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MADARA CHRONICLES

¡Bienvenido a Madara Chronicles! Foro de Naruto interpretativo donde buscamos que el usuario se encuentre con la mayor de las comodidades y disponga de opciones para crear y desarrollar su personaje dentro de una ambientación, permitiendo que cobre importancia con el paso del tiempo y de su propio desarrollo.

Actualmente estamos en fase Beta, pero trabajamos duramente para dar una experiencia nueva y única para el usuario, con multitud de ideas y proyectos que esperamos que pronto vean la luz.

¿Por qué no te animas a formar parte de este gran proyecto? ¡Te esperamos con los brazos abiertos!
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Todo el contenido producido en el foro es propiedad de sus creadores originales, así como el contenido administrativo es propiedad del Staff. La estética del foro proviene del usuario Akira Aoi, agradeciendo a Foroactivo, W3Schools y otras páginas webs por su tutoriales.

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Élite [25/102] [Torneo: Combate #5] Sabaku Tsunayoshi v/s Senju Kaede 40 [Torneo: Combate #5] Sabaku Tsunayoshi v/s Senju Kaede 3lf1VlO Time Of Heroes [Torneo: Combate #5] Sabaku Tsunayoshi v/s Senju Kaede 40x40_zps8zack2u9
Hermanos [2/6]

[Torneo: Combate #5] Sabaku Tsunayoshi v/s Senju Kaede

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Master MC
[Torneo: Combate #5] Sabaku Tsunayoshi v/s Senju Kaede 5RFDiQJ
TSUNAYOSHI V/S KAEDE
Un fulgor de emoción podía sentirse en la Arena de Batalla. Los afortunados asistentes a la ceremonia que suponía el torneo no podían estar más felices. Gritos y murmullos invadían el coliseo, pidiendo la sangre y el sudor que tanto ansiaban ver. El Korikage estaba agotado de haber presenciado tantos combates, pero el público parecía poder quedarse 1 siglo más presenciando las batallas. Se molestó al ver que su gente veía algo tan serio como eran aquellos combates, en los que se jugaba con el honor y la gloria de los ninjas, como un simple espectáculo. El peliblanco le dio señal al peliazul de Ichiro Hozuki para que anunciara a los siguientes ninjas que tendrían que enfrentarse, y este desde el campo de batalla, asintiendo con una ligera sonrisa hacia su líder, procedió a anunciar a los siguientes combatientes.

[Torneo: Combate #5] Sabaku Tsunayoshi v/s Senju Kaede KRXS8eP

—Veamos… —susurró el Hozuki para sí mismo, pero todo el mundo calló expectante —¡El siguiente combate que podremos presenciar será el de… Sabaku Tsunayoshi de la Aldea de la Arena contra Senju Kaede, de la Aldea de la Nube! Suerte a ambos! —exclamó con fuerte voz para que todos lo oyeran. El silencio sepulcral ante sus palabras lo apoyó.

Los asistentes expresaban emocionados el nombre del ninja al que apoyaban. Los paisanos demostraban a muerte su soporte emocional, y cualquiera se sentiría halagado por tantos favores. Entonces, los ninjas cuyos nombres fueron mencionados, tendrían que pasar por un oscuro túnel que conectaba con la sala de espera, para entrar hasta la zona de combate y posicionarse frente a frente a una distancia de 10m el uno del otro, con el árbitro peliazul en medio, para realizar la ceremonia pre-combate.

—¡En posición! —exclamaría Ichiro, esperando ver a los Genin asentir con la cabeza en gesto de buena fe hacia su rival. Años anteriores, esta ceremonia consistía en darse la mano, pero había sido sustituida por el actual gesto debido a las tensiones entre aldeas.  —¡Que dé inicio el combate! —exclamaría tras la ceremonia, para justo después dar un salto hacia un lado y mantenerse alejado de la batalla hasta que lo considerara necesario.

En cuanto al escenario de batalla, este consistía en un área de 50m a la redonda, con el suelo de tierra, pero cubierto por unas cuantas tenues capas de hielo que no dificultaban para nada el movimiento, más bien estaban ahí para darle al combate un aire más típico de las tierras del Hierro, era terreno liso. Un frío horrendo azotaba el campo de batalla, pues había sellos puestos por las redondeadas esquinas de las paredes de 10m de altura, las cuales sostenían las gradas y asientos donde estaba sentado el público. Estas paredes emitían el gélido ambiente, y provocarían frío en cualquier ninja que no fuera afortunado de llevar por sus venas la sangre de los Yuki. La tarde seguía presente en aquel momento, y el sol brillaba con intensidad.

Los Kages, a excepción de Hiromi, observaban atentamente cómo transcurriría el combate, protegidos desde su mirador a 40m de altura por una barrera que absorbía la energía de cualquier ataque posible, era una barrera realizada por los mayores especialistas en sellado de la Nieve. De la misma forma, el público era protegido por una gran barrera que había costado más para ser creada, debido al gran tamaño del coliseo.

[Torneo: Combate #5] Sabaku Tsunayoshi v/s Senju Kaede QDZqIVR
Respetar las Normas del Torneo.
Leer y seguir a la perfección las guías de combate del foro.
Máximo de 24h por post de usuario, consecuencias explicadas en las normas del torneo.
Cuidado con los errores menores y el no publicar (desde el primer post) stats, técnicas, gasto de chakra...






[Torneo: Combate #5] Sabaku Tsunayoshi v/s Senju Kaede 5RFDiQJ
TSUNAYOSHI V/S KAEDE
Un fulgor de emoción podía sentirse en la Arena de Batalla. Los afortunados asistentes a la ceremonia que suponía el torneo no podían estar más felices. Gritos y murmullos invadían el coliseo, pidiendo la sangre y el sudor que tanto ansiaban ver. El Korikage estaba agotado de haber presenciado tantos combates, pero el público parecía poder quedarse 1 siglo más presenciando las batallas. Se molestó al ver que su gente veía algo tan serio como eran aquellos combates, en los que se jugaba con el honor y la gloria de los ninjas, como un simple espectáculo. El peliblanco le dio señal al peliazul de Ichiro Hozuki para que anunciara a los siguientes ninjas que tendrían que enfrentarse, y este desde el campo de batalla, asintiendo con una ligera sonrisa hacia su líder, procedió a anunciar a los siguientes combatientes.

[Torneo: Combate #5] Sabaku Tsunayoshi v/s Senju Kaede KRXS8eP

—Veamos… —susurró el Hozuki para sí mismo, pero todo el mundo calló expectante —¡El siguiente combate que podremos presenciar será el de… Sabaku Tsunayoshi de la Aldea de la Arena contra Senju Kaede, de la Aldea de la Nube! Suerte a ambos! —exclamó con fuerte voz para que todos lo oyeran. El silencio sepulcral ante sus palabras lo apoyó.

Los asistentes expresaban emocionados el nombre del ninja al que apoyaban. Los paisanos demostraban a muerte su soporte emocional, y cualquiera se sentiría halagado por tantos favores. Entonces, los ninjas cuyos nombres fueron mencionados, tendrían que pasar por un oscuro túnel que conectaba con la sala de espera, para entrar hasta la zona de combate y posicionarse frente a frente a una distancia de 10m el uno del otro, con el árbitro peliazul en medio, para realizar la ceremonia pre-combate.

—¡En posición! —exclamaría Ichiro, esperando ver a los Genin asentir con la cabeza en gesto de buena fe hacia su rival. Años anteriores, esta ceremonia consistía en darse la mano, pero había sido sustituida por el actual gesto debido a las tensiones entre aldeas.  —¡Que dé inicio el combate! —exclamaría tras la ceremonia, para justo después dar un salto hacia un lado y mantenerse alejado de la batalla hasta que lo considerara necesario.

En cuanto al escenario de batalla, este consistía en un área de 50m a la redonda, con el suelo de tierra, pero cubierto por unas cuantas tenues capas de hielo que no dificultaban para nada el movimiento, más bien estaban ahí para darle al combate un aire más típico de las tierras del Hierro, era terreno liso. Un frío horrendo azotaba el campo de batalla, pues había sellos puestos por las redondeadas esquinas de las paredes de 10m de altura, las cuales sostenían las gradas y asientos donde estaba sentado el público. Estas paredes emitían el gélido ambiente, y provocarían frío en cualquier ninja que no fuera afortunado de llevar por sus venas la sangre de los Yuki. La tarde seguía presente en aquel momento, y el sol brillaba con intensidad.

Los Kages, a excepción de Hiromi, observaban atentamente cómo transcurriría el combate, protegidos desde su mirador a 40m de altura por una barrera que absorbía la energía de cualquier ataque posible, era una barrera realizada por los mayores especialistas en sellado de la Nieve. De la misma forma, el público era protegido por una gran barrera que había costado más para ser creada, debido al gran tamaño del coliseo.

[Torneo: Combate #5] Sabaku Tsunayoshi v/s Senju Kaede QDZqIVR
Respetar las Normas del Torneo.
Leer y seguir a la perfección las guías de combate del foro.
Máximo de 24h por post de usuario, consecuencias explicadas en las normas del torneo.
Cuidado con los errores menores y el no publicar (desde el primer post) stats, técnicas, gasto de chakra...






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Senju Kaede

Con la llegada al País del Hierro el día anterior, había vivido un sinfín de emociones ante las entretenciones y buena disposición de sus habitantes, mas habría recargado energías durante la romántica noche junto a Ragnar entre mimos y consejos para el épico Torneo Ceremonial que se esperaba. Una vez en el aquel coliseo, me hallaba en tranquilamente esperando mi turno en la sala de espera; bueno, quizás no tan apacible como debería ya que sentía la emoción a flor de piel y unas ansias que me comían desde el estómago hasta el punto de querer vomitar. Una y otra vez peinaba las hebras borgoñas de mi cabello entre mis dedos de ambas manos para finalmente amarrarlo en una coleta alta utilizando una liga que tenía en la muñeca zurda, con la clara intención de que mi visión no se viera entorpecida ante algún rápido movimiento. Los gritos y ovaciones de la gente sentada en las gradas viajaban desde el túnel hasta llegar con eco al lugar donde me encontraba, lo que me hacía emocionar aún más y avivar mi espíritu de batalla. Finalmente, el llamado había llegado y fui devuelta a la realidad en que me encontraba, era mi turno y no debía tardar en salir, por lo que sacudí con ambas manos el pulóver táctico verde musgo y arremangué las mangas de mi blusa azabache hasta la altura de los codos para luego ajustar los tirantes del bolsito de armamentos que tenía  amarrado a mi muslo derecho donde cargaba un sello explosivo, tres bombas de humo, una píldora de soldado, además kunais y shurikens, estaba todo listo. Sólo necesitaba hacer la triunfal entrada.

Con calma y paso parsimonioso avance por aquel oscuro túnel. Mis pisadas eran sordas ante el bullicio que se producía fuera; mentiría si dijera que no estaba nerviosa ya que el corazón me estaba a punto de explotar, más, cualquier actitud dudosa sería borrada una vez que llegué a la entrada del campo de batalla. Mi visión tardó un par de segundos acostumbrarse a la luz, pero al instante y a medida que avanzaba a mi posición a unos exactos 10 metros de mi contrincante me dediqué a observar el campo de batalla con sumo detalle y de manera disimulada. El campo lucía bien y podría tomar ventaja de éste si era lo bastante ágil. Me mantendría de pie y erguida, sin embargo, con una actitud relajada acompañada de una sonrisa alegre y victoriosa; estaba segura de mis capacidades.

Dediqué un saludo con un ademán de cabeza y rápidamente cambié de posición una vez dado por comenzado el torneo. Sin moverme de donde me encontraba, mantendría mis orbes violáceos sobre mi contrincante, a su vez que flexionaba mis piernas para facilitar una posible huida o bien acercarme a él en un ataque cuerpo a cuerpo; inclinaría el torso ligeramente hacia delante con ambos brazos flexionados a la altura de mi pecho, en una mera pose de defensa. Junto aquella acción juntaría mis manos en espera de realizar un sello rápidamente justo en el momento en que el contrario dispusiera a hacer su primer movimiento. Me mantendría alerta y observando con sumo cuidado y precisión al shinobi de la arena, después de todo debía averiguar cuanto antes su estilo de combate antes de realizar cualquier acción precipitada.


OFF:

Con la llegada al País del Hierro el día anterior, había vivido un sinfín de emociones ante las entretenciones y buena disposición de sus habitantes, mas habría recargado energías durante la romántica noche junto a Ragnar entre mimos y consejos para el épico Torneo Ceremonial que se esperaba. Una vez en el aquel coliseo, me hallaba en tranquilamente esperando mi turno en la sala de espera; bueno, quizás no tan apacible como debería ya que sentía la emoción a flor de piel y unas ansias que me comían desde el estómago hasta el punto de querer vomitar. Una y otra vez peinaba las hebras borgoñas de mi cabello entre mis dedos de ambas manos para finalmente amarrarlo en una coleta alta utilizando una liga que tenía en la muñeca zurda, con la clara intención de que mi visión no se viera entorpecida ante algún rápido movimiento. Los gritos y ovaciones de la gente sentada en las gradas viajaban desde el túnel hasta llegar con eco al lugar donde me encontraba, lo que me hacía emocionar aún más y avivar mi espíritu de batalla. Finalmente, el llamado había llegado y fui devuelta a la realidad en que me encontraba, era mi turno y no debía tardar en salir, por lo que sacudí con ambas manos el pulóver táctico verde musgo y arremangué las mangas de mi blusa azabache hasta la altura de los codos para luego ajustar los tirantes del bolsito de armamentos que tenía  amarrado a mi muslo derecho donde cargaba un sello explosivo, tres bombas de humo, una píldora de soldado, además kunais y shurikens, estaba todo listo. Sólo necesitaba hacer la triunfal entrada.

Con calma y paso parsimonioso avance por aquel oscuro túnel. Mis pisadas eran sordas ante el bullicio que se producía fuera; mentiría si dijera que no estaba nerviosa ya que el corazón me estaba a punto de explotar, más, cualquier actitud dudosa sería borrada una vez que llegué a la entrada del campo de batalla. Mi visión tardó un par de segundos acostumbrarse a la luz, pero al instante y a medida que avanzaba a mi posición a unos exactos 10 metros de mi contrincante me dediqué a observar el campo de batalla con sumo detalle y de manera disimulada. El campo lucía bien y podría tomar ventaja de éste si era lo bastante ágil. Me mantendría de pie y erguida, sin embargo, con una actitud relajada acompañada de una sonrisa alegre y victoriosa; estaba segura de mis capacidades.

Dediqué un saludo con un ademán de cabeza y rápidamente cambié de posición una vez dado por comenzado el torneo. Sin moverme de donde me encontraba, mantendría mis orbes violáceos sobre mi contrincante, a su vez que flexionaba mis piernas para facilitar una posible huida o bien acercarme a él en un ataque cuerpo a cuerpo; inclinaría el torso ligeramente hacia delante con ambos brazos flexionados a la altura de mi pecho, en una mera pose de defensa. Junto aquella acción juntaría mis manos en espera de realizar un sello rápidamente justo en el momento en que el contrario dispusiera a hacer su primer movimiento. Me mantendría alerta y observando con sumo cuidado y precisión al shinobi de la arena, después de todo debía averiguar cuanto antes su estilo de combate antes de realizar cualquier acción precipitada.


OFF:

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Sabaku Tsunayoshi
Hasta el momento había logrado despejar su mente de toda duda, de toda inseguridad, de todo intento por derrota que el dolor intentaba provocarle anímicamente. No podía permitirse un bajón emocional, no cuando por fin veía una luz al final de su oscuro túnel de duelo por la pérdida familiar aún en proceso de superación.

Después de terminarse el alegre festival, donde la colorida bienvenida que aquel gélido país le había dado permitió al Sabaku un fácil control emocional para con sus demonios internos, se había alistado para el inicio de la competencia de ese día siguiente, llevando no sólo su pedazo del desierto que de forma fiel le acompañaba a todas partes, sino también una equipación de armas y herramientas que según su estrategia meditada en varios aspectos previos a su partida de Sunagakure, le servirían como gran apoyo cuando lo necesitase. Vestía también su abrigo rojo de manga larga, unos pantalones color negro y unas botas de cuero color gris oscuro. Un chaleco gris era portado sobre el abrigo rojizo como protector de un posible daño. Una bufanda color gris cubría el cuello del arenero para abrigarlo aun más, aparte que sus manos, cubiertas por unos guantes de cuero, estaban también protegidas de terminar entumecidas por el frío infernal del lugar.

Se había mantenido en la sala de espera de los participantes, mirando cómo poco a poco, iban siendo llamados de dos en dos, combatientes jóvenes que darían todo de sí mismos y, seguro estaba, todavía más allá sólo para lograr demostrar lo que valían, a la vez que intentaban hacer lo que él mismo deseaba; dejar bien parada a su villa frente al mundo shinobi que les observaba hambriento de combate, sudor, lágrimas y más...

Se mantenía sereno. Sentado en su lugar sin llamar la atención. Miró hacia donde sus globos oculares quisieran mostrarle, observando un par de segundos a una muchacha de tez clara y cabello largo color borgoña, la misma se notaba algo inquieta... ¿Nervios pre-competitivos? ¿O quizás ansias por la emoción del combate? Podría ser cualquier opción, la verdad.

Era muy obvio contra quién debía de combatir una vez que fuera llamado a la plataforma de batalla junto con, precisamente, esa chica. Bastante cierto era que no le agradaba mucho la idea de luchar contra una mujer. ¿Machismo? No, él no era así. Pero hacer daño a una dama era algo no muy propio de él. Aún así sabía que en el momento en que un ninja entraba en combate, no sabía de géneros, estatus sociales ni nada parecido. Sólo se sabía de una cosa: Era él o su enemigo...

Alzó la vista regresando a la realidad  a sabiendas de que debía atender el llamado hecho por el presentador del torneo, quien habiendo terminado ya de presentar los combates previos, así como anunciar a los ganadores de cada ronda, finalmente les daba la invidación a incorporarse al par de shinobis aún faltantes por batirse en duelo. La kunoichi atendió el llamado a paso tranquilo, aquello le hizo fijarse en ella por un momento y detallarla mejor mientras la misma se adelantaba a él y salía del sitio en primer lugar. Una bolsa llena de herramientas (o eso creía el pelirrojo) se hallaba atada en su muslo derecho. Debía cuidarse de cualquier imprevisto. Nunca debía de subestimarse a un adversario, eso era un principio básico que todo shinobi tenía que saber.

Avanzó a paso tranquilo, sin prisas pero tampoco muy tardío en su andar. No le gustaba hacer esperar después de todo... El oscuro túnel le recordaba el conflicto interno que día tras día se llevaba a cabo en su interior, pero sin embargo, la luz proveniente del exterior le devolvió la determinación que necesitaba para salir y mostrarse al mundo. Era su oportunidad de saber qué tanto había progresado hasta ahora. Era su momento de demostrarse que era digno de portar la banda ninja de la aldea oculta entre la arena, una que llevaba hasta ahora oculta en uno de sus bolsillos del abrigo.

Caminó hasta la arena, subió a la misma y se situó donde el presentador le indicó. Una distancia aproximada de diez metros le separaba de su anterior acompañante femenina, quizás un par de centímetros más, o centímetros menos... No era un preciso instrumento de medida así que cien por ciento seguro no estaba de la distancia, pero de algo estaba seguro: Sus ganas de competir seguían intactas.

Asintió a lo que el presentador de alto rango les indicó a ambos shinobis, el pelirrojo y la de cabellera borgoña asintieron casi que en una armónica sincronía. Tenía todo listo. Se sentía listo. Sabía que podía progresar aún más, sabía que pudo haberse preparado mejor, pero con todo eso no dudaba de sus capacidades, simplemente elogiaba las de los desconocidos que ansiaba enfrentar, siendo la joven mujer frente a él, una de ellos...

El combate dió inicio sin más.

Justo en el momento en que la voz del presentador daba la indicación para que ambos ninjas dieran rienda suelta al despliegue de habilidades que poseían para ver quién era merecedor de avanzar y quién debía mejorar aún más, el Sabaku tomó un poco de oxígeno al inhalar con calma. Cuando notó la pose defensiva que su, ahora oponente, realizaba espectante, se deshizo del dióxido de carbono hallado en sus pulmones en una rápida exhalación.

¿Esperaba acaso esa muchacha que él hiciera el primer movimiento? Eso no estaba del todo mal. La cobardía no existía en el lenguaje ninja. Todo valía cuando se trataba de completar una misión y más aún enfrentar a un enemigo. Aquella escena emulaba perfectamente una situación así. Lo analizó fugazmente mientras subía a la plataforma segundos antes. El ambiente era notablemente helado, más de lo que su gusto le indicaba que pasaba de lo agradable, pero sin llegar a lo molesto. Un terreno liso con leves partes de hielo, unos muros helados, un público eufórico que desde la aparición de ambos ninjas no había dejado de apoyar a su respectivo luchador. Un escenario perfecto para dejar todo en el mismo frente a su admirado líder, quien junto al resto de grandes e importantes figuras de autoridad, le observaban junto a su fémina rival desde el correspondiente y custodiado lugar en las alturas, aun más allá del público "común".

("Kazekage-sama, ¿alguna vez seré tan fuerte como mi padre y tan listo como mi madre?") - Pensó fugazmente luego de que, sin siquiera pestañear, empezara a realizar una rápida cadena de sellos manuales (rápida a su parecer) la cual con buena habilidad, le brindaba la capacidad que todo ninja diestro en el ninjutsu poseía para moldear su chakra y transformar la naturaleza del mismo o bien, en el caso del arenero, fusionarlo con cierto material reinante del país del Viento.

El tapón de la calabaza a la espalda del pelirrojo saldría volando, seguramente llamando la atención de la kunoichi espectante frente a él. Del arenoso contenedor saldría un buena porción de arena, flotando rápidamente hasta posicionarse sobre la kunoichi a unos ocho metros del suelo, pasando a transformarse en una nube de unos cuatro metros de largo y ancho, que obviamente no tenía forma definida. Más que probable era que la atención se la robara la Nube a su creador, mientras el mismo había terminado con ese trabajo e iniciaba la realización de otra cadena de sellos manuales coronando la secuencia de posiciones con el "perro (Inu)". De la nube empezaría a llover una considerable cantidad de arena hacia la posición de la jovencita, a sus alrededores y en general en un área de dies metros aproximadamente. Mientras aquello ocurría, el moldeo de chakra del masculino de marcadas ojeras terminaría, continuando la acción del mismo al llevar ambas manos a sus bolsas de herramientas en los muslos, tomar tres Shurikens con cada mano, arrojarlas sin pestañear a su adversaria y "aplaudir" rápidamente, provocando que el impacto de sus palmas creara una poderosa ráfaga de viento que no sólo impulsaría aún más la velocidad de aquellos proyectiles (que de por sí ya eran veloces por sí solos debido a su pequeña y cómoda forma aerodinámica), sino que la misma corriente se dirigiría hacia la fémina de cabello borgoña con claras intensiones de dañarla si la misma no tomaba acciones defensivas reales. Una de las estrellas ninja viajaría fugazmente con intención de impactar el muslo derecho de la joven mujer. Una segunda estrella tendría como objetivo el hombro del mismo lado diestro. Una tercera y cuarta Shuriken tendrían un marcado destino en el pecho y estómago de la fémina respectivamente, mientras que una quinta iría a parar en el brazo izquierdo. La sexta herramienta de ataque, astuta, iría más arriba de la cabeza de la mujer por si ésta intentaba saltar.

Claro que, realizando todo aquello y desde el comienzo, Tsunayoshi no bajaría su guardia ni por una milésima de segundo, ya que al más mínimo intento de acercamiento por parte de su contrincante con intención de interrumpirlo, retrocedería sin vacilar, todo con tal de que sus primeros pasos ofensivos se llevasen a cabo satisfactoriamente.

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Off Rol:
Hasta el momento había logrado despejar su mente de toda duda, de toda inseguridad, de todo intento por derrota que el dolor intentaba provocarle anímicamente. No podía permitirse un bajón emocional, no cuando por fin veía una luz al final de su oscuro túnel de duelo por la pérdida familiar aún en proceso de superación.

Después de terminarse el alegre festival, donde la colorida bienvenida que aquel gélido país le había dado permitió al Sabaku un fácil control emocional para con sus demonios internos, se había alistado para el inicio de la competencia de ese día siguiente, llevando no sólo su pedazo del desierto que de forma fiel le acompañaba a todas partes, sino también una equipación de armas y herramientas que según su estrategia meditada en varios aspectos previos a su partida de Sunagakure, le servirían como gran apoyo cuando lo necesitase. Vestía también su abrigo rojo de manga larga, unos pantalones color negro y unas botas de cuero color gris oscuro. Un chaleco gris era portado sobre el abrigo rojizo como protector de un posible daño. Una bufanda color gris cubría el cuello del arenero para abrigarlo aun más, aparte que sus manos, cubiertas por unos guantes de cuero, estaban también protegidas de terminar entumecidas por el frío infernal del lugar.

Se había mantenido en la sala de espera de los participantes, mirando cómo poco a poco, iban siendo llamados de dos en dos, combatientes jóvenes que darían todo de sí mismos y, seguro estaba, todavía más allá sólo para lograr demostrar lo que valían, a la vez que intentaban hacer lo que él mismo deseaba; dejar bien parada a su villa frente al mundo shinobi que les observaba hambriento de combate, sudor, lágrimas y más...

Se mantenía sereno. Sentado en su lugar sin llamar la atención. Miró hacia donde sus globos oculares quisieran mostrarle, observando un par de segundos a una muchacha de tez clara y cabello largo color borgoña, la misma se notaba algo inquieta... ¿Nervios pre-competitivos? ¿O quizás ansias por la emoción del combate? Podría ser cualquier opción, la verdad.

Era muy obvio contra quién debía de combatir una vez que fuera llamado a la plataforma de batalla junto con, precisamente, esa chica. Bastante cierto era que no le agradaba mucho la idea de luchar contra una mujer. ¿Machismo? No, él no era así. Pero hacer daño a una dama era algo no muy propio de él. Aún así sabía que en el momento en que un ninja entraba en combate, no sabía de géneros, estatus sociales ni nada parecido. Sólo se sabía de una cosa: Era él o su enemigo...

Alzó la vista regresando a la realidad  a sabiendas de que debía atender el llamado hecho por el presentador del torneo, quien habiendo terminado ya de presentar los combates previos, así como anunciar a los ganadores de cada ronda, finalmente les daba la invidación a incorporarse al par de shinobis aún faltantes por batirse en duelo. La kunoichi atendió el llamado a paso tranquilo, aquello le hizo fijarse en ella por un momento y detallarla mejor mientras la misma se adelantaba a él y salía del sitio en primer lugar. Una bolsa llena de herramientas (o eso creía el pelirrojo) se hallaba atada en su muslo derecho. Debía cuidarse de cualquier imprevisto. Nunca debía de subestimarse a un adversario, eso era un principio básico que todo shinobi tenía que saber.

Avanzó a paso tranquilo, sin prisas pero tampoco muy tardío en su andar. No le gustaba hacer esperar después de todo... El oscuro túnel le recordaba el conflicto interno que día tras día se llevaba a cabo en su interior, pero sin embargo, la luz proveniente del exterior le devolvió la determinación que necesitaba para salir y mostrarse al mundo. Era su oportunidad de saber qué tanto había progresado hasta ahora. Era su momento de demostrarse que era digno de portar la banda ninja de la aldea oculta entre la arena, una que llevaba hasta ahora oculta en uno de sus bolsillos del abrigo.

Caminó hasta la arena, subió a la misma y se situó donde el presentador le indicó. Una distancia aproximada de diez metros le separaba de su anterior acompañante femenina, quizás un par de centímetros más, o centímetros menos... No era un preciso instrumento de medida así que cien por ciento seguro no estaba de la distancia, pero de algo estaba seguro: Sus ganas de competir seguían intactas.

Asintió a lo que el presentador de alto rango les indicó a ambos shinobis, el pelirrojo y la de cabellera borgoña asintieron casi que en una armónica sincronía. Tenía todo listo. Se sentía listo. Sabía que podía progresar aún más, sabía que pudo haberse preparado mejor, pero con todo eso no dudaba de sus capacidades, simplemente elogiaba las de los desconocidos que ansiaba enfrentar, siendo la joven mujer frente a él, una de ellos...

El combate dió inicio sin más.

Justo en el momento en que la voz del presentador daba la indicación para que ambos ninjas dieran rienda suelta al despliegue de habilidades que poseían para ver quién era merecedor de avanzar y quién debía mejorar aún más, el Sabaku tomó un poco de oxígeno al inhalar con calma. Cuando notó la pose defensiva que su, ahora oponente, realizaba espectante, se deshizo del dióxido de carbono hallado en sus pulmones en una rápida exhalación.

¿Esperaba acaso esa muchacha que él hiciera el primer movimiento? Eso no estaba del todo mal. La cobardía no existía en el lenguaje ninja. Todo valía cuando se trataba de completar una misión y más aún enfrentar a un enemigo. Aquella escena emulaba perfectamente una situación así. Lo analizó fugazmente mientras subía a la plataforma segundos antes. El ambiente era notablemente helado, más de lo que su gusto le indicaba que pasaba de lo agradable, pero sin llegar a lo molesto. Un terreno liso con leves partes de hielo, unos muros helados, un público eufórico que desde la aparición de ambos ninjas no había dejado de apoyar a su respectivo luchador. Un escenario perfecto para dejar todo en el mismo frente a su admirado líder, quien junto al resto de grandes e importantes figuras de autoridad, le observaban junto a su fémina rival desde el correspondiente y custodiado lugar en las alturas, aun más allá del público "común".

("Kazekage-sama, ¿alguna vez seré tan fuerte como mi padre y tan listo como mi madre?") - Pensó fugazmente luego de que, sin siquiera pestañear, empezara a realizar una rápida cadena de sellos manuales (rápida a su parecer) la cual con buena habilidad, le brindaba la capacidad que todo ninja diestro en el ninjutsu poseía para moldear su chakra y transformar la naturaleza del mismo o bien, en el caso del arenero, fusionarlo con cierto material reinante del país del Viento.

El tapón de la calabaza a la espalda del pelirrojo saldría volando, seguramente llamando la atención de la kunoichi espectante frente a él. Del arenoso contenedor saldría un buena porción de arena, flotando rápidamente hasta posicionarse sobre la kunoichi a unos ocho metros del suelo, pasando a transformarse en una nube de unos cuatro metros de largo y ancho, que obviamente no tenía forma definida. Más que probable era que la atención se la robara la Nube a su creador, mientras el mismo había terminado con ese trabajo e iniciaba la realización de otra cadena de sellos manuales coronando la secuencia de posiciones con el "perro (Inu)". De la nube empezaría a llover una considerable cantidad de arena hacia la posición de la jovencita, a sus alrededores y en general en un área de dies metros aproximadamente. Mientras aquello ocurría, el moldeo de chakra del masculino de marcadas ojeras terminaría, continuando la acción del mismo al llevar ambas manos a sus bolsas de herramientas en los muslos, tomar tres Shurikens con cada mano, arrojarlas sin pestañear a su adversaria y "aplaudir" rápidamente, provocando que el impacto de sus palmas creara una poderosa ráfaga de viento que no sólo impulsaría aún más la velocidad de aquellos proyectiles (que de por sí ya eran veloces por sí solos debido a su pequeña y cómoda forma aerodinámica), sino que la misma corriente se dirigiría hacia la fémina de cabello borgoña con claras intensiones de dañarla si la misma no tomaba acciones defensivas reales. Una de las estrellas ninja viajaría fugazmente con intención de impactar el muslo derecho de la joven mujer. Una segunda estrella tendría como objetivo el hombro del mismo lado diestro. Una tercera y cuarta Shuriken tendrían un marcado destino en el pecho y estómago de la fémina respectivamente, mientras que una quinta iría a parar en el brazo izquierdo. La sexta herramienta de ataque, astuta, iría más arriba de la cabeza de la mujer por si ésta intentaba saltar.

Claro que, realizando todo aquello y desde el comienzo, Tsunayoshi no bajaría su guardia ni por una milésima de segundo, ya que al más mínimo intento de acercamiento por parte de su contrincante con intención de interrumpirlo, retrocedería sin vacilar, todo con tal de que sus primeros pasos ofensivos se llevasen a cabo satisfactoriamente.

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Senju Kaede

En un inicio los nervios se habrían apoderado de mi cuerpo al momento de saltar al campo de batalla, pero en el momento preciso en que ambos asintiéramos, los nervios habrían de ir en un rápido vaivén comenzando a disminuir hasta que solamente quedase un mero recuerdo de aquello en mi subconsciente. No había otro interés, no había otro resultado posible, quería ganar este combate a toda costa. ¿Cómo lucharía el adversario? ¿A distancia o cuerpo a cuerpo? ¿Qué estilo debería utilizar para poder aprovechar la mayor de las ventajas al respecto? Realmente no lo sabía en un inicio, por lo cual intentando pinchar sus secretos, haría lo que había dicho en un inicio… tomar una postura defensiva en guardia con mi atención alerta en todos los sentidos.

La visión jugaría un papel principal en mi estrategia, puesto que al solo disponer de cortos momentos para planear una estrategia y conocer al contrario, debías jugarte al primer instinto que la situación te brindaba. No había tiempo a cuestionamientos u hechos que significasen pensar mucho. Al momento de observar un movimiento de manos que iría a denotar la intención de realizar sellos de manos que el adversario comenzaría a ejecutar tras alzar las manos, comenzaría a correr a toda velocidad en dirección hacia el joven de la calabaza con la intención de poder anticipar cualquier posible ofensiva que el ajeno pudiese tener. ¿Era acaso una postura defensiva la inicial sobre la que me habría parado? Sí, pero no era ninguna tonta como para quedarme a esperar saber cuál podía llegar a ser el jutsu que el muchacho fuese a lanzar.

La velocidad en mis pies tenía para envidiarle a la velocidad de sus sellos de manos, pero eso no me detendría y para el momento exacto en que la arena de la calabaza comenzase a salir ya con el tapón plegado las distancias serían escasas debido a que el tiempo de demora entre que el tapón volara y la arena comenzase a salir sería de varios segundos. Cuando un metro y medio fuesen todo lo que nos separasen inclinaría mi cuerpo durante la carrera levemente en vertical al lado exacto de mi diestra que acompañaría paralelamente con un puñetazo que saldría instantáneo en dirección hacia el plexo solar del enemigo. ¿Le daría o no le daría? No tenía tiempo para quedarme a averiguarlo, confiaba en que mi instinto del tacto no fallase y me diese la información necesaria. Al haber generado aquella inclinación que de leve iría a pasar a moderada gradualmente durante el primer ataque mío, al momento en que mi golpe finalizase su curso habiendo acertado u errado acompañaría el giro agudizándolo con un viraje instantáneo al mismo lado en una gran rapidez debido a las cortas distancias y acompañaría con un giro y salto en vertical que me suspendería aproximadamente treinta centímetros del suelo en instantes permitiéndome tomar un envión suficiente para en esa fracción de segundo sacar una veloz patada diestra dirigida hacia el cuello del adversario siguiendo completamente con el movimiento para finalizar con el giro buscando haber logrado superar la posición del adversario y colocarme sobre su espalda. La ráfaga de golpes habría de continuar.  Los movimientos podría interpretarlos el adversario como rápidos inclusive, aunque mis velocidades no eran las mejores puesto que las distancias eran cortas, como bien habíamos dicho en un inicio, el tiempo de sellos de manos del enemigo y el interín que tardaría en su arena comenzar a salir de la calabaza habrían sido el detonante para permitirme llegar hasta su posición antes de recibir cual fuese el ataque que lanzó. ¿Ahora si mis golpes habían dado, o no? Esa era otra historia. La cuestión era que buscaría estar en constante movimiento, yendo de un lado a otro, la mejor defensa siempre es una buena ofensiva.


OFF:

En un inicio los nervios se habrían apoderado de mi cuerpo al momento de saltar al campo de batalla, pero en el momento preciso en que ambos asintiéramos, los nervios habrían de ir en un rápido vaivén comenzando a disminuir hasta que solamente quedase un mero recuerdo de aquello en mi subconsciente. No había otro interés, no había otro resultado posible, quería ganar este combate a toda costa. ¿Cómo lucharía el adversario? ¿A distancia o cuerpo a cuerpo? ¿Qué estilo debería utilizar para poder aprovechar la mayor de las ventajas al respecto? Realmente no lo sabía en un inicio, por lo cual intentando pinchar sus secretos, haría lo que había dicho en un inicio… tomar una postura defensiva en guardia con mi atención alerta en todos los sentidos.

La visión jugaría un papel principal en mi estrategia, puesto que al solo disponer de cortos momentos para planear una estrategia y conocer al contrario, debías jugarte al primer instinto que la situación te brindaba. No había tiempo a cuestionamientos u hechos que significasen pensar mucho. Al momento de observar un movimiento de manos que iría a denotar la intención de realizar sellos de manos que el adversario comenzaría a ejecutar tras alzar las manos, comenzaría a correr a toda velocidad en dirección hacia el joven de la calabaza con la intención de poder anticipar cualquier posible ofensiva que el ajeno pudiese tener. ¿Era acaso una postura defensiva la inicial sobre la que me habría parado? Sí, pero no era ninguna tonta como para quedarme a esperar saber cuál podía llegar a ser el jutsu que el muchacho fuese a lanzar.

La velocidad en mis pies tenía para envidiarle a la velocidad de sus sellos de manos, pero eso no me detendría y para el momento exacto en que la arena de la calabaza comenzase a salir ya con el tapón plegado las distancias serían escasas debido a que el tiempo de demora entre que el tapón volara y la arena comenzase a salir sería de varios segundos. Cuando un metro y medio fuesen todo lo que nos separasen inclinaría mi cuerpo durante la carrera levemente en vertical al lado exacto de mi diestra que acompañaría paralelamente con un puñetazo que saldría instantáneo en dirección hacia el plexo solar del enemigo. ¿Le daría o no le daría? No tenía tiempo para quedarme a averiguarlo, confiaba en que mi instinto del tacto no fallase y me diese la información necesaria. Al haber generado aquella inclinación que de leve iría a pasar a moderada gradualmente durante el primer ataque mío, al momento en que mi golpe finalizase su curso habiendo acertado u errado acompañaría el giro agudizándolo con un viraje instantáneo al mismo lado en una gran rapidez debido a las cortas distancias y acompañaría con un giro y salto en vertical que me suspendería aproximadamente treinta centímetros del suelo en instantes permitiéndome tomar un envión suficiente para en esa fracción de segundo sacar una veloz patada diestra dirigida hacia el cuello del adversario siguiendo completamente con el movimiento para finalizar con el giro buscando haber logrado superar la posición del adversario y colocarme sobre su espalda. La ráfaga de golpes habría de continuar.  Los movimientos podría interpretarlos el adversario como rápidos inclusive, aunque mis velocidades no eran las mejores puesto que las distancias eran cortas, como bien habíamos dicho en un inicio, el tiempo de sellos de manos del enemigo y el interín que tardaría en su arena comenzar a salir de la calabaza habrían sido el detonante para permitirme llegar hasta su posición antes de recibir cual fuese el ataque que lanzó. ¿Ahora si mis golpes habían dado, o no? Esa era otra historia. La cuestión era que buscaría estar en constante movimiento, yendo de un lado a otro, la mejor defensa siempre es una buena ofensiva.


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Sabaku Tsunayoshi
Y todo en cuestión de segundos sufriría un cambio drástico para el espectador esperanzado en que dicho cambio, le brindara la diversión y entretenimiento que tanto anhelada después de haber observado gustoso los anteriores encuentros llevados a cabo en ese mismo lugar, en esa misma arena de cincuenta metros a la redonda que, gélida y lisa, gracias a su cómodo ambiente de bajos grados, permitía un fluido movimiento para todo ser humano gustoso de recibir en su cuerpo la frialdad del lugar lleno de mayor tensión y espectativa (por lo menos durante ese evento) que el país del Hierro tenía. Ambos combatientes asintieron a la pregunta que el presentador les hizo para seguidamente dar comienzo aquella pelea, ambos ninjas se movilizaron sin titubear un sólo segundo para realizar sus respectivas maniobras ofensivas, sin embargo la comodidad que uno creía tener, resultaba ser una posible contra que el enemigo rápidamente podría aprovechar y transformarle la comodidad en preocupación. La secuencia de sellos que el muchacho proveniente del país del Viento realizaba terminaría con el "Caballo" (uma) coronando la misma después de un segundo de acción, pero sin embargo, no con la estabilidad deseada...

La vio venir, claro que lo hizo. ("Un ataque frontal...") - Quedó en su mente aquella afirmación que, con sólo observar la acción de su contrincante, hasta un niño de la academia podría deducir. El tapón de goma salió volando impulsado por la presión que el material desértico ejerció para liberarse. Pensó en que no podía permitirse recibir daño, no tan fácilmente, al momento de que sus piernas tomaban acciones defensivas y ya iniciaban un retroceso marcado por zancadas hacia atrás aún manteniendo el sello "Uma" (caballo) sincronizando su movimiento evasivo hacia atrás con la expulsión del tapón de la calabaza previamente mencionado, todo con tal de no dejar que fueran interrumpidas sus acciones ofensivas, todo en cuestión de unos muy pocos segundos, quizás dos o tres aproximadamente, no podría decirlo con certeza. Dos metros más de distancia que evitarían el primer golpe que con intenciones obvias de dañar, su fémina oponente arrojaba hacia su humanidad. Una porción de la arena cargada en la calabaza del pelirrojo empezaría a asomarse y salir, elevándose un poco para luego caer mientras la ofensiva de la mujer seguía. No contenta con la nueva distancia que seguiría extendiéndose y acortándose debido al movimiento de ambos ninjas, la de cabellera borgoña intentaría volver a asestarle un golpe, generado esta vez por un giro que impulsaría una patada directa al cuello del pelirrojo, quien ya veía frustrado su intento por moldear su chakra de viento ofensivo ahora pensado como contra. - ("Es rápida.") - Su expresión no cambiaría, seguiría igual, su movimiento tampoco, seguiría retrocediendo, confiando en sus pies y en su buen equilibrio, sin embargo no intentaría detener la agresión de la Senju, en lugar de eso juntaría sus manos rápidamente formando un único sello manual (Hitsuji). Centrado en el combate y en calcular de la mejor manera posible todo movimiento a ejecutar, el resto de su arena finalmente comenzaría a salir, tímida, introvertida, temerosa de la mirada de todos aquellos que le rodeaban. Acostumbrados granos de tierra seca y fina, a convivir con el calor de un acogedor desierto al que denominaba "hogar", no tanto así de estar en tan gélido lugar y a la vista de miles. No obstante, la seguridad de su protegido era su única prioridad y la única razón por la cual estaba dispuesta a todo, incluso a sacrificarse sin pensar en el bienestar propio. La timidez se volvería osadía, la introvertida arena se mostraría al mundo sin dudar en la ejecución de sus acciones, rápida y precisa colocándose entre la pierna de la kunoichi y el cuerpo del objetivo de la misma cuando éste finalmente detenía su carrera hacia atrás sin voltear, ni cambiar su calmada expresión facial, pero ¿cómo haría todo aquello si la pequeña porción del desierto no era lo suficientemente rápida como para salir de su encierro con tan poco tiempo de acción? La repuesta se hallaría en las manos del que la controlaba.

El sello "Hitsuji" (Carnero) sería aquel que las manos juntas del Sabaku habrían mantenido desde hacía un par de segundos atrás, gracias a ello, calabaza del árido material desértico, estaría completamente deshecha y su prisionera esparcida al alrededor de su maestro como si siempre hubiese estado allí. Cómoda a pesar del clima y con libre albedrío para atacar o defender, la arena estaría lista para obedecer lo que su maestro le indicara que hiciese. Por los momentos, sólo defender de ese ataque, pero, no por eso la única orden que recibiría de parte de su controlador. La calabaza ahora formaría parte toda la arena en el suelo. Por otro lado, la arena que se encargaría de proteger al de pronunciadas ojeras no sólo serviría para eso y el mismo Tsunayoshi no sabría...

("Ahora!") - Haría uso entonces del control sobre su característica arma principal para así rodear la pierna de la atacante con la porción que la había detenido. Parte del arenoso material ubicado a los costados de la base de apoyo del Sabaku, se uniría a la acción, acercándose y rodeando la otra pierna de la kunoichi y, ajena a dicha acción, otra parte del material suplementario del Sabaku, rodearía el pecho de la creadora de árboles habiéndose posicionado previamente detrás de ella luego de que las piernas de la misma fuesen inmovilizadas. Dos tentáculos de arena se hallarían rodeando las piernas de la muchacha, un tercer tentáculo la tendría rodeada del pecho, todos "sellándola" al suelo. Mientras aquello ocurría dejando una situación aparentemente controlada, el Sabaku empezaría entonces a ejecutar otra cadena de sellos manuales mientras retrocedía un metro más listo para acabar con el encuentro, aunque todo dependería de lo que su oponente pudiera hacer para defenderse.

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Y todo en cuestión de segundos sufriría un cambio drástico para el espectador esperanzado en que dicho cambio, le brindara la diversión y entretenimiento que tanto anhelada después de haber observado gustoso los anteriores encuentros llevados a cabo en ese mismo lugar, en esa misma arena de cincuenta metros a la redonda que, gélida y lisa, gracias a su cómodo ambiente de bajos grados, permitía un fluido movimiento para todo ser humano gustoso de recibir en su cuerpo la frialdad del lugar lleno de mayor tensión y espectativa (por lo menos durante ese evento) que el país del Hierro tenía. Ambos combatientes asintieron a la pregunta que el presentador les hizo para seguidamente dar comienzo aquella pelea, ambos ninjas se movilizaron sin titubear un sólo segundo para realizar sus respectivas maniobras ofensivas, sin embargo la comodidad que uno creía tener, resultaba ser una posible contra que el enemigo rápidamente podría aprovechar y transformarle la comodidad en preocupación. La secuencia de sellos que el muchacho proveniente del país del Viento realizaba terminaría con el "Caballo" (uma) coronando la misma después de un segundo de acción, pero sin embargo, no con la estabilidad deseada...

La vio venir, claro que lo hizo. ("Un ataque frontal...") - Quedó en su mente aquella afirmación que, con sólo observar la acción de su contrincante, hasta un niño de la academia podría deducir. El tapón de goma salió volando impulsado por la presión que el material desértico ejerció para liberarse. Pensó en que no podía permitirse recibir daño, no tan fácilmente, al momento de que sus piernas tomaban acciones defensivas y ya iniciaban un retroceso marcado por zancadas hacia atrás aún manteniendo el sello "Uma" (caballo) sincronizando su movimiento evasivo hacia atrás con la expulsión del tapón de la calabaza previamente mencionado, todo con tal de no dejar que fueran interrumpidas sus acciones ofensivas, todo en cuestión de unos muy pocos segundos, quizás dos o tres aproximadamente, no podría decirlo con certeza. Dos metros más de distancia que evitarían el primer golpe que con intenciones obvias de dañar, su fémina oponente arrojaba hacia su humanidad. Una porción de la arena cargada en la calabaza del pelirrojo empezaría a asomarse y salir, elevándose un poco para luego caer mientras la ofensiva de la mujer seguía. No contenta con la nueva distancia que seguiría extendiéndose y acortándose debido al movimiento de ambos ninjas, la de cabellera borgoña intentaría volver a asestarle un golpe, generado esta vez por un giro que impulsaría una patada directa al cuello del pelirrojo, quien ya veía frustrado su intento por moldear su chakra de viento ofensivo ahora pensado como contra. - ("Es rápida.") - Su expresión no cambiaría, seguiría igual, su movimiento tampoco, seguiría retrocediendo, confiando en sus pies y en su buen equilibrio, sin embargo no intentaría detener la agresión de la Senju, en lugar de eso juntaría sus manos rápidamente formando un único sello manual (Hitsuji). Centrado en el combate y en calcular de la mejor manera posible todo movimiento a ejecutar, el resto de su arena finalmente comenzaría a salir, tímida, introvertida, temerosa de la mirada de todos aquellos que le rodeaban. Acostumbrados granos de tierra seca y fina, a convivir con el calor de un acogedor desierto al que denominaba "hogar", no tanto así de estar en tan gélido lugar y a la vista de miles. No obstante, la seguridad de su protegido era su única prioridad y la única razón por la cual estaba dispuesta a todo, incluso a sacrificarse sin pensar en el bienestar propio. La timidez se volvería osadía, la introvertida arena se mostraría al mundo sin dudar en la ejecución de sus acciones, rápida y precisa colocándose entre la pierna de la kunoichi y el cuerpo del objetivo de la misma cuando éste finalmente detenía su carrera hacia atrás sin voltear, ni cambiar su calmada expresión facial, pero ¿cómo haría todo aquello si la pequeña porción del desierto no era lo suficientemente rápida como para salir de su encierro con tan poco tiempo de acción? La repuesta se hallaría en las manos del que la controlaba.

El sello "Hitsuji" (Carnero) sería aquel que las manos juntas del Sabaku habrían mantenido desde hacía un par de segundos atrás, gracias a ello, calabaza del árido material desértico, estaría completamente deshecha y su prisionera esparcida al alrededor de su maestro como si siempre hubiese estado allí. Cómoda a pesar del clima y con libre albedrío para atacar o defender, la arena estaría lista para obedecer lo que su maestro le indicara que hiciese. Por los momentos, sólo defender de ese ataque, pero, no por eso la única orden que recibiría de parte de su controlador. La calabaza ahora formaría parte toda la arena en el suelo. Por otro lado, la arena que se encargaría de proteger al de pronunciadas ojeras no sólo serviría para eso y el mismo Tsunayoshi no sabría...

("Ahora!") - Haría uso entonces del control sobre su característica arma principal para así rodear la pierna de la atacante con la porción que la había detenido. Parte del arenoso material ubicado a los costados de la base de apoyo del Sabaku, se uniría a la acción, acercándose y rodeando la otra pierna de la kunoichi y, ajena a dicha acción, otra parte del material suplementario del Sabaku, rodearía el pecho de la creadora de árboles habiéndose posicionado previamente detrás de ella luego de que las piernas de la misma fuesen inmovilizadas. Dos tentáculos de arena se hallarían rodeando las piernas de la muchacha, un tercer tentáculo la tendría rodeada del pecho, todos "sellándola" al suelo. Mientras aquello ocurría dejando una situación aparentemente controlada, el Sabaku empezaría entonces a ejecutar otra cadena de sellos manuales mientras retrocedía un metro más listo para acabar con el encuentro, aunque todo dependería de lo que su oponente pudiera hacer para defenderse.

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Master MC
MODERACION
A causa de la petición de moderación por parte de la usuaria Senju Kaede, nos vemos obligados a intervenir en este tema.

Kaede, se te caerá el inventario durante la ofensiva inicial producto de no haber mencionado tamaños y unidades. Se te deja subjetivo cuantas herramientas de todas las infinitas que traes se caerán (O sea, claramente no pueden caer por el campo infinitos kunais, y por lo tanto deberás definir cuantos traes.) En caso de inventarios de un solo uso, o etc, caerán todos a lo largo de tu trayectoria.
La situación concurrirá acorde a lo narrado por el Sabaku. Los tentáculos estarán apareciendo a lo largo con la intención de hacer una ofensiva con la posibilidad de -según lo que se narre- recibir o no el ataque. El kenjutsu realizado por parte del Sabaku será errado completamente por pocas estadísticas en el correspondiente.
Por parte de la acción de la calabaza, transcurrirá como última acción del turno del jugador de la arena. Dando un orden en su último post que corresponderá a: #1 Retrocede. #2. Saca la arena. #3. Cambia su estrategia y saca los tentáculos. #4. Rompe la calabaza.

Dicho esto, sigan con el combate. El siguiente usuario tiene 24h para contestar desde ahora.
MODERACION
A causa de la petición de moderación por parte de la usuaria Senju Kaede, nos vemos obligados a intervenir en este tema.

Kaede, se te caerá el inventario durante la ofensiva inicial producto de no haber mencionado tamaños y unidades. Se te deja subjetivo cuantas herramientas de todas las infinitas que traes se caerán (O sea, claramente no pueden caer por el campo infinitos kunais, y por lo tanto deberás definir cuantos traes.) En caso de inventarios de un solo uso, o etc, caerán todos a lo largo de tu trayectoria.
La situación concurrirá acorde a lo narrado por el Sabaku. Los tentáculos estarán apareciendo a lo largo con la intención de hacer una ofensiva con la posibilidad de -según lo que se narre- recibir o no el ataque. El kenjutsu realizado por parte del Sabaku será errado completamente por pocas estadísticas en el correspondiente.
Por parte de la acción de la calabaza, transcurrirá como última acción del turno del jugador de la arena. Dando un orden en su último post que corresponderá a: #1 Retrocede. #2. Saca la arena. #3. Cambia su estrategia y saca los tentáculos. #4. Rompe la calabaza.

Dicho esto, sigan con el combate. El siguiente usuario tiene 24h para contestar desde ahora.

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Senju Kaede

Habría iniciado como todos saben una carrera con la intención de poder atinar un puñetazo al enemigo e iniciar mi despliegue de Taijutsu sabiendo a claras que mi mal sujeto armamento iría a caer disperso a lo largo de la trayectoria inicial. Pero al momento en que, cual cobarde, redujese las distancias entre ambos con unas zancadas cortas sumando dos metros adicionales a los cinco que estarían establecidos al momento de su acción efectuarse. Reduciría mi velocidad y comenzaría a zigzaguear hacia mis espaldas paralelo a que efectuaba sellos de manos paralelo en atención compartida con el efectuar de los movimientos por parte del muchacho de la arena. La distancia que reduciría en mi zigzaguear de espaldas sería constante con la intención de poder llegar a un total de diez metros adicionales o más a la espalda, según la necesidad implicase.

Una vez mis sellos de manos estuvieran finalizados -en el interinato de la carrera y aproximadamente a los cuatro metros de distancia que tendría la misma, o sea estando a un total de once metros- canalizaría automáticamente el chakra correspondiente y una copia exacta mía aparecería completamente hecha de madera. Observaría allí todo el accionar que el enemigo efectuaba de manera automática e instantánea tras la nueva aparición que generaría estando yo a una distancia total de once metros como bien se había establecido, y dos segundos después con la estrategia en mente comenzaría a correr en dirección nuevamente hacia el joven que ya habría sacado gran parte de la arena y recubriría su sector. Paralelo al inicio nuevo de mi carrera, comenzaría a hacer sellos, estaba claro que el zigzageo se habría vuelto una norma en mi trayectoria puesto que tanto yo como el clon seguíamos patrones irregulares… es decir, era imposible predecir donde habría de continuar el movimiento en carrera puesto que no estaba planificado. Completamente irregular.

Iría atenta y esquivando de manera atenta cualquier posible obstáculo que se presentase. No me permitiría ser agarrada ni yo, ni mi clon, con facilidad por lo que fuese que la arena aquella hacía. Era innecesario describir con mayor claridad los movimientos evasivos puesto que sus ataques todavía no estaban originados, pero era claro decir que mi manera de moverme estaba completamente enfocada en sortear de manera clara cualquier contingencia que hubiese. El clon correría efectuando sellos de manos desde un inicio también, nuestra velocidad era rápida y constante, lo suficiente como para efectuar el movimiento en corto tiempo. Era hora de la ofensiva real. ¿Cómo habría de atacar el enemigo? No lo sabía, pero me encontraba con sellos preparados tanto yo como mi clon, restaba poco para tomar la verdadera muñeca al combate.



OFF:

Habría iniciado como todos saben una carrera con la intención de poder atinar un puñetazo al enemigo e iniciar mi despliegue de Taijutsu sabiendo a claras que mi mal sujeto armamento iría a caer disperso a lo largo de la trayectoria inicial. Pero al momento en que, cual cobarde, redujese las distancias entre ambos con unas zancadas cortas sumando dos metros adicionales a los cinco que estarían establecidos al momento de su acción efectuarse. Reduciría mi velocidad y comenzaría a zigzaguear hacia mis espaldas paralelo a que efectuaba sellos de manos paralelo en atención compartida con el efectuar de los movimientos por parte del muchacho de la arena. La distancia que reduciría en mi zigzaguear de espaldas sería constante con la intención de poder llegar a un total de diez metros adicionales o más a la espalda, según la necesidad implicase.

Una vez mis sellos de manos estuvieran finalizados -en el interinato de la carrera y aproximadamente a los cuatro metros de distancia que tendría la misma, o sea estando a un total de once metros- canalizaría automáticamente el chakra correspondiente y una copia exacta mía aparecería completamente hecha de madera. Observaría allí todo el accionar que el enemigo efectuaba de manera automática e instantánea tras la nueva aparición que generaría estando yo a una distancia total de once metros como bien se había establecido, y dos segundos después con la estrategia en mente comenzaría a correr en dirección nuevamente hacia el joven que ya habría sacado gran parte de la arena y recubriría su sector. Paralelo al inicio nuevo de mi carrera, comenzaría a hacer sellos, estaba claro que el zigzageo se habría vuelto una norma en mi trayectoria puesto que tanto yo como el clon seguíamos patrones irregulares… es decir, era imposible predecir donde habría de continuar el movimiento en carrera puesto que no estaba planificado. Completamente irregular.

Iría atenta y esquivando de manera atenta cualquier posible obstáculo que se presentase. No me permitiría ser agarrada ni yo, ni mi clon, con facilidad por lo que fuese que la arena aquella hacía. Era innecesario describir con mayor claridad los movimientos evasivos puesto que sus ataques todavía no estaban originados, pero era claro decir que mi manera de moverme estaba completamente enfocada en sortear de manera clara cualquier contingencia que hubiese. El clon correría efectuando sellos de manos desde un inicio también, nuestra velocidad era rápida y constante, lo suficiente como para efectuar el movimiento en corto tiempo. Era hora de la ofensiva real. ¿Cómo habría de atacar el enemigo? No lo sabía, pero me encontraba con sellos preparados tanto yo como mi clon, restaba poco para tomar la verdadera muñeca al combate.



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Sabaku Tsunayoshi
Mientras retrocedía intentando mantener las distancias para con su agresiva fémina acompañante en la gélida arena, fácilmente pudo darse cuenta del brusco cambio en el andar de la misma una vez que los metros que separaban a ambos fuesen extendidos de dos a más por parte de los pasos en retroceso que el mismo arenero realizaba. La Senju le imitaba y extendía también la distancia con el Sabaku siendo muy rápida en su actuar, era bastante sensato alejarse de lo desconocido y más aún al ver que, lo que parecía ser, el arma principal del pelirrojo ya estaba extendida en su máxima expresión posible alrededor del mismo.

Lo notó pues él mismo decidió romperla. La sabía deshecha tras de sí formando parte de su actual mayor tesoro y claramente también sintió un vacío en su agobiada alma. Un sentimiento de soledad volvía a aparecer tocando la puerta de su martirio constante. Nuevamente perdía la compañía que aquella rústica calabaza le brindaba sólo por asegurarse suficiente material de apoyo para sus técnicas y sinceramente aquello no le agradaba mucho, pero no se hallaba realizando una simple misión del más bajo rango posible en la seguridad de su cálido y acogedor hogar en el país del Viento como solía hacer normalmente, no, se hallaba en medio de un combate en el país más frío que podía imaginar, participando y a la vez representando a la aldea oculta entre la arena como uno de los Gennin que más prometían llegar a ser verdaderas figuras de gran importancia alguna vez en sus respectivos lugares de origen y por ello no podía darse el lujo de cometer error alguno. No debía fallar, mucho menos con los ojos del Kazekage posados sobre él después de que su compatriota de la arena fallase en su duelo y perdiera recibiendo un único ataque. Necesitaba al menos dejar bien parada a su aldea frente a las demás. Necesitaba olvidarse de sus problemas y enfocarse en lo que ocurría frente a él. Necesitaba ser un ninja...

Qué antiguo resultaba ser el conocimiento sobre la ejecución de los sellos manuales. Uso de unas, aparentemente simples, posiciones de manos que increíble pero cierto, ayudaban no sólo a moldear la energía vital del individuo que los realizaba sino que permitían al mismo hacer uso de dicha energía para el fin que la previa preparación requiriera. Sus apagadas perlas color turquesa observarían atentas aquellas variadas posiciones que las delicadas pero decididas manos de la joven mujer realizarían mientras la misma se alejaba de él. Unos sellos que conocía perfectamente. Un moldeo de chakra que, sin embargo, desconocía desgraciadamente para su posible contraataque. Claro que, por su parte, la arena a su alrededor ya había empezado a movilizarse y tomar posición para acatar cualquier orden que su controlador, maestro y a la vez protegido le indicase. Tres figuras de no más de metro y medio de altura se alzaron en el campo, teniendo un grosor base similar al de los brazos de un adulto estándar pero terminando en la punta con un grosor de mínimos centímetros para esos momentos incalculables por el de grandes ojeras, cuya mente estaba totalmente centrada en su oponente (el grosor de la punta de los tentáculos es similar al de un dedo meñique). El primer tentáculo al noroeste a una distancia de un metro respecto a su pierna izquierda, el segundo tentáculo a metro y veinte de su pierna derecha al noreste de dicha extremidad. Frente a él y a unos dos metros con diez centímetros se hallaba el tercer tentáculo, todos formados completamente por los áridos y resistentes minerales que había traído el usuario de los mismos desde el caluroso, y hasta cierto grado, infernal país del Viento y que ahora se hallaría el resto ajeno a los tentáculos totalmente esparcido alrededor del arenero. Los finos granos desérticos empezarían entonces a movilizarse para rodear la posición de su maestro y así terminar cubriendo un área de tres metros alrededor del de ojos color turquesa, eso luego de que fuera completada la cadena de los sellos manuales que previos al movimiento de la arena, el dueño de la misma realizaba para pasar a la contra. Los tentáculos también se acercarían al Sabaku siguiendo las órdenes que el mismo les daba gracias al lazo que compartían por el pensamiento y voluntad del que provenía de Sunagakure.

Su secuencia de sellos manuales ya habría terminado para cuando los de la mujer apenas fueran a la mitad, aunque el factor velocidad no impidió que la secuencia de la de ojos violáceos terminase, creando con ello la Senju una réplica de sí misma ante la inexpresiva mirada del pelirrojo proveniente del país del Viento.

("Bunshinjutsu...") - Pensaría al verle. Claro que, no dejaría escapar ningún detalle, empezando por las extensiones arbóreas que del cuerpo de la de cabellera borgoña habían sido desplegadas para terminar formando al clon lignario. ("¿Madera? Esta muchacha...") - Su tiempo para analizar aquello era reducido, principalmente por que apenas la nueva Kaede surgía preparada para sumarse a la acción, empezaba a tomar carrera junto a su igual de carne y hueso de nueva cuenta en dirección hacia el Sabaku, o al menos así parecía puesto que la dirección de ambas cambiaba constantemente mientras pasaban de izquierda a derecha sin intenciones de detenerse muy pronto y más con la idea de confundir al Sabaku. Movimientos extraños que no dejó pasar por alto tampoco. No había quitado su mirada principalmente de la falsa Senju pues sin problema alguno le había echado el ojo desde que había "nacido" y no necesariamente porque estuviera interesado de manera romántica en la mujer arbórea, que sin ir al tema principal, emulaba casi se manera perfecta la notable belleza de su creadora.

("Dos contra uno. Veamos qué tan bueno es su tiempo de reacción...") - Pensaría mientras llevaría sus manos a los seguros de sus bolsas de herramientas halladas en sus muslos lo más rápido que podría para así desabrocharlos, buscar en ambas con la correspondiente mano, tomar cinco makibishis con ambas (no hiriéndose gracias a los guantes que cubrían sus manos) y arrojarlas a unos cinco metros de distancia respecto a su posición (los seguros de las bolsas de herramientas regresarían a cerrarse gracias a su mecanismo de Imán parecido al de un bolso de mano de la era moderna). Se preguntaría cuántos metros le separarían actualmente de su objetivo, ¿diez, quizás? Posiblemente más. Igualmente la distancia no representaba nada seguro pues desde antes de llevar sus manos a sus bolsas de herramientas, habría vuelto a extender los metros que le separaban de las mujeres frente a él gracias a unas cuantas zancadas extras. Tres metros más para su distancia "segura" siendo acompañado en su movimiento por toda su arena (incluidos los tentáculos).

Unos pocos metros separarían a las figuras puntiagudas e irregulares hechas de metal que el Sabaku habría arrojado y que para esos momentos se encontrarían en el terreno, de ambas muchachas de cabello borgoña, cuya carrera de posición y dirección cambiante les acercarían cada vez más a dichas armas "corta caminos". Posiblemente ambas mujeres debido a su avance estarían a un metro de las figuras o quizás un poco más alejadas.

No pudiendo retener mucho más tiempo su jutsu preparado, concentraría el chakra en la palma de ambas manos (justo después de que los makibishis tocaran suelo ya que las manos del arenero quedarían con las palmas extendidas hacia el frente) para así apuntar a ambas mujeres adversarias. - Fūton: Kamikaze... - Un susurro para sí mismo sería pronunciado por el pelirrojo. De las palmas abiertas del arenero saldrían dos poderosas ráfagas de viento que no sólo se dirigirían hacia la posición de su rival, sino que formarían en su camino variados tornados (3 de ellos, uno al lado del otro con una separación de 30 centímetros y un metro de circunferencia cada uno, rotando sus posiciones en círculo tomando al del medio como centro. Los de los lados son los que se mueven alrededor del que está en el centro mientras todos avanzan hacia el frente) de no más de un metro y medio de altura, moviendo y llevando consigo los makibishis y las armas caídas por el ataque inicial que la jovencita había realizado al inicio de todo aquello, convirtiendo al pequeño huracán en un factor de doble riesgo, por su propia fuerza y por los proyectiles que traería en dirección a ambas mujeres, algunos que saldrían arrojados a su posición, de hecho.

Parte de las armas dentro de las ráfagas de aire terminarían por equivocarse de objetivo y tratar de herir al Sabaku al salir disparadas en su dirección. Nada que la "defensa absoluta" del arenero no pudiera evitar (dos Kunais, tres Shurikens y un makibishi detenidos por la arena protectora).

— — — — — — — — — — — — — — —
Off Rol:
Mientras retrocedía intentando mantener las distancias para con su agresiva fémina acompañante en la gélida arena, fácilmente pudo darse cuenta del brusco cambio en el andar de la misma una vez que los metros que separaban a ambos fuesen extendidos de dos a más por parte de los pasos en retroceso que el mismo arenero realizaba. La Senju le imitaba y extendía también la distancia con el Sabaku siendo muy rápida en su actuar, era bastante sensato alejarse de lo desconocido y más aún al ver que, lo que parecía ser, el arma principal del pelirrojo ya estaba extendida en su máxima expresión posible alrededor del mismo.

Lo notó pues él mismo decidió romperla. La sabía deshecha tras de sí formando parte de su actual mayor tesoro y claramente también sintió un vacío en su agobiada alma. Un sentimiento de soledad volvía a aparecer tocando la puerta de su martirio constante. Nuevamente perdía la compañía que aquella rústica calabaza le brindaba sólo por asegurarse suficiente material de apoyo para sus técnicas y sinceramente aquello no le agradaba mucho, pero no se hallaba realizando una simple misión del más bajo rango posible en la seguridad de su cálido y acogedor hogar en el país del Viento como solía hacer normalmente, no, se hallaba en medio de un combate en el país más frío que podía imaginar, participando y a la vez representando a la aldea oculta entre la arena como uno de los Gennin que más prometían llegar a ser verdaderas figuras de gran importancia alguna vez en sus respectivos lugares de origen y por ello no podía darse el lujo de cometer error alguno. No debía fallar, mucho menos con los ojos del Kazekage posados sobre él después de que su compatriota de la arena fallase en su duelo y perdiera recibiendo un único ataque. Necesitaba al menos dejar bien parada a su aldea frente a las demás. Necesitaba olvidarse de sus problemas y enfocarse en lo que ocurría frente a él. Necesitaba ser un ninja...

Qué antiguo resultaba ser el conocimiento sobre la ejecución de los sellos manuales. Uso de unas, aparentemente simples, posiciones de manos que increíble pero cierto, ayudaban no sólo a moldear la energía vital del individuo que los realizaba sino que permitían al mismo hacer uso de dicha energía para el fin que la previa preparación requiriera. Sus apagadas perlas color turquesa observarían atentas aquellas variadas posiciones que las delicadas pero decididas manos de la joven mujer realizarían mientras la misma se alejaba de él. Unos sellos que conocía perfectamente. Un moldeo de chakra que, sin embargo, desconocía desgraciadamente para su posible contraataque. Claro que, por su parte, la arena a su alrededor ya había empezado a movilizarse y tomar posición para acatar cualquier orden que su controlador, maestro y a la vez protegido le indicase. Tres figuras de no más de metro y medio de altura se alzaron en el campo, teniendo un grosor base similar al de los brazos de un adulto estándar pero terminando en la punta con un grosor de mínimos centímetros para esos momentos incalculables por el de grandes ojeras, cuya mente estaba totalmente centrada en su oponente (el grosor de la punta de los tentáculos es similar al de un dedo meñique). El primer tentáculo al noroeste a una distancia de un metro respecto a su pierna izquierda, el segundo tentáculo a metro y veinte de su pierna derecha al noreste de dicha extremidad. Frente a él y a unos dos metros con diez centímetros se hallaba el tercer tentáculo, todos formados completamente por los áridos y resistentes minerales que había traído el usuario de los mismos desde el caluroso, y hasta cierto grado, infernal país del Viento y que ahora se hallaría el resto ajeno a los tentáculos totalmente esparcido alrededor del arenero. Los finos granos desérticos empezarían entonces a movilizarse para rodear la posición de su maestro y así terminar cubriendo un área de tres metros alrededor del de ojos color turquesa, eso luego de que fuera completada la cadena de los sellos manuales que previos al movimiento de la arena, el dueño de la misma realizaba para pasar a la contra. Los tentáculos también se acercarían al Sabaku siguiendo las órdenes que el mismo les daba gracias al lazo que compartían por el pensamiento y voluntad del que provenía de Sunagakure.

Su secuencia de sellos manuales ya habría terminado para cuando los de la mujer apenas fueran a la mitad, aunque el factor velocidad no impidió que la secuencia de la de ojos violáceos terminase, creando con ello la Senju una réplica de sí misma ante la inexpresiva mirada del pelirrojo proveniente del país del Viento.

("Bunshinjutsu...") - Pensaría al verle. Claro que, no dejaría escapar ningún detalle, empezando por las extensiones arbóreas que del cuerpo de la de cabellera borgoña habían sido desplegadas para terminar formando al clon lignario. ("¿Madera? Esta muchacha...") - Su tiempo para analizar aquello era reducido, principalmente por que apenas la nueva Kaede surgía preparada para sumarse a la acción, empezaba a tomar carrera junto a su igual de carne y hueso de nueva cuenta en dirección hacia el Sabaku, o al menos así parecía puesto que la dirección de ambas cambiaba constantemente mientras pasaban de izquierda a derecha sin intenciones de detenerse muy pronto y más con la idea de confundir al Sabaku. Movimientos extraños que no dejó pasar por alto tampoco. No había quitado su mirada principalmente de la falsa Senju pues sin problema alguno le había echado el ojo desde que había "nacido" y no necesariamente porque estuviera interesado de manera romántica en la mujer arbórea, que sin ir al tema principal, emulaba casi se manera perfecta la notable belleza de su creadora.

("Dos contra uno. Veamos qué tan bueno es su tiempo de reacción...") - Pensaría mientras llevaría sus manos a los seguros de sus bolsas de herramientas halladas en sus muslos lo más rápido que podría para así desabrocharlos, buscar en ambas con la correspondiente mano, tomar cinco makibishis con ambas (no hiriéndose gracias a los guantes que cubrían sus manos) y arrojarlas a unos cinco metros de distancia respecto a su posición (los seguros de las bolsas de herramientas regresarían a cerrarse gracias a su mecanismo de Imán parecido al de un bolso de mano de la era moderna). Se preguntaría cuántos metros le separarían actualmente de su objetivo, ¿diez, quizás? Posiblemente más. Igualmente la distancia no representaba nada seguro pues desde antes de llevar sus manos a sus bolsas de herramientas, habría vuelto a extender los metros que le separaban de las mujeres frente a él gracias a unas cuantas zancadas extras. Tres metros más para su distancia "segura" siendo acompañado en su movimiento por toda su arena (incluidos los tentáculos).

Unos pocos metros separarían a las figuras puntiagudas e irregulares hechas de metal que el Sabaku habría arrojado y que para esos momentos se encontrarían en el terreno, de ambas muchachas de cabello borgoña, cuya carrera de posición y dirección cambiante les acercarían cada vez más a dichas armas "corta caminos". Posiblemente ambas mujeres debido a su avance estarían a un metro de las figuras o quizás un poco más alejadas.

No pudiendo retener mucho más tiempo su jutsu preparado, concentraría el chakra en la palma de ambas manos (justo después de que los makibishis tocaran suelo ya que las manos del arenero quedarían con las palmas extendidas hacia el frente) para así apuntar a ambas mujeres adversarias. - Fūton: Kamikaze... - Un susurro para sí mismo sería pronunciado por el pelirrojo. De las palmas abiertas del arenero saldrían dos poderosas ráfagas de viento que no sólo se dirigirían hacia la posición de su rival, sino que formarían en su camino variados tornados (3 de ellos, uno al lado del otro con una separación de 30 centímetros y un metro de circunferencia cada uno, rotando sus posiciones en círculo tomando al del medio como centro. Los de los lados son los que se mueven alrededor del que está en el centro mientras todos avanzan hacia el frente) de no más de un metro y medio de altura, moviendo y llevando consigo los makibishis y las armas caídas por el ataque inicial que la jovencita había realizado al inicio de todo aquello, convirtiendo al pequeño huracán en un factor de doble riesgo, por su propia fuerza y por los proyectiles que traería en dirección a ambas mujeres, algunos que saldrían arrojados a su posición, de hecho.

Parte de las armas dentro de las ráfagas de aire terminarían por equivocarse de objetivo y tratar de herir al Sabaku al salir disparadas en su dirección. Nada que la "defensa absoluta" del arenero no pudiera evitar (dos Kunais, tres Shurikens y un makibishi detenidos por la arena protectora).

— — — — — — — — — — — — — — —
Off Rol:

0

0

PD

0

SP
Senju Kaede

Un total de 17 metros de distancia me separaba del Sabaku, una distancia prudente para ver cómo formaba los tres pilares que le rodeaban de casi metro y medio cada uno. Se veían imponentes, pero quizás no lo suficientemente fuertes, sin embargo, mantendría un cuidado extremo y una atención detallada en cualquier movimiento deseado por estos tentáculos, junto a lo que me informaba  mi clon al tener analizado el terreno arenoso de un radio de tres metros que rodeaba al pelirrojo, como también cualquier movimiento extraño que realizase con sus manos. Básicamente mi campo visual estaba cubierto para cualquier maniobra extraña por parte del contrincante y que diera un fácil pie para una ofensiva y defensiva por mi parte.

Rápidamente comencé mi carrera bestial y zigzagueante a la par de mi clon reduciendo los primeros 7 metros en cuestión de menos de cinco segundos, logrando divisar como el contrario lanzaba su armamento al suelo a una distancia posible de 5 metros frente al cuerpo del Sabaku; cuando yo me encontraba en tramo reducido a 10metros de mi contrincante, tras su último salto. En una observación crítica me percataría, como el chico al realizar un par de zancadas hacia atrás dejando 13 metros de distancia total, haría sellos con sus manos que provocarían una fuerte ventisca que jugaría con mis cabellos y que tras ello saldrían 3 tornados de un metro y medio de altura, con un radio de un metro de circunferencia y con 30 centímetros de separación. Sin duda era un acto maravillosa, pero no lo suficiente. Una sonrisa ladina y satisfactoria se dibujó en mi rostro al notar que la velocidad de éstos no era lo suficientemente rápida como para perder la compostura ni velocidad en mi carrera que se mantenía, el desplace de este ataque sería de 5K/h, que sería aproximadamente la mitad de lo que camina una persona a paso normal. Claramente mi única preocupación se mantenía en mi armamento absorbido en su totalidad y que eran transportado por estos torbellinos al igual que el total de makibishis; las tres bombas de humo explotaron dentro del eje de éstos, el explosivo que encontró a su paso fue lanzado y explotado casi a 30 metros de donde nos encontrábamos, por lo que no resultó mayor problema, más los shuriken, kunais y makibishis fueron una proeza esquivarlo, más tanto yo cómo mi clon logramos zafarnos con cierta dificultad, más sólo tendríamos la ropa rasgada en la parte de los brazos y piernas, y uno que otro corte que no representaba mayor problema en nuestros movimientos, al que sólo se limitaba a rodear por los costados los tobernillos, manteniendo una distancia prudente de aproximadamente 5 metros, hasta que el armamento dejó de dispararse y los tornados siguieron su curso recto hasta desvanecerse en el aire. Mi clon rodearía por el costado derecho y yo por el izquierdo en total de 6 segundos, conservando como único objetivo al pelirrojo de la arena.

El tiempo precisaba y ya no podía mantener seguir manteniendo el jutsu, por lo que al estar tanto yo como mi clon de madera a una distancia de 5 metros, liberaríamos nuestro poder rápidamente. — Mokuton: Daijurin no Jutsu — Mi clon se detuvo y lanzó la técnica que duró casi dos segundo para que el brazo izquierdo del clon se transformara en un gran pilar organizada de 5 estacas/ramas  con finalidad puntiaguda, en forma compacta de 20 metros de largo y de 2 metros de grosor cada una, siendo un total de 10 metros de diámetro al tiempo que avanzaba de manera rauda y violenta directamente hacia el Shinobi de la arena por su costado derecho, intentando derribar el ‘’brazo’’ que había formado el pelirrojo y dar con él; que debido a la gran extensión y velocidad a la que se dirgía, sería muy difícil de esquivar y en caso de dar, sería un golpe limpio y poderoso. Por mi parte y encontrándome a 5 metros de distancia: — Suiton: Mizurappa— Alzaría mi voz entre los gritos del público, al mismo tiempo que un gran y potente chorro de agua saldría de mi boca, lográndose ser casi un proyectil. Las dimensiones de este chorro serían delgado pero sin perder la fuerza a la altura de mi boca, más en su extensión lograría casi a 5 metros de circunferencia, que sería lo mismo que el largo de aquel chorro de agua (5metros) logrando ser casi como un tornado potente, pero de agua; que iría dirigido directamente al pelirrojo con cada vez más fuerza, manteniendome en carrera a los 5 metros disponibles mientras continuo lanzando agua con impetú y violencia, aprovechando la cercanía que ganaba para que el golpe fuese más fuerte y certero.




OFF:

Un total de 17 metros de distancia me separaba del Sabaku, una distancia prudente para ver cómo formaba los tres pilares que le rodeaban de casi metro y medio cada uno. Se veían imponentes, pero quizás no lo suficientemente fuertes, sin embargo, mantendría un cuidado extremo y una atención detallada en cualquier movimiento deseado por estos tentáculos, junto a lo que me informaba  mi clon al tener analizado el terreno arenoso de un radio de tres metros que rodeaba al pelirrojo, como también cualquier movimiento extraño que realizase con sus manos. Básicamente mi campo visual estaba cubierto para cualquier maniobra extraña por parte del contrincante y que diera un fácil pie para una ofensiva y defensiva por mi parte.

Rápidamente comencé mi carrera bestial y zigzagueante a la par de mi clon reduciendo los primeros 7 metros en cuestión de menos de cinco segundos, logrando divisar como el contrario lanzaba su armamento al suelo a una distancia posible de 5 metros frente al cuerpo del Sabaku; cuando yo me encontraba en tramo reducido a 10metros de mi contrincante, tras su último salto. En una observación crítica me percataría, como el chico al realizar un par de zancadas hacia atrás dejando 13 metros de distancia total, haría sellos con sus manos que provocarían una fuerte ventisca que jugaría con mis cabellos y que tras ello saldrían 3 tornados de un metro y medio de altura, con un radio de un metro de circunferencia y con 30 centímetros de separación. Sin duda era un acto maravillosa, pero no lo suficiente. Una sonrisa ladina y satisfactoria se dibujó en mi rostro al notar que la velocidad de éstos no era lo suficientemente rápida como para perder la compostura ni velocidad en mi carrera que se mantenía, el desplace de este ataque sería de 5K/h, que sería aproximadamente la mitad de lo que camina una persona a paso normal. Claramente mi única preocupación se mantenía en mi armamento absorbido en su totalidad y que eran transportado por estos torbellinos al igual que el total de makibishis; las tres bombas de humo explotaron dentro del eje de éstos, el explosivo que encontró a su paso fue lanzado y explotado casi a 30 metros de donde nos encontrábamos, por lo que no resultó mayor problema, más los shuriken, kunais y makibishis fueron una proeza esquivarlo, más tanto yo cómo mi clon logramos zafarnos con cierta dificultad, más sólo tendríamos la ropa rasgada en la parte de los brazos y piernas, y uno que otro corte que no representaba mayor problema en nuestros movimientos, al que sólo se limitaba a rodear por los costados los tobernillos, manteniendo una distancia prudente de aproximadamente 5 metros, hasta que el armamento dejó de dispararse y los tornados siguieron su curso recto hasta desvanecerse en el aire. Mi clon rodearía por el costado derecho y yo por el izquierdo en total de 6 segundos, conservando como único objetivo al pelirrojo de la arena.

El tiempo precisaba y ya no podía mantener seguir manteniendo el jutsu, por lo que al estar tanto yo como mi clon de madera a una distancia de 5 metros, liberaríamos nuestro poder rápidamente. — Mokuton: Daijurin no Jutsu — Mi clon se detuvo y lanzó la técnica que duró casi dos segundo para que el brazo izquierdo del clon se transformara en un gran pilar organizada de 5 estacas/ramas  con finalidad puntiaguda, en forma compacta de 20 metros de largo y de 2 metros de grosor cada una, siendo un total de 10 metros de diámetro al tiempo que avanzaba de manera rauda y violenta directamente hacia el Shinobi de la arena por su costado derecho, intentando derribar el ‘’brazo’’ que había formado el pelirrojo y dar con él; que debido a la gran extensión y velocidad a la que se dirgía, sería muy difícil de esquivar y en caso de dar, sería un golpe limpio y poderoso. Por mi parte y encontrándome a 5 metros de distancia: — Suiton: Mizurappa— Alzaría mi voz entre los gritos del público, al mismo tiempo que un gran y potente chorro de agua saldría de mi boca, lográndose ser casi un proyectil. Las dimensiones de este chorro serían delgado pero sin perder la fuerza a la altura de mi boca, más en su extensión lograría casi a 5 metros de circunferencia, que sería lo mismo que el largo de aquel chorro de agua (5metros) logrando ser casi como un tornado potente, pero de agua; que iría dirigido directamente al pelirrojo con cada vez más fuerza, manteniendome en carrera a los 5 metros disponibles mientras continuo lanzando agua con impetú y violencia, aprovechando la cercanía que ganaba para que el golpe fuese más fuerte y certero.




OFF:

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PD

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SP
Reijuu Musashi
¡Bonjour mes amours! Aquí su moderadora no tan favorita, Reiju (?

Bueno. ¿Por dónde comenzar? Quiero decir primero que felicito a ambos participantes por su gran desempeño antes de explayar individualmente sus virtudes y fortalezas, así como mencionar qué puntos se tuvieron en cuenta a la hora de determinar el veredicto. Este combate fue muy reñido, tuve que dedicarle muchísimo de mí para decantarme por un vencedor así que felicitaciones; Fue un combate para nada falto de contenido y muy entretenido de leer, sigan así. No está de más decir que los detalles que se tomaron en cuenta son minuciosos al apenas ser posible encontrar errores en la narración peeero...

Puntos Neutrales: Aquí tuvieron ciertos problemas a la hora de declarar las distancias. No es algo tan determinante puesto a que fue algo al inicio del combate y que noté que ambos jugadores pecaron.

El primer post por parte de Tsuna estaba muy bien en contenido, pero faltó mencionar a qué distancia más o menos te encontrabas de Kaede. Con el Staff decidimos simplemente asumir que estabas a unos 10 metros de distancia al ser el límtie de rango en una técnica Genin (Eventualmente, en otra fecha puede variar por el estado BETA del foro) y dejarlo pasar. Este sí es un error menor, nada determinante pero cabe mencionarlo y fue algo que solventaste y manejaste excelentemente después pero ya voy a tocar eso más adelante.

En el último post de Kaede principalmente hubo ciertas incoherencias con la distancia, se me hace que esos 17 metros estaban completamente fuera de lugar, innecesarios y con los rangos de acción anteriores no tienen demasiada coherencia a la hora de integrarse con el flujo de los eventos. Este error Sí es más grave que el anterior pero por todo lo demás las distancias estaban bien manejadas podría decirse. Tampoco es algo que afectara demasiado al combate, estar lejos de Tsunayoshi es algo desventajoso para ella y si quería describirlo así le hubiese sido perjudicial en un combate más extenso que hubiese requerido un desenlace sí o sí.

Puntos a Favor de Tsunayoshi: ¿Qué puedo decir que no se sepa ya? Se nota que sos un jugador con más experiencia que Kaede, o por lo menos que puede manejar un nivel narrativo más elaborado. Estaba leyendo minusiosamente todo para encontrar falencias pero más allá de lo del inicio fue prácticamente imposible, el uso de las distancias fue impecable y tengo que aplaudir que todas tus debilidades fueron reconocidas correctamente por tu personaje. No solamente lo obvio, como que tu personaje tiene más rango de acción que Kaede si no algo que yo iba a recriminar que es lo complejo que es retroceder y mantener posturas incómodas como la de hacer sellos de manos. Un detalle pero que distingue muchísimo a las personas y deja a notar ese amor al detalle en los post.

Puntos a favor de Kaede: No hay tanto que mencionar acá, fue un rol muy suficiente en todo el sentido de la palabra. Si bien no era una santa biblia, tenía la extención justa para hacer comprensible sus acciones, sin la necesidad de justificar todo de forma presuntamente racional. A veces los post más concisos son una herramienta más efectiva a la hora de lograr la integibilidad si cuentan con la información adecuada en las proporciones adecuadas y eso algo que te terminó jugando en contra.

Un error lamentable, pero que no se puede dejar pasar: Estaba a punto de declararte ganador Tsuna, porque el error de Kaede con su inventario para mí si bien no es tan importante sí se hubiese puesto en la balanza pero en tu narración cometiste un error feísimo.

Yo me voy con un sabor agridulce, porque lo estabas haciendo tan bien, tu experiencia te hizo denotar superior desde mi punto de vista pero quisiste justificar de más y encontré 2 falencias feísimas en tu último post que de no existir estaríamos hablando de un resultado completamente distinto. No puede ser considerado NUNCA un error menor al ser de las cosas de coherencia lúdica y narrativa que no se pueden romper en pro de hacer acciones realistas en los personajes.

1*
Tsuna escribió:
[Torneo: Combate #5] Sabaku Tsunayoshi v/s Senju Kaede 2TkUV33
Primero, el deducir el jutsu de alguien es complejo, más si está en movimiento. Yo por la situación no lo consideraría posible en la mayoría de los casos, pero poder razonar con tal nivel de exactitud y agilidad mental es para nada creíble. Ya entrar en un tema como que desconocías esa "Transformación de la naturaleza" conociendo que con los sellos se hacía un Jutsu similar es una burrada realmente. Solamente una camada de personajes puede hacer tal azaña, y me atrevo a decir que hasta ahí y son obviamente los del clan Uchiha que ven a través del Ninjutsu y Genjutsu como habilidad primaria. Para que otro ser haga un acto semejante requiere de mucho más que 12 de percepción, requiere entrenamiento y toda disciplina respecto como para que en una situación de continuo movimiento, de pensar en variables, lo que vas a hacer y tu enemigo hace mientras se mueve... Es muy muy MUUUY complejo, incluso siendo Uchiha insisto.

Tsuna escribió:[Torneo: Combate #5] Sabaku Tsunayoshi v/s Senju Kaede GXTkyiN

Recién acá ves el jutsu y deduciste demasiado, demasiado demasiado y te metiste en terminología del Ninjutsu muy compleja de entender que comprendiste solamente con sellos, de una persona en movimiento o en la lejanía, donde debería de ser casi imposible de notar.

Pero incluso pasando eso hay un punto más al que investigué y hablando con el Web Master llegamos a la mismo veredicto.

Aunque fuera fisiológicamente posible que tu personaje a tu nivel realice tal acción, estás equivocado también. El jutsu Bushin normal y el Jutsu de clones de madera no están relacionados en lo más mínimo y tanto por Kanon, como por mí puedo decir que sus sellos son completamente distintos no solo entrellos, si no entre los jutsus de clonación equivalentes.

¿Esto por qué? Aunque parecieran similares, el jutsu de clonación "normal" es una pantalla, no tiene propiedades físicas realmente más que la de falsificar una imagen. En cambio el jutsu clon de madera es mucho más complejo e involucra la transformación de la naturaleza para darle propiedades físicas y muchas otras capacidades (como las de usar Chakra) que el Bushin normal no puede. No son técnicas similares a efectos prácticos, por lo que su construcción tampoco lo es.

[Torneo: Combate #5] Sabaku Tsunayoshi v/s Senju Kaede LUHveoO
[Torneo: Combate #5] Sabaku Tsunayoshi v/s Senju Kaede VIcF55k

Finalizando, es una acción imposible de realizar por donde quiera que se vea. Y es una pena, porque sos un roleador más completo, que supo manejar perfectamente la batalla pero es que acceder a ese nivel de análisis e información es apenas posible, mucho menos para alguien de stats tan bajos y tan poco experimentado como debería de ser un genin. También los jutsus son distintos y terminan de lapidar la acción, por lo que arruinan el post prácticamente. Es el único error grande que puedo destacar, y me sabe mal que el ganador se dicte por tu error y no por méritos propios (Fue una pelea muy corta, no hubo demasiados errores, si se alargaba más hubiese sido más fácil). Pero lo dicho, estoy acá para dictaminar un ganador y mi ganador es:

Kaede Senju.


Muchísimas gracias por participar~ La verdad fue un combate muy parejo y entretenido de leer, tuve que ponerme exageradamente minuciosa pero bueno... Es lo que toca. Espero se hayan divertido y puedan participar de futuros enfrentamientos, progresen con sus personajes y lleguen a lo más alto. Tienen un gran gran futuro por delante y su aventura me huele a que va a ser fantástica.

¡Me despido! ¡Besos!
¡Bonjour mes amours! Aquí su moderadora no tan favorita, Reiju (?

Bueno. ¿Por dónde comenzar? Quiero decir primero que felicito a ambos participantes por su gran desempeño antes de explayar individualmente sus virtudes y fortalezas, así como mencionar qué puntos se tuvieron en cuenta a la hora de determinar el veredicto. Este combate fue muy reñido, tuve que dedicarle muchísimo de mí para decantarme por un vencedor así que felicitaciones; Fue un combate para nada falto de contenido y muy entretenido de leer, sigan así. No está de más decir que los detalles que se tomaron en cuenta son minuciosos al apenas ser posible encontrar errores en la narración peeero...

Puntos Neutrales: Aquí tuvieron ciertos problemas a la hora de declarar las distancias. No es algo tan determinante puesto a que fue algo al inicio del combate y que noté que ambos jugadores pecaron.

El primer post por parte de Tsuna estaba muy bien en contenido, pero faltó mencionar a qué distancia más o menos te encontrabas de Kaede. Con el Staff decidimos simplemente asumir que estabas a unos 10 metros de distancia al ser el límtie de rango en una técnica Genin (Eventualmente, en otra fecha puede variar por el estado BETA del foro) y dejarlo pasar. Este sí es un error menor, nada determinante pero cabe mencionarlo y fue algo que solventaste y manejaste excelentemente después pero ya voy a tocar eso más adelante.

En el último post de Kaede principalmente hubo ciertas incoherencias con la distancia, se me hace que esos 17 metros estaban completamente fuera de lugar, innecesarios y con los rangos de acción anteriores no tienen demasiada coherencia a la hora de integrarse con el flujo de los eventos. Este error Sí es más grave que el anterior pero por todo lo demás las distancias estaban bien manejadas podría decirse. Tampoco es algo que afectara demasiado al combate, estar lejos de Tsunayoshi es algo desventajoso para ella y si quería describirlo así le hubiese sido perjudicial en un combate más extenso que hubiese requerido un desenlace sí o sí.

Puntos a Favor de Tsunayoshi: ¿Qué puedo decir que no se sepa ya? Se nota que sos un jugador con más experiencia que Kaede, o por lo menos que puede manejar un nivel narrativo más elaborado. Estaba leyendo minusiosamente todo para encontrar falencias pero más allá de lo del inicio fue prácticamente imposible, el uso de las distancias fue impecable y tengo que aplaudir que todas tus debilidades fueron reconocidas correctamente por tu personaje. No solamente lo obvio, como que tu personaje tiene más rango de acción que Kaede si no algo que yo iba a recriminar que es lo complejo que es retroceder y mantener posturas incómodas como la de hacer sellos de manos. Un detalle pero que distingue muchísimo a las personas y deja a notar ese amor al detalle en los post.

Puntos a favor de Kaede: No hay tanto que mencionar acá, fue un rol muy suficiente en todo el sentido de la palabra. Si bien no era una santa biblia, tenía la extención justa para hacer comprensible sus acciones, sin la necesidad de justificar todo de forma presuntamente racional. A veces los post más concisos son una herramienta más efectiva a la hora de lograr la integibilidad si cuentan con la información adecuada en las proporciones adecuadas y eso algo que te terminó jugando en contra.

Un error lamentable, pero que no se puede dejar pasar: Estaba a punto de declararte ganador Tsuna, porque el error de Kaede con su inventario para mí si bien no es tan importante sí se hubiese puesto en la balanza pero en tu narración cometiste un error feísimo.

Yo me voy con un sabor agridulce, porque lo estabas haciendo tan bien, tu experiencia te hizo denotar superior desde mi punto de vista pero quisiste justificar de más y encontré 2 falencias feísimas en tu último post que de no existir estaríamos hablando de un resultado completamente distinto. No puede ser considerado NUNCA un error menor al ser de las cosas de coherencia lúdica y narrativa que no se pueden romper en pro de hacer acciones realistas en los personajes.

1*
Tsuna escribió:
[Torneo: Combate #5] Sabaku Tsunayoshi v/s Senju Kaede 2TkUV33
Primero, el deducir el jutsu de alguien es complejo, más si está en movimiento. Yo por la situación no lo consideraría posible en la mayoría de los casos, pero poder razonar con tal nivel de exactitud y agilidad mental es para nada creíble. Ya entrar en un tema como que desconocías esa "Transformación de la naturaleza" conociendo que con los sellos se hacía un Jutsu similar es una burrada realmente. Solamente una camada de personajes puede hacer tal azaña, y me atrevo a decir que hasta ahí y son obviamente los del clan Uchiha que ven a través del Ninjutsu y Genjutsu como habilidad primaria. Para que otro ser haga un acto semejante requiere de mucho más que 12 de percepción, requiere entrenamiento y toda disciplina respecto como para que en una situación de continuo movimiento, de pensar en variables, lo que vas a hacer y tu enemigo hace mientras se mueve... Es muy muy MUUUY complejo, incluso siendo Uchiha insisto.

Tsuna escribió:[Torneo: Combate #5] Sabaku Tsunayoshi v/s Senju Kaede GXTkyiN

Recién acá ves el jutsu y deduciste demasiado, demasiado demasiado y te metiste en terminología del Ninjutsu muy compleja de entender que comprendiste solamente con sellos, de una persona en movimiento o en la lejanía, donde debería de ser casi imposible de notar.

Pero incluso pasando eso hay un punto más al que investigué y hablando con el Web Master llegamos a la mismo veredicto.

Aunque fuera fisiológicamente posible que tu personaje a tu nivel realice tal acción, estás equivocado también. El jutsu Bushin normal y el Jutsu de clones de madera no están relacionados en lo más mínimo y tanto por Kanon, como por mí puedo decir que sus sellos son completamente distintos no solo entrellos, si no entre los jutsus de clonación equivalentes.

¿Esto por qué? Aunque parecieran similares, el jutsu de clonación "normal" es una pantalla, no tiene propiedades físicas realmente más que la de falsificar una imagen. En cambio el jutsu clon de madera es mucho más complejo e involucra la transformación de la naturaleza para darle propiedades físicas y muchas otras capacidades (como las de usar Chakra) que el Bushin normal no puede. No son técnicas similares a efectos prácticos, por lo que su construcción tampoco lo es.

[Torneo: Combate #5] Sabaku Tsunayoshi v/s Senju Kaede LUHveoO
[Torneo: Combate #5] Sabaku Tsunayoshi v/s Senju Kaede VIcF55k

Finalizando, es una acción imposible de realizar por donde quiera que se vea. Y es una pena, porque sos un roleador más completo, que supo manejar perfectamente la batalla pero es que acceder a ese nivel de análisis e información es apenas posible, mucho menos para alguien de stats tan bajos y tan poco experimentado como debería de ser un genin. También los jutsus son distintos y terminan de lapidar la acción, por lo que arruinan el post prácticamente. Es el único error grande que puedo destacar, y me sabe mal que el ganador se dicte por tu error y no por méritos propios (Fue una pelea muy corta, no hubo demasiados errores, si se alargaba más hubiese sido más fácil). Pero lo dicho, estoy acá para dictaminar un ganador y mi ganador es:

Kaede Senju.


Muchísimas gracias por participar~ La verdad fue un combate muy parejo y entretenido de leer, tuve que ponerme exageradamente minuciosa pero bueno... Es lo que toca. Espero se hayan divertido y puedan participar de futuros enfrentamientos, progresen con sus personajes y lleguen a lo más alto. Tienen un gran gran futuro por delante y su aventura me huele a que va a ser fantástica.

¡Me despido! ¡Besos!

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