Ayame || ID

Para una chica de dieciséis años, Ayame tiene una estatura ligeramente baja, alcanzando el metro cincuenta y dos, pesando además cincuenta kilos. Su físico se encuentra completamente en la media, piel clara, hombros que mantiene firmes, brazos delgados, pecho no muy voluptuoso, cintura estrecha, caderas algo amplias y piernas largas.
Su rostro es todavía algo aniñado, con ojos en tonos violetas, cejas finas y pestañas largas que realzan su mirada amable, nariz pequeña y labios esbozando una sonrisa la gran mayoría de veces.
El cabello es completamente lacio y largo hasta pasar la cintura, llegando a la mitad de los muslos, el color es negro, pero dependiendo de cómo le dé la luz, puede llegar a tener brillos violetas. El flequillo está partido a la mitad, hasta la mitad de las mejillas y dos adornos de mariposas a los lados que recogen los mechones más molestos además de mantener los largos fuera de la cara.

Tiende a vestir con camiseta y pantalones de color negro y un haori con patrón de alas de mariposa, cuando lo extiende pueden parecer las alas de ese insecto. La placa que la identifica como kunoichi de Yuki se encuentra en el cinturón, dejándolo por delante cuando quiere que lo vean y pasándolo detrás para ocultarla cuando precisa ir de incognito.

Kanae Kochou // Kimetsu no Yaiba

Ayame es una chica tranquila y apacible, siempre tiene una expresión agradable en el rostro y cualquiera que la conozca puede notar que siempre habla y actúa de manera respetuosa, incluso para aquellos que no lo sean con ella. Conocerla más a fondo resulta ser simplemente una reafirmación de lo anterior, tiene una mente positiva y abierta, no juzga a nadie hasta que conozca bien a la persona y las situaciones que la rodean, lo cual resulta en poder amistarse con ella fácilmente. Es muy dedicada a aquellos que considera sus seres más cercanos, como amigos, miembros de equipo y familiares, da cualquier cosa por ellos sin esperar recibir nada a cambio y si hacen algo por ella, se encargará de devolverlo sin falta. La confianza que tiene en ella misma y en los demás no es algo que puedan romper, de ser traicionada es capaz de perdonar y dar segundas, terceras y cuartas oportunidades, incluso si hacen algo terrible, ella seguirá intentando alcanzar a todos, manteniendo en mente que incluso si ella puede darle la mano a alguien, habrá quienes no puedan o se nieguen.
A la hora de pelear, intenta evitarlo si es posible, si la misión o la situación no dice lo contrario, procurará avanzar de manera pacífica y acudiendo al diálogo. En caso de necesitar llegar a la parte bélica, nunca irá a matar, lo cual se nota en su completa falta de sed de sangre, incluso si su vida o la de otros están en peligro, pues siempre irá a noquear y dejar inconsciente.
Como puede notarse, para ella la vida es algo hasta casi sagrado, nunca se la arrebataría a nada ni nadie sin tener una razón de mucho peso.

Apenas siete años, con esa edad, Ayame perdió a toda su familia… Su madre estaba muerta, su padre se había marchado. A ella y a sus dos hermanos, una su gemela y otro su hermano sólo por parte de madre, los habían dejado en un orfanato de Kirigakure, allí tal vez podrían haber avanzado, pero apenas se dio cuenta de las intenciones de una “pareja” interesada en su hermana. Pese a su corta edad entendía a la perfección lo que querían de ella, criarla para casarse con alguien a quien seguramente nunca amaría. Sin pensar que entonces la desdichada sería ella, se presentó a los dos adultos, ganándoselos hasta que se decidieron por ella y no Fuji. Una victoria en toda regla, una que le impidió siquiera despedirse de sus dos últimos familiares antes de ir hasta Yukigakure.

La situación no tenía por qué ser mala, el hombre al que la habían comprometido se encontraba de momento fuera, habilitando una casa a parte donde comenzó a vivir con una rama secundaria de la familia, Ayame pudo vivir tranquila y se le permitió asistir a la academia ninja. Sus técnicas heredadas gracias al entrenamiento que había recibido antes llamaba la atención, resultando en que consiguiera graduarse y conseguir hacer amistad con más de un compañero.
La situación cambió pues nada más ser reconocida como una Kunoichi, fue avisada de que su futuro marido volvería y podrían casarse. No podía quejarse, no después de haber sido tratada tan bien y poder dejar a su hermana con una vida más libre.
El destino por otra parte jugó, a su favor o en contra… Quien sabe, pues días antes llegó la noticia de que el hombre había muerto durante una misión. La familia entró en “caos” ante la situación de su ahijada, buscarían otro marido para ella, pero mientras podría retomar su vida normal y finalmente tomar por completo la vida por la cual había estudiado y entrenado.

Ahí es cuando Ayame por fin podría empezar a cambiar el rumbo de su vida.