Aoi Uchiha Id

Es una chica bastante desarrollada para sus quince años de edad, usando ropa que le resulta cómoda a pesar de lo que se pueda decir al mostrar bastante piel, tiene un cuerpo bien entrenado y resistente que la ha sacado de aprietos más de una vez, con brazos delgados pero con musculo y piernas y caderas bien desarrolladas, de tez blanca cual porcelana y cabellos largos de color negro que llegan hasta su cadera Aoi puede (y lo hace) robar varias miradas al pasar. Sostiene su cabello en una media coleta atada casi en el extremo inferior con un listón rojo.

Lleva consigo protecciones para sus antebrazos y espinillas, sus zapatillas ninja también tiene esta protección de metal en la zona de sus empeines. Sostiene sus shorts con un par de tirantes que pasan sobre su camiseta de color blanco. Un atuendo sencillo que le da movilidad y comodidad.

Pasando a detalles menos evidentes, Aoi tiene ojos de color negro que parecieran ser rojizos cuando la luz pega muy intensa en ellos. También tiene un tatuaje en la espalda que suele ocultar con su camiseta pues ocupa gran parte de su espalda alta y baja así que la cola del mismo suele verse un poco.

Tatuajes


Tiffa Lockhart // Dissidia 012: Final Fantasy.

Sin dudas bastante intensa, si es que puede decirse de esa manera. Pues es apasionada y animada para la mayoría de las cosas, suele sonreír la mayor parte del tiempo sin ninguna razón en especial y a veces puede parecer incluso un poco tonta o despistada, pero nada más lejos de la realidad pues es una persona sumamente analítica, piensa las cosas dos veces antes de decirlas y le permite esto pasar desapercibida ya que, su habilidad de sintesis y análisis es algo que su familia siempre le alagó.
Es recelosa cuando se trata de asuntos que requieren de cierta... "personalidad", pues es entonces cuando suele borrar la sonrisa de su cara y simplemente centrarse en lo que verdaderamente importa. Pero hasta ahora en realidad no ha pasado más que dos veces en sus quince años de vida.

Aoi puede ser bastante irritante a veces ya que le gusta jugar bromas pesadas a sus amigos (los pocos que tiene) y a veces el humor negro que sale de su boca para tener una cara bonita como la suya resulta inquietante, por no decir que no tiene pelos en la lengua para llamar las cosas por su nombre sin pudor. Cosa que a veces la aleja de las "señoritas" normales.
No tiene problemas si alguien intenta insultarla o tocar nervios sensibles, puesto que estos por lo menos para ella son de acero (o eso cree), ah, pero no hables mal de las personas a las que aprecia o la situación será desastrosa.

En cuanto a su entrenamiento, es dedicada, demasiado dirían algunos pues, es perfeccionista. No le gusta hacer las cosas a medias y no le gusta arrepentirse de nada de lo que haya logrado o no en su vida. Puesto que su filosofía es "No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy".
¿Los chicos?, bueno... ellos solo están ahí, en sus quince años Aoi no ha volteado a ver a uno solo ya que ha estado demasiado ocupada entrenando como para pensar en el que dirán o en como la ven otros. Francamente eso no le importa, prefiere pasar bastante tiempo sola y este es el principal motivo de que no tenga tantos amigos. ¿Sus compañeros de equipo?, son eso... compañeros y nada más.

Tuvo una infancia sumamente normal, su nacimiento no tuvo complicaciones y sus padres hasta el momento siguen vivos ¿esperabas una historia trágica?, no amigo... aquí no hacemos eso.
El paso por la academia fue tortuoso para ella sin dudas, todo lo que veía, ya lo había aprendido semanas antes, estudiando por su cuenta, leyendo por su cuenta y entrenando por su cuenta, nunca fue una genio ni mucho menos, simplemente sabía como aprovechar su tiempo. O al menos eso era lo que pensaba ella.
Pera era una niña que quería convertirse en un adulto muy pronto y sus padres en su adoración llamándola preciosa y genio no vieron que su pequeña estaba saltándose una fase bastante importante, una fase en la que aprendería valores y sin embargo, ¿cuanto podías aprender con la llegada de la guerra?; para Aoi era bastante obvio.
Aquella alianza entre aldeas y el apoyo de Kumogakure en la guerra la marcó a pesar de que no estuvo directamente en ella.
En la academia siempre había alguna información filtrada de parte de los sensei encargados, ella siempre escuchaba y no tardaba en atar hilos de las conversaciones de "adultos". Siempre fue de esa manera. Incluso estando sola en la aldea debido a que sus propios padres participaban en la guerra.

No hubo nada que aplaudir, sus calificaciones eran extrañamente normales, como si Aoi se esforzara por no sobresalir y más que nada así era, no le gustaba ni precisaba que la adularan, con sus padres ya tenía suficiente. No quería reflectores en su cara.
Así pues, no tuvo que repetir exámenes, su paso por la academia fue tan breve como un suspiro.
No le costó ni sudor ni lagrimas el examen de graduación, simplemente lo pasó sin mediar palabra o pronunciar el nombre de aquella habilidad tan básica.
De cierto modo... Aoi estaba apurada, apurada por hacerse más fuerte y conocer más jutsu, apurada por crecer y ayudar.