando e investigando; sin embargo, adentro también se daba su tiempo, y al salir para quien fuese detallista, se veía extrañamente más renovada.

El día poco a poco iba decayendo. El sol se ocultaba en el horizonte y la noche despertaba de su largo y diurno sueño. Los animales nocturnos se desperezaban y las antorchas comenzaban a cobrar vida iluminando parte de la aldea, o al menos, las calles principales.

Si en el día las personas eran pocas, en ese momento eran casi nulas. La temperatura descendía de manera drástica, sin contar que incluso con el sol solía hacer frío. No obstante, la figura estilizada de Karín seguía campante por las calles. Cualquiera pensaría vendría de su rutinario trabajo, cuyo horario la había soltado a esas horas a su morada. - Qué día tan pesado, espero que esto dé sus frutos. - Pensó, aunque ella no fuese ella.

Era allí que las botas resonaban en el desolado paisaje; un camino recto por el cual la rubia solía transitar. Faltaban dos horas para la media noche. Era tarde y lo sabía, lo normal en sus días; aquellos que se habían hecho acreedores de su tormento. ¿Sería diferente esa noche? Quizás, pero de algo tenía seguridad. No obstante, aquella sensación de incomodidad que había descrito con anterioridad, ese peso singular volvía a reaparecer en sus hombros como si alguien le estuviera observando de algún lugar.




E
ra un hipótesis fiable y razonable, pero para corroborarla debía adentrarse más en el asunto y por ello estaba allí. Por ello su esbelta y deslumbrante figura se paseaba por las calles y entraba, de vez en vez, a una tienda tras pasar un período prolongado caminando e investigando; sin embargo, adentro también se daba su tiempo, y al salir para quien fuese detallista, se veía extrañamente más renovada.

El día poco a poco iba decayendo. El sol se ocultaba en el horizonte y la noche despertaba de su largo y diurno sueño. Los animales nocturnos se desperezaban y las antorchas comenzaban a cobrar vida iluminando parte de la aldea, o al menos, las calles principales.

Si en el día las personas eran pocas, en ese momento eran casi nulas. La temperatura descendía de manera drástica, sin contar que incluso con el sol solía hacer frío. No obstante, la figura estilizada de Karín seguía campante por las calles. Cualquiera pensaría vendría de su rutinario trabajo, cuyo horario la había soltado a esas horas a su morada. - Qué día tan pesado, espero que esto dé sus frutos. - Pensó, aunque ella no fuese ella.

Era allí que las botas resonaban en el desolado paisaje; un camino recto por el cual la rubia solía transitar. Faltaban dos horas para la media noche. Era tarde y lo sabía, lo normal en sus días; aquellos que se habían hecho acreedores de su tormento. ¿Sería diferente esa noche? Quizás, pero de algo tenía seguridad. No obstante, aquella sensación de incomodidad que había descrito con anterioridad, ese peso singular volvía a reaparecer en sus hombros como si alguien le estuviera observando de algún lugar.

0

0

PD

0

SP
Tenma Uzumaki



L
os ojos verdes de la dama miraban a sus alrededores con cierta vigilancia, sin embargo, no avistaban nada más que las sombras propiciadas por las llamas de las antorchas, las mismas que se encontraban dispuestas en las calles para mantener los lugares con cierta iluminación.

Aún así, aquello no era suficiente para librarla de una sombra en especial que aparecía y desaparecía cada vez que volteaba, cada vez con más descaro, lo que suponía más confianza que las veces anteriores. Aquello era preocupante, y todavía más cuando lo usual era que, quien fuese que estuviera tras sus pasos, mantenía su distancia prudencial,  pero esa noche no. No obstante, ese día la mujer había estado paseando por la aldea más de lo normal como si quisiera ser notada, algo atípico dentro de la situación actual.

Y aceleró el paso, aunque no porque pensara que resultaría dañada, pero prefería asegurarse en vez de tentar a la suerte. Eso parecía querer demostrar.

Sólo que... quizás en su mala o buena fortuna,
no fue la única en tener los pasos rápidos.


Un sudor corría por su piel mientras trataba de alejarse lo más rauda que podía, mirando de tanto en tanto tras de sí con mayor esmero en cada zancada Fue así cómo un caminar tranquilo se volvió presuroso, y de ello a un leve trote, algo inevitable que no tardó en convertirse en una rápida huida. La respiración se agitó símbolo de la vulnerabilidad y la angustia que parecía nacer de su piel.

Era evidente, tal y cómo las antorchas iluminaban las calles, dejando en los paredes las sombras que pasaban de forma fugaz mientras una seguía a la otra. sin embargo, ambas parecían pisar el suelo con silencio, pues el ruido no llevaba llevaba ninguna casa. Por supuesto, a tan entrada la noche, cualquiera estaría durmiendo. Y de pronto la mujer curvó en una esquina, tan de repente como sin precedentes, dejando una estela dorada de su cabello para quien la estuviera siguiendo.




L
os ojos verdes de la dama miraban a sus alrededores con cierta vigilancia, sin embargo, no avistaban nada más que las sombras propiciadas por las llamas de las antorchas, las mismas que se encontraban dispuestas en las calles para mantener los lugares con cierta iluminación.

Aún así, aquello no era suficiente para librarla de una sombra en especial que aparecía y desaparecía cada vez que volteaba, cada vez con más descaro, lo que suponía más confianza que las veces anteriores. Aquello era preocupante, y todavía más cuando lo usual era que, quien fuese que estuviera tras sus pasos, mantenía su distancia prudencial,  pero esa noche no. No obstante, ese día la mujer había estado paseando por la aldea más de lo normal como si quisiera ser notada, algo atípico dentro de la situación actual.

Y aceleró el paso, aunque no porque pensara que resultaría dañada, pero prefería asegurarse en vez de tentar a la suerte. Eso parecía querer demostrar.

Sólo que... quizás en su mala o buena fortuna,
no fue la única en tener los pasos rápidos.


Un sudor corría por su piel mientras trataba de alejarse lo más rauda que podía, mirando de tanto en tanto tras de sí con mayor esmero en cada zancada Fue así cómo un caminar tranquilo se volvió presuroso, y de ello a un leve trote, algo inevitable que no tardó en convertirse en una rápida huida. La respiración se agitó símbolo de la vulnerabilidad y la angustia que parecía nacer de su piel.

Era evidente, tal y cómo las antorchas iluminaban las calles, dejando en los paredes las sombras que pasaban de forma fugaz mientras una seguía a la otra. sin embargo, ambas parecían pisar el suelo con silencio, pues el ruido no llevaba llevaba ninguna casa. Por supuesto, a tan entrada la noche, cualquiera estaría durmiendo. Y de pronto la mujer curvó en una esquina, tan de repente como sin precedentes, dejando una estela dorada de su cabello para quien la estuviera siguiendo.

0

0

PD

0

SP
Tenma Uzumaki



U
na pared se alzaba al final y en los costados convirtiéndose en un callejón sin salida. El gesto de su faz se dibujó desesperado, ansioso y preocupado, buscando algún modo de salir de aquella trampa en el que se había metido, pero no era como si fuese peligroso.

Fue allí cuando, tras su espalda, finalmente una silueta emergió de la esquina, apareciendo cual fantasma y estático cual estatua.

Ella volteó con un rostro marcado de asombro, mezclado en susto y cobardía; la típica imagen de un ser indefenso pero que, sucesivamente, intentó mostrar una falsa imagen de seguridad. Era el aspecto que siempre había reflejado y hasta entonces quiso reflejar. - ¿Q-quién eres tú? ¡¿Por qué me persigues?! - Muchas preguntas para ninguna respuesta, y en cambio, la sombría figura sólo reveló una impolúta dentadura, cuyo lienzo marcó una perturbadora sonrisa símbolo de su sordida y sádica personalidad.

Sin duda era atemorizante, y un escalofrío haría recorrer la columna de cualquiera cuando de la espalda de aquel desconocido se asomaría un cuchillo, disipando cualquier suposición de antaño en ese instante, a menos que fuese una vil forma de intimidarle.

La figura de Karín fue retrocediendo cada vez más, haciéndola quedarse poco a poco sin oportunidades para escapar y más arrinconada. La sombra se acercaba y ella se alejaba hasta el punto de ya no tener retorno algunoz, sintiendo ese tacto frío que se lo indicaba con la pared a su espalda. Había quedado atrapada. Sin embargo, la rubia intentaba mostrar entereza aún cuando estaba en jaque, aún cuando su integridad se veía en peligro y parecía estar desprotegida.

¡No te acerques! ¡Ayud... Mmph! - Su grito fue ahogado ante la rapidez del agresor apresando su boca con una mano y el cuchillo en el cuello con la otra, intentando aplacarle mientras le retenía allí, en silencio.






U
na pared se alzaba al final y en los costados convirtiéndose en un callejón sin salida. El gesto de su faz se dibujó desesperado, ansioso y preocupado, buscando algún modo de salir de aquella trampa en el que se había metido, pero no era como si fuese peligroso.

Fue allí cuando, tras su espalda, finalmente una silueta emergió de la esquina, apareciendo cual fantasma y estático cual estatua.

Ella volteó con un rostro marcado de asombro, mezclado en susto y cobardía; la típica imagen de un ser indefenso pero que, sucesivamente, intentó mostrar una falsa imagen de seguridad. Era el aspecto que siempre había reflejado y hasta entonces quiso reflejar. - ¿Q-quién eres tú? ¡¿Por qué me persigues?! - Muchas preguntas para ninguna respuesta, y en cambio, la sombría figura sólo reveló una impolúta dentadura, cuyo lienzo marcó una perturbadora sonrisa símbolo de su sordida y sádica personalidad.

Sin duda era atemorizante, y un escalofrío haría recorrer la columna de cualquiera cuando de la espalda de aquel desconocido se asomaría un cuchillo, disipando cualquier suposición de antaño en ese instante, a menos que fuese una vil forma de intimidarle.

La figura de Karín fue retrocediendo cada vez más, haciéndola quedarse poco a poco sin oportunidades para escapar y más arrinconada. La sombra se acercaba y ella se alejaba hasta el punto de ya no tener retorno algunoz, sintiendo ese tacto frío que se lo indicaba con la pared a su espalda. Había quedado atrapada. Sin embargo, la rubia intentaba mostrar entereza aún cuando estaba en jaque, aún cuando su integridad se veía en peligro y parecía estar desprotegida.

¡No te acerques! ¡Ayud... Mmph! - Su grito fue ahogado ante la rapidez del agresor apresando su boca con una mano y el cuchillo en el cuello con la otra, intentando aplacarle mientras le retenía allí, en silencio.



0

0

PD

0

SP
Tenma Uzumaki



N
o había nadie que la escuchara. Cualquiera pensaría que justo en ese momento llegaría alguien a salvarle de ese sujeto, el cual había transgredido sus límites de sólo observar. Esa noche estaba más decidido.

No tenía ni idea sobre qué iría a hacerle, pero, mientras la mantenía allí, los ojos verdosos de la mujer inspeccionaron quién era su agresor, rodando discretamente su mirada como lo hizo una vez, horas atrás, descubriendo sus facciones entre aquella penumbra abismal. Era un hombre, alto y delgado, con manos grandes y pelo ceniciento. Se le veían arrugas y, espantosamente, la difusa silueta de su boca llena de cicatrices. No obstante, la fémina empezó a sentir su propia boca liberada, lentamente, y dicha mano pasearse en alternancia por su brazo de una forma poco alentadora.

Sin duda, la hubiese hecho estremecer de miedo y repugnancia...
Si es que ella fuera ella, claro.

Te gusta ver sufrir a las mujeres y disfrutar de su miedo, ¿verdad? - Dijo la voz femenina, y en respuesta el cuchillo se hundió todavía más en su cuello intentando obligarla a callarse, lo que le hirió levemente la piel provocándole un sutil sangrado. Era algo que su agresor no había hecho antes, pero parecía estar gozando. Sin embargo, el bello rostro de la mujer hizo algo que borró la sonrisa del inequívoco criminal. Ella rió muy suavemente, que en medio de la situación podía tomarse un poco perturbador. Pero aquello tenía una sencilla explicación.

Lástima que yo no sea de tu tipo. - Afirmó para desconcierto del acosador quien, de pronto, dio un sobresalto ante la nube de humo que explotó en sus narices. ¿Qué era aquello? Una sombra entre ese mar de oscuridad se escondía ante la cortina gris, reflejando una silueta muy diferente a lo que se hubiera visto durante todo el día y esa noche también.




N
o había nadie que la escuchara. Cualquiera pensaría que justo en ese momento llegaría alguien a salvarle de ese sujeto, el cual había transgredido sus límites de sólo observar. Esa noche estaba más decidido.

No tenía ni idea sobre qué iría a hacerle, pero, mientras la mantenía allí, los ojos verdosos de la mujer inspeccionaron quién era su agresor, rodando discretamente su mirada como lo hizo una vez, horas atrás, descubriendo sus facciones entre aquella penumbra abismal. Era un hombre, alto y delgado, con manos grandes y pelo ceniciento. Se le veían arrugas y, espantosamente, la difusa silueta de su boca llena de cicatrices. No obstante, la fémina empezó a sentir su propia boca liberada, lentamente, y dicha mano pasearse en alternancia por su brazo de una forma poco alentadora.

Sin duda, la hubiese hecho estremecer de miedo y repugnancia...
Si es que ella fuera ella, claro.

Te gusta ver sufrir a las mujeres y disfrutar de su miedo, ¿verdad? - Dijo la voz femenina, y en respuesta el cuchillo se hundió todavía más en su cuello intentando obligarla a callarse, lo que le hirió levemente la piel provocándole un sutil sangrado. Era algo que su agresor no había hecho antes, pero parecía estar gozando. Sin embargo, el bello rostro de la mujer hizo algo que borró la sonrisa del inequívoco criminal. Ella rió muy suavemente, que en medio de la situación podía tomarse un poco perturbador. Pero aquello tenía una sencilla explicación.

Lástima que yo no sea de tu tipo. - Afirmó para desconcierto del acosador quien, de pronto, dio un sobresalto ante la nube de humo que explotó en sus narices. ¿Qué era aquello? Una sombra entre ese mar de oscuridad se escondía ante la cortina gris, reflejando una silueta muy diferente a lo que se hubiera visto durante todo el día y esa noche también.

0

0

PD

0

SP
Registros MC
Tema cerrado
-Tenma, se te conceden 2.0+2.0+2.0+2.0+2.0 = 10.0 PD


Tema cerrado
-Tenma, se te conceden 2.0+2.0+2.0+2.0+2.0 = 10.0 PD


0

0

PD

0

SP
 Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
/* LOADING FIREBASE */