Historia narrada por Mizuno Yui —Mar Oct 15, 2019 2:59 am
Había limpiado ya en ocasiones algunas aulas y áreas de la academia, así que contaba con poder utilizar el área de entrenamiento para lo mismo en que solían hacerlo los demás futuros chibi ninjas de la aldea. Esta ocasión era dedicada a entrenar su agilidad, por lo que imaginó de qué manera utilizaría los materiales del dojo y una que otra pieza escolar que había cargado para allá, comenzó con un una carrera en la que mezclaba su velocidad al desplazarse entre algunas piezas colocadas a manera de humanos como si estuviera esquivando oponentes, pasaba por debajo de palos de escoba que en su imaginación se trataban de las katanas de sus oponentes, daba golpes en los troncos que los sostenían y corría a dar una patada a la figura siguiente, tras ese conjunto de movimientos se dejaba caer al suelo, giraba hacia ambos lados para simular la forma en que podría esquivar ataques dirigidos hacia ella si llegase a caer a pies de un enemigo, y se levantaba de un golpe para escabullirse con un desliz debajo de un pupitre como si de pasar entre piernas enemigas se tratara, sintió como la esquina donde se juntaban el metal y madera de uno de ellos le apresaba algunos cabellos al momento en que brincaba fuera para ir hacia su siguiente “enemigo” un pequeño dolor que quizá serviría como motivante para su siguiente acción.
-¡Kya!- Gritó tras dar un golpe justo en el centro de la espalda, en uno de los torsos humanos que tenían como herramienta principal del área de entrenamiento, y tan pronto hizo esto se apartó a la velocidad y distancia que le daban dos brincos un poco desequilibrados, como si hubiera visto a su opositor contra-atacándola “Con ese grito me habría matado” Pensó calculando que de no haber acertado un golpe mortal en la columna o cerca de un punto vital a quien atacaba, este la habría derribado con facilidad por ese error. Se sintió algo molesta por ello, ya que deseaba mucho más, y debería esforzarse mucho más también para conseguirlo, algo difícil ahora que estaba tan rezagada, sacó un par de kunais arrojando uno hacia una cuerda que sostenía una red con instrumentos sobre ella, comenzaron a caer borradores de los escritorios, lapiceros, trozos de tiza y libros pequeños como una lluvia escolar sobre ella, corría de un extremo a otro de la sala tratando de esquivarlos, como si aquello se tratara de una lluvia de armas enemigas sobre ella, mientras se movía bajo la lluvia pasaba a un costado de los muebles e instrumentos que había colocado simulando humanos, en sus movimientos de esquivación trataba de desviar con el kunai que llevaba en la mano los objetos más más pequeños, algo difícil ya que no acostumbraba a enfrentar a una multitud de personas a la vez, o moverse entre ellos para atacar a alguien diferente, llegó al otro extremo de la sala cubierta con tiza encima de los hombros y el cabello, la esquina de un libro le había pegado en la espalda y estaba casi segura de que con eso no sería suficiente para volverse una kunoichi aún más ágil, que necesitaría entrenar aún más, así que comenzó a juntar todas las cosas para volver a comenzar.
Había limpiado ya en ocasiones algunas aulas y áreas de la academia, así que contaba con poder utilizar el área de entrenamiento para lo mismo en que solían hacerlo los demás futuros chibi ninjas de la aldea. Esta ocasión era dedicada a entrenar su agilidad, por lo que imaginó de qué manera utilizaría los materiales del dojo y una que otra pieza escolar que había cargado para allá, comenzó con un una carrera en la que mezclaba su velocidad al desplazarse entre algunas piezas colocadas a manera de humanos como si estuviera esquivando oponentes, pasaba por debajo de palos de escoba que en su imaginación se trataban de las katanas de sus oponentes, daba golpes en los troncos que los sostenían y corría a dar una patada a la figura siguiente, tras ese conjunto de movimientos se dejaba caer al suelo, giraba hacia ambos lados para simular la forma en que podría esquivar ataques dirigidos hacia ella si llegase a caer a pies de un enemigo, y se levantaba de un golpe para escabullirse con un desliz debajo de un pupitre como si de pasar entre piernas enemigas se tratara, sintió como la esquina donde se juntaban el metal y madera de uno de ellos le apresaba algunos cabellos al momento en que brincaba fuera para ir hacia su siguiente “enemigo” un pequeño dolor que quizá serviría como motivante para su siguiente acción.
-¡Kya!- Gritó tras dar un golpe justo en el centro de la espalda, en uno de los torsos humanos que tenían como herramienta principal del área de entrenamiento, y tan pronto hizo esto se apartó a la velocidad y distancia que le daban dos brincos un poco desequilibrados, como si hubiera visto a su opositor contra-atacándola “Con ese grito me habría matado” Pensó calculando que de no haber acertado un golpe mortal en la columna o cerca de un punto vital a quien atacaba, este la habría derribado con facilidad por ese error. Se sintió algo molesta por ello, ya que deseaba mucho más, y debería esforzarse mucho más también para conseguirlo, algo difícil ahora que estaba tan rezagada, sacó un par de kunais arrojando uno hacia una cuerda que sostenía una red con instrumentos sobre ella, comenzaron a caer borradores de los escritorios, lapiceros, trozos de tiza y libros pequeños como una lluvia escolar sobre ella, corría de un extremo a otro de la sala tratando de esquivarlos, como si aquello se tratara de una lluvia de armas enemigas sobre ella, mientras se movía bajo la lluvia pasaba a un costado de los muebles e instrumentos que había colocado simulando humanos, en sus movimientos de esquivación trataba de desviar con el kunai que llevaba en la mano los objetos más más pequeños, algo difícil ya que no acostumbraba a enfrentar a una multitud de personas a la vez, o moverse entre ellos para atacar a alguien diferente, llegó al otro extremo de la sala cubierta con tiza encima de los hombros y el cabello, la esquina de un libro le había pegado en la espalda y estaba casi segura de que con eso no sería suficiente para volverse una kunoichi aún más ágil, que necesitaría entrenar aún más, así que comenzó a juntar todas las cosas para volver a comenzar.
Historia narrada por Mizuno Yui —Vie Nov 15, 2019 1:24 am
El dolor en la espalda era lo más incómodo en ese momento, y se agudizaba con la sensación de decepción al notar que no había logrado mucho en su intento de "esquivar" las armas de sus oponentes, y mucho menos podrían esquivar cuerpos si no era capaz de soportar el golpe agudo de un libro, pero la idea de ser una mujer imponente como lo era su madre la mantenían llena de esperanza, y determinación de superar cualquier otro obstáculo que limitara sus posibilidades de crecer, levantó unos cuantos borradores y la esquina de la red que había usado para soportar la lluvia de utensilios, se dirigió a una esquina y encendió las luces del aula "Este sitio es un asco... Me van a matar si no me apuro a limpiar pronto" pensó mientras amontonaba todo sobre la red y se sobaba el golpe en la espalda, repetiría todo aquello, pero primero debía solucionar un pequeño problema con algunos objetos y muebles de aula, el haber usado un kunai había roto y dañado varios bienes materiales, y todo daño iba a salir de su bolsillo sin duda "Debo usar algo que no me salga tan caro, pfff ¿Cómo se me ocurrió esto? No soy rica, la tía Devi apenas si me manda dinero cada quincena, la casa casi se cae y ni siquiera he logrado abrir la pastelería" se quejaba consigo misma mientras apartaba todo lo dañado en un rincón y corría a tomar hojas de papel para aplicar un poco de los conocimientos que su tía le había dado, shurinkens de papel que le servirían para practicar sin dañar nada "Si no los imbuyes en chakra, son solo hojas de papel"
Estando llena la red, la sujetó por la esquina y subiendo por la escalera que había colocado hacia el techo, decidió que esta vez, entrenaría con todas las luces encendidas para notar mejor sus errores, saltó esos tres metros hacia el suelo mientras soltaba la red y dó un ligero desliz al pisar mal el suelo, otro error que en un combate real le podía costar el cuello, comenzó a correr, esta vez rechazando a puño limpio todos los objetos que se atravesaban, para la pequeña pelirosa, en esta escena se enfrentaba contra conocedores del taijutsu que golpeaban en montón sin discreción, -¡¡AU!!- había recibido el impacto de un borrador en la cuenca de un ojo, eso contaba como un puñetazo, ardía por la tiza, lo que le dejaba ciega y llorando un rato, pero no debía detenerse, en una situación real hacerse bolita para quejarse o curarse podía costarle la vida.
Ante esta situación, pensó que lo mejor sería utilizar la técnica de viendo de la danza de la corriente de aire, no la ejecutaría ahora, pero en una situación donde se viera rodeada la ventisca cegadora le proporcionaría unos segundos para utilizar Bunshin o kaearimi no jutsu para escapar o marcar distancia y seguido a ello utilizar su técnica de agua "olas furiosas" o mejor aún, su técnica de frio ambiental para reducir los movimientos de todo derredor de ella y tras congelarlos atacar sin miedo, se imaginó un escenario casi blanco, donde la tiza regada en el suelo era en realidad hielo sobre el cual se podía deslizar con facilidad, cualquiera que noe stuviera acostumbrado a las bajas temperaturas, podía ser presa fácil de sus diminutas garras. Lanzaba sus shurinkens de papel "Estas son cuchillas heladas" hacia sus oponentes y utilizaba un lápiz a manera de cuchillo para "cortarles" la garganta después de herirlos, se detuvo un instante; miró a su espalda y cubriéndose el rostro con ambas manos dió un salto hacia el extremo opuesto del aula, ahora imaginaba cómo se enfrentaba contra un usuario del elemento fuego, alguien lo suficientemente fuerte como para derretir una franja de hielo al lanzar su llamarada.
El dolor en la espalda era lo más incómodo en ese momento, y se agudizaba con la sensación de decepción al notar que no había logrado mucho en su intento de "esquivar" las armas de sus oponentes, y mucho menos podrían esquivar cuerpos si no era capaz de soportar el golpe agudo de un libro, pero la idea de ser una mujer imponente como lo era su madre la mantenían llena de esperanza, y determinación de superar cualquier otro obstáculo que limitara sus posibilidades de crecer, levantó unos cuantos borradores y la esquina de la red que había usado para soportar la lluvia de utensilios, se dirigió a una esquina y encendió las luces del aula "Este sitio es un asco... Me van a matar si no me apuro a limpiar pronto" pensó mientras amontonaba todo sobre la red y se sobaba el golpe en la espalda, repetiría todo aquello, pero primero debía solucionar un pequeño problema con algunos objetos y muebles de aula, el haber usado un kunai había roto y dañado varios bienes materiales, y todo daño iba a salir de su bolsillo sin duda "Debo usar algo que no me salga tan caro, pfff ¿Cómo se me ocurrió esto? No soy rica, la tía Devi apenas si me manda dinero cada quincena, la casa casi se cae y ni siquiera he logrado abrir la pastelería" se quejaba consigo misma mientras apartaba todo lo dañado en un rincón y corría a tomar hojas de papel para aplicar un poco de los conocimientos que su tía le había dado, shurinkens de papel que le servirían para practicar sin dañar nada "Si no los imbuyes en chakra, son solo hojas de papel"
Estando llena la red, la sujetó por la esquina y subiendo por la escalera que había colocado hacia el techo, decidió que esta vez, entrenaría con todas las luces encendidas para notar mejor sus errores, saltó esos tres metros hacia el suelo mientras soltaba la red y dó un ligero desliz al pisar mal el suelo, otro error que en un combate real le podía costar el cuello, comenzó a correr, esta vez rechazando a puño limpio todos los objetos que se atravesaban, para la pequeña pelirosa, en esta escena se enfrentaba contra conocedores del taijutsu que golpeaban en montón sin discreción, -¡¡AU!!- había recibido el impacto de un borrador en la cuenca de un ojo, eso contaba como un puñetazo, ardía por la tiza, lo que le dejaba ciega y llorando un rato, pero no debía detenerse, en una situación real hacerse bolita para quejarse o curarse podía costarle la vida.
Ante esta situación, pensó que lo mejor sería utilizar la técnica de viendo de la danza de la corriente de aire, no la ejecutaría ahora, pero en una situación donde se viera rodeada la ventisca cegadora le proporcionaría unos segundos para utilizar Bunshin o kaearimi no jutsu para escapar o marcar distancia y seguido a ello utilizar su técnica de agua "olas furiosas" o mejor aún, su técnica de frio ambiental para reducir los movimientos de todo derredor de ella y tras congelarlos atacar sin miedo, se imaginó un escenario casi blanco, donde la tiza regada en el suelo era en realidad hielo sobre el cual se podía deslizar con facilidad, cualquiera que noe stuviera acostumbrado a las bajas temperaturas, podía ser presa fácil de sus diminutas garras. Lanzaba sus shurinkens de papel "Estas son cuchillas heladas" hacia sus oponentes y utilizaba un lápiz a manera de cuchillo para "cortarles" la garganta después de herirlos, se detuvo un instante; miró a su espalda y cubriéndose el rostro con ambas manos dió un salto hacia el extremo opuesto del aula, ahora imaginaba cómo se enfrentaba contra un usuario del elemento fuego, alguien lo suficientemente fuerte como para derretir una franja de hielo al lanzar su llamarada.