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MADARA CHRONICLES

¡Bienvenido a Madara Chronicles! Foro de Naruto interpretativo donde buscamos que el usuario se encuentre con la mayor de las comodidades y disponga de opciones para crear y desarrollar su personaje dentro de una ambientación, permitiendo que cobre importancia con el paso del tiempo y de su propio desarrollo.

Actualmente estamos en fase Beta, pero trabajamos duramente para dar una experiencia nueva y única para el usuario, con multitud de ideas y proyectos que esperamos que pronto vean la luz.

¿Por qué no te animas a formar parte de este gran proyecto? ¡Te esperamos con los brazos abiertos!
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¿Sabías que...
Madara Chronicles es un foro basado en la obra de Masashi Kishimoto "Naruto" y "Naruto Shippuden", utilizando tan solo su ambientación y personajes para crear una trama propia.

Todo el contenido producido en el foro es propiedad de sus creadores originales, así como el contenido administrativo es propiedad del Staff. La estética del foro proviene del usuario Akira Aoi, agradeciendo a Foroactivo, W3Schools y otras páginas webs por su tutoriales.

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Élite [25/102] [Social Pre-Torneo] Festival de la Nieve - Página 3 40 [Social Pre-Torneo] Festival de la Nieve - Página 3 3lf1VlO Time Of Heroes [Social Pre-Torneo] Festival de la Nieve - Página 3 40x40_zps8zack2u9
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[Social Pre-Torneo] Festival de la Nieve

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Master MC
Recuerdo del primer mensaje :

[Social Pre-Torneo] Festival de la Nieve - Página 3 YkA237g
FESTIVAL DE LA NIEVE
La tarde se ponía en su momento más intenso, pero para lamento de muchos, el frío clima en la Aldea de la Nieve eclipsaba cualquier calor ligeramente abrasador que pudiera transmitir el sol. Los comerciantes se habían quejado hacía meses sobre la organización del festival en honor al Torneo Ceremonial, pues no creían que mucha gente fuera a viajar a la aldea más gélida en todo el continente. Años anteriores, el festival pre-torneo había sido un gran éxito, y aunque las expectativas este año eran bastante inferiores a las de ediciones anteriores, pronto los comerciantes se percatarían de su equivocación. Ninjas de todas las aldeas, incluso de menores como la Lluvia o la Hierba, hacían acto de aparición, cubiertos por chaquetas y ropajes de piel de animal, dispuestos a todo para el torneo, ansiosos por la gloria que podrían conseguir de ganar la competición.

Por otra parte, también fueron apareciendo habitantes de la propia aldea organizadora, seguidos de viajeros extranjeros acompañados por sus guardaespaldas, quienes habían viajado al país solo para poder ver de cerca cómo transcurriría el legendario torneo ceremonial. Lo cierto es que la Aldea de la Nieve era la más apta de entre todas para albergar la importante tradición que supondría el torneo. Era, según cualquier persona con conocimiento político, la aldea que menos intereses propios había demostrado. Lo único que hacía el Korikage para mantener contenta a su gente era encargarse de la política interior de la Nieve, meterse en sus asuntos y no hurgar en los de otras aldeas. La única vez que hicieron una excepción en la Nieve para meterse en asuntos que aparentemente no les implicaba fue cuando intentaron dar cese a la guerra entre las grandes naciones, con bastante éxito. No era una cosa que tuvieran intención de repetir a menudo.

Los puestos de comida y bebida eran muchísimos en el gran festival que se había formado en la plaza y paseo principales de la Aldea. El número de personas crecía poco a poco, y comenzaba a haber ambiente. Algunos habían invitado a sus parejas a asistir juntos a la celebración, otros asistían en familia, y finalmente algunos participantes del torneo se aparecían en solitario. Puestos de lotería y juegos de suerte destacaban entre todos, ¿Quién no querría aprovecharse de su fortuna y retar al destino para conseguir jugosos premios? Había realmente puestos de todo tipo, los comerciantes querían hacer dinero, y acudiendo a ese festival, se podrían llenar sus arcas para sobrevivir un par de trimestres más. El movimiento que conseguía el torneo y el festival era increíble.

—¡Sake, sake! —gritaba un hombre nativo de la Nieve, corpulento y de unos 40 años, desde su puesto de bebida, que consistía en una tienda de campaña bastante grande en el interior, donde habrían muchísimas bebidas en exposición y una barra. La emoción al ver cómo se llenaba el mercado había motivado al hombre, llamado Nod, a ponerse a hacer ofertas —¡Damos a probar el mejor sake del País del Hierro! ¡Vengan a probarlo, la primera consumición es gratuita!

—¡Lotería, lotería! —chilló una mujer de unos 40 y tantos años desde su pequeño puesto, que solo consistía en una pared con peluches exhibidos y unos asientos delante del lugar. Estaba tapada hasta la nariz, y se notaba que había viajado desde algún lugar cálido. Morena y de ojos azules, se notaba la frialdad que existía no solo en su cuerpo, sino también en su personalidad —¿Quién será el afortunado que se hará con el peluche del dragón de hielo?

Sentado desde lo alto de una torre, el Feudal del País del Hierro, custodiado por varios samuráis y ninjas de élite, observaba cómo transcurrían las cosas junto al Korikage, quien a pesar de su ajetreada agenda pre-torneo, había podido hacer un hueco y visitar a su superior. La relación diplomática entre ambos era simplemente perfecta, siempre llegaban a buenos acuerdos y mantenían el país en buena dirección, lo cual los había unido bastante. Eran ambos líderes jóvenes, que compartían ambición y sentimiento patriota por sus tierras. Era un honor para ambos celebrar el festival, y en consecuencia, el torneo, pero tenían sus propias inquietudes sobre lo que iba a ocurrir en la competición. Temían no estar preparados para cualquier cosa que pudiera llegarles de improvisto.

Varios ANBU de la Nieve más que capacitados vigilaban infiltrados entre los compradores, revisando que todo estuviera en orden. La perfección en los acontecimientos era algo que tenía a Hiromi Yuki casi sin dormir, y los ninjas de la aldea, que siempre habían visto a su líder como alguien frío pero respetuoso, tenían que soportar sus gritos si algo no salía de forma correcta.

[Social Pre-Torneo] Festival de la Nieve - Página 3 QDZqIVR
Todos los posts hechos aquí recompensarán +2PD cada uno tras finalizar el evento. Se permite un máximo de 3 intervenciones por usuario antes de que el Narrador vuelva a postear.
La línea temporal de este social es 1 día antes del torneo, por la tarde.
Hay equipos de ANBU repartidos por todo el festival, por lo que tened cuidado con vuestras acciones. Se permiten discusiones, pero nada acalorado o algún NPC se verá obligado a intervenir.
Se pueden describir infinidad de puestos más, pero dentro de lo que cabe, por supuesto.
No importa si interactúan usuarios de otras naciones, tan solo tener en cuenta la Ambientación. No se puede narrar que, por ejemplo, un ninja del País del Fuego está muy contento por encontrarse con uno de la Nube.
Prohibido el manejo de NPC's de este post por parte de usuarios.
Se irán agregando más pautas y aclaraciones según se considere.

[Social Pre-Torneo] Festival de la Nieve - Página 3 W71HqSg
La lotería consiste en que, cuando narréis vuestro encuentro con la señora del puesto lancéis un dado (Peluche), dejando a la suerte lo que os toque, y especificando vuestra reacción en el siguiente post. Cabe especificar que on-rol conseguís un simple peluche, pero off-rol se entregan ryus. Uso máximo de 2 veces repartidas en distintos post. Las recompensas se entregarán tras finalizar el Evento.

Los regalos serán los siguientes:

  • Peluche Rojo: 500 ryus
  • Peluche Azul: 650 ryus
  • Peluche Blanco: 1000 ryus
  • Peluche Negro: 1.500 ryus
  • Peluche del Dragón de Hielo: 1 Narración con NPC del Staff + 2.500 ryus







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FESTIVAL DE LA NIEVE
La tarde se ponía en su momento más intenso, pero para lamento de muchos, el frío clima en la Aldea de la Nieve eclipsaba cualquier calor ligeramente abrasador que pudiera transmitir el sol. Los comerciantes se habían quejado hacía meses sobre la organización del festival en honor al Torneo Ceremonial, pues no creían que mucha gente fuera a viajar a la aldea más gélida en todo el continente. Años anteriores, el festival pre-torneo había sido un gran éxito, y aunque las expectativas este año eran bastante inferiores a las de ediciones anteriores, pronto los comerciantes se percatarían de su equivocación. Ninjas de todas las aldeas, incluso de menores como la Lluvia o la Hierba, hacían acto de aparición, cubiertos por chaquetas y ropajes de piel de animal, dispuestos a todo para el torneo, ansiosos por la gloria que podrían conseguir de ganar la competición.

Por otra parte, también fueron apareciendo habitantes de la propia aldea organizadora, seguidos de viajeros extranjeros acompañados por sus guardaespaldas, quienes habían viajado al país solo para poder ver de cerca cómo transcurriría el legendario torneo ceremonial. Lo cierto es que la Aldea de la Nieve era la más apta de entre todas para albergar la importante tradición que supondría el torneo. Era, según cualquier persona con conocimiento político, la aldea que menos intereses propios había demostrado. Lo único que hacía el Korikage para mantener contenta a su gente era encargarse de la política interior de la Nieve, meterse en sus asuntos y no hurgar en los de otras aldeas. La única vez que hicieron una excepción en la Nieve para meterse en asuntos que aparentemente no les implicaba fue cuando intentaron dar cese a la guerra entre las grandes naciones, con bastante éxito. No era una cosa que tuvieran intención de repetir a menudo.

Los puestos de comida y bebida eran muchísimos en el gran festival que se había formado en la plaza y paseo principales de la Aldea. El número de personas crecía poco a poco, y comenzaba a haber ambiente. Algunos habían invitado a sus parejas a asistir juntos a la celebración, otros asistían en familia, y finalmente algunos participantes del torneo se aparecían en solitario. Puestos de lotería y juegos de suerte destacaban entre todos, ¿Quién no querría aprovecharse de su fortuna y retar al destino para conseguir jugosos premios? Había realmente puestos de todo tipo, los comerciantes querían hacer dinero, y acudiendo a ese festival, se podrían llenar sus arcas para sobrevivir un par de trimestres más. El movimiento que conseguía el torneo y el festival era increíble.

—¡Sake, sake! —gritaba un hombre nativo de la Nieve, corpulento y de unos 40 años, desde su puesto de bebida, que consistía en una tienda de campaña bastante grande en el interior, donde habrían muchísimas bebidas en exposición y una barra. La emoción al ver cómo se llenaba el mercado había motivado al hombre, llamado Nod, a ponerse a hacer ofertas —¡Damos a probar el mejor sake del País del Hierro! ¡Vengan a probarlo, la primera consumición es gratuita!

—¡Lotería, lotería! —chilló una mujer de unos 40 y tantos años desde su pequeño puesto, que solo consistía en una pared con peluches exhibidos y unos asientos delante del lugar. Estaba tapada hasta la nariz, y se notaba que había viajado desde algún lugar cálido. Morena y de ojos azules, se notaba la frialdad que existía no solo en su cuerpo, sino también en su personalidad —¿Quién será el afortunado que se hará con el peluche del dragón de hielo?

Sentado desde lo alto de una torre, el Feudal del País del Hierro, custodiado por varios samuráis y ninjas de élite, observaba cómo transcurrían las cosas junto al Korikage, quien a pesar de su ajetreada agenda pre-torneo, había podido hacer un hueco y visitar a su superior. La relación diplomática entre ambos era simplemente perfecta, siempre llegaban a buenos acuerdos y mantenían el país en buena dirección, lo cual los había unido bastante. Eran ambos líderes jóvenes, que compartían ambición y sentimiento patriota por sus tierras. Era un honor para ambos celebrar el festival, y en consecuencia, el torneo, pero tenían sus propias inquietudes sobre lo que iba a ocurrir en la competición. Temían no estar preparados para cualquier cosa que pudiera llegarles de improvisto.

Varios ANBU de la Nieve más que capacitados vigilaban infiltrados entre los compradores, revisando que todo estuviera en orden. La perfección en los acontecimientos era algo que tenía a Hiromi Yuki casi sin dormir, y los ninjas de la aldea, que siempre habían visto a su líder como alguien frío pero respetuoso, tenían que soportar sus gritos si algo no salía de forma correcta.

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La línea temporal de este social es 1 día antes del torneo, por la tarde.
Hay equipos de ANBU repartidos por todo el festival, por lo que tened cuidado con vuestras acciones. Se permiten discusiones, pero nada acalorado o algún NPC se verá obligado a intervenir.
Se pueden describir infinidad de puestos más, pero dentro de lo que cabe, por supuesto.
No importa si interactúan usuarios de otras naciones, tan solo tener en cuenta la Ambientación. No se puede narrar que, por ejemplo, un ninja del País del Fuego está muy contento por encontrarse con uno de la Nube.
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Los regalos serán los siguientes:

  • Peluche Rojo: 500 ryus
  • Peluche Azul: 650 ryus
  • Peluche Blanco: 1000 ryus
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Master MC
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Keiko Kaguya

Festival de la nieve

Mi primer viaje sola



Yukigakure — Social — Evento

Otro peluche negro bueno así teníamos uno para cada una, siendo los dos muy bonitos realmente me encantaban este tipo de peluches, aun así sabía que era lo que tenía que hacer ahora, que era tomar algo caliente, puesto que el frio estaba ya afectándome demasiado. Así que con los dos peluches en una bolsa comencé a caminar. Los puestecitos eran encantadores, había de todo, recuerdos, armamento para los combates, aunque lo que más me impresionaba era la seguridad si pasaba algo aquí directamente le caían 5 ninjas antes de que el Kunai llegara a alguien, lo cual, aunque sola me hacía sentir segura.

Me encontraba de camino a un puestecito que veía de lejos que servía chocolate caliente, cuando a mi derecha vi un pequeño puestecito de bisutería había unos cuantos pircing bastante bonitos, que sabía que le iban a gustar, por lo que le compre unos cuantos, tal vez incluso demasiados, estaban hechos con materiales propios de Yikigakure, por lo que sabía que no se podrían comprar cosas similares en casa, y además como eran tantos se los podría ir cambiando cuando quisiera. Ahora sí que me dirigí al puestecito de chocolate para pedirme uno, y ponerme un poco a cubierto tras un pequeño techado, la verdad es que estaba rodeada de gente, y ni si quiera sabía que decir, probablemente ninguno de estos seria de mi clan, y como tal esto sería tremendamente infructuoso, lo que más me molestaba es haber venido sola, solo esperaba que Asuka pudiera perdonarme, era lo único en que pensaba mientras disfrutaba del delicioso chocolate.




Festival de la nieve

Mi primer viaje sola



Yukigakure — Social — Evento

Otro peluche negro bueno así teníamos uno para cada una, siendo los dos muy bonitos realmente me encantaban este tipo de peluches, aun así sabía que era lo que tenía que hacer ahora, que era tomar algo caliente, puesto que el frio estaba ya afectándome demasiado. Así que con los dos peluches en una bolsa comencé a caminar. Los puestecitos eran encantadores, había de todo, recuerdos, armamento para los combates, aunque lo que más me impresionaba era la seguridad si pasaba algo aquí directamente le caían 5 ninjas antes de que el Kunai llegara a alguien, lo cual, aunque sola me hacía sentir segura.

Me encontraba de camino a un puestecito que veía de lejos que servía chocolate caliente, cuando a mi derecha vi un pequeño puestecito de bisutería había unos cuantos pircing bastante bonitos, que sabía que le iban a gustar, por lo que le compre unos cuantos, tal vez incluso demasiados, estaban hechos con materiales propios de Yikigakure, por lo que sabía que no se podrían comprar cosas similares en casa, y además como eran tantos se los podría ir cambiando cuando quisiera. Ahora sí que me dirigí al puestecito de chocolate para pedirme uno, y ponerme un poco a cubierto tras un pequeño techado, la verdad es que estaba rodeada de gente, y ni si quiera sabía que decir, probablemente ninguno de estos seria de mi clan, y como tal esto sería tremendamente infructuoso, lo que más me molestaba es haber venido sola, solo esperaba que Asuka pudiera perdonarme, era lo único en que pensaba mientras disfrutaba del delicioso chocolate.



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Reiko Uchiha

Festival de la Nieve

Paseando por las fiestas de la aldea



Yukigakure — Social — Evento

Era la primera vez desde que tengo uso de memoria, que la ladea estaba tan colorida, la razón era por un festival, y nunca había visto un festival en la aldea de la nieve. Contenta porque se celebre caminaba por los alrededores de las paradas al lado de mi hermana, parecía que a ella le daba cosa tomarme de la mano, pero para mí no era nada, si, que la amaba como no se le ama a una hermana, pero desde fuera no parecería algo raro, pues ella es mi hermana mayor y parecería simple protección fraternal, así que sin darle mucha bola, simplemente le tomaba de la mano. Caminábamos tranquilamente por los puestos los cuales eran muy variados, pues había un poco de todo, puestos de regalos, de comida, de juegos. Pero parecía que Kiyomi le llamo la atención un puesto en el que una mujer anunciaba una tómbola, curiosas las dos fuimos a mirar. Había mucha gente, pero a pesar de eso, parecía que había una buena organización pues la espera era rápida. Mi hermana quiso probar suerte y participó, su boleto le tocó un peluche azul, era pequeñito pero no estaba mal, era bastante lindo.

-Mira, este peluche es bastante mono… Decía con una sonrisa tratando de animarla, pues no le había tocado el mejor premio, y a decir verdad era de los peores premios, pero aún así era un lindo peluche. –Bueno veamos qué suerte tengo yo… Añadía dándole un fuerte abrazo, pues quería que no se sintiera mal por tener mala suerte. –Ahora me toca a mí, hermanita… Concluía cogiendo una papeleta a la vez que comenzaba a abrirla con intriga. –A ver…




Festival de la Nieve

Paseando por las fiestas de la aldea



Yukigakure — Social — Evento

Era la primera vez desde que tengo uso de memoria, que la ladea estaba tan colorida, la razón era por un festival, y nunca había visto un festival en la aldea de la nieve. Contenta porque se celebre caminaba por los alrededores de las paradas al lado de mi hermana, parecía que a ella le daba cosa tomarme de la mano, pero para mí no era nada, si, que la amaba como no se le ama a una hermana, pero desde fuera no parecería algo raro, pues ella es mi hermana mayor y parecería simple protección fraternal, así que sin darle mucha bola, simplemente le tomaba de la mano. Caminábamos tranquilamente por los puestos los cuales eran muy variados, pues había un poco de todo, puestos de regalos, de comida, de juegos. Pero parecía que Kiyomi le llamo la atención un puesto en el que una mujer anunciaba una tómbola, curiosas las dos fuimos a mirar. Había mucha gente, pero a pesar de eso, parecía que había una buena organización pues la espera era rápida. Mi hermana quiso probar suerte y participó, su boleto le tocó un peluche azul, era pequeñito pero no estaba mal, era bastante lindo.

-Mira, este peluche es bastante mono… Decía con una sonrisa tratando de animarla, pues no le había tocado el mejor premio, y a decir verdad era de los peores premios, pero aún así era un lindo peluche. –Bueno veamos qué suerte tengo yo… Añadía dándole un fuerte abrazo, pues quería que no se sintiera mal por tener mala suerte. –Ahora me toca a mí, hermanita… Concluía cogiendo una papeleta a la vez que comenzaba a abrirla con intriga. –A ver…



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Kiyomi Uchiha

Festival de la Nieve

Paseando por las fiestas de la aldea



Yukigakure — Social — Evento

Mi hermanita me animaba por el premio que conseguí que era un pequeño peluche azul la verdad es que tenía razón, era pequeño pero era muy mono, me gustaba un poco, no... me gustaba bastante aunque me había quedado con ganas de más, y todavía más cuando vi ganar a Reiko un peluche blanco precioso, me daba un poco de envidia al ver que era mucho más grande que el mío, pero seguro que a ella le hacía muy feliz. -Mira qué suerte es muy bonito me alegro mucho por ti Reiko. Ella tenia un mejor peluche pero aquello carecía completamente de importancia lo único que importaba es que ella estuviera contenta y sabría que lo estaría al ver su cara cuando vio el mío, que era notoriamente peor al que ella había conseguido.

Me disponía a marcharme con mi hermanita cuando nos llamaron la atención diciendo que podíamos tirar otra vez de los premios, la verdad es que estaba encantada, era otra posibilidad de que alguna de las dos se llevara el dragón de hielo, la verdad es que solo la mera posibilidad me motivaba. Volvía a acercarme con Reiko al mostrador, mientras llevábamos los primeros dos peluches ganados, para ver cuáles eran nuestros siguientes premios, la verdad es que ahora iba a por el premio gordo, otro peluche estaría bien, pero, quería el dragón, sé que le haría ilusión a Reiko tenerlo. Así que con decisión metí la mano por donde salían los papeles, con decisión, pero sin demasiadas esperanzas sabía que sería casi imposible que me tocara el Dragon de Hielo. Le di a Reiko un besito en la mejilla para que me diera suerte y mire el papel, sabiendo que lo mas probable era que fuera malo pero no me importaba, solo por el besito que le había dado a Reiko valía la pena.




Festival de la Nieve

Paseando por las fiestas de la aldea



Yukigakure — Social — Evento

Mi hermanita me animaba por el premio que conseguí que era un pequeño peluche azul la verdad es que tenía razón, era pequeño pero era muy mono, me gustaba un poco, no... me gustaba bastante aunque me había quedado con ganas de más, y todavía más cuando vi ganar a Reiko un peluche blanco precioso, me daba un poco de envidia al ver que era mucho más grande que el mío, pero seguro que a ella le hacía muy feliz. -Mira qué suerte es muy bonito me alegro mucho por ti Reiko. Ella tenia un mejor peluche pero aquello carecía completamente de importancia lo único que importaba es que ella estuviera contenta y sabría que lo estaría al ver su cara cuando vio el mío, que era notoriamente peor al que ella había conseguido.

Me disponía a marcharme con mi hermanita cuando nos llamaron la atención diciendo que podíamos tirar otra vez de los premios, la verdad es que estaba encantada, era otra posibilidad de que alguna de las dos se llevara el dragón de hielo, la verdad es que solo la mera posibilidad me motivaba. Volvía a acercarme con Reiko al mostrador, mientras llevábamos los primeros dos peluches ganados, para ver cuáles eran nuestros siguientes premios, la verdad es que ahora iba a por el premio gordo, otro peluche estaría bien, pero, quería el dragón, sé que le haría ilusión a Reiko tenerlo. Así que con decisión metí la mano por donde salían los papeles, con decisión, pero sin demasiadas esperanzas sabía que sería casi imposible que me tocara el Dragon de Hielo. Le di a Reiko un besito en la mejilla para que me diera suerte y mire el papel, sabiendo que lo mas probable era que fuera malo pero no me importaba, solo por el besito que le había dado a Reiko valía la pena.



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Irina Uzumaki


Festival de la nieve

‟ Una desagradable sorpresa „  


Suspiró al recibir el peluche, la verdad es que nunca tenía muy buena suerte así que debió haber esperado ese premio. Sostuvo el dragón blanco con cuidado entre ambas manos y lo miró atentamente, al menos era bonito. Giró su rostro observando a Kanon quien aún no había participado, esperaba que él obtuviese e el mejor peluche del local; de no ser así, ella lo animaría invitándole a comer.

Primo…—abrió la boca para desearle buena suerte, pero su acto se vio entorpecido por el empujón de alguien que se abrió paso entre ellos dos. Tal acción provoco que su dragón cayese de sus manos, congelándose en el suelo. La joven formo unos puños con sus manos y dirigió su mirada al sujeto, observando como empujaba a otras personas que estaban cerca de ella. Quería ir y decirle un par de cosas pero solamente le dio una mirada mortal para después dirigirse de nuevo al pelirrojo, quien a diferencia de ella estaba tan concentrado en el juego que no se percató de lo ocurrido.

Mientras le observaba lanzar su dardo, se agachó para recoger una vez más su premio. Sintió el frio en sus dedos al tocarlo y maldijo de nuevo al ‘idiota’ que ocasionó todo ese alboroto. Reflexionó en silencio sobre él, esperaba no volver a encontrárselo y mucho menos en el combate del día siguiente. Observó como en la pequeña tienda la mujer otorgaba otro dragón del mismo color que el suyo al pelirrojo. Luego la señora dirigió su mirada hacia ella, abrió la boca para ofrecerles una segunda tirada ya que al parecer se sintió apenada por el comportamiento de ese cliente que los empujo. Al menos gracias a tal acto grosero podrían conseguir otro peluche.



ϟ Irina Uzumaki ϟ  


Festival de la nieve

‟ Una desagradable sorpresa „  


Suspiró al recibir el peluche, la verdad es que nunca tenía muy buena suerte así que debió haber esperado ese premio. Sostuvo el dragón blanco con cuidado entre ambas manos y lo miró atentamente, al menos era bonito. Giró su rostro observando a Kanon quien aún no había participado, esperaba que él obtuviese e el mejor peluche del local; de no ser así, ella lo animaría invitándole a comer.

Primo…—abrió la boca para desearle buena suerte, pero su acto se vio entorpecido por el empujón de alguien que se abrió paso entre ellos dos. Tal acción provoco que su dragón cayese de sus manos, congelándose en el suelo. La joven formo unos puños con sus manos y dirigió su mirada al sujeto, observando como empujaba a otras personas que estaban cerca de ella. Quería ir y decirle un par de cosas pero solamente le dio una mirada mortal para después dirigirse de nuevo al pelirrojo, quien a diferencia de ella estaba tan concentrado en el juego que no se percató de lo ocurrido.

Mientras le observaba lanzar su dardo, se agachó para recoger una vez más su premio. Sintió el frio en sus dedos al tocarlo y maldijo de nuevo al ‘idiota’ que ocasionó todo ese alboroto. Reflexionó en silencio sobre él, esperaba no volver a encontrárselo y mucho menos en el combate del día siguiente. Observó como en la pequeña tienda la mujer otorgaba otro dragón del mismo color que el suyo al pelirrojo. Luego la señora dirigió su mirada hacia ella, abrió la boca para ofrecerles una segunda tirada ya que al parecer se sintió apenada por el comportamiento de ese cliente que los empujo. Al menos gracias a tal acto grosero podrían conseguir otro peluche.



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Kanon
Festival de la Nieve
Tras haber hecho la tirada, se alegró de que le tocara el peluche blanco. Le fue entregado entonces, en vez del dragón blanco que le habían dado a Irina, un gato de color blanco. —No está tan mal. Es más bonito que el de Irina —pensó para sus adentros, ligeramente complacido con el resultado del lanzamiento de dardo que había hecho hacía tan solo unos segundos. Un muchacho peliblanco se colocó junto a ellos para adelantarse y tirar, se disculpó por de alguna forma colarse y el pelirrojo le respondió encogiendo los hombros sin más. —¡Vaya, tu Ninjutsu Médico es bueno! —exclamó a su lado, sorprendido por su habilidad curativa. Se preguntó entonces si el joven participaría en el Torneo, pues había venido desde nada más y nada menos que la Aldea de la Roca según la banda ninja que portaba en un brazo.

Entonces, cuando se disponía a marcharse junto a su pelirroja acompañante, ambos fueron hechos a un lado por un sujeto. —¡Maldito! —pensó extremadamente molesto cuando vio dónde acababa el peluche de dragón blanco que le había tocado a Irina. Podría haberle hecho lo que quisiera a él, pero no iba a permitir que molestara a uno de los suyos. Apretó el puño acumulando la máxima fuerza que su cuerpo le permitía sin recurrir al Chakra. Quería golpearlo, golpear el hielo por el que caminaba y ver a aquel osado enano destrozado en el suelo… Pero las cosas no serían así aquel día, el día siguiente era el torneo, y podría verlo derrotado o tener que enfrentarse a él, así que recurrió a respirar profundamente durante un par de segundos.

Se dispuso a irse otra vez junto a Irina, pero por cuestiones del destino, la mujer del puesto quiso que pusieran nuevamente su suerte a prueba. Kanon, sin mediar palabra alguna, volvió hasta el puesto, tomó directamente uno de las papeletas que había sobre la mesa, sin querer volver a lanzar un dardo.


Festival de la Nieve
Tras haber hecho la tirada, se alegró de que le tocara el peluche blanco. Le fue entregado entonces, en vez del dragón blanco que le habían dado a Irina, un gato de color blanco. —No está tan mal. Es más bonito que el de Irina —pensó para sus adentros, ligeramente complacido con el resultado del lanzamiento de dardo que había hecho hacía tan solo unos segundos. Un muchacho peliblanco se colocó junto a ellos para adelantarse y tirar, se disculpó por de alguna forma colarse y el pelirrojo le respondió encogiendo los hombros sin más. —¡Vaya, tu Ninjutsu Médico es bueno! —exclamó a su lado, sorprendido por su habilidad curativa. Se preguntó entonces si el joven participaría en el Torneo, pues había venido desde nada más y nada menos que la Aldea de la Roca según la banda ninja que portaba en un brazo.

Entonces, cuando se disponía a marcharse junto a su pelirroja acompañante, ambos fueron hechos a un lado por un sujeto. —¡Maldito! —pensó extremadamente molesto cuando vio dónde acababa el peluche de dragón blanco que le había tocado a Irina. Podría haberle hecho lo que quisiera a él, pero no iba a permitir que molestara a uno de los suyos. Apretó el puño acumulando la máxima fuerza que su cuerpo le permitía sin recurrir al Chakra. Quería golpearlo, golpear el hielo por el que caminaba y ver a aquel osado enano destrozado en el suelo… Pero las cosas no serían así aquel día, el día siguiente era el torneo, y podría verlo derrotado o tener que enfrentarse a él, así que recurrió a respirar profundamente durante un par de segundos.

Se dispuso a irse otra vez junto a Irina, pero por cuestiones del destino, la mujer del puesto quiso que pusieran nuevamente su suerte a prueba. Kanon, sin mediar palabra alguna, volvió hasta el puesto, tomó directamente uno de las papeletas que había sobre la mesa, sin querer volver a lanzar un dardo.


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Master MC
El miembro 'Kanon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados


'Peluche' :
[Social Pre-Torneo] Festival de la Nieve - Página 3 RT9hExE
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'Peluche' :
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Ragnar
III
Festival de la nieve.


Hora:N/A

Día:-

Clima:Frío.

Lugar:Evento.

Con: Kaede-

Habría sacado dos de los premios más chicos del total de posibilidades… o entre ellos se encontraban al menos. Mi conversación con Kaede había tomado un inicio respectivo al torneo que habría de comenzar mañana, no habían dado los brackets por el momento pero ansiaba mucho el saber contra quien me tocaría combatir. Pero en el momento exacto en que comenzase a hablar, un individuo procedería a empujarme y pasar como si nada a buscar su premio por la ruleta, un enano maltrecho que parecía ser una de las atracciones de la feria.

— ¡Imbécil! — Insultaría mordaz sin remediar mucho en el hecho de que había más personas presentes. — ¿Estás buscando acaso adelantar los combates de mañana y tener un enfrentamiento acá? — Respondería en un bramido voraz de mis cuerdas vocales intensificando la gravedad de las mismas, pero con soberbia en el tono. — ¡Qué va! Si con esa estatura estás más para las atracciones del circo que para ir a combatir mañana. —

Me colocaría de frente a la posición por donde habría venido. Esperaba que se diese vuelta y me viniese a buscar. Tenía tantas ganas de hacerlo allí mismo que no me importaría combatir frente a todo el público presente… ¿pero y Kaede? No estaba bien exponerla a una situación de peligro como la que estaba generando… y encima era poco probable que hubiesen dejado sin supervisar el lugar. Generar una trifulca podría poner en peligro mi participación en el torneo. Debía desistir.



Emme




e>
III
Festival de la nieve.


Hora:N/A

Día:-

Clima:Frío.

Lugar:Evento.

Con: Kaede-

Habría sacado dos de los premios más chicos del total de posibilidades… o entre ellos se encontraban al menos. Mi conversación con Kaede había tomado un inicio respectivo al torneo que habría de comenzar mañana, no habían dado los brackets por el momento pero ansiaba mucho el saber contra quien me tocaría combatir. Pero en el momento exacto en que comenzase a hablar, un individuo procedería a empujarme y pasar como si nada a buscar su premio por la ruleta, un enano maltrecho que parecía ser una de las atracciones de la feria.

— ¡Imbécil! — Insultaría mordaz sin remediar mucho en el hecho de que había más personas presentes. — ¿Estás buscando acaso adelantar los combates de mañana y tener un enfrentamiento acá? — Respondería en un bramido voraz de mis cuerdas vocales intensificando la gravedad de las mismas, pero con soberbia en el tono. — ¡Qué va! Si con esa estatura estás más para las atracciones del circo que para ir a combatir mañana. —

Me colocaría de frente a la posición por donde habría venido. Esperaba que se diese vuelta y me viniese a buscar. Tenía tantas ganas de hacerlo allí mismo que no me importaría combatir frente a todo el público presente… ¿pero y Kaede? No estaba bien exponerla a una situación de peligro como la que estaba generando… y encima era poco probable que hubiesen dejado sin supervisar el lugar. Generar una trifulca podría poner en peligro mi participación en el torneo. Debía desistir.



Emme




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Senju Kaede

Hacia mucho tiempo que no sentía aquella tranquilidad y sensación de libertad. Siempre había sido presión y estrés en el País del Rayo, gracias al gran y exagerado cuidado de mis padres; podía entenderlo pero no compartirlo, ya estaba a pasos de convertirme en una mujer, y aún seguían viéndome y cuidándome como una infante. Ni siquiera quería pensar en la cara que habrían puesto mis padres al momento de leer la letra, no había si quiera que suponer, sabía a la perfección que mi padre estaría rojo del cólera y mi madre llorando por la decepción que le había causado. Y pues bien, así era yo un remolino de emociones y de decisiones inesperadas, era como la violenta marea que choca y te golpea con la incertidumbre de mis acciones.

Si bien, como había dicho la estaba pasando genial, entre risas y burlas por los premios mediocres que había ganado junto a Ragnar. Me era agradable estar con él y sostener su mano con la mía, que a pesar del frío que hacía, su sólo tacto me inundaba de calidez. — Rag...— Dije o más bien intenté decir cuando la temperatura descendió bruscamente, lo que me hizo acurrucarme al costado de su cuerpo en búsqueda de un abrazo. —Qué frío hace...¿Podrías...? — Me quejé, para luego querer sugerir algo, que terminó siendo interrumpido por un empujón que terminó por darme un traspié hacia delante. —¡Oye qué carajos! — Chillé fijando la mirada en el chico. La irrespetuosa entrada del desconocido (Sedrion) Me había caído como un balde de agua fría. Me sentí iracunda y mis mejillas recobraron el rubor ante mi estado de furor.

Tras segundos que parecieron una eternidad, observé detenidamente como el chico lanzaba los dados, para que luego Ragnar hiciera una violenta entrada. — Pero quién mierda te crees, enano. — Dije sin vergüenza al aludir a su estatura, teniendo en cuenta que me sacaba aproximadamente 3 centímetros... yo sólo me encontraba avivando el momento del Uchiha una vez que me coloqué a su costado derecho, sin apartar en ningún momento la mirada del chico.

Hacia mucho tiempo que no sentía aquella tranquilidad y sensación de libertad. Siempre había sido presión y estrés en el País del Rayo, gracias al gran y exagerado cuidado de mis padres; podía entenderlo pero no compartirlo, ya estaba a pasos de convertirme en una mujer, y aún seguían viéndome y cuidándome como una infante. Ni siquiera quería pensar en la cara que habrían puesto mis padres al momento de leer la letra, no había si quiera que suponer, sabía a la perfección que mi padre estaría rojo del cólera y mi madre llorando por la decepción que le había causado. Y pues bien, así era yo un remolino de emociones y de decisiones inesperadas, era como la violenta marea que choca y te golpea con la incertidumbre de mis acciones.

Si bien, como había dicho la estaba pasando genial, entre risas y burlas por los premios mediocres que había ganado junto a Ragnar. Me era agradable estar con él y sostener su mano con la mía, que a pesar del frío que hacía, su sólo tacto me inundaba de calidez. — Rag...— Dije o más bien intenté decir cuando la temperatura descendió bruscamente, lo que me hizo acurrucarme al costado de su cuerpo en búsqueda de un abrazo. —Qué frío hace...¿Podrías...? — Me quejé, para luego querer sugerir algo, que terminó siendo interrumpido por un empujón que terminó por darme un traspié hacia delante. —¡Oye qué carajos! — Chillé fijando la mirada en el chico. La irrespetuosa entrada del desconocido (Sedrion) Me había caído como un balde de agua fría. Me sentí iracunda y mis mejillas recobraron el rubor ante mi estado de furor.

Tras segundos que parecieron una eternidad, observé detenidamente como el chico lanzaba los dados, para que luego Ragnar hiciera una violenta entrada. — Pero quién mierda te crees, enano. — Dije sin vergüenza al aludir a su estatura, teniendo en cuenta que me sacaba aproximadamente 3 centímetros... yo sólo me encontraba avivando el momento del Uchiha una vez que me coloqué a su costado derecho, sin apartar en ningún momento la mirada del chico.

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Master MC
[Social Pre-Torneo] Festival de la Nieve - Página 3 YkA237g
FESTIVAL DE LA NIEVE
El ambiente de fiesta reinaba en la Aldea de la Nieve, las risas y conversaciones no faltaban. El aroma a diversas comidas llegaba hasta los más golosos para atraerlos a los puestos correspondientes, y así mismo pasaba con los civiles y Shinobis que decidían probar suerte en los juegos de azar. Había pasado bastante tiempo desde que Yukigakure no tenía tal vitalidad cómo se le ve en el presente, muy a pesar del gélido frío y los pequeños copos de nieve que comenzaban a descender sutilmente desde el cielo hasta posarse sobre el suelo o abrigos de la gente; elementos que nunca hicieron perecer la alegría entre los habitantes e invitados, que sin importar de las conocidas y trágicas disputas territoriales cooperaron por convivir en paz.

Como era bien sabido, para este tipo de eventualidades era común encontrar a una que otra persona que se pasase de la raya con el alcohol, más cuando el clima favorecía y justificaba su consumo, ya que, para algunos era la única forma de mantener su cuerpo caliente. Pero lo más inusual era ver ninjas experimentados junto a civiles en condiciones deplorables ante el abuso del Sake, sin embargo, la gente no opinó ni dijo nada; para continuar con el ambiente grato ya que nada parecía opacar la jornada que tenía como único fin mostrar la imponencia de la Aldea de la Nieve en conjunto de torneos próximos para los amantes de la guerra.

No obstante, no podríamos adivinar lo que estaba pronto a pasar; después de todo existen mentes perversas que disfrutan de la destrucción y el caos. — ¿Estás seguro que has revisado todo, Ren? — Preguntó una mujer de aspecto fuerte y determinamte. Una mujer de cabellos tan rojos como el mismo fuego, que no podría pasar desapercibida frente a la belleza que cargaba. Sus ojos fieros y de tonalidad ambarina, observaba con detención a su compañero en espera de una contestación. — Sí Aya, los alrededores y los puestos… También me he dedicado a observar a cada persona que hay aquí. Esta gente será pan comido, no hay mucha seriedad en su comportamiento. La mayoría de los shinobis de los que nos advirtieron están borrachos, y que te puedo decir de la seguridad, ¡han abandonado en su mayoría sus puestos por un vaso de sake! Sólo queda uno que otro niño, al parecer de Konoha, Yuki, Suna, Iwa  y Kumogakure… no parecen ser gran amenaza, perderán los nervios y en último caso me los cargo yo. — Dijo el hombre denominado como Ren. Un muchacho de no más de veinte años, de cabello castaño y tez morena. La conversación seguía en cuchicheos y risas, como si fuese cualquier pláctica social, planeando y maquineando algún plan para derrocar la tranquilidad que vivían en aquella víspera. Finalmente llegó el último hombre de cabellos tan blancos como la nieve, con una mueca jovial y despreocupada mientras que saludaba efusivamente con la diestra extendida al cielo. — ¿He tardado mucho? De verdad lo siento… pero ha quedado fantástico y todo cubierto a los alrededores, si se salvan serían muy afortunados. — Agregó una vez que se acercó el albino con una sonrisa ladina, mientras miraba a sus compañeros como si todo esto resultara una broma de niños pequeños. — ¡Pues sí que has tardado Hoshi! — Dijo una pequeña niña de voz chillona que se escondía tras Aya. Dicho ninja de nombre Layla parecía ser la menor del equipo y casi rozando los doce años, con una mirada dulce pero que a su vez regañaba con la mirada al peliblanco mientras cargaba los peluches que había ganado o robado en la lotería, quién sabe. Estaban próximos a partir, pero sólo faltaba Takeda, el de aspecto dudable, pero de capacidades increíbles y casi rozando lo anormal, que se encontraba muy tranquilo comiendo en uno de los puestos de Takoyaki, ya saben… no se debe trabajar con estómago vacío.

Tras quince minutos de conversación por parte del inusual y desconocido equipo, cada uno se dispersó por su cuenta abandonando por completo el apogeo del festival. La mujer de cabellos rojizos se dirigió a paso raudo y seguro un kilómetro al sur teniendo como paralelo la torre en donde se encontraba el Korikage junto a sus escoltas. A si mismo Ren se dirigió al este y Hoshi, el hombre de cabellera plateada se encaminó en una rápida carrera rumbo al norte casi a los pies de una montaña rocosa cubierta de nieve, estando ambos criminales a unos 3,5 kilómetros en respecto al festival. Lo mismo para Layla quién se dirigió al oeste a la misma distancia de 3,5 kilometros respecto a la Aldea de la nieve; y Takeda quien tenía como única misión de acabar con los civiles sobrevivientes a la avalancha, por lo que se encontraba en carrera a casi 6 metros respecto a la festividad.  —¿Están listos?— Preguntó Hoshi por el intercomunicador que tenía en su oreja izquierda al igual que sus compañeros, y los demás criminales que yacían escondidos en espera del futuro asalto. Al momento que todos acertaron a su pregunta, el muchacho cabellos de plata lanzó una bengala color naranja hacia el cielo próximo oscurecer.

Desde una aldea totalmente ajena a estas festividades, observaron absortos aquella extraña luz que nacía desde la montaña de la cual colindaban. Los civiles de aquella desconocida aldea, dieron por hecho que era un aviso sobre los combates próximos a suceder. Al menos eso creía la mayoría, pero no fue hasta que dentro de poco tiempo un fuerte estallido les alertó todo lo contrario, siendo confirmados de la desgracia mediante la luz de la luna que les iluminaba y permitía la perfecta visión en dirección a la montaña donde, rocas y nieve que yacían en la montaña se les venía encima en forma de una gran avalancha, y tras ello, como si fuese poco una secuencia de bombas había explotado a pasos aledaños de dicha aldea, rodándola por completo y haciendo aún más complejo el escape de los inocentes

En el epicentro de la festividad, los Jounnins de Yukigakure tomaron acción al oír semejante y violento ruido, siendo unos pocos los que se encontraban en óptimas condiciones. Lo demás fue en un abrir y cerrar de ojos, una vez que la bengala se disipó en el aire en lo más alto del manto nocturno. Entre gritos de desesperación y llanto, gente corriendo y niños extraviados, un Jounnin de la Aldea de la Nieve buscó a los Gennin de los diferentes países para que prestasen ayuda ante el carente refuerzo que tenían debido a los estragos a la festividad. Las instrucciones fueron cortas y precisas, debían dirigirse junto a ellos rumbo a la aldea aledaña para socorrer a los civiles que le habitaban.

[Social Pre-Torneo] Festival de la Nieve - Página 3 QDZqIVR
La línea temporal de este social es 1 día antes del torneo, por la tarde.
A partir de aquí sólo se debe postear una vez por cuenta únicamente para formar el equipo. Los nuevos deberán postear dos veces, una para lanzar el dado y otro post para explicar que hace a partir del segundo post.
El narrador se encargará de abrir el sub-tema con las pautas a seguir. Cada narración estará compuesta por dos Npc, correspondiente al criminal y un Chunnin de Yukigakure no Sato para escoltarlos.
Los usuarios que ya han posteado en este tema se han tomado en cuenta y se han formado equipos con ellos, no obstante deben postear una vez más para interactuar.
Los nuevos usuarios que se han integrado al torneo, tienen un tiempo total de 24 horas para postear, si no, quedarán fuera de ésta trama. Lo mismo para los otros usuarios que no han participado de este social, estando en el torneo.
Prohibido el manejo de NPC's de este post por parte de usuarios.
Equipos:
1: Kanon, Irina, Tsuna
2: Tenma, Kazuki
3: Kaede, Ragnar, Sedrion
4: Yugen, Hirogane
5: Reiju. Tio

[Social Pre-Torneo] Festival de la Nieve - Página 3 W71HqSg
La lotería consiste en que, cuando narréis vuestro encuentro con la señora del puesto lancéis un dado (Peluche), dejando a la suerte lo que os toque, y especificando vuestra reacción en el siguiente post. Cabe especificar que on-rol conseguís un simple peluche, pero off-rol se entregan ryus. Uso máximo de 1 vez y sólo deberán participar los usuarios que no han lanzado el dado. Las recompensas se entregarán tras finalizar el Evento.

Los regalos serán los siguientes:

  • Peluche Rojo: 500 ryus
  • Peluche Azul: 650 ryus
  • Peluche Blanco: 1000 ryus
  • Peluche Negro: 1.500 ryus
  • Peluche del Dragón de Hielo: 1 Narración con NPC del Staff + 2.500 ryus







[Social Pre-Torneo] Festival de la Nieve - Página 3 YkA237g
FESTIVAL DE LA NIEVE
El ambiente de fiesta reinaba en la Aldea de la Nieve, las risas y conversaciones no faltaban. El aroma a diversas comidas llegaba hasta los más golosos para atraerlos a los puestos correspondientes, y así mismo pasaba con los civiles y Shinobis que decidían probar suerte en los juegos de azar. Había pasado bastante tiempo desde que Yukigakure no tenía tal vitalidad cómo se le ve en el presente, muy a pesar del gélido frío y los pequeños copos de nieve que comenzaban a descender sutilmente desde el cielo hasta posarse sobre el suelo o abrigos de la gente; elementos que nunca hicieron perecer la alegría entre los habitantes e invitados, que sin importar de las conocidas y trágicas disputas territoriales cooperaron por convivir en paz.

Como era bien sabido, para este tipo de eventualidades era común encontrar a una que otra persona que se pasase de la raya con el alcohol, más cuando el clima favorecía y justificaba su consumo, ya que, para algunos era la única forma de mantener su cuerpo caliente. Pero lo más inusual era ver ninjas experimentados junto a civiles en condiciones deplorables ante el abuso del Sake, sin embargo, la gente no opinó ni dijo nada; para continuar con el ambiente grato ya que nada parecía opacar la jornada que tenía como único fin mostrar la imponencia de la Aldea de la Nieve en conjunto de torneos próximos para los amantes de la guerra.

No obstante, no podríamos adivinar lo que estaba pronto a pasar; después de todo existen mentes perversas que disfrutan de la destrucción y el caos. — ¿Estás seguro que has revisado todo, Ren? — Preguntó una mujer de aspecto fuerte y determinamte. Una mujer de cabellos tan rojos como el mismo fuego, que no podría pasar desapercibida frente a la belleza que cargaba. Sus ojos fieros y de tonalidad ambarina, observaba con detención a su compañero en espera de una contestación. — Sí Aya, los alrededores y los puestos… También me he dedicado a observar a cada persona que hay aquí. Esta gente será pan comido, no hay mucha seriedad en su comportamiento. La mayoría de los shinobis de los que nos advirtieron están borrachos, y que te puedo decir de la seguridad, ¡han abandonado en su mayoría sus puestos por un vaso de sake! Sólo queda uno que otro niño, al parecer de Konoha, Yuki, Suna, Iwa  y Kumogakure… no parecen ser gran amenaza, perderán los nervios y en último caso me los cargo yo. — Dijo el hombre denominado como Ren. Un muchacho de no más de veinte años, de cabello castaño y tez morena. La conversación seguía en cuchicheos y risas, como si fuese cualquier pláctica social, planeando y maquineando algún plan para derrocar la tranquilidad que vivían en aquella víspera. Finalmente llegó el último hombre de cabellos tan blancos como la nieve, con una mueca jovial y despreocupada mientras que saludaba efusivamente con la diestra extendida al cielo. — ¿He tardado mucho? De verdad lo siento… pero ha quedado fantástico y todo cubierto a los alrededores, si se salvan serían muy afortunados. — Agregó una vez que se acercó el albino con una sonrisa ladina, mientras miraba a sus compañeros como si todo esto resultara una broma de niños pequeños. — ¡Pues sí que has tardado Hoshi! — Dijo una pequeña niña de voz chillona que se escondía tras Aya. Dicho ninja de nombre Layla parecía ser la menor del equipo y casi rozando los doce años, con una mirada dulce pero que a su vez regañaba con la mirada al peliblanco mientras cargaba los peluches que había ganado o robado en la lotería, quién sabe. Estaban próximos a partir, pero sólo faltaba Takeda, el de aspecto dudable, pero de capacidades increíbles y casi rozando lo anormal, que se encontraba muy tranquilo comiendo en uno de los puestos de Takoyaki, ya saben… no se debe trabajar con estómago vacío.

Tras quince minutos de conversación por parte del inusual y desconocido equipo, cada uno se dispersó por su cuenta abandonando por completo el apogeo del festival. La mujer de cabellos rojizos se dirigió a paso raudo y seguro un kilómetro al sur teniendo como paralelo la torre en donde se encontraba el Korikage junto a sus escoltas. A si mismo Ren se dirigió al este y Hoshi, el hombre de cabellera plateada se encaminó en una rápida carrera rumbo al norte casi a los pies de una montaña rocosa cubierta de nieve, estando ambos criminales a unos 3,5 kilómetros en respecto al festival. Lo mismo para Layla quién se dirigió al oeste a la misma distancia de 3,5 kilometros respecto a la Aldea de la nieve; y Takeda quien tenía como única misión de acabar con los civiles sobrevivientes a la avalancha, por lo que se encontraba en carrera a casi 6 metros respecto a la festividad.  —¿Están listos?— Preguntó Hoshi por el intercomunicador que tenía en su oreja izquierda al igual que sus compañeros, y los demás criminales que yacían escondidos en espera del futuro asalto. Al momento que todos acertaron a su pregunta, el muchacho cabellos de plata lanzó una bengala color naranja hacia el cielo próximo oscurecer.

Desde una aldea totalmente ajena a estas festividades, observaron absortos aquella extraña luz que nacía desde la montaña de la cual colindaban. Los civiles de aquella desconocida aldea, dieron por hecho que era un aviso sobre los combates próximos a suceder. Al menos eso creía la mayoría, pero no fue hasta que dentro de poco tiempo un fuerte estallido les alertó todo lo contrario, siendo confirmados de la desgracia mediante la luz de la luna que les iluminaba y permitía la perfecta visión en dirección a la montaña donde, rocas y nieve que yacían en la montaña se les venía encima en forma de una gran avalancha, y tras ello, como si fuese poco una secuencia de bombas había explotado a pasos aledaños de dicha aldea, rodándola por completo y haciendo aún más complejo el escape de los inocentes

En el epicentro de la festividad, los Jounnins de Yukigakure tomaron acción al oír semejante y violento ruido, siendo unos pocos los que se encontraban en óptimas condiciones. Lo demás fue en un abrir y cerrar de ojos, una vez que la bengala se disipó en el aire en lo más alto del manto nocturno. Entre gritos de desesperación y llanto, gente corriendo y niños extraviados, un Jounnin de la Aldea de la Nieve buscó a los Gennin de los diferentes países para que prestasen ayuda ante el carente refuerzo que tenían debido a los estragos a la festividad. Las instrucciones fueron cortas y precisas, debían dirigirse junto a ellos rumbo a la aldea aledaña para socorrer a los civiles que le habitaban.

[Social Pre-Torneo] Festival de la Nieve - Página 3 QDZqIVR
La línea temporal de este social es 1 día antes del torneo, por la tarde.
A partir de aquí sólo se debe postear una vez por cuenta únicamente para formar el equipo. Los nuevos deberán postear dos veces, una para lanzar el dado y otro post para explicar que hace a partir del segundo post.
El narrador se encargará de abrir el sub-tema con las pautas a seguir. Cada narración estará compuesta por dos Npc, correspondiente al criminal y un Chunnin de Yukigakure no Sato para escoltarlos.
Los usuarios que ya han posteado en este tema se han tomado en cuenta y se han formado equipos con ellos, no obstante deben postear una vez más para interactuar.
Los nuevos usuarios que se han integrado al torneo, tienen un tiempo total de 24 horas para postear, si no, quedarán fuera de ésta trama. Lo mismo para los otros usuarios que no han participado de este social, estando en el torneo.
Prohibido el manejo de NPC's de este post por parte de usuarios.
Equipos:
1: Kanon, Irina, Tsuna
2: Tenma, Kazuki
3: Kaede, Ragnar, Sedrion
4: Yugen, Hirogane
5: Reiju. Tio

[Social Pre-Torneo] Festival de la Nieve - Página 3 W71HqSg
La lotería consiste en que, cuando narréis vuestro encuentro con la señora del puesto lancéis un dado (Peluche), dejando a la suerte lo que os toque, y especificando vuestra reacción en el siguiente post. Cabe especificar que on-rol conseguís un simple peluche, pero off-rol se entregan ryus. Uso máximo de 1 vez y sólo deberán participar los usuarios que no han lanzado el dado. Las recompensas se entregarán tras finalizar el Evento.

Los regalos serán los siguientes:

  • Peluche Rojo: 500 ryus
  • Peluche Azul: 650 ryus
  • Peluche Blanco: 1000 ryus
  • Peluche Negro: 1.500 ryus
  • Peluche del Dragón de Hielo: 1 Narración con NPC del Staff + 2.500 ryus









Última edición por Master MC el Miér Ago 28, 2019 8:48 pm, editado 2 veces

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Yugen Nendo
Antes de la primera narración:
El viaje había sido largo, mi cuerpo aun se sentía algo incomodo por tener que caminar tanto; pues aun no veía los resultados de dicho viaje, es decir la recompensa. Se me había informado que no estaría participando del torneo sino hasta la segunda ronda del próximo día, al igual se menciono la existencia de un especial festival pre- torneo que sería para relajar un poco la tensión de cara al evento que sucedería en aproximadamente 24hrs.

Últimamente había trabajado mucho en el País del Viento, dentro de la aldea de la arena para ser exactos. Misión tras misión y arduos entrenamientos en compañía de otros Gennin del a aldea; sin duda lo que más repercusión había tenido en mí era la resolución del caso de veneno de serpiente un camino muy estrepitoso sería la descripción que le daría a esta misión y sus consecuencias.

Dejando todo eso atrás me sumergía en el epicentro de la actividad, un festival lleno de atracciones conformadas por puestos de toda clase, juegos, estantes con figuras de maderas, armas, de todo un poco. Un hombre de alrededor de unos 40 años gritaba promocionando su Sake, me gustaría poder probarlo, pero prefería mantenerme sobrio y poder disfrutar del resto de la festividad, unos minutos mas tarde una mujer de aproximadamente la misma edad, con el rostro casi tapado solo mostrando un poco su piel y sus ojos de color azul.
-Vaya…se ve interesante…-
Dije en un tono que solo fuera audible para mí mismo; me acerqué de inmediato al puesto de la anciana, que muy pequeño, a decir verdad, tenía unos peluches de colores y diseños muy llamativos; casi sin dejarme hablar me dio unos dados y con un simple gesto me invitaba a realizar una tirada de los mismos.
“No sé cómo funciona, pero no pierdo nada en intentar”
Agité un poco los dados con la mano cerrada y procedí a lanzar los mismos. Los dados al caer dieron un resultado que ni idea de que significaba; la señora procedió a tomar un peluche este era de color rojo, me lo entrego y se retiro de inmediato con una sonrisa algo maliciosa que era invisible para mis ojos. Con el peluche rojo en manos, decidí recorrer los demás puestos para ver si encontraba algo de mi interes.
Algunos minutos transcurrirían desde aquella lanzada de dados en ese juego de azar, podía ver que había muchas personas tanto locales como extranjeros de distintas aldeas; era impresionante como una mezcla tan volatíl de personas con conflictos que iban mas alla de sus propios ideales o intereses podía "convivir" por así decirlo.

Mientras me encontraba explorando un puesto de figuras de madera con forma de los lideres de cada aldea, un sonido muy extraño irrumpio en la festividad. Lo que parecía ser una luz tenua que parpadeaba con cada segundo que pasaba..."Una bengala" pensé en primera instancia, pero no estaba seguro de ello.

Las personas a mi alrededor observaban con mucha atención lo que ahora se alzaba sobre el festival en medio dicha observación un fuerte estallido irrumpio con el silencio que se habia cernido sobre el festival. La desesperación hizo presencía en el festival, ancianas, niños y niñas empezaron a correr asustados. Solte rapidamente aquel peluche de color rojo que llevaba en mi mano derecha al sentir una mano sobre mi hombro, un Jounnin de de aldea de la nieve, me daba instrucciones sobre brindar apoyo con la situación que estaba sucediendo, sin siquiera replicar en contra de dicha orden, asentí y me dispuse a seguir al Jounnin quien menciono algo sobre juntarme con otros gennins.
Antes de la primera narración:
El viaje había sido largo, mi cuerpo aun se sentía algo incomodo por tener que caminar tanto; pues aun no veía los resultados de dicho viaje, es decir la recompensa. Se me había informado que no estaría participando del torneo sino hasta la segunda ronda del próximo día, al igual se menciono la existencia de un especial festival pre- torneo que sería para relajar un poco la tensión de cara al evento que sucedería en aproximadamente 24hrs.

Últimamente había trabajado mucho en el País del Viento, dentro de la aldea de la arena para ser exactos. Misión tras misión y arduos entrenamientos en compañía de otros Gennin del a aldea; sin duda lo que más repercusión había tenido en mí era la resolución del caso de veneno de serpiente un camino muy estrepitoso sería la descripción que le daría a esta misión y sus consecuencias.

Dejando todo eso atrás me sumergía en el epicentro de la actividad, un festival lleno de atracciones conformadas por puestos de toda clase, juegos, estantes con figuras de maderas, armas, de todo un poco. Un hombre de alrededor de unos 40 años gritaba promocionando su Sake, me gustaría poder probarlo, pero prefería mantenerme sobrio y poder disfrutar del resto de la festividad, unos minutos mas tarde una mujer de aproximadamente la misma edad, con el rostro casi tapado solo mostrando un poco su piel y sus ojos de color azul.
-Vaya…se ve interesante…-
Dije en un tono que solo fuera audible para mí mismo; me acerqué de inmediato al puesto de la anciana, que muy pequeño, a decir verdad, tenía unos peluches de colores y diseños muy llamativos; casi sin dejarme hablar me dio unos dados y con un simple gesto me invitaba a realizar una tirada de los mismos.
“No sé cómo funciona, pero no pierdo nada en intentar”
Agité un poco los dados con la mano cerrada y procedí a lanzar los mismos. Los dados al caer dieron un resultado que ni idea de que significaba; la señora procedió a tomar un peluche este era de color rojo, me lo entrego y se retiro de inmediato con una sonrisa algo maliciosa que era invisible para mis ojos. Con el peluche rojo en manos, decidí recorrer los demás puestos para ver si encontraba algo de mi interes.
Algunos minutos transcurrirían desde aquella lanzada de dados en ese juego de azar, podía ver que había muchas personas tanto locales como extranjeros de distintas aldeas; era impresionante como una mezcla tan volatíl de personas con conflictos que iban mas alla de sus propios ideales o intereses podía "convivir" por así decirlo.

Mientras me encontraba explorando un puesto de figuras de madera con forma de los lideres de cada aldea, un sonido muy extraño irrumpio en la festividad. Lo que parecía ser una luz tenua que parpadeaba con cada segundo que pasaba..."Una bengala" pensé en primera instancia, pero no estaba seguro de ello.

Las personas a mi alrededor observaban con mucha atención lo que ahora se alzaba sobre el festival en medio dicha observación un fuerte estallido irrumpio con el silencio que se habia cernido sobre el festival. La desesperación hizo presencía en el festival, ancianas, niños y niñas empezaron a correr asustados. Solte rapidamente aquel peluche de color rojo que llevaba en mi mano derecha al sentir una mano sobre mi hombro, un Jounnin de de aldea de la nieve, me daba instrucciones sobre brindar apoyo con la situación que estaba sucediendo, sin siquiera replicar en contra de dicha orden, asentí y me dispuse a seguir al Jounnin quien menciono algo sobre juntarme con otros gennins.


Última edición por Yugen Nendo el Mar Ago 27, 2019 4:20 am, editado 2 veces

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Reijuu Musashi
Como si no tuviese suficiente con sentirme extraña por mi cuenta, ajena a todo el sentir humano y todo lo que el vivir conlleva, ahora tenía que lidiar con la muchedumbre que se hizo presente en mi aldea. No es que me molestara el hecho de que ahora todo Yukigakure estuviese sobrepoblada, de hecho estaba perfectamente consciente de su impacto positivo en la economía local al brindar ocupación y trabajo a todos los oriundos del país pero no podía evitarme sentir un tanto incómoda al respecto. Estar rodeada de tanta gente, saber que al día siguiente sus maliciosos ojos posarían su vista sobre mí me generaba una desconfianza natural y más que comprensible; Alguien como yo está exenta de todo lo que vivir en sociedad es, siquiera he tenido un equipo, grupo u organización con la que identificarme. No hay nada que me relacione con estas personas y sin embargo se supone debo dar un espectáculo ante ellas. ¡Y ni siquiera me considero una Shinobi! Es una situación cuanto menos peculiar, todo lo demás es algo habitual en mí. Entrar, combatir, salir, matar, cosas de mi trabajo del día a día. Solamente quedaba inundarme con el espíritu festivo para sentir… Absolutamente nada, no me provocaba nada, solamente hacía lo que los demás para no sentirme fuera de lugar y lo único que conseguí es sentirme fuera de mí.

Todos por alguna razón iban a una lotería, una señora estaba ofreciendo peluches en un puesto. Naturalmente me sumé esperando que me tocara algo bonito y… - Peluche… Quiero. - Apenas alcancé a decir por mis pésimas habilidades para comunicarme y mi nerviosismo al estar rodeada de tanta gente. Le di lo acordado, y tras participar recibí…
Como si no tuviese suficiente con sentirme extraña por mi cuenta, ajena a todo el sentir humano y todo lo que el vivir conlleva, ahora tenía que lidiar con la muchedumbre que se hizo presente en mi aldea. No es que me molestara el hecho de que ahora todo Yukigakure estuviese sobrepoblada, de hecho estaba perfectamente consciente de su impacto positivo en la economía local al brindar ocupación y trabajo a todos los oriundos del país pero no podía evitarme sentir un tanto incómoda al respecto. Estar rodeada de tanta gente, saber que al día siguiente sus maliciosos ojos posarían su vista sobre mí me generaba una desconfianza natural y más que comprensible; Alguien como yo está exenta de todo lo que vivir en sociedad es, siquiera he tenido un equipo, grupo u organización con la que identificarme. No hay nada que me relacione con estas personas y sin embargo se supone debo dar un espectáculo ante ellas. ¡Y ni siquiera me considero una Shinobi! Es una situación cuanto menos peculiar, todo lo demás es algo habitual en mí. Entrar, combatir, salir, matar, cosas de mi trabajo del día a día. Solamente quedaba inundarme con el espíritu festivo para sentir… Absolutamente nada, no me provocaba nada, solamente hacía lo que los demás para no sentirme fuera de lugar y lo único que conseguí es sentirme fuera de mí.

Todos por alguna razón iban a una lotería, una señora estaba ofreciendo peluches en un puesto. Naturalmente me sumé esperando que me tocara algo bonito y… - Peluche… Quiero. - Apenas alcancé a decir por mis pésimas habilidades para comunicarme y mi nerviosismo al estar rodeada de tanta gente. Le di lo acordado, y tras participar recibí…

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Kazuki Hayashi
Kazuki Hayashi
Festival de la nieve
La avalancha provocada

Tarde  – Verano – Año 132 – Festival de la nieve

Kazuki, después de realizar su ultima tirada, al ver que uno de los dos jóvenes de cabello carmesí la felicitaba por sus habilidades médicas inclinó la cabeza mientras sonreía en señal de agradecimiento, mientras guardaba el peluche que acababa de ganar debajo de su abrigo y se empezaba a alejar del puesto de la lotería con intención de visitar las tiendas aledañas que en su mayoría eran de comidas tradicionales de la aldea pudo ver como el chico de más o menos su misma altura chocaba intencionalmente con los dos con los que acababa de interactuar, por un momento fue a darse la vuelta e ir a agarrarle, pero cuando la señora del puesto llamó para que algunos realizaran una segunda tirada, la gente se agrupó y se cerró el camino a su objetivo a la vez que el pelirrojo que previamente lo había felicitado no parecía darle importancia y se disponía a tirar de nuevo, entonces el peliblanco desechó la idea de formar cualquier tipo de alboroto y se alejó a los puestos de comida cercanos, y se dispuso a degustar la gastronomía local.
Tras un rato dando vueltas y estando de nuevo próximo a la zona de la lotería en la que aún había gente probando su suerte, levantó un poco la cabeza al ver lo que parecía ser una bengala alzarse sobre el cielo ya casi nocturno y pocos segundos después una serie de estallidos retumbaron sobre las montañas, parecía que se había generado una avalancha y todo empezó a entrar en caos de una forma demasiado rápida para que el shinobi se diera cuenta de lo que estaba pasando, en ese momento un jounnin de yukigakure empezó a agrupar a todos los gennins que habían venido de las distintas aldeas para darles instrucciones. Lo primero fue agruparlos, como era obvio intentaron que las aldeas que mejor relación tenían hicieran equipos mutuamente, dado que la aldea de la roca no tenía una agrupación clara con el resto de aldeas, se le juntó al de ojos verdes con un muchacho de cabello rojo al igual que los dos con los que se había cruzado antes >Será que es un color común por aquí. Pensó Kazuki sin darle muchas vueltas al tema, parecía que su compañero era una persona ágil debido a su complexión delgada, su cabello era bastante largo y su altura, apenas 10 centímetros superior a la del shinobi de la roca, también parecía tener unas gafas que le podían proteger en caso de alguna ventisca, por la situación daba por hecho que era local de la aldea, sin mucho más tiempo que perder el de ojos verdes inclinó ligeramente el cuerpo en su dirección mientras pronunciaba las siguientes palabras.- Mi nombre es Kazuki Hayashi, de la aldea de la roca… y mi especialidad es el ninjutsu médico. La pequeña pausa en su frase remarcaba el toque de incertidumbre que tenía el muchacho de cara a advertir de sus habilidades a las personas con las que iba a formar equipo, pues existía la posibilidad de que tuvieran que verse las caras en el torneo que se celebraría el día siguiente. El de la roca, no tenía intención de forzar ninguna idea sobre su compañero de cara al plan, pues por razones obvias, su interlocutor estaría más familiarizado con la zona que el, por lo que antes de decir nada más se quedó mirando con una sonrisa al pelirrojo esperando una respuesta.

Datos de Kazuki:
Año 132 – Verano - Yukigakure



Kazuki Hayashi
Festival de la nieve
La avalancha provocada

Tarde  – Verano – Año 132 – Festival de la nieve

Kazuki, después de realizar su ultima tirada, al ver que uno de los dos jóvenes de cabello carmesí la felicitaba por sus habilidades médicas inclinó la cabeza mientras sonreía en señal de agradecimiento, mientras guardaba el peluche que acababa de ganar debajo de su abrigo y se empezaba a alejar del puesto de la lotería con intención de visitar las tiendas aledañas que en su mayoría eran de comidas tradicionales de la aldea pudo ver como el chico de más o menos su misma altura chocaba intencionalmente con los dos con los que acababa de interactuar, por un momento fue a darse la vuelta e ir a agarrarle, pero cuando la señora del puesto llamó para que algunos realizaran una segunda tirada, la gente se agrupó y se cerró el camino a su objetivo a la vez que el pelirrojo que previamente lo había felicitado no parecía darle importancia y se disponía a tirar de nuevo, entonces el peliblanco desechó la idea de formar cualquier tipo de alboroto y se alejó a los puestos de comida cercanos, y se dispuso a degustar la gastronomía local.
Tras un rato dando vueltas y estando de nuevo próximo a la zona de la lotería en la que aún había gente probando su suerte, levantó un poco la cabeza al ver lo que parecía ser una bengala alzarse sobre el cielo ya casi nocturno y pocos segundos después una serie de estallidos retumbaron sobre las montañas, parecía que se había generado una avalancha y todo empezó a entrar en caos de una forma demasiado rápida para que el shinobi se diera cuenta de lo que estaba pasando, en ese momento un jounnin de yukigakure empezó a agrupar a todos los gennins que habían venido de las distintas aldeas para darles instrucciones. Lo primero fue agruparlos, como era obvio intentaron que las aldeas que mejor relación tenían hicieran equipos mutuamente, dado que la aldea de la roca no tenía una agrupación clara con el resto de aldeas, se le juntó al de ojos verdes con un muchacho de cabello rojo al igual que los dos con los que se había cruzado antes >Será que es un color común por aquí. Pensó Kazuki sin darle muchas vueltas al tema, parecía que su compañero era una persona ágil debido a su complexión delgada, su cabello era bastante largo y su altura, apenas 10 centímetros superior a la del shinobi de la roca, también parecía tener unas gafas que le podían proteger en caso de alguna ventisca, por la situación daba por hecho que era local de la aldea, sin mucho más tiempo que perder el de ojos verdes inclinó ligeramente el cuerpo en su dirección mientras pronunciaba las siguientes palabras.- Mi nombre es Kazuki Hayashi, de la aldea de la roca… y mi especialidad es el ninjutsu médico. La pequeña pausa en su frase remarcaba el toque de incertidumbre que tenía el muchacho de cara a advertir de sus habilidades a las personas con las que iba a formar equipo, pues existía la posibilidad de que tuvieran que verse las caras en el torneo que se celebraría el día siguiente. El de la roca, no tenía intención de forzar ninguna idea sobre su compañero de cara al plan, pues por razones obvias, su interlocutor estaría más familiarizado con la zona que el, por lo que antes de decir nada más se quedó mirando con una sonrisa al pelirrojo esperando una respuesta.

Datos de Kazuki:
Año 132 – Verano - Yukigakure



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Hirogane Titus


Aunque me gusta el frío del invierno, el clima del país en el que me encontraba era un extremo que ni yo soportaba. Además, no estaba de muy buen humor por haber sido inscripto sin mi consentimiento en el torneo ceremonial; Supuestamente había que ocupar todos los puestos pedidos y faltaba uno. Apenas he entrenado mis habilidades ninja y con 18 años sigo siendo un Genin, cosa que no me deshonra pero que necesito cambiar para avanzar. Sabía que los participantes del ya mencionado torneo eran del mismo rango que yo, pero seguro estaban más al día con sus entrenamientos. Mi dedicación por las artes y el estudio médico me ha desviado del entrenamiento físico hacia tiempo, pero tampoco es que vivo sentado estudiando. De vez en cuando salgo a correr y trabajar mi cuerpo, ya que todo shinobi debe estar preparado para cualquier cosa...

Cuando me enteré de mi participación me sorprendí, más que nada porque mis habilidades no son primeramente ofensivas y, sabiendo como somos en el clan, nuestro cuerpo no es muy adaptable a climas helados, menos los insectos que residen en él. Pero había alguien que sí se alegraba por mi llamado: mi madre, quién ha estado deprimida desde la muerte de mi padre. Ella me incentivo un poco a ir. Creía que si me juntaba con ninjas de otras aldeas podía aprender de ellos, además de practicar en alguna batalla. Pensé en ello, y creí que mi madre estaba un poco en lo cierto, pero seguía enfadado. No me habían consultado nada y ni siquiera conocía a quienes iban conmigo. Entonces fue ahí cuando decidí llevar conmigo a mi progenitora; Al menos no estaría sólo en un lugar totalmente desconocido para mí.

Y allí estaba ella, completamente abrigada de pies a cabeza, pero sus ojos se iluminaban de asombro a medida que pasabamos por cada puesto en el festival que se hacía siempre antes del torneo. Personas de todas las aldeas iban y venían por las calles, sonriendo y comiendo o bebiendo. En un momento mi madre se detuvo y miró fijamente uno de los puestos de juego. Parecía uno de esos lugares donde se debía hacer algo y completar el objetivo, lanzando algo, ya que había varios peluches diferentes colocados en la pared del fondo. Una ancianita era la que atendía aquél espacio, pero cuando le pregunté que debía hacer, sólo me dijo que necesitaba sacar un papel de la caja roja y allí vería qué. Esa caja se ubicaba a mi derecha, arriba de una especie de mesa que separaba a la gente de la señora y los premios. Fue así como metí lentamente la mano por el agujero que tenía en la parte superior, con miedo a que algo raro estuviese dentro, pero sólo toque papel. Tomé uno de ellos y saqué la mano. Abrí el papel y se lo mostré a la mujer. Esta tomó el peluche y vino a entregarmelo, pero le dije que se lo de a mi madre, quien lo tomo con una sonrisa y me agradeció. Juntos nos alejamos del puesto en busca de algo rico para comer.

Pasados algunos minutos incontables, encontramos un puesto con ramen. Nos encanta esa comida, así que decidimos pedirnos un plato cada uno; No eran caros, por lo que pudimos darnos el gusto. Mientras disfrutabamos de los sabores de aquella exquisitez, pude ver a lo lejos una pequeña luz roja que se alzaba hacia el cielo, pero no le dí importancia alguna... Hasta que un fuerte estruendo proveniente de lo que parecían ser unas montañas interrumpió la calma del festival. Mi madre pegó un pequeño salto en la silla en la que estaba y yo me levanté sin pensar. Miré alrededor y noté cierto movimiento extraño. En un segundo, un shinobi de Kumogakure se apareció a mi lado y me pidió que lo siguiera pues había ocurrido un derrumbe en la aldea cercana al lugar. Miré a mi madre y ella asintió sin mediar palabra, como si supiese lo que debía hacer. Así que pregunté donde y seguí al ninja hacia donde iriamos.



Aunque me gusta el frío del invierno, el clima del país en el que me encontraba era un extremo que ni yo soportaba. Además, no estaba de muy buen humor por haber sido inscripto sin mi consentimiento en el torneo ceremonial; Supuestamente había que ocupar todos los puestos pedidos y faltaba uno. Apenas he entrenado mis habilidades ninja y con 18 años sigo siendo un Genin, cosa que no me deshonra pero que necesito cambiar para avanzar. Sabía que los participantes del ya mencionado torneo eran del mismo rango que yo, pero seguro estaban más al día con sus entrenamientos. Mi dedicación por las artes y el estudio médico me ha desviado del entrenamiento físico hacia tiempo, pero tampoco es que vivo sentado estudiando. De vez en cuando salgo a correr y trabajar mi cuerpo, ya que todo shinobi debe estar preparado para cualquier cosa...

Cuando me enteré de mi participación me sorprendí, más que nada porque mis habilidades no son primeramente ofensivas y, sabiendo como somos en el clan, nuestro cuerpo no es muy adaptable a climas helados, menos los insectos que residen en él. Pero había alguien que sí se alegraba por mi llamado: mi madre, quién ha estado deprimida desde la muerte de mi padre. Ella me incentivo un poco a ir. Creía que si me juntaba con ninjas de otras aldeas podía aprender de ellos, además de practicar en alguna batalla. Pensé en ello, y creí que mi madre estaba un poco en lo cierto, pero seguía enfadado. No me habían consultado nada y ni siquiera conocía a quienes iban conmigo. Entonces fue ahí cuando decidí llevar conmigo a mi progenitora; Al menos no estaría sólo en un lugar totalmente desconocido para mí.

Y allí estaba ella, completamente abrigada de pies a cabeza, pero sus ojos se iluminaban de asombro a medida que pasabamos por cada puesto en el festival que se hacía siempre antes del torneo. Personas de todas las aldeas iban y venían por las calles, sonriendo y comiendo o bebiendo. En un momento mi madre se detuvo y miró fijamente uno de los puestos de juego. Parecía uno de esos lugares donde se debía hacer algo y completar el objetivo, lanzando algo, ya que había varios peluches diferentes colocados en la pared del fondo. Una ancianita era la que atendía aquél espacio, pero cuando le pregunté que debía hacer, sólo me dijo que necesitaba sacar un papel de la caja roja y allí vería qué. Esa caja se ubicaba a mi derecha, arriba de una especie de mesa que separaba a la gente de la señora y los premios. Fue así como metí lentamente la mano por el agujero que tenía en la parte superior, con miedo a que algo raro estuviese dentro, pero sólo toque papel. Tomé uno de ellos y saqué la mano. Abrí el papel y se lo mostré a la mujer. Esta tomó el peluche y vino a entregarmelo, pero le dije que se lo de a mi madre, quien lo tomo con una sonrisa y me agradeció. Juntos nos alejamos del puesto en busca de algo rico para comer.

Pasados algunos minutos incontables, encontramos un puesto con ramen. Nos encanta esa comida, así que decidimos pedirnos un plato cada uno; No eran caros, por lo que pudimos darnos el gusto. Mientras disfrutabamos de los sabores de aquella exquisitez, pude ver a lo lejos una pequeña luz roja que se alzaba hacia el cielo, pero no le dí importancia alguna... Hasta que un fuerte estruendo proveniente de lo que parecían ser unas montañas interrumpió la calma del festival. Mi madre pegó un pequeño salto en la silla en la que estaba y yo me levanté sin pensar. Miré alrededor y noté cierto movimiento extraño. En un segundo, un shinobi de Kumogakure se apareció a mi lado y me pidió que lo siguiera pues había ocurrido un derrumbe en la aldea cercana al lugar. Miré a mi madre y ella asintió sin mediar palabra, como si supiese lo que debía hacer. Así que pregunté donde y seguí al ninja hacia donde iriamos.



Última edición por Hirogane Titus el Miér Ago 28, 2019 2:42 am, editado 2 veces

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Sabaku Tsunayoshi
Su segundo premio recibido en la lotería quizás no había llegado ni a la mitad del valor del primero, pero no por ello iba a rechazarlo. Que representase el segundo peor de los muñecos a obtener realmente no le importó en absoluto, es que ni el que había obtenido al principio le interesaba realmente. Nuevamente agradecía de manera cortés el premio de la encargada de aquel peculiar juego de azar, tomaba su segundo peluche, que al igual que el primero no sabía qué hacer con el, y decidió seguir su recorrido por la festiva zona llena de coloridos puestos, risas sin fin, pero sobretodo, gente de aquí para allá...

[...]

Hacía mucho que la alegría no le invadía como ese final de la tarde había hecho. Claro que no brincaba en una pierna cual infante en el jardín pre-escolar, mantenía una seriedad que aburría a quien le mirase, pero sí que podía sentir como una paz que no había podido tener desde hacía mucho tiempo le empezaba a calmar en cierta medida aquel insoportable dolor que día a día le derrumbaba por dentro peor que cualquier enfermedad conocida por el hombre. Su andar pasivo le llevó a visitar una variada cantidad de puestos comerciantes y de juegos también. Las bebidas alcohólicas no eran de su agrado del todo, mucho menos las descompensadas víctimas del licor excesivo, por lo que los comercios donde las ofrecían eran ignorados por el de rojiza cabellera. La comida tampoco era de su interés en esos momentos pues ya había probado una buena cantidad de alimento anteriormente, pero vaya que los comelones no tenían un estómago tan pequeño como el suyo, pues muchas de esas personas se hallaban en la tarea de llenar sus estómagos como si no hubiera un mañana en los correspondientes puestos. Los juegos tampoco le atrayeron, ya con los premios que había ganado en la lotería de aquella misteriosa pero amable señora bastaba para el arenero de grandes ojeras. ¿Qué estaba haciendo entonces en un festival aquel aguafiestas? Sólo pasear... Caminaba sin rumbo aparente, exploraba cada rincón sin demostrar lo que su curiosidad le provocaba. Esas ganas de saber qué más se podía encontrar eran bien disimuladas por su inexpresiva, y hasta cierto punto desesperante, mirada color turquesa suave.

Para cuando su recorrido le llevó hasta lo que parecía ser una pequeña plaza, dirigió sus pasos hasta un banco cerca de una diminuta fuente de no más de dos metros de circunferencia para así reposar en aquel lugar al sentarse y seguir haciendo lo que hasta ahora había hecho; observar en silencio. El agua fría y de constante movimiento en la fuente tras de sí, por alguna razón ayudaba a que la paz que sentía el Sabaku fuera aún mayor.

Su estancia en la plazita no sería muy extensa. Su mirada se había perdido en el cielo que lentamente se oscurecía, mostrando un mar de estrellas y una preciosa luna creciente que más que probable, ayudarían a aquella festividad a ser aún más increíble para el ojo de todo espectador y participante de lo que ya era. Sin embargo, su atención sería arrebatada de ese hermoso espectáculo del universo cuando una luz artificial color rojiza como el fuego mismo empezó a iluminar una parte del cielo por sobre una montaña cercana. ("¿Y eso?") - Su mirada no se inmutó. Le extrañó aquello, claro, pero no debía significar algo malo, ¿o si? Internamente pedía a una fuerza celestial que no fuera así. No esperaba que ese lugar tan alegre fuera afectado por la maldad que desgraciadamente el mundo actual tenía hospedada en la mentalidad de muchos de sus habitantes. El sonoro y notable ruido de varias explosiones le hizo entender que las cosas iban a ponerse feas en esos momentos. ("Maldición...") - Levantó su humanidad del asiento de concreto para observar el pánico que ya empezaba a generarse a su alrededor. Niños y adultos indefensos corriendo sin rumbo aparente. Gritos y llantos no se hicieron esperar. ¿Pero qué pasaba realmente? No iba a quedarse a preguntárselo a sí mismo. Un posible ataque terrorista podía estarse presentando y él, como shinobi de la arena, no podía quedarse de brazos cruzados si podía ayudar en algo a los civiles, aunque fuera sólo un poco.

No tardó nada en empezar un recorrido a paso rápido sin rumbo aparente pero con la clara intención de prestar apoyo a quien lo necesitase pues sabía que en aquel lugar se hallaban shinobis mucho más capacitados y pudientes que él. No obstante, terminaría siendo llamado por un ninja, de aparentemente alto rango, quien pediría su colaboración para ayudar en la aldea aledaña al lugar pues al parecer dicho sitio correría un peligro mortal. No necesitó ni de un segundo para asentir a la petición de ayuda y ponerse a la orden, todo fuera por servir a los inocentes civiles, todo fuera por cumplir su labor como ninja que no era más que esa, garantizar protección y seguridad a todos y todas, todo fuera por seguir su camino ninja...

En cuestión de segundos acabó siendo reunido junto a un grupo de varios ninjas de notable juventud al igual que él, quizás Gennin también o puede que Chunnin algunos. Probablemente algunos de los participantes del torneo al que el pelirrojo se presentaría el día siguiente también se encontraban allí, no lo sabría con certeza. Algunas bandas ninja portadas por unos que otros de los presentes facilitarían la identificación de la procedencia de los mismos. Se necesitaba formar grupos de tres ninjas por lo que había entendido de las instrucciones que el shinobi quien había pedido su ayuda les decía. Terminó formando equipo con una muchacha y un chico que por alguna extraña razón se le hacía familiar, ambos de cabelleras rojizas que tranquilamente hacían juego con la propia del Sabaku. Miró a la fémina, una linda cara que más que probable no debía de ser subestimada. Detalló también al joven, unos rasgos faciales y unos ojos que ayudaron a confirmar lo que ya creía él; ya lo conocía...

- Saludos, mi nombre es Tsunayoshi, les apoyaré en lo que pueda, es un gusto - Realizaría una reverencia en señal de saludo hacia sus compañeros para luego reincorporarse y fijar sus perlas color turquesa en el joven aliado. - Pero... ¿Yamanaka Kanon? - No estaría cien por ciento seguro de que se tratara de él, pero ante la duda mejor asegurarse. Miraría también a la chica para esperar saber un poco sobre ella, después de todo debían de al menos saber sus nombres si trabajarían juntos como equipo momentáneamente.

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Off Rol:
Su segundo premio recibido en la lotería quizás no había llegado ni a la mitad del valor del primero, pero no por ello iba a rechazarlo. Que representase el segundo peor de los muñecos a obtener realmente no le importó en absoluto, es que ni el que había obtenido al principio le interesaba realmente. Nuevamente agradecía de manera cortés el premio de la encargada de aquel peculiar juego de azar, tomaba su segundo peluche, que al igual que el primero no sabía qué hacer con el, y decidió seguir su recorrido por la festiva zona llena de coloridos puestos, risas sin fin, pero sobretodo, gente de aquí para allá...

[...]

Hacía mucho que la alegría no le invadía como ese final de la tarde había hecho. Claro que no brincaba en una pierna cual infante en el jardín pre-escolar, mantenía una seriedad que aburría a quien le mirase, pero sí que podía sentir como una paz que no había podido tener desde hacía mucho tiempo le empezaba a calmar en cierta medida aquel insoportable dolor que día a día le derrumbaba por dentro peor que cualquier enfermedad conocida por el hombre. Su andar pasivo le llevó a visitar una variada cantidad de puestos comerciantes y de juegos también. Las bebidas alcohólicas no eran de su agrado del todo, mucho menos las descompensadas víctimas del licor excesivo, por lo que los comercios donde las ofrecían eran ignorados por el de rojiza cabellera. La comida tampoco era de su interés en esos momentos pues ya había probado una buena cantidad de alimento anteriormente, pero vaya que los comelones no tenían un estómago tan pequeño como el suyo, pues muchas de esas personas se hallaban en la tarea de llenar sus estómagos como si no hubiera un mañana en los correspondientes puestos. Los juegos tampoco le atrayeron, ya con los premios que había ganado en la lotería de aquella misteriosa pero amable señora bastaba para el arenero de grandes ojeras. ¿Qué estaba haciendo entonces en un festival aquel aguafiestas? Sólo pasear... Caminaba sin rumbo aparente, exploraba cada rincón sin demostrar lo que su curiosidad le provocaba. Esas ganas de saber qué más se podía encontrar eran bien disimuladas por su inexpresiva, y hasta cierto punto desesperante, mirada color turquesa suave.

Para cuando su recorrido le llevó hasta lo que parecía ser una pequeña plaza, dirigió sus pasos hasta un banco cerca de una diminuta fuente de no más de dos metros de circunferencia para así reposar en aquel lugar al sentarse y seguir haciendo lo que hasta ahora había hecho; observar en silencio. El agua fría y de constante movimiento en la fuente tras de sí, por alguna razón ayudaba a que la paz que sentía el Sabaku fuera aún mayor.

Su estancia en la plazita no sería muy extensa. Su mirada se había perdido en el cielo que lentamente se oscurecía, mostrando un mar de estrellas y una preciosa luna creciente que más que probable, ayudarían a aquella festividad a ser aún más increíble para el ojo de todo espectador y participante de lo que ya era. Sin embargo, su atención sería arrebatada de ese hermoso espectáculo del universo cuando una luz artificial color rojiza como el fuego mismo empezó a iluminar una parte del cielo por sobre una montaña cercana. ("¿Y eso?") - Su mirada no se inmutó. Le extrañó aquello, claro, pero no debía significar algo malo, ¿o si? Internamente pedía a una fuerza celestial que no fuera así. No esperaba que ese lugar tan alegre fuera afectado por la maldad que desgraciadamente el mundo actual tenía hospedada en la mentalidad de muchos de sus habitantes. El sonoro y notable ruido de varias explosiones le hizo entender que las cosas iban a ponerse feas en esos momentos. ("Maldición...") - Levantó su humanidad del asiento de concreto para observar el pánico que ya empezaba a generarse a su alrededor. Niños y adultos indefensos corriendo sin rumbo aparente. Gritos y llantos no se hicieron esperar. ¿Pero qué pasaba realmente? No iba a quedarse a preguntárselo a sí mismo. Un posible ataque terrorista podía estarse presentando y él, como shinobi de la arena, no podía quedarse de brazos cruzados si podía ayudar en algo a los civiles, aunque fuera sólo un poco.

No tardó nada en empezar un recorrido a paso rápido sin rumbo aparente pero con la clara intención de prestar apoyo a quien lo necesitase pues sabía que en aquel lugar se hallaban shinobis mucho más capacitados y pudientes que él. No obstante, terminaría siendo llamado por un ninja, de aparentemente alto rango, quien pediría su colaboración para ayudar en la aldea aledaña al lugar pues al parecer dicho sitio correría un peligro mortal. No necesitó ni de un segundo para asentir a la petición de ayuda y ponerse a la orden, todo fuera por servir a los inocentes civiles, todo fuera por cumplir su labor como ninja que no era más que esa, garantizar protección y seguridad a todos y todas, todo fuera por seguir su camino ninja...

En cuestión de segundos acabó siendo reunido junto a un grupo de varios ninjas de notable juventud al igual que él, quizás Gennin también o puede que Chunnin algunos. Probablemente algunos de los participantes del torneo al que el pelirrojo se presentaría el día siguiente también se encontraban allí, no lo sabría con certeza. Algunas bandas ninja portadas por unos que otros de los presentes facilitarían la identificación de la procedencia de los mismos. Se necesitaba formar grupos de tres ninjas por lo que había entendido de las instrucciones que el shinobi quien había pedido su ayuda les decía. Terminó formando equipo con una muchacha y un chico que por alguna extraña razón se le hacía familiar, ambos de cabelleras rojizas que tranquilamente hacían juego con la propia del Sabaku. Miró a la fémina, una linda cara que más que probable no debía de ser subestimada. Detalló también al joven, unos rasgos faciales y unos ojos que ayudaron a confirmar lo que ya creía él; ya lo conocía...

- Saludos, mi nombre es Tsunayoshi, les apoyaré en lo que pueda, es un gusto - Realizaría una reverencia en señal de saludo hacia sus compañeros para luego reincorporarse y fijar sus perlas color turquesa en el joven aliado. - Pero... ¿Yamanaka Kanon? - No estaría cien por ciento seguro de que se tratara de él, pero ante la duda mejor asegurarse. Miraría también a la chica para esperar saber un poco sobre ella, después de todo debían de al menos saber sus nombres si trabajarían juntos como equipo momentáneamente.

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Tio Tameiki
Las actividades sociales no eran su punto fuerte, tanto por su falta de interés en conocer a otros, como por la dificultad de establecer interacción alguna debido a su particular medio de comunicación. Sin embargo, eso no resultaba impedimento para que disfrutase el festival ofrecido por la aldea donde se venía desarrollando el popular torneo ninja, así que tan pronto como se desocupó de algunas labores secundarias encargadas por su madre, se alistó para visitar los rincones más animados de todo el lugar.

Por supuesto, su camino inició en los puestos de comida capaces de transportarse con facilidad, como el pulpo o los pinchos de fruta dulce. Degustaba cada bocado disimulando su alegría con el trozo de tela que cubría la mitad de su rostro y hacía las veces de máscara. Avanzó por todas las calles mientras comía sin cesar, animada por la música de fondo, los fuegos artificiales y uno que otro espectáculo espontáneo que surgía en el camino. Sentía que venir antes de que iniciasen los combates fue una buena decisión, pues le ayudaba a despejar su cabeza de pensamientos molestos.

Se divertía en todo aspecto posible, pero no podía completar su jornada sin antes disfrutar de algunos juegos, como la pesca con papel o el tiro al blanco. Había algunos puestos especiales para los ninjas debido a que las capacidades naturales de ellos superaban por crecer a la de los civiles, pero un puesto mezclaba ambos tipos de personas mientras repartía premios a diestra y siniestra: Una lotería.

Seducida por los esponjosos peluches que eran ofertados como premios, se acercó hasta la señora que dirigía el puesto. ‘Quisiera intentar una vez’ explicó, recibiendo así lo necesario para participar en el sorteo. Cerró los ojos para darle mayor suspenso al asunto, escuchando algunos gritos de júbilo de otros espectadores y recibiendo en sus brazos tan dichoso objeto.

Sin embargo, ni siquiera tuvo tiempo de disfrutar el momento, pues un estruendo se escuchó en la cercanía, señal de que algo no estaba bien. Con su habitual costumbre de enfocar su audición, pudo entender que con un derrumbe cerca tendrían que movilizar personal para apoyar en el rescate de los pobladores. ‘No me incumbe’, negó varias veces con la cabeza, hablando consigo misma, pensando retirarse del lugar para ir a descansar; más un Jounnin oriundo del lugar le cortó el paso, solicitando que lo acompañase.

Y así, el tierno peluche quedó en segundo plano.
Las actividades sociales no eran su punto fuerte, tanto por su falta de interés en conocer a otros, como por la dificultad de establecer interacción alguna debido a su particular medio de comunicación. Sin embargo, eso no resultaba impedimento para que disfrutase el festival ofrecido por la aldea donde se venía desarrollando el popular torneo ninja, así que tan pronto como se desocupó de algunas labores secundarias encargadas por su madre, se alistó para visitar los rincones más animados de todo el lugar.

Por supuesto, su camino inició en los puestos de comida capaces de transportarse con facilidad, como el pulpo o los pinchos de fruta dulce. Degustaba cada bocado disimulando su alegría con el trozo de tela que cubría la mitad de su rostro y hacía las veces de máscara. Avanzó por todas las calles mientras comía sin cesar, animada por la música de fondo, los fuegos artificiales y uno que otro espectáculo espontáneo que surgía en el camino. Sentía que venir antes de que iniciasen los combates fue una buena decisión, pues le ayudaba a despejar su cabeza de pensamientos molestos.

Se divertía en todo aspecto posible, pero no podía completar su jornada sin antes disfrutar de algunos juegos, como la pesca con papel o el tiro al blanco. Había algunos puestos especiales para los ninjas debido a que las capacidades naturales de ellos superaban por crecer a la de los civiles, pero un puesto mezclaba ambos tipos de personas mientras repartía premios a diestra y siniestra: Una lotería.

Seducida por los esponjosos peluches que eran ofertados como premios, se acercó hasta la señora que dirigía el puesto. ‘Quisiera intentar una vez’ explicó, recibiendo así lo necesario para participar en el sorteo. Cerró los ojos para darle mayor suspenso al asunto, escuchando algunos gritos de júbilo de otros espectadores y recibiendo en sus brazos tan dichoso objeto.

Sin embargo, ni siquiera tuvo tiempo de disfrutar el momento, pues un estruendo se escuchó en la cercanía, señal de que algo no estaba bien. Con su habitual costumbre de enfocar su audición, pudo entender que con un derrumbe cerca tendrían que movilizar personal para apoyar en el rescate de los pobladores. ‘No me incumbe’, negó varias veces con la cabeza, hablando consigo misma, pensando retirarse del lugar para ir a descansar; más un Jounnin oriundo del lugar le cortó el paso, solicitando que lo acompañase.

Y así, el tierno peluche quedó en segundo plano.

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Master MC
El miembro 'Tio Tameiki' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados


'Peluche' :
[Social Pre-Torneo] Festival de la Nieve - Página 3 49ZC6ID
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'Peluche' :
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Kanon
Festival de la Nieve
Hizo su última tirada de suerte y le tocó un peluche rojo, bastante bonito para su vista cabía añadir. Era exactamente el mismo peluche que su amiga pelirroja había conseguido, lo cual para Kanon fue una total coincidencia extraña del destino, pues ambos habían realizado 2 tiradas y en ambas habían conseguido que su suerte coincidiera. ¿Significaba eso que ninguno de los 2 lograría hacerse con la victoria en el torneo el día siguiente? No es como si estuviera seguro de que iba a ganar, pero… Es obvio que 2 nunca podrán ganar algo que se organiza como individual.

Algo más animado con sus 2 peluches, se dispuso a irse junto a Irina de puesto en puesto, buscando más cosas interesantes que hacer. Pasó el rato, era divertido estar por ahí con su prima, riendo, charlando, hablando de tonterías que quizá para los demás eran solo eso… “tonterías” que para ellos eran algo más importantes.

No supo cómo ni cuando, una bengala pudo ser vista en el oscuro manto de la noche. Kanon tomó esto como una especie de celebración por el torneo ceremonial, o incluso una bienvenida por parte de la aldea de la nieve. Estallidos y ruidos explosivos sonaron alrededor, y la primera reacción del pelirrojo fue tomar a su prima y gritarle —¡Debemos averiguar qué pasa! —para poco después ser agrupados por un ninja de alto rango de la Nieve con otro ninja.

Fue así como, de una simple situación relajante y cualquiera, terminó formando equipo con su prima Irina y un Sabaku que conocía. Era imposible no saber quien era, esa peculiar calabaza, esa expresión en su rostro y el cabello rojizo confirmaron sus sospechas. Aunque la situación no era la apropiada, se rió mentalmente del hecho de que los 3 que formarían el equipo fueran pelirrojos.

—Soy Kanon Yamanaka solo si tú eres Tsunayoshi —sonrió a su conocido. Qué pequeño era el mundo, pensó. Ambos habían estado juntos en una misión tiempo atrás, y aunque resultaba difícil de explicar, a Kanon le caía bien aquel chico de la arena. —Ya sabes, técnicas mentales, elemento rayo y ninjutsu médico —le recordó sus habilidades, esperando que él hiciera lo mismo.


Festival de la Nieve
Hizo su última tirada de suerte y le tocó un peluche rojo, bastante bonito para su vista cabía añadir. Era exactamente el mismo peluche que su amiga pelirroja había conseguido, lo cual para Kanon fue una total coincidencia extraña del destino, pues ambos habían realizado 2 tiradas y en ambas habían conseguido que su suerte coincidiera. ¿Significaba eso que ninguno de los 2 lograría hacerse con la victoria en el torneo el día siguiente? No es como si estuviera seguro de que iba a ganar, pero… Es obvio que 2 nunca podrán ganar algo que se organiza como individual.

Algo más animado con sus 2 peluches, se dispuso a irse junto a Irina de puesto en puesto, buscando más cosas interesantes que hacer. Pasó el rato, era divertido estar por ahí con su prima, riendo, charlando, hablando de tonterías que quizá para los demás eran solo eso… “tonterías” que para ellos eran algo más importantes.

No supo cómo ni cuando, una bengala pudo ser vista en el oscuro manto de la noche. Kanon tomó esto como una especie de celebración por el torneo ceremonial, o incluso una bienvenida por parte de la aldea de la nieve. Estallidos y ruidos explosivos sonaron alrededor, y la primera reacción del pelirrojo fue tomar a su prima y gritarle —¡Debemos averiguar qué pasa! —para poco después ser agrupados por un ninja de alto rango de la Nieve con otro ninja.

Fue así como, de una simple situación relajante y cualquiera, terminó formando equipo con su prima Irina y un Sabaku que conocía. Era imposible no saber quien era, esa peculiar calabaza, esa expresión en su rostro y el cabello rojizo confirmaron sus sospechas. Aunque la situación no era la apropiada, se rió mentalmente del hecho de que los 3 que formarían el equipo fueran pelirrojos.

—Soy Kanon Yamanaka solo si tú eres Tsunayoshi —sonrió a su conocido. Qué pequeño era el mundo, pensó. Ambos habían estado juntos en una misión tiempo atrás, y aunque resultaba difícil de explicar, a Kanon le caía bien aquel chico de la arena. —Ya sabes, técnicas mentales, elemento rayo y ninjutsu médico —le recordó sus habilidades, esperando que él hiciera lo mismo.


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Anonymous
III
Llamado se auxilio


¿Quieres un combate? Solo lanzando un kunai podría vencerte. — Se volteó después de guardar su premio debajo de su túnica. Miraría directamente a las dos personas que osaron mostrar su descontento por los empujones del Yuki. Si había que pelear no se echaría para atrás. De hecho, tenía muchas ganas de hacerlo. El tener que recorrer tan largo viaje únicamente para ver a ninjas disfrutando de la buena vida le sacaba toda la emoción de pelear. — La estatura no define la habilidad de un ninja. De seguro en su aldea no les enseñaron ni a lanzar armas. — Casualmente estaba hablando más de lo necesario, como si estuviera siendo inspirado por un ser de más allá. Debía decir esas cosas para provocar a esa parejita de ninjas, quizás conseguiría algo entretenido.

Sin embargo, algo distraería toda la acción. ¿Bengalas? Algo se veía a lo lejos, además de que se escuchó un ruido horrible. — Parece que algo pasó. — No pasaron muchos segundos antes de que los ninjas que estaban festejando comenzaron a movilizarse. Al parecer todos saldrían de la aldea para ir donde supuestamente estaba el problema. Uno de los ninjas que iban corriendo descendió de los techos en los cuales saltaba para hablar con los gennins que estaban presentes. Se les avisó que por obligación también deberían ir a ayudar. — ¿Hmm? Me importa una mierda lo que debe estar pasando por allá.  — Independiente de sus palabras es consiente de que si es una obligación no puede negarse.

Lo peor de todo es que estaba junto a esos dos que se atrevieron a darle cara. ¿Acaso tendría que ir con ellos? El día no podría ir de mal en peor. — Al parecer deberemos dejar nuestro enfrentamiento para otro momento. — No había de otra.





Emme




III
Llamado se auxilio


¿Quieres un combate? Solo lanzando un kunai podría vencerte. — Se volteó después de guardar su premio debajo de su túnica. Miraría directamente a las dos personas que osaron mostrar su descontento por los empujones del Yuki. Si había que pelear no se echaría para atrás. De hecho, tenía muchas ganas de hacerlo. El tener que recorrer tan largo viaje únicamente para ver a ninjas disfrutando de la buena vida le sacaba toda la emoción de pelear. — La estatura no define la habilidad de un ninja. De seguro en su aldea no les enseñaron ni a lanzar armas. — Casualmente estaba hablando más de lo necesario, como si estuviera siendo inspirado por un ser de más allá. Debía decir esas cosas para provocar a esa parejita de ninjas, quizás conseguiría algo entretenido.

Sin embargo, algo distraería toda la acción. ¿Bengalas? Algo se veía a lo lejos, además de que se escuchó un ruido horrible. — Parece que algo pasó. — No pasaron muchos segundos antes de que los ninjas que estaban festejando comenzaron a movilizarse. Al parecer todos saldrían de la aldea para ir donde supuestamente estaba el problema. Uno de los ninjas que iban corriendo descendió de los techos en los cuales saltaba para hablar con los gennins que estaban presentes. Se les avisó que por obligación también deberían ir a ayudar. — ¿Hmm? Me importa una mierda lo que debe estar pasando por allá.  — Independiente de sus palabras es consiente de que si es una obligación no puede negarse.

Lo peor de todo es que estaba junto a esos dos que se atrevieron a darle cara. ¿Acaso tendría que ir con ellos? El día no podría ir de mal en peor. — Al parecer deberemos dejar nuestro enfrentamiento para otro momento. — No había de otra.





Emme






Última edición por Sedrion el Miér Ago 28, 2019 5:19 am, editado 1 vez

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