Panadería y Viejo en Acción | Misión D

Info Misión:

Era el momento de aprender un poco de responsabilidad, aunque no estuviese de acuerdo con la forma en que siendo genins, los preparaban en cuanto a las misiones respectaban, pero era preciso comenzar en algún punto, después de todo había que avanzar en la vida, y algo de dinero fácil no le vendría nada de mal.
La llamaron para una misión, al fin algo diferente que hacer en su rutinaria vida, cuando se presentó en la oficina para recibir las ordenes de la misión, no sabía si reír, llorar o golpear a alguien, pues tenía que trabajar como una promotora para una panadera con un anciano de mucha edad, que incluso le hacia dudar de cómo era capaz de respirar, es un poco exagerada cuando se lo propone.

Un poco decepcionada de su primera misión, camina rápidamente hacia la panadería, donde se presenta apenas pone un pie en su interior, el viejo que habían mencionado, se encontraba detrás del mostrador, era un tipo de avanzada edad, bastante arrugado, en su rostro se podían notar con claridad las marcas del trabajo esforzado, estaba tostado debido al calor de los hornos, y en las manos se le podía notar que las usaba constantemente, si era en el trabajo o no, eso ya no se sabía. La panadería se observaba como un lugar bastante lindo, tenía el toque femenino necesario para atraer la atención de la clientela, pero no era lo suficientemente llamativo para que la cantidad de clientes fuera lo suficiente como para que el dueño sintiera que era una de las mejores de la aldea. El local era amplio y constaba con algunas mesas para aquellos que quisieran servirse en el lugar, estaba el mostrador donde se encontraba la caja, y al lado de esto la encimera para entregar los productos, y por ultimo una vitrina donde se exponían, todo lo que el vendía, excepto los panes que se encontraban en otro sitio, donde eran colocados apenas salían del horno, sin embargo lo que más llamaba la atención de la kunoichi, era que solo el vejete se encontraba trabajando en ese momento.

Sólo basto ser vista por el anciano, para que este prácticamente renovara su energía y fuera un viejo “galante”, con una sonrisa de oreja a oreja, se acercó de manera pícara a la chica, quien le dedico una forzada sonrisa, tenía que fingir educación, y comodidad, primero porque representaba al lado militar de la aldea y segundo la tan afanada reputación del clan Senju. El recibimiento le había resultado algo inoportuno, acosador y con un poco de carácter invasor, porque le viejo no lograba respetar el espacio personal de la kunoichi, a quien comenzó a observar detalladamente desde todos los ángulos posibles, luego con una cinta le empezó a tomar las medidas, situación que causó completa incomodidad en Shiori, que intentaba contenerse por completo para no golpearlo. - Eres perfecta! – Exclamó el viejo haciendo sobresaltar a la joven, para luego perderse al interior de la tienda, lugar donde tardó unos minutos, tiempo suficiente para que Shiori pudiese recorrer la tienda, era un grato lugar, todo estaba limpio y en aparente buen estado, incluso en las paredes habían cuadros colgados, varios de los cuales captaron la atención de ella, atención que se vio bruscamente interrumpida por la reintegración del viejo al escenario, esta vez venia con algunas pendras de vestir mu singulares. – - Iniciaremos con tu primera tarea – Muy emocionado le muestra los trajes que trajo con él, los cuales ella miraba con desagrado, no era la clase de chica que le gustase exhibirse y menos si era por dinero, pero ¿qué podía hacer exactamente? Bueno, matarlo por tal insulto habría sido una buena opción sin embargo estaba ahí para cumplir su deber. ¿Para qué son esas vestimentas exactamente? – Realmente no tenía curiosidad para que eran, pero ya que seria ella quien las usaría, valía la pena preguntar. – Tu primer objetivo es logar mejorar el área de marketing de mi hermosa panadería, y ¿qué mejor que lo haga una chica que parece un hermoso y deseable panecillo? – No podía creer lo que le acababa de decir, ¿panecillo? ¿qué clase de vejo la compara con un alimento? Prácticamente le arrebato las vestimentas y lo miró con algo de rudeza. Puedes vestirte en la parte trasera, ahí hay una especie de vestidor – Le indica hacia donde debe de caminar y le sigue el pasa con la supuesta intención de asegurarse que encontrara y lugar, sin embargo, la verdadera intención era deleitar sus ojos observando el cuerpo moverse con e vacilar de su andar, centrando su mirada en la parte trasera de esta.

Apenas entró al vestidor cerró la puerta tras ella y con brusquedad, dándole con ella en la nariz al viejo, posteriormente procedió a desvestirse para transformarse en un prototipo de chica con la que aumentaría el marketing del lugar. Escogió el disfraz mas exhibicionista primero, si iba a tener que venderse el día de hoy, lo haría con lo más hard primero para acabar cuanto antes con tal humillación. Mientras la chica se vestía el viejo deleitaba su mirada observándola por un pequeño agujero que hizo en la pared del vestidor, dejando de hacerlo inmediatamente después de que se dio cuenta de que ella había terminado de cambiarse y que saldría del lugar, así que se apresuró a recibirla nuevamente. – Vaya que, si eres muy bella, y ese traje acrecienta tus atributos, entonces ¡comencemos! – No tenía claridad de que es lo que odiaba más, si su pervertida mirada de viejo verde, o las asquerosas palabras que pronunciaba, no importaba cual fuese la razón, en su mente solo pasaba algunas ideas de como matarlo, solo eso la hacía sentir más calmada. ¿Podemos dejar de perder el tiempo y comenzar ya? – Con un tono de voz mas bien de rudeza exigía comenzar ya el trabajo, a lo que el viejo un poco impactado tomó un montón de panfletos y se los entregó a la chica. – Tienes que repartir estos volantes a la gente, y atraer clientes con un baile que pedí que coreografiaran para esto, asi que prestaras atención a todos los movimientos que te enseñaré – El viejo un poco tieso comenzó a moverse, en ese momento la reacción de la chica era entre traumada y al borde de entrar en un ataque de risa extremo, aun así ella prestó atención a cada paso sin ritmo que ejecutó el panadero, y lo que logró concluir es que perdería su dignidad en ello. Cuestión de segundos le tomó a la joven, tomar los panfletos y salir a la calle a hacer un espectáculo para atraer clientela.

Una joven de exquisita apariencia física, disfrazada de gato, orejas, cola, garritas, una remera ajustada, y una falta corta, con medias hasta el muslo y botas de tacón, se posicionaba en el medio por donde pasaban los peatones, de pronto una música comienza a sonar y ella comienza a bailar moviendo sus brazos y caderas al compas de la canción, atrayendo la atención de todo transeúnte que pasaba por el lugar, a veces pausaba el baile y se acercaba a invitarlos a pasar por la panadería y les entregaba un folleto que incluía una promoción “por la compra de cualquier producto, llevas un panqueque gratis”. Muchos de los transeúntes solo se quedaban a mirar como ella bailaba y lo bien que se veía en el traje, mas que para disfrutar de la promoción que ella entregaba, algunos se centraban en exponer verbalmente sus juicios de valor respecto de lo que ella se encontraba haciendo, incluso mujeres paraban solo para mirarla como si fuera cualquier vulgar, sin embargo, ella estaba ahí cumpliendo su rol de entregar los panfletos e invitarlos a la panadería. ! Acérquense, acérquense y caigan en la tentación, nuestra panadería les ofrece una hermosa y exquisita promoción, solo deben acercarse y dejarse llevar hasta Panadería Tentación – Intentaba vender los productos de la panadería y obtener más clientes para ella, entre bailes e intentos de frases publicitarios se alternaba, también hizo uso de su destreza para hacer algunas piruetas y movimientos que atraían a los más pequeños creyéndola cual super heroína.

Después de un lapso de varias horas, el dueño se acercó a observar el trabajo de la joven, quedó maravillado al verla en acción, como se movía, como se veía, era toda una perversa y erótica fantasía para él, que soñaba despierto con que todo lo que Shiori hacía, estaba dedicado a él, sin embargo, se vio en el deber de tener que interrumpir pues la clientela se había llevado todos los panqueques que dejo preparados la noche anterior, así que ahora necesitaría la ayuda de la chica en el interior de la panadería, en la cocina para ser exacto, y esa idea sencillamente le parecía más que idónea pues la observaría de más cerca. – Bomboncito de caramelo de Tentación, necesito que me ayudes en la cocina, hay que preparar mas panqueques para la nueva clientela. – Eso era una solicitud inesperada pues simplemente ella no tenía ni la menor idea de como se preparaban y la verdad es que no se manejaba en la cocina, era posible que hasta el agua la pudiese quemar, lo que era bastante grave, la chica logró disimular suficientemente bien que se encontraba preocupada, dirigió sus pasos rápidamente hacia la panadería, donde miraba para todos lados, como si estuviese buscando en el lugar la respuesta que tanto anhelaba para no quedar como una idiota frente a ese viejo verde, sin embargo no la encontró por mucho que la buscaba, en eso el viejo nuevamente entraba en acción, lo hizo con una cara entre satisfacción y perversión. – [color=#00cccc]Soy el único que sabe la receta cariño así, seré quien te la enseñe ncionó mientras se acercaba por detrás de ella, tomándola por la cintura y llevándola hacia la cocina, lugar donde tenía todos los ingredientes preparados para enseñarle paso a paso la famosa receta. Tomo con delicadeza las manos de la chica, quien en una reacción inmediata se las arrebató empujándolo lejos de ella, se estaba pasando de los limites en cuanto a la cercanía se refiere y no es algo que gustaba. [color=#ff33cc]! No voy a seguir haciendo esto más, maldito pervertido.! – El viejo se rio a carcajadas, si dejar de observar a la chica, a quien le dejo un libro delante, en la portada decía “Tentación Secretos”, contenía todas las recetas que el utilizaba para cocinar. – Aterciopelado panquesito, he estado abusando de tu confianza e inocencia, perdona a este viejo solitario, que disfruta de la compañía de una sexy jovencita, por favor continua con lo solicitado. – Comentó entre risas mentiras abandonaba el lugar nuevamente, dejando a la chica en un estado de shock, quien intentaban analizar la situación, buscando una explicación lógica a lo ocurrido, pero no la había.
Leyó con determinación las instrucciones que había en el libro y comenzó paso a paso a mezclar los ingredientes, sin embargo, en su primera mezcla, colocó sal en vez del azúcar, provocando un muy mal sabor en el resultado, en el segundo intento, no logró separar correctamente la yema de la clara de los huevos, incluso en la mezcla quedaron parte de la cascara de los huevos. E anciano de vez en cuando, se acercaba a mirar el progreso de la chica, quien de alguna forma muy graciosa solo lograba arruinar la mezcla y no pasaba de ello, se podía notar que nunca había estado cerca de la cocina, es más en su último intento, no sabe bien que fue lo que mezclo que al momento de meterlo en el horno la mezcla exploto de inmediato dejándola a ella cubierta de mezcla, el horno y parte de la cocina y el piso de este también, provocando que incluso el anciano casi se infartara del susto, corriendo hasta donde se encontraba con una expresión de asombro y alivio al verla que se encontraba bien. – Bueno, no eres precisamente lo que se considera una che gourmet, así que primero limpia todo este desastre y luego seguirás instrucciones. – La chica intentando buscar su dignidad en todo ese desastre, se apresuro y limpio todo, se tardó algunos minutos. Bueno bastante minutos, a decir verdad, dejó todo casi tan limpio como lo estaba anteriormente, le faltaba ser mas pulcra, pero en honor al tiempo, no tenía interés alguno en entrar en limpiezas mas profundas.

El anciano volvió a la cocina con la clara intención de enseñarle como correspondía la receta de los panqueques, como primera instrucción le pidió que preparara todos los ingredientes de acuerdo con las cantidades que iban a necesitar, luego de eso debería de proceder su accionar de acuerdo a cada palabra guía que el viejo le decía, cometió algunos errores básicos, pero finalmente lo logró, consiguió hacer los panqueques que el viejo solicitaba, ahora solo le quedaba repetir el proceso unas cinco veces más.

Después de muchas horas y de haber quemado varias tandas de panqueques, terminó de hornear la cantidad que el viejo le había pedido, incluso la energía le dio para poder dejar todo limpio cada utensilio que utilizó y cada rincón de la cocina que ensució, terminado aquello, fue al vestidor nuevamente y se cambio la ropa que el viejo verde le había dado, estaba tan cansada que no tenia ni energía para discutir con él, por lo que amablemente y tras vestirse, se fue a reportar con el y a dar por terminada su misión.

El viejo la estaba esperando con su paga y un regalo por todo el trabajo que tuvo que hacer, a pesar de todos los problemas estaba agradecido de su ayuda. – Espero que ahora ya sepas hacer panqueques… vuelve con cuidado bombón – Fue lo último que le dijo el viejo antes de regresar a la tienda, y ella iniciar su camino a casa.