El chico se movía por las calles de aquel lugar, tranquilo como si la cosa no fuera con él, tener esos ropajes se hacia raro aunque, usualmente solía llevarlo siempre, iba vestido y tapado, aunque el clima en la aldea que se encontraba no acompañara la escusa de las tormentas de arena le venia como anillo al dedo para no destacar demasiado entre la muchedumbre, caminaba fijándose en todo lo que tenía alrededor, había pagado un precio modesto en una posada cochambrosa para estar tres días, una aventura nueva que le ayudaría a conocer todo aquello, no es que fuera alguien que le gustara viajar pero, teniendo la posibilidad que se había abierto ante él ¿Cómo no aprovecharlo?, tenia su cuaderno de notas, un diario que usaba para escribir y dibujar lo que se le ocurría o le parecía medianamente valioso, miraba con cierto disimulo todo, como si fuera un turista más, seguramente pasaría como un comerciante, era astuto cuanto menos, tenia sus Ryos escondidos en diferentes partes buscando no ser víctima de rateros y ladrones, un punto mas que fuerte en los lugares como esos, “¿Mercancía robada?, ¿bandidos?”, era como un rastro, un mercado o bazar con varias calles donde se ofertaba productos de todo tipo, comida, souvenirs, animales vivos, especies, un sinfín de productos que buscaba cautivar a los visitantes, ¿lo conseguirían con aquel chico?
La temperatura del sitio era optima, incluso parecía rondar una ligera brisa que mecía con calma los tejidos y ropajes de los allí presentes, el joven se acerco a un puesto especifico con suma calma, despacio sin acercarse demasiado a las personas que allí estaban, tenia que claro por su “condición” aquellas personas pudieran verse incomodadas, -Cuanto por eso, preguntó con descaro, de forma seca, casi como si el contenido que ofrecía fuera lo de menos, era un bote, una especie de recipiente de crista con unos agujeros en su parte superior para que el animal que se encontraba dentro pudiera respirar, era raro, “Un escorpión negro”, había leído sobre esos animales y la potente toxina que tenían en su cola, la cual usaba como arma frente a otros depredadores, imaginaba que semejante animal había sido capturado y puesto hay para su comercio pero, si se decantaba por mostrarse muy enérgico o interesado el precio subiría, al menos eso pensaba, no era la primera vez que esa clase de comerciantes buscarían seguro sacar una mejor tajada económica.
El hombre sorprendido miró al chico que quedaba mas que tapado con su ropaje, dejando solo ver parte de su pelo rubio, el fleco de la parte superior de su cabello y uno de sus luceros, un iris verde con pequeñas tonalidades azules que parecían imitar los colores de ciertos insectos, como podían ser mariposas o quizás algún que otro escarabajo, esperaba un desenlace, una respuesta por la pregunta lanzada al tendero, si tenia la suficiente suerte podría comprar aquel suvenir para estudiarlo, un sujeto de pruebas para saber también como de fuerte era su la toxina del animal y sus capacidades físicas, datos que seguramente le parecía la mar de interesante.
“No bajes la guardia, no te confíes, esto no es Iwa..”
La temperatura del sitio era optima, incluso parecía rondar una ligera brisa que mecía con calma los tejidos y ropajes de los allí presentes, el joven se acerco a un puesto especifico con suma calma, despacio sin acercarse demasiado a las personas que allí estaban, tenia que claro por su “condición” aquellas personas pudieran verse incomodadas, -Cuanto por eso, preguntó con descaro, de forma seca, casi como si el contenido que ofrecía fuera lo de menos, era un bote, una especie de recipiente de crista con unos agujeros en su parte superior para que el animal que se encontraba dentro pudiera respirar, era raro, “Un escorpión negro”, había leído sobre esos animales y la potente toxina que tenían en su cola, la cual usaba como arma frente a otros depredadores, imaginaba que semejante animal había sido capturado y puesto hay para su comercio pero, si se decantaba por mostrarse muy enérgico o interesado el precio subiría, al menos eso pensaba, no era la primera vez que esa clase de comerciantes buscarían seguro sacar una mejor tajada económica.
El hombre sorprendido miró al chico que quedaba mas que tapado con su ropaje, dejando solo ver parte de su pelo rubio, el fleco de la parte superior de su cabello y uno de sus luceros, un iris verde con pequeñas tonalidades azules que parecían imitar los colores de ciertos insectos, como podían ser mariposas o quizás algún que otro escarabajo, esperaba un desenlace, una respuesta por la pregunta lanzada al tendero, si tenia la suficiente suerte podría comprar aquel suvenir para estudiarlo, un sujeto de pruebas para saber también como de fuerte era su la toxina del animal y sus capacidades físicas, datos que seguramente le parecía la mar de interesante.
“No bajes la guardia, no te confíes, esto no es Iwa..”