Historia narrada por Minamoto no Raikou —Jue Sep 05, 2019 4:01 pm
No se tenía que ser una experta en el clima para saber que estaba pasando, se aproximaba una tormenta y una bastante fuerte, estaba un poco lejos para refugiarse segura en su hogar. Tenía que actuar de la manera mas rápida posible, comenzó a caminar con velocidad por la zona, buscando un lugar seguro para poder pasar la tormenta, normalmente no duraban demasiado tiempo, seguramente en un par de horas se terminaría todo, pero aun así, esas "horas" que Minamoto decía, iban a ser un total infierno.
Caminando por la zona, con bastante dificultad, llegó a encontrar una pequeña cabaña, seguramente utilizada para este tipo de emergencias repentinas en una Aldea con pura nieve y con climas extremos bajo cero. Iba a ser de demasiada ayuda ahora mismo, al poco tiempo de visualizar su objetivo, comenzó a caminar, sintiendo como su piel se erizaba cada vez mas hasta el punto que sus pezones parecían timbres de lo duro que estaban, frunció el ceño con un poco de enojo respecto a eso y al cabo de un par de minutos, tres para ser exactos, terminó por llegar a la puerta de la cabaña, para su buena fortuna no estaba cerrada con llave, tal vez había alguien, pero al entrar ella pudo observar el lugar vacío.
Suspiró de manera un poco pesada, se acomodo un poco su cabello, sacando el poco de nieve que esta tenía y comenzó a mirar por la ventana, el lugar iba a resistir seguramente, estaba bien decorado de echo, no había despensa, pero si un lindo living con una chimenea apagada, podrían pasar unas buenas horas aquí, y para otro golpe de suerte, había leña que podía usar. Sonrió de medio labio y comenzó a ver algo peculiar por la ventana, una figura que se iba asomando poco a poco, ¿otra persona escapando de la tormenta?, era posible y si lo era, tendría que ayudar, como buena Kunoichi de Yuki que era.
Se acercó a la puerta para abrirla y salió en busca de la persona que también estaba combatiendo el clima, su cabellera se movía con violencia mientras caminaba con dificultad por la nieve, hasta que, sin pedir permiso, tomó del brazo a la extraña figura y se la llevó hacia la cabaña, donde una vez cerca, la "lanzo" por así decirlo hacía adentro y luego, al entrar, cerró la puerta detrás suya para ponerle un seguro que podría resistir los fuertes vientos. Una vez todo se había calmado, suspiró un poco, y se dio media vuelta mirando a la... ¿mujer?, que acababa de rescatar, aun que rescatar es una palabra bastante grande.— Vaya, podría haberme esperado de todo, menos a una femenina por estos lares... ¿mal día para venir a mover un poco el cuerpo, no?.— Comentó de manera tranquila dando una sonrisa al final de sus palabras, una amable y que transmitía con la calma que se estaba tomando el asunto.
No se tenía que ser una experta en el clima para saber que estaba pasando, se aproximaba una tormenta y una bastante fuerte, estaba un poco lejos para refugiarse segura en su hogar. Tenía que actuar de la manera mas rápida posible, comenzó a caminar con velocidad por la zona, buscando un lugar seguro para poder pasar la tormenta, normalmente no duraban demasiado tiempo, seguramente en un par de horas se terminaría todo, pero aun así, esas "horas" que Minamoto decía, iban a ser un total infierno.
Caminando por la zona, con bastante dificultad, llegó a encontrar una pequeña cabaña, seguramente utilizada para este tipo de emergencias repentinas en una Aldea con pura nieve y con climas extremos bajo cero. Iba a ser de demasiada ayuda ahora mismo, al poco tiempo de visualizar su objetivo, comenzó a caminar, sintiendo como su piel se erizaba cada vez mas hasta el punto que sus pezones parecían timbres de lo duro que estaban, frunció el ceño con un poco de enojo respecto a eso y al cabo de un par de minutos, tres para ser exactos, terminó por llegar a la puerta de la cabaña, para su buena fortuna no estaba cerrada con llave, tal vez había alguien, pero al entrar ella pudo observar el lugar vacío.
Suspiró de manera un poco pesada, se acomodo un poco su cabello, sacando el poco de nieve que esta tenía y comenzó a mirar por la ventana, el lugar iba a resistir seguramente, estaba bien decorado de echo, no había despensa, pero si un lindo living con una chimenea apagada, podrían pasar unas buenas horas aquí, y para otro golpe de suerte, había leña que podía usar. Sonrió de medio labio y comenzó a ver algo peculiar por la ventana, una figura que se iba asomando poco a poco, ¿otra persona escapando de la tormenta?, era posible y si lo era, tendría que ayudar, como buena Kunoichi de Yuki que era.
Se acercó a la puerta para abrirla y salió en busca de la persona que también estaba combatiendo el clima, su cabellera se movía con violencia mientras caminaba con dificultad por la nieve, hasta que, sin pedir permiso, tomó del brazo a la extraña figura y se la llevó hacia la cabaña, donde una vez cerca, la "lanzo" por así decirlo hacía adentro y luego, al entrar, cerró la puerta detrás suya para ponerle un seguro que podría resistir los fuertes vientos. Una vez todo se había calmado, suspiró un poco, y se dio media vuelta mirando a la... ¿mujer?, que acababa de rescatar, aun que rescatar es una palabra bastante grande.— Vaya, podría haberme esperado de todo, menos a una femenina por estos lares... ¿mal día para venir a mover un poco el cuerpo, no?.— Comentó de manera tranquila dando una sonrisa al final de sus palabras, una amable y que transmitía con la calma que se estaba tomando el asunto.