La mañana parecía tener un toque común y de nostalgia en el aire, una suave brisa que entraba por el hueco de la ventana entreabierta meciendo levemente las persianas que se encontraban delante de ellas, el sol comenzaba a salir y , en consecuencia, los primeros sonidos de pequeños animales como los pájaros empezaban a emerger de la oscuridad como si hubieran sido despertados de un largo letargo. Entre todos estos sonidos un joven con una cicatriz en su frente de la cual ya había olvidado su origen, ya estaba terminando de cortar algunos de los troncos que iba a utilizar para preparar el baño que se usaría después de un rato, tras rellenar con agua una bañera que más bien daba la sensación de ser una terma o una pequeña piscina, comenzó a quemar los troncos que previamente había cortado en un calentador conectado directamente a ese habitáculo para que comenzaran a hacer su labor que les llevaría alrededor de una hora.
Unos minutos después el joven ya se encontraba en la cocina preparando un desayuno abundante pero a la par simple, algo de arroz y un par de platos con diversos vegetales y otros con dos tipos de carne con su salsa propia cada una, con todo casi preparado, dejando solo la comida encima del fuego a una temperatura mínima para que no se enfriara y colocado sobre la mesa dos juegos de vajilla y cubertería, el joven se encaminó a comprobar el baño, realizada la comprobación no tardó más de diez minutos en lavarse todo el cuerpo y recoger su pelo tras peinarlo para después salir de la habitación, regresar por el mismo camino que había recorrido parando un poco antes de llegar a la cocina y, al alcanzar la escalera que conectaba al segundo piso alzó su voz. –Sayaka, el desayuno está listo, recuerda que hoy tenemos nuestra primera misión juntos así que te demores mucho, también he preparado el baño por si quieres utilizarlo.
Por último se sentó en la mesa esperando a que su hermana bajara para comenzar con el desayuno y hablar sobre lo que les iba a deparar ese día
Unos minutos después el joven ya se encontraba en la cocina preparando un desayuno abundante pero a la par simple, algo de arroz y un par de platos con diversos vegetales y otros con dos tipos de carne con su salsa propia cada una, con todo casi preparado, dejando solo la comida encima del fuego a una temperatura mínima para que no se enfriara y colocado sobre la mesa dos juegos de vajilla y cubertería, el joven se encaminó a comprobar el baño, realizada la comprobación no tardó más de diez minutos en lavarse todo el cuerpo y recoger su pelo tras peinarlo para después salir de la habitación, regresar por el mismo camino que había recorrido parando un poco antes de llegar a la cocina y, al alcanzar la escalera que conectaba al segundo piso alzó su voz. –Sayaka, el desayuno está listo, recuerda que hoy tenemos nuestra primera misión juntos así que te demores mucho, también he preparado el baño por si quieres utilizarlo.
Por último se sentó en la mesa esperando a que su hermana bajara para comenzar con el desayuno y hablar sobre lo que les iba a deparar ese día