[Torneo Ronda 2: Combate #5] Ragnar Uchiha v/s Meiner

Algunos Días Atrás

Podía sentir los brazos de Junnko empujándome mientras su rostro hacía un par de muecas por lo enfadada que estaba, y no era para menos, yo había sido invitado a un torneo que se iba a realizar entre shinobis de rango Gennin mientras que a ella la habían enviado a asistir algunas otras responsabilidades un tanto aburridas – No es mi culpa, yo tampoco quiero ir, pero debo de hacerlo – Dije mientras no podía evitar mostrar una enorme sonrisa en mi rostro, estaba feliz, estaba mas que contento, adoraba las batallas y mas cuando eran torneos de esta índole donde todos nos agarrábamos a golpes simplemente por entrenamiento o pura distracción, caminé por el pasadizo que llevaba a mi habitación, terminé de alistar mis maletas mientras escuchaba las quejas de la kunoishi, y ahora que lo pensaba, quizás era lo mejor, Junnko aunque era alguien muy fuerte, aún no estaba preparada para pelear de esta forma, ni siquiera yo estaba preparado, mis misiones habían sido entrenar algunos niños y rescatar un par de mascotas, un enfrentamiento entre ninjas no era precisamente para lo que me había estado entrenando – Hagamos algo, ganaré ese estúpido torneo, y cuando gane y vuelva, pelearemos, así sabrás si merecías ir o no – Dije con una sonrisa en el rostro mientras terminaba de alistar mi maleta y salía de la habitación dedicándole una sonrisa a mi compañera.

Día del Combate

Me mantenía sentado en el vestidor mientras mis manos sudaban ligeramente, respiré profundamente mientras alzaba la vista para observar como algunos de los anteriores luchadores retornaban a los camerinos, algunos estaban ligeramente golpeados, otros se mostraban como claros vencedores y festejaban por su paso a la segunda ronda, ronda a la que yo había accedido directamente por obra y gracia del destino, me puse de pie mientras sacudía mis brazos y trataba de conseguir que la sangre fluyera rápidamente por todo mi cuerpo, había llegado a una situación de combate que no esperaba, enfrentarme a otros ninjas de otras aldeas que podían tener habilidades muy únicas y especiales, aquello no era precisamente el inicio que quería tener como Gennin, solo esperaba no hacer el ridículo y poder estar a la altura de quien fuera a ser mi rival, moví mi cuello levemente para luego propinar un par de saltos calentando mi cuerpo – Encima hace un frio de mierda – Dije mientras estiraba mis brazos mostrando mis ropas, mis piernas eran cubiertas por un pantalón de buzo polar, sobre estas estaban mis botas negras y mi torso estaba cubierto por una camiseta manga larga y de cuello alto, afranelada, justa y precisa para no cortar mis movimientos y al mismo tiempo mantener caliente mi cuerpo, mi bandana ninja colgaba de mi cuello como de costumbre mientras mi blanca cabellera se mantenía despeinada, algo que era peculiarmente distintivo en mí.

Pude escuchar al hostler gritar con fuerza mi nombre, sabía que aquella era mi señal por lo que me adentré en el túnel oscuro observando la luz al final del mismo, allí estaba, a pocos metros de mí, el campo de batalla de un lugar que no conocía, pero que estaba seguro, me obligaría a dar todo de mí; avancé tranquilamente mientras daba uno que otro trote, levantaba mis rodillas, movía mis brazos, golpeaba el aire, vamos, todo lo que necesitaba para calentar mis músculos antes de agarrarme a golpes con el sujeto que venía del otro extremo, y lo vi, joven, de tez blanca y cabello completamente negro, pero tan fascinado por este espectáculo que pareciera no era la primera vez que vivía algo así – Genial… me tocó un veterano – Dije mientras avanzaba y observaba como el sujeto saludaba al publico que gritaba enloquecido por las batallas que habían presenciado, sus palabras una vez estuvimos lo suficientemente cerca hicieron que algo dentro de mí se rompiera ¿Hogares? ¿Qué hogar podía tener un huérfano? ¿Qué honor podría traer un huérfano? Esto no era por honor, era por simple violencia, y eso era lo que le iba a dar al muchacho.

Hice la reverencia para inmediatamente después, proceder a actuar, una de las cosas que había aprendido con el tiempo, es que los usuarios de Ninjutsu tenían una gran deficiencia, los sellos, solamente usuarios muy avanzados de este arte habían aprendido a poder hacer jutsus sin necesidad de estos, pero los Gennin, como nosotros, éramos débiles en ese aspecto, menos yo. Procedí a impulsarme con fuerza hacia adelante, un poderoso salto propina hacia el frente acortando las distancias entre ambos mientras el sujeto realizaba sus sellos de manos y lo que continuo, fue mi persona gritando un único pero poderoso movimiento – ¡Konoha Shōfū! – Grité mientras mi pierna derecha buscaba impactar completamente el mentón del sujeto frente a mí, estaba muy equivocado si creía que sería capaz de realizar algún jutsu antes de que yo lo golpeara, había venido a ganar y a mostrar lo violento que podía ser para de una vez por todas, dejar de hacer misiones de gatos.