Katori
"Pobre pequeño pajarito, perdido en el desierto"
Sin Clan
Femenino
15/12/117 (15 años)
Sunagakure
Ninjutsu
Suiton
A+
APARIENCIA FÍSICA
Katori es una niña delgada de 58 kg, mide 1,69 de centímetros de altura, posee un cabello enmarañado de color café, que generalmente sostiene a través de trenzas, o bonitos adornos de oro. Su tez es morena, producto de mantenerse tanto tiempo deambulando en los desiertos, pero sus ojos son tan azules como los océanos de Kirigakure. También suele vestirse de rojo, con prendas ligeras y fáciles de llevar. Tiene una afinidad con las joyas, sobretodo aquellas que hacen ruido al caminar. Y hablando de caminar, es muy común verla descalza, como así también con delgadas sandalias que apenas cubren sus pies. Finalmente, tiene la característica de oler siempre a lavanda y romero, como si se la pasase todo el día fregando ropa. Aunque eso no es muy lejano a la realidad.
Katara - Avatar, la leyenda de Aang.
PERSONALIDAD
Katori es una adolescente que se crió en lo más profundo de la marginación social de Sunagakure, allí aprendió a robar, a ser rápida, pero sobretodo; astuta. Nunca se le escapa ni el más mínimo detalle, y cuando de escaparse del oponente se trata, no hay nada mejor que sus largas piernas.
Si alguien más tuviese que describirla, rápidamente te diría que es altanera y payasa, siempre anda metida en líos, pero lo mejor de todo es que se toma con humor hasta las peores situaciones, esto desarrolló su obsesión por desafiar a la muerte, como si no le tuviese miedo, como si simplemente fuese estúpida.
Se tiene en alta estima, sabe que posee ciertas cualidades físicas que pondrían a cualquiera a sus pies, sin embargo, no lo utiliza a su favor, salvo que la situación explícitamente lo requiera. Al mismo tiempo, es algo pudorosa con algunas cuestiones, lo cual es irónico puesto que en sus venas corre sangre gitana.
Esto nos abre las puertas a sus fascinaciones paganas, y su indiscutible inclinación por ser una puñetera mentirosa; cada vez que se ve a si misma acorralada contra la espada y la pared, inventa una nueva identidad que la ayuda a salir del apuro, ha hecho esto tantos años; que a veces hay días en los que no sabe realmente quién es, o de donde viene, como si fuese un libro incompleto, con cientos de interrogantes que no tienen respuesta alguna, así que podríamos afirmar que también es curiosa, tanto que siempre quiere meter sus narices en donde no la llaman, para colmo, lo es por cualquier cosa, incluso por un simple palo.
Pero por otro lado, también podemos ver a simple vista ese lado oscuro, que reprime todos y cada uno de sus días cotidianos por miedo a lo que puede llegar a ocurrir si se desencadena. ¿En qué consiste? Ni ella lo sabe. ¿De qué es capaz? Tampoco tiene idea. ¿Quiere saber qué es? Es muy probable, pero su límite de valentía es aquella puerta que la separa de la monstruosidad que esconde.
HISTORIA
Hace dieciséis años atrás, una ex shinobi de Kirigakure acabó, por desafortunados acontecimientos, en los desiertos de Sunagakure. Su historial era cualquier cosa menos algo impecable, gracias a su formación como médico, y su conocimiento en venenos, se ganó el apodo de "La Escorpión" entre las peligrosas calles de la aldea. Trabajó como mercenaria durante pocos meses, hasta que sucumbió ante las pasiones de su compañero tras una noche pasada de copas. De esta unión llegó alguien a quien conoceremos como Katori, su lugar de nacimiento no fue nada más, ni nada menos que un callejón, así que lo primero que olió apenas llegó a este mundo fue el hediondo perfume que emite un charco de agua sucia. ¿Su otro progenitor? No tiene rostro, al menos en lo que lleva siendo el resto de vida.
La misma se crió entre otros niños de su mismo estatus, es decir; bajos recursos, en un pésimo barrio en lo más profundo de la ciudad, rodeada de gitanos, vendedores de bazares, criminales y otros mercenarios. Digamos que allí forjó su carácter como una pequeña desgraciada, siempre partiendo de que hay que robarle al más rico, para poder entregárselo al más pobre. Distante ante la diferencia de lo que realmente está bien, y lo que realmente está mal, formando así sus propios pilares de justicia, al punto de que más de una vez casi le cortan las manos por andar metiéndose en líos, sin embargo, si no fuese por la ayuda de su bendita madre, quien siempre se las ingenia para cubrirle las espaldas a la mocosa, estaría muerta.
Pero a pesar de su aventurera infancia, la muchacha siempre aspiró a más, no quería que su destino se limitase a conseguir un buen marido con las mismas creencias que su gente, el mismo que después de la primera llegada de la regla quiera consumar lo que había pagado. Le aterraba tanto la libertad, que tenía miedo de hablar sobre ello. Pero fue por esto que decidió ingresar, bajo cualquier término, a la Academia Ninja. ¿Se adaptó fácilmente? Podría decirse que sí, siempre y cuando no vaya gritando a los cuatro vientos quién es ella, y de dónde proviene. Al menos así sobrevivió hasta la fecha de su graduación, y su ascenso a gennin.
GUSTOS
✘ La danza, y la música. Es una excelente bailarina.
✘ El oro, y cualquier joya que esté compuesto de este
✘ Los escorpiones
✘ Los pergaminos prohibidos
✘ La adrenalina del miedo
✘ La inmensidad del desierto por las noches
DISGUSTOS
✘ Que la subestimen por ser joven, y mujer
✘ Los juegos de mesa, simplemente no los comprende
✘ La oscuridad en habitaciones pequeñas
✘ La tormentas de arena
✘ Que le toquen el cabello sin su permiso
✘ La idea de que su madre quiera comprometerla con alguien por un par de monedas
Última edición por Katori el Dom Oct 13, 2019 7:59 pm, editado 1 vez