[Torneo Ronda 2: Combate #4] Kanon Yamanaka v/s Tenma Uzumaki

egundo Round.

La siguiente etapa del Torneo daba sus nuevos pasos con los primeros combates, dejando un margen de descanso de apenas pocas horas a todos sus participantes desde el último desenlace. No podía pedir menos.

Sus energías yacían renovadas tras un encuentro que, para su gusto, lo dejó insatisfecho; demasiado conciso, demasiado pronto, en donde no reveló siquiera la mitad de su potencial y no por contención o desestimación, sino por la evidente diferencia en las estrategias. Aunque, por su parte, fue un plan básico y de principiantes. Pero debía ser ahora donde la dificultad tendría que comenzar a elevarse. Y ahí estaba, en la cámara de espera junto a los demás participantes; cada uno dentro de su mundo, cada uno más distinto que el anterior.

Cada uno con habilidades y mentalidades similares y adversas por igual.

No pudo evitar la reprimenda de su mentora apenas finalizó su combate, tachándolo de temerario al adentrarse en campo enemigo creado por el susodicho. Sin embargo, y quizás por mera suerte, pudo usarlo a su favor completamente, aunque aquello no era algo que pudiera presentarse de nuevo, posiblemente. Y allí, en silencio, escuchó la voz del árbitro llamando a los nuevos rivales; su nombre entre ellos, atrayéndolo al campo de batalla. - Es hora. - Se reafirmó, levantándose de un salto en el cómodo mueble donde se encontraba descansando.

El túnel fue la misma antesala a donde, una vez más, tendría que demostrar sus habilidades. Para esta ocasión, sin embargo, y dado que ya no era una entrada tardía y precipitada, había entre las gradas dos espectadores que en el round anterior no llegaron sino hasta la parte en donde el Uzumaki ya se retiraba. Esa vez, pero, sí lo podrían ver desde el inicio junto a los vítores del gentío quienes, a la escena, le veían cómo un mero espectáculo digno del más deleitable entretenimiento. Ninjas luchando ante sus ojos. Pero no, aquello era algo más; algo que sólo ante esos dos jóvenes se sabía por el cual debían luchar. Tenma asintió, ofreciendo una posterior reverencia hacia su contrincante, cuyo nombre accedía a Kanon, del Clan Yamanaka. Otra línea de sangre desconocida, para el de la Nieve, aunque ello no quitaba su gentileza y curiosidad. - Ansío lo mismo. - Y en ese momento los ámbares del ninja nevado brillaron de entusiasmo. - Enorgullezcamos a nuestras aldeas, y que gane el mejor. - Una sonrisa ensanchó la comisura derecha de sus labios, símbolo de la pasión que bullía en su interior.

Deseaba ver hasta dónde podía llegar, y encontraba en aquel de cabellos similares una sensación de que no podía estar ante un cualquier rival. Todo lo contrario. Percibía en sus ojos, en su postura, en su mirada, esa determinación intrínseca por la batalla. Ambos yacían preparados para lo que pudiera suceder.

Y así, pues, con una distancia de exactamente diez metros, el censor se ubicaba justo en el centro.

Dos formaciones de hielo se erigían a la espalda de ambos, y con el suelo cubierto de un manto fino de congelación, el Uzumaki tenía en cuenta los elementos que podían ser aprovechados tanto en contra como a favor. El frío era uno de ellos, escurriéndose a través de su capa roja que le ayudaba a conservar el calor, junto a su indumentaria interna de tonalidades beiges, negras y blancas. Por ello, debido a su estilo de lucha, tenía diversos compartimentos, bolsos y/o bolsillos destinados a sus herramientas. Sería un poco difícil discernir cuál de ellas albergaba qué, más allá de los propios planes del pelirrojo melenudo.

Y allí empezó.

La secuencia de sellos fue de rapidez mutua, revelando, muy a diferencia de la mujer de los bosques, que su oponente era capaz de coordinar sus movimientos y, por tanto, amasar su chakra de una manera que no le dejaba en inferioridad en contra de su  propia velocidad. Estaban a la par. Pero, a diferencia de su experiencia anterior, esta vez el campo permanecería intacto salvo el fulgor, casi turquesa, que se apoderó de la diestra de su homólogo pelirrojo.

El Yamanaka, ni más ni menos, se lanzó directo al ataque en una carrera de línea recta hacia el Uzumaki.

Pese al pronóstico usual, Tenma no avanzó por igual. Era evidente que lo esperaba y Kanon, no obstante, desconocería los sellos formados de su contraparte bajo la capa. ¿Cuál era la idea? Justo allí, cuando el ninja de la hoja viera la libertad de correr los primeros tres metros, sucedió algo particular; las manos del pelirrojo de la nieve se mostrarían ante su congénere con la postura del sello del perro, mientras su rostro no reflejaba seriedad, alegría o emoción alguna que resultase característica, más allá de una neutralidad que no dejaba ver sus intenciones. Y entonces, de su cuerpo, parecieron emerger tres figuras similares; una por delante y una por los laterales, en carrera. Había creado los bunshins sobre sí mismo, sobre su cuerpo, que, al separarse cada uno, parecerían una célula dividiéndose de forma idéntica mientras, de su lugar original, el aparente ejecutor se movió medio de espaldas buscando, rápidamente, ampliar su distancia hasta siete metros hacia atrás, en diagonal a unos dos metros y medio a la derecha, sin dejar de mirar a su oponente mientras sostenía el sello manual. Sin embargo, había un detalle en sus pasos.

Las figuras del Uzumaki, una a la izquierda y otra por la derecha en la perspectiva de Kanon, corrían con silencio de forma paralela trazando una curva abierta,  que los alejaría lateralmente de su carrera a unos once metros de distancia, mientras tenían la intención de avanzar, desde su origen, a unos seis metros hacia adelante a la par que sus ojos amarillentos perseguían a su oponente de forma similar. Ambas mantenían, pero, un sello respectivo en sus manos; la izquierda mostraba la figura del jabalí, mientras el de la derecha el aspecto de un buey. Sin embargo, el último Tenma quien se iba de frente observando a su adversario directamente, mostraba la seguridad de un tigre antes de "estrellarse" a los seis metros de la carrera del contrario, si este no se detenía, evidentemente.

Un plan similar pero con un enfoque diferente.

Datos del Shinobi:

Aclaraciones:

ingún pelirrojo cambió su intención.

Todas y cada una de las replicas expresaron el mismo objetivo, indiferentes a lo que el oponente pudiera hacer, pues sólo habían dos alternativas para él; evadir o seguir, y la primera había sido tomada. Sin embargo, en los interiores de Tenma, aquello modificó un poco su estrategia, aunque, a simple vista, el curso de sus acciones no se detenía. Cualquier impresión que pudiera haberse originado en su rostro, sería apenas distinguible a la distancia y al mantener la misma expresión que en todas sus réplicas.

El buey y el jabalí, derecha e izquierda, cerraron la curva mientras el tigre frontal continuó sin ninguna variabilidad.

Así, el perro a la retaguardia sólo crearía cuatro metros de distancia en el instante en que el Yamanaka se frenó precipitado, atendiendo a cada una de las figuras idénticas que se le venían encima desde los distintos ángulos y direcciones posibles. Aquello fue el comienzo, pues al encontrar, el de Konoha, un sello definido en cada una de las manos de cada uno de los pelirrojos, eso desviaría su ojos -y por tanto, su atención- de un punto vital, y tal vez decisivo, en un momento determinado. Un kunai salió disparado. El pelirrojo del frente llegaría sólo un segundo con antelación a sus gemelos laterales, pero los tres, indistintamente, llegados a las cercanías del objetivo, esfumarían los sellos manuales para intercambiarlos por tres golpes cuerpo a cuerpo contra Kanon.

Un puñetazo con la izquierda vendría desde el frente, directo a su pecho, mientras un segundo con la derecha vendría a la izquierda de su cara, hacia su mejilla. Mientras un tercer golpe, pero, proyectado en una patada, buscaría su cuello desde su lateral derecho. Todas las figuras demostrarían su verdadera naturaleza en el instante de impactar sus ofensivas, pero sólo la imagen del frente se revelaría, de momento, como uno de los espejismos al ser la primera que llegó al demostrar que su golpe era ficticio. ¿Pero el pelirrojo de corto cabello esperaría que alguno de los Tenma siquiera lo invadiera?

El detalle estaba, sin embargo, que desde algún punto ciego el filo de una cuchilla iba directo a su muslo izquierdo, y de clavarse, el mango del arma apuntaría venir desde su lateral homónimo.

Datos del Shinobi:

Aclaraciones:

a respuesta del Yamanaka fue natural, y, presos de esto, los falsos Tenma se difuminaron al recibir el ataque eléctrico de lleno. Sin embargo, cumplieron con su cometido; servir cómo despistes para el verdadero ataque y permitir al Uzumaki deducir las capacidades defensivas de su rival, o al menos de alguna forma aproximada. No obstante, a la distancia, la particularidad de los senbons no fue inadvertida para los ojos del Tenma verdadero.

Aquella técnica había sido extremadamente rápida, a tal punto que, de haber estado en el lugar de una de sus réplicas, no habría tenido el margen suficiente para realizar una evasión anticipada.

Por fortuna, debido a la ubicación de los clones y la suya, la trayectoria de las agujas no estarían ni de lejos a iluminarlo con sus destellos eléctricos. Pero el pelirrojo tenía claro en algo. Había sido una ejecución de ninjutsu impecable, pero súbita cómo la madera de aquella mujer en su anterior combate. ¿Qué implicaba eso?

Un ataque a quemarropa sería el final del encuentro.

Además de sopesar la destreza en las artes ninjas de Kanon, conjeturaba que una proyección de su chakra en contra suyo, a corta o media distancia, el golpe tendría altas probabilidades de ser inmediato a casi inesquivable. Tendría que mantenerse a raya. Aún así, y por su lado, Tenma no había demostrado sus capacidades defensivas para que su oponente dedujera sus límites y debilidades. O siquiera había reflejado los matices de su especialidad y las fortalezas de su sangre. Aprovecharía ese posible desconocimiento para evitar que, de otro modo, su contrincante trazara una estrategia contra ello.

Así, cuando su rival decidió ir a por él una vez más, el nevado pelirrojo posicionaría sus manos en una reunión de su energía vital modestamente mayor a lo usual, teniendo el tiempo y la distancia suficiente, junto a la herida de Kanon, para ejecutarlo con ligera comodidad. Doce metros le separaban, por supuesto, quedando a la mitad cuando el Yamanaka vería al Uzumaki rodear el hielo por detrás y salir por su lado contrario, con un leve retraso en un pequeño estallido de humo blanco, mostrando inmediatamente su diestra adueñada de un kunai afilado.

La larga cabellera roja se agitaba al son de una carrera directa hacia el ninja de la hoja, y a toda velocidad, pero marcando una trayectoria curva de ciento ochenta grados de modo similar a sus anteriores réplicas. Su intención era flanquear su costado derecho con dirección a su cuello, pues, a tres metros, proyectó un derechazo con la cuchilla en mano, y la punta hacia el frente, saltando levemente en último momento. Su real sombra, empero, se vaticinaría pronto desde lo aún más alto tras un impulso sobre la roca de hielo.

La izquierda del pelirrojo yacía sobresaliendo en esa carrera, ligeramente desde la capa y los pasos silentes, con dos de sus dedos decididos a terminar el encuentro.

Datos del Shinobi:

Aclaraciones: