Si bien no entendía la razón por la cual seguía luciendo de ese modo, lo que sí era certero que pese a su apariencia no debía dejar de lado sus labores como una kunoichi de la Hoja. Por eso mismo no se opuso cuando se le encomendó una nueva misión, una que al contrario de la anterior parecía no ser tan difícil. Parecía, sí. Pero a decir verdad buscar a un gato para capturarlo y llevarlo de regreso con su dueño no sería tarea fácil, en especial cuando podía recibir una serie de arañazos sino tenía cuidado. Con la información que poseía con relación a la mascota podía reducir sus puntos de búsqueda a una zona reducida. El pero estaba en que eso no le aseguraba que fuese a tener un mayor porcentaje de suerte, era únicamente buscar en zonas de preferencia, por decirlo de algún modo, de la mascota.
Pese a ello comenzó a moverse pues sabía de la preocupación del dueño, quizás por no poseer un gato o un perro no comprendía del todo ese sentimiento de angustia y desespero. Mas una misión era una misión al fin y al cabo. Al cabo de quince a veinte minutos llegó a lo que sería el primer parque o, en otras palabras, al primer punto de encuentro. Se dedicó a buscar y dado a la falta de habitantes en ese momento en ese lugar no le permitió preguntar a alguno si había visto un gato merodeando. Aunque por su apariencia posiblemente pasaría lo mismo que la vez anterior y los demás evitaron responderle para mirarla de manera extrañada.
Dejando de lado esos pensamientos continuó con la búsqueda, no podía demorar hasta que el sol se ocultara o las probabilidades de encontrar al gato se verían reducidas pues la noche no sería precisamente su aliada. Incluso hacía aquel sonido con el cual las personas parecían usar para llamar a aquellos felinos pero al inicio no tuvo éxito y después de estar más de veinte minutos buscando y no encontrar pista alguna decidió moverse para ir al siguiente parque. Lo que resultó, como en el anterior, sin poder encontrar al felino. Aunque en las siguientes ocasiones habían un par de aldeanos a quienes intentó preguntar para terminar obteniendo una negativa de su parte.
El siguiente parque se convirtió en el último; al inicio parecía ser que el rumbo sería el mismo y que tendría que ir al siguiente parque. Sin embargo después de buscar por un rato y entre la parte donde había una vegetación alta y algo descuidada, vio un "objeto" lo que se traducía en un gato con un collar y placa alrededor de su cuello. Al moverse provocó un poco de ruido que alertó al felino pues este pareció sobresaltarse y gruñirle.
Le llevó un rato lograr capturarlo y girar el cuerpo del animal para evitar que lo atacara mientras caminaba en dirección a la casa del dueño. Aún así tenía cuidado de no recibir ningún ataque sorpresivo pero el gato no hacía más que maullar de vez en cuando. Después de recorrer todo el tramo desde aquel parque hasta la casa a la cual debía ir, tocó la puerta para, segundos más tarde, ver al dueño salir y tomar de I mediado al felino y la preocupación se desvaneció en un segundo de sus ojos y expresión. Dándole las gracias a la Kaguya.
Pese a ello comenzó a moverse pues sabía de la preocupación del dueño, quizás por no poseer un gato o un perro no comprendía del todo ese sentimiento de angustia y desespero. Mas una misión era una misión al fin y al cabo. Al cabo de quince a veinte minutos llegó a lo que sería el primer parque o, en otras palabras, al primer punto de encuentro. Se dedicó a buscar y dado a la falta de habitantes en ese momento en ese lugar no le permitió preguntar a alguno si había visto un gato merodeando. Aunque por su apariencia posiblemente pasaría lo mismo que la vez anterior y los demás evitaron responderle para mirarla de manera extrañada.
Dejando de lado esos pensamientos continuó con la búsqueda, no podía demorar hasta que el sol se ocultara o las probabilidades de encontrar al gato se verían reducidas pues la noche no sería precisamente su aliada. Incluso hacía aquel sonido con el cual las personas parecían usar para llamar a aquellos felinos pero al inicio no tuvo éxito y después de estar más de veinte minutos buscando y no encontrar pista alguna decidió moverse para ir al siguiente parque. Lo que resultó, como en el anterior, sin poder encontrar al felino. Aunque en las siguientes ocasiones habían un par de aldeanos a quienes intentó preguntar para terminar obteniendo una negativa de su parte.
El siguiente parque se convirtió en el último; al inicio parecía ser que el rumbo sería el mismo y que tendría que ir al siguiente parque. Sin embargo después de buscar por un rato y entre la parte donde había una vegetación alta y algo descuidada, vio un "objeto" lo que se traducía en un gato con un collar y placa alrededor de su cuello. Al moverse provocó un poco de ruido que alertó al felino pues este pareció sobresaltarse y gruñirle.
Le llevó un rato lograr capturarlo y girar el cuerpo del animal para evitar que lo atacara mientras caminaba en dirección a la casa del dueño. Aún así tenía cuidado de no recibir ningún ataque sorpresivo pero el gato no hacía más que maullar de vez en cuando. Después de recorrer todo el tramo desde aquel parque hasta la casa a la cual debía ir, tocó la puerta para, segundos más tarde, ver al dueño salir y tomar de I mediado al felino y la preocupación se desvaneció en un segundo de sus ojos y expresión. Dándole las gracias a la Kaguya.