Hasta el momento había logrado despejar su mente de toda duda, de toda inseguridad, de todo intento por derrota que el dolor intentaba provocarle anímicamente. No podía permitirse un bajón emocional, no cuando por fin veía una luz al final de su oscuro túnel de duelo por la pérdida familiar aún en proceso de superación.
Después de terminarse el alegre festival, donde la colorida bienvenida que aquel gélido país le había dado permitió al Sabaku un fácil control emocional para con sus demonios internos, se había alistado para el inicio de la competencia de ese día siguiente, llevando no sólo su pedazo del desierto que de forma fiel le acompañaba a todas partes, sino también una equipación de armas y herramientas que según su estrategia meditada en varios aspectos previos a su partida de Sunagakure, le servirían como gran apoyo cuando lo necesitase. Vestía también su abrigo rojo de manga larga, unos pantalones color negro y unas botas de cuero color gris oscuro. Un chaleco gris era portado sobre el abrigo rojizo como protector de un posible daño. Una bufanda color gris cubría el cuello del arenero para abrigarlo aun más, aparte que sus manos, cubiertas por unos guantes de cuero, estaban también protegidas de terminar entumecidas por el frío infernal del lugar.
Se había mantenido en la sala de espera de los participantes, mirando cómo poco a poco, iban siendo llamados de dos en dos, combatientes jóvenes que darían todo de sí mismos y, seguro estaba, todavía más allá sólo para lograr demostrar lo que valían, a la vez que intentaban hacer lo que él mismo deseaba; dejar bien parada a su villa frente al mundo shinobi que les observaba hambriento de combate, sudor, lágrimas y más...
Se mantenía sereno. Sentado en su lugar sin llamar la atención. Miró hacia donde sus globos oculares quisieran mostrarle, observando un par de segundos a una muchacha de tez clara y cabello largo color borgoña, la misma se notaba algo inquieta... ¿Nervios pre-competitivos? ¿O quizás ansias por la emoción del combate? Podría ser cualquier opción, la verdad.
Era muy obvio contra quién debía de combatir una vez que fuera llamado a la plataforma de batalla junto con, precisamente, esa chica. Bastante cierto era que no le agradaba mucho la idea de luchar contra una mujer. ¿Machismo? No, él no era así. Pero hacer daño a una dama era algo no muy propio de él. Aún así sabía que en el momento en que un ninja entraba en combate, no sabía de géneros, estatus sociales ni nada parecido. Sólo se sabía de una cosa: Era él o su enemigo...
Alzó la vista regresando a la realidad a sabiendas de que debía atender el llamado hecho por el presentador del torneo, quien habiendo terminado ya de presentar los combates previos, así como anunciar a los ganadores de cada ronda, finalmente les daba la invidación a incorporarse al par de shinobis aún faltantes por batirse en duelo. La kunoichi atendió el llamado a paso tranquilo, aquello le hizo fijarse en ella por un momento y detallarla mejor mientras la misma se adelantaba a él y salía del sitio en primer lugar. Una bolsa llena de herramientas (o eso creía el pelirrojo) se hallaba atada en su muslo derecho. Debía cuidarse de cualquier imprevisto. Nunca debía de subestimarse a un adversario, eso era un principio básico que todo shinobi tenía que saber.
Avanzó a paso tranquilo, sin prisas pero tampoco muy tardío en su andar. No le gustaba hacer esperar después de todo... El oscuro túnel le recordaba el conflicto interno que día tras día se llevaba a cabo en su interior, pero sin embargo, la luz proveniente del exterior le devolvió la determinación que necesitaba para salir y mostrarse al mundo. Era su oportunidad de saber qué tanto había progresado hasta ahora. Era su momento de demostrarse que era digno de portar la banda ninja de la aldea oculta entre la arena, una que llevaba hasta ahora oculta en uno de sus bolsillos del abrigo.
Caminó hasta la arena, subió a la misma y se situó donde el presentador le indicó. Una distancia aproximada de diez metros le separaba de su anterior acompañante femenina, quizás un par de centímetros más, o centímetros menos... No era un preciso instrumento de medida así que cien por ciento seguro no estaba de la distancia, pero de algo estaba seguro: Sus ganas de competir seguían intactas.
Asintió a lo que el presentador de alto rango les indicó a ambos shinobis, el pelirrojo y la de cabellera borgoña asintieron casi que en una armónica sincronía. Tenía todo listo. Se sentía listo. Sabía que podía progresar aún más, sabía que pudo haberse preparado mejor, pero con todo eso no dudaba de sus capacidades, simplemente elogiaba las de los desconocidos que ansiaba enfrentar, siendo la joven mujer frente a él, una de ellos...
El combate dió inicio sin más.
Justo en el momento en que la voz del presentador daba la indicación para que ambos ninjas dieran rienda suelta al despliegue de habilidades que poseían para ver quién era merecedor de avanzar y quién debía mejorar aún más, el Sabaku tomó un poco de oxígeno al inhalar con calma. Cuando notó la pose defensiva que su, ahora oponente, realizaba espectante, se deshizo del dióxido de carbono hallado en sus pulmones en una rápida exhalación.
¿Esperaba acaso esa muchacha que él hiciera el primer movimiento? Eso no estaba del todo mal. La cobardía no existía en el lenguaje ninja. Todo valía cuando se trataba de completar una misión y más aún enfrentar a un enemigo. Aquella escena emulaba perfectamente una situación así. Lo analizó fugazmente mientras subía a la plataforma segundos antes. El ambiente era notablemente helado, más de lo que su gusto le indicaba que pasaba de lo agradable, pero sin llegar a lo molesto. Un terreno liso con leves partes de hielo, unos muros helados, un público eufórico que desde la aparición de ambos ninjas no había dejado de apoyar a su respectivo luchador. Un escenario perfecto para dejar todo en el mismo frente a su admirado líder, quien junto al resto de grandes e importantes figuras de autoridad, le observaban junto a su fémina rival desde el correspondiente y custodiado lugar en las alturas, aun más allá del público "común".
("
Kazekage-sama, ¿alguna vez seré tan fuerte como mi padre y tan listo como mi madre?") - Pensó fugazmente luego de que, sin siquiera pestañear, empezara a realizar una rápida cadena de sellos manuales (rápida a su parecer) la cual con buena habilidad, le brindaba la capacidad que todo ninja diestro en el ninjutsu poseía para moldear su chakra y transformar la naturaleza del mismo o bien, en el caso del arenero, fusionarlo con cierto material reinante del país del Viento.
El tapón de la calabaza a la espalda del pelirrojo saldría volando, seguramente llamando la atención de la kunoichi espectante frente a él. Del arenoso contenedor saldría un buena porción de arena, flotando rápidamente hasta posicionarse sobre la kunoichi a unos ocho metros del suelo, pasando a transformarse en una nube de unos cuatro metros de largo y ancho, que obviamente no tenía forma definida. Más que probable era que la atención se la robara la Nube a su creador, mientras el mismo había terminado con ese trabajo e iniciaba la realización de otra cadena de sellos manuales coronando la secuencia de posiciones con el "perro (Inu)". De la nube empezaría a llover una considerable cantidad de arena hacia la posición de la jovencita, a sus alrededores y en general en un área de dies metros aproximadamente. Mientras aquello ocurría, el moldeo de chakra del masculino de marcadas ojeras terminaría, continuando la acción del mismo al llevar ambas manos a sus bolsas de herramientas en los muslos, tomar tres Shurikens con cada mano, arrojarlas sin pestañear a su adversaria y "aplaudir" rápidamente, provocando que el impacto de sus palmas creara una poderosa ráfaga de viento que no sólo impulsaría aún más la velocidad de aquellos proyectiles (que de por sí ya eran veloces por sí solos debido a su pequeña y cómoda forma aerodinámica), sino que la misma corriente se dirigiría hacia la fémina de cabello borgoña con claras intensiones de dañarla si la misma no tomaba acciones defensivas reales. Una de las estrellas ninja viajaría fugazmente con intención de impactar el muslo derecho de la joven mujer. Una segunda estrella tendría como objetivo el hombro del mismo lado diestro. Una tercera y cuarta Shuriken tendrían un marcado destino en el pecho y estómago de la fémina respectivamente, mientras que una quinta iría a parar en el brazo izquierdo. La sexta herramienta de ataque, astuta, iría más arriba de la cabeza de la mujer por si ésta intentaba saltar.
Claro que, realizando todo aquello y desde el comienzo, Tsunayoshi no bajaría su guardia ni por una milésima de segundo, ya que al más mínimo intento de acercamiento por parte de su contrincante con intención de interrumpirlo, retrocedería sin vacilar, todo con tal de que sus primeros pasos ofensivos se llevasen a cabo satisfactoriamente.
— — — — — — — — — — — — — — —
- Off Rol:
- Resumen:
Luego de estar sentado esperando pacientemente su turno en el lugar de espera de los participantes, Tsunayoshi avanza junto con Kaede hasta la arena, despejando sus demonios internos y centrando su mente en el combate y nada más. Inicia su ofensiva una vez que el presentador anuncia que la pelea empezó. Rápido y sin demora, realiza la técnica "Llovizna de Arena" que se posiciona sobre Kaede a ocho metros en el aire y hace llover el material árido por sus alrededores, cubriendo un área de diez metros tomando como centro la ubicación de dicha nube, obviamente. Mientras empieza la llovizna, Tsunayoshi realiza una técnica de viento, lanzando seis Shurikens y aumentando la velocidad de las mismas con la técnica "Violenta palma de viento" hacia la Senju.
Si Kaede tratara de acercarse antes de esto, Tsunayoshi retrocederá en un salto hacia atrás pero sin intenciones de detener la ejecución de sus técnicas.
- Estadísticas:
• Ninjutsu: 30
• Genjutsu: 1
• Taijutsu: 1
• Kenjutsu: 1
• Fuinjutsu: 1
• Fuerza: 12
• Velocidad: 12
• Resistencia: 30
• Percepción: 12
Chakra inicial: 120.
Stamina inicial: 120.
- Técnicas y acciones:
Técnicas usadas: 2
Llovizna de Arena (砂時雨, Suna Shigure)
Es un jutsu donde el usuario condensa Arena para crear una nube, de esta nube se puede lanzar cierta cantidad de arena en forma de lluvia en todas las direcciones. Por lo general esta técnica funciona como distracción para que le de oportunidad al usuario de enviar arena de manera subterránea y así capturar al enemigo, permitiéndose de esa forma que su oponente caiga dentro del jutsu haciendo que quede rodeado por arena. Casi siempre después de hacer esto la persona lo puede combinar con el Ataúd de Atadura de Arena
Chakra: 8Ck
Elemento Viento: Violenta Palma de Viento (風遁・烈風掌, Fūton: Reppūshō)
Con este jutsu el usuario choca sus manos para lograr comprimir el viento en una dirección y se transforme en una ráfaga de gran alcance. Si esta técnica es aplicada de manera solitaria, es capaz de noquear con facilidad a un ser humano. Sin embargo, esta técnica consigue potencia al combinar la ráfaga con determinados proyectiles como shuriken y kunai, con el objetivo de que obtengan impulso y sean impactados con facilidad aumentando varias veces la capacidad de herir o matar de éstas.
Chakra: 4Ck
Acciones ofensivas físicas: 1
Lanzamiento de shurikens (-3 st)
Chakra restante: 108.
Stamina restante: 117.
- Equipaje:
Kunais x9 (900gr)
Makibishis x20 (1000g)
Shurikens x20 (1000g) - 6 (300gr) = 14 (700gr)
Senbons x10 (250gr)
Cuerdas de Alambre x1 pack (250gr)
Bolsitas Explosivas x5 (500gr)
Píldora de Soldado x1 (50gr)
Bombas de Humo x3 (1050gr)
Calabaza de arena (0gr)
Carga total inicial: 5000gr = 5kg.
Carga total actual: 4700gr = 4,7kg.
- Reparto de armas:
A la derecha de su cintura, sujeta a una correa, lleva una bolsa en la cual porta un kunai y un rollo de varios metros de cuerda de alambre cuya punta está atada al círculo de la base de la empuñadura del kunai. A la izquierda de su cintura porta otra bolsa atada a la misma correa en la cual lleva 3 Bombas de Humo y una Píldora de soldado.
En el muslo derecho lleva atada una bolsita de herramientas en la cual porta 7 Shurikens, 10 Makibishis, 4 Kunais y 2 Bolsitas Explosivas atadas a 2 de los 4 Kunais. Mientras que en el muslo izquierdo también lleva una bolsita de herramientas atada, portando el mismo contenido en igualdad de cantidad excepto porque aquí tiene 3 Bolsitas Explosivas atadas a 3 de los 4 Kunais.
Aprovechando que las mangas de su abrigo llegan hasta sus muñecas, en cada manga (izquierda y derecha) mantiene ocultas 5 senbons para ser usadas cuando la situación lo requiera.
Su fiel compañera es llevada en su espalda. La ligera y para nada molesta calabaza de arena se mantiene completamente llena del material del suelo árido y desértico característico del país del Viento, previamente preparado al ser mezclado con chakra, que su portador suele usar para llevar a cabo sus jutsus de clan.
Hasta el momento había logrado despejar su mente de toda duda, de toda inseguridad, de todo intento por derrota que el dolor intentaba provocarle anímicamente. No podía permitirse un bajón emocional, no cuando por fin veía una luz al final de su oscuro túnel de duelo por la pérdida familiar aún en proceso de superación.
Después de terminarse el alegre festival, donde la colorida bienvenida que aquel gélido país le había dado permitió al Sabaku un fácil control emocional para con sus demonios internos, se había alistado para el inicio de la competencia de ese día siguiente, llevando no sólo su pedazo del desierto que de forma fiel le acompañaba a todas partes, sino también una equipación de armas y herramientas que según su estrategia meditada en varios aspectos previos a su partida de Sunagakure, le servirían como gran apoyo cuando lo necesitase. Vestía también su abrigo rojo de manga larga, unos pantalones color negro y unas botas de cuero color gris oscuro. Un chaleco gris era portado sobre el abrigo rojizo como protector de un posible daño. Una bufanda color gris cubría el cuello del arenero para abrigarlo aun más, aparte que sus manos, cubiertas por unos guantes de cuero, estaban también protegidas de terminar entumecidas por el frío infernal del lugar.
Se había mantenido en la sala de espera de los participantes, mirando cómo poco a poco, iban siendo llamados de dos en dos, combatientes jóvenes que darían todo de sí mismos y, seguro estaba, todavía más allá sólo para lograr demostrar lo que valían, a la vez que intentaban hacer lo que él mismo deseaba; dejar bien parada a su villa frente al mundo shinobi que les observaba hambriento de combate, sudor, lágrimas y más...
Se mantenía sereno. Sentado en su lugar sin llamar la atención. Miró hacia donde sus globos oculares quisieran mostrarle, observando un par de segundos a una muchacha de tez clara y cabello largo color borgoña, la misma se notaba algo inquieta... ¿Nervios pre-competitivos? ¿O quizás ansias por la emoción del combate? Podría ser cualquier opción, la verdad.
Era muy obvio contra quién debía de combatir una vez que fuera llamado a la plataforma de batalla junto con, precisamente, esa chica. Bastante cierto era que no le agradaba mucho la idea de luchar contra una mujer. ¿Machismo? No, él no era así. Pero hacer daño a una dama era algo no muy propio de él. Aún así sabía que en el momento en que un ninja entraba en combate, no sabía de géneros, estatus sociales ni nada parecido. Sólo se sabía de una cosa: Era él o su enemigo...
Alzó la vista regresando a la realidad a sabiendas de que debía atender el llamado hecho por el presentador del torneo, quien habiendo terminado ya de presentar los combates previos, así como anunciar a los ganadores de cada ronda, finalmente les daba la invidación a incorporarse al par de shinobis aún faltantes por batirse en duelo. La kunoichi atendió el llamado a paso tranquilo, aquello le hizo fijarse en ella por un momento y detallarla mejor mientras la misma se adelantaba a él y salía del sitio en primer lugar. Una bolsa llena de herramientas (o eso creía el pelirrojo) se hallaba atada en su muslo derecho. Debía cuidarse de cualquier imprevisto. Nunca debía de subestimarse a un adversario, eso era un principio básico que todo shinobi tenía que saber.
Avanzó a paso tranquilo, sin prisas pero tampoco muy tardío en su andar. No le gustaba hacer esperar después de todo... El oscuro túnel le recordaba el conflicto interno que día tras día se llevaba a cabo en su interior, pero sin embargo, la luz proveniente del exterior le devolvió la determinación que necesitaba para salir y mostrarse al mundo. Era su oportunidad de saber qué tanto había progresado hasta ahora. Era su momento de demostrarse que era digno de portar la banda ninja de la aldea oculta entre la arena, una que llevaba hasta ahora oculta en uno de sus bolsillos del abrigo.
Caminó hasta la arena, subió a la misma y se situó donde el presentador le indicó. Una distancia aproximada de diez metros le separaba de su anterior acompañante femenina, quizás un par de centímetros más, o centímetros menos... No era un preciso instrumento de medida así que cien por ciento seguro no estaba de la distancia, pero de algo estaba seguro: Sus ganas de competir seguían intactas.
Asintió a lo que el presentador de alto rango les indicó a ambos shinobis, el pelirrojo y la de cabellera borgoña asintieron casi que en una armónica sincronía. Tenía todo listo. Se sentía listo. Sabía que podía progresar aún más, sabía que pudo haberse preparado mejor, pero con todo eso no dudaba de sus capacidades, simplemente elogiaba las de los desconocidos que ansiaba enfrentar, siendo la joven mujer frente a él, una de ellos...
El combate dió inicio sin más.
Justo en el momento en que la voz del presentador daba la indicación para que ambos ninjas dieran rienda suelta al despliegue de habilidades que poseían para ver quién era merecedor de avanzar y quién debía mejorar aún más, el Sabaku tomó un poco de oxígeno al inhalar con calma. Cuando notó la pose defensiva que su, ahora oponente, realizaba espectante, se deshizo del dióxido de carbono hallado en sus pulmones en una rápida exhalación.
¿Esperaba acaso esa muchacha que él hiciera el primer movimiento? Eso no estaba del todo mal. La cobardía no existía en el lenguaje ninja. Todo valía cuando se trataba de completar una misión y más aún enfrentar a un enemigo. Aquella escena emulaba perfectamente una situación así. Lo analizó fugazmente mientras subía a la plataforma segundos antes. El ambiente era notablemente helado, más de lo que su gusto le indicaba que pasaba de lo agradable, pero sin llegar a lo molesto. Un terreno liso con leves partes de hielo, unos muros helados, un público eufórico que desde la aparición de ambos ninjas no había dejado de apoyar a su respectivo luchador. Un escenario perfecto para dejar todo en el mismo frente a su admirado líder, quien junto al resto de grandes e importantes figuras de autoridad, le observaban junto a su fémina rival desde el correspondiente y custodiado lugar en las alturas, aun más allá del público "común".
("
Kazekage-sama, ¿alguna vez seré tan fuerte como mi padre y tan listo como mi madre?") - Pensó fugazmente luego de que, sin siquiera pestañear, empezara a realizar una rápida cadena de sellos manuales (rápida a su parecer) la cual con buena habilidad, le brindaba la capacidad que todo ninja diestro en el ninjutsu poseía para moldear su chakra y transformar la naturaleza del mismo o bien, en el caso del arenero, fusionarlo con cierto material reinante del país del Viento.
El tapón de la calabaza a la espalda del pelirrojo saldría volando, seguramente llamando la atención de la kunoichi espectante frente a él. Del arenoso contenedor saldría un buena porción de arena, flotando rápidamente hasta posicionarse sobre la kunoichi a unos ocho metros del suelo, pasando a transformarse en una nube de unos cuatro metros de largo y ancho, que obviamente no tenía forma definida. Más que probable era que la atención se la robara la Nube a su creador, mientras el mismo había terminado con ese trabajo e iniciaba la realización de otra cadena de sellos manuales coronando la secuencia de posiciones con el "perro (Inu)". De la nube empezaría a llover una considerable cantidad de arena hacia la posición de la jovencita, a sus alrededores y en general en un área de dies metros aproximadamente. Mientras aquello ocurría, el moldeo de chakra del masculino de marcadas ojeras terminaría, continuando la acción del mismo al llevar ambas manos a sus bolsas de herramientas en los muslos, tomar tres Shurikens con cada mano, arrojarlas sin pestañear a su adversaria y "aplaudir" rápidamente, provocando que el impacto de sus palmas creara una poderosa ráfaga de viento que no sólo impulsaría aún más la velocidad de aquellos proyectiles (que de por sí ya eran veloces por sí solos debido a su pequeña y cómoda forma aerodinámica), sino que la misma corriente se dirigiría hacia la fémina de cabello borgoña con claras intensiones de dañarla si la misma no tomaba acciones defensivas reales. Una de las estrellas ninja viajaría fugazmente con intención de impactar el muslo derecho de la joven mujer. Una segunda estrella tendría como objetivo el hombro del mismo lado diestro. Una tercera y cuarta Shuriken tendrían un marcado destino en el pecho y estómago de la fémina respectivamente, mientras que una quinta iría a parar en el brazo izquierdo. La sexta herramienta de ataque, astuta, iría más arriba de la cabeza de la mujer por si ésta intentaba saltar.
Claro que, realizando todo aquello y desde el comienzo, Tsunayoshi no bajaría su guardia ni por una milésima de segundo, ya que al más mínimo intento de acercamiento por parte de su contrincante con intención de interrumpirlo, retrocedería sin vacilar, todo con tal de que sus primeros pasos ofensivos se llevasen a cabo satisfactoriamente.
— — — — — — — — — — — — — — —
- Off Rol:
- Resumen:
Luego de estar sentado esperando pacientemente su turno en el lugar de espera de los participantes, Tsunayoshi avanza junto con Kaede hasta la arena, despejando sus demonios internos y centrando su mente en el combate y nada más. Inicia su ofensiva una vez que el presentador anuncia que la pelea empezó. Rápido y sin demora, realiza la técnica "Llovizna de Arena" que se posiciona sobre Kaede a ocho metros en el aire y hace llover el material árido por sus alrededores, cubriendo un área de diez metros tomando como centro la ubicación de dicha nube, obviamente. Mientras empieza la llovizna, Tsunayoshi realiza una técnica de viento, lanzando seis Shurikens y aumentando la velocidad de las mismas con la técnica "Violenta palma de viento" hacia la Senju.
Si Kaede tratara de acercarse antes de esto, Tsunayoshi retrocederá en un salto hacia atrás pero sin intenciones de detener la ejecución de sus técnicas.
- Estadísticas:
• Ninjutsu: 30
• Genjutsu: 1
• Taijutsu: 1
• Kenjutsu: 1
• Fuinjutsu: 1
• Fuerza: 12
• Velocidad: 12
• Resistencia: 30
• Percepción: 12
Chakra inicial: 120.
Stamina inicial: 120.
- Técnicas y acciones:
Técnicas usadas: 2
Llovizna de Arena (砂時雨, Suna Shigure)
Es un jutsu donde el usuario condensa Arena para crear una nube, de esta nube se puede lanzar cierta cantidad de arena en forma de lluvia en todas las direcciones. Por lo general esta técnica funciona como distracción para que le de oportunidad al usuario de enviar arena de manera subterránea y así capturar al enemigo, permitiéndose de esa forma que su oponente caiga dentro del jutsu haciendo que quede rodeado por arena. Casi siempre después de hacer esto la persona lo puede combinar con el Ataúd de Atadura de Arena
Chakra: 8Ck
Elemento Viento: Violenta Palma de Viento (風遁・烈風掌, Fūton: Reppūshō)
Con este jutsu el usuario choca sus manos para lograr comprimir el viento en una dirección y se transforme en una ráfaga de gran alcance. Si esta técnica es aplicada de manera solitaria, es capaz de noquear con facilidad a un ser humano. Sin embargo, esta técnica consigue potencia al combinar la ráfaga con determinados proyectiles como shuriken y kunai, con el objetivo de que obtengan impulso y sean impactados con facilidad aumentando varias veces la capacidad de herir o matar de éstas.
Chakra: 4Ck
Acciones ofensivas físicas: 1
Lanzamiento de shurikens (-3 st)
Chakra restante: 108.
Stamina restante: 117.
- Equipaje:
Kunais x9 (900gr)
Makibishis x20 (1000g)
Shurikens x20 (1000g) - 6 (300gr) = 14 (700gr)
Senbons x10 (250gr)
Cuerdas de Alambre x1 pack (250gr)
Bolsitas Explosivas x5 (500gr)
Píldora de Soldado x1 (50gr)
Bombas de Humo x3 (1050gr)
Calabaza de arena (0gr)
Carga total inicial: 5000gr = 5kg.
Carga total actual: 4700gr = 4,7kg.
- Reparto de armas:
A la derecha de su cintura, sujeta a una correa, lleva una bolsa en la cual porta un kunai y un rollo de varios metros de cuerda de alambre cuya punta está atada al círculo de la base de la empuñadura del kunai. A la izquierda de su cintura porta otra bolsa atada a la misma correa en la cual lleva 3 Bombas de Humo y una Píldora de soldado.
En el muslo derecho lleva atada una bolsita de herramientas en la cual porta 7 Shurikens, 10 Makibishis, 4 Kunais y 2 Bolsitas Explosivas atadas a 2 de los 4 Kunais. Mientras que en el muslo izquierdo también lleva una bolsita de herramientas atada, portando el mismo contenido en igualdad de cantidad excepto porque aquí tiene 3 Bolsitas Explosivas atadas a 3 de los 4 Kunais.
Aprovechando que las mangas de su abrigo llegan hasta sus muñecas, en cada manga (izquierda y derecha) mantiene ocultas 5 senbons para ser usadas cuando la situación lo requiera.
Su fiel compañera es llevada en su espalda. La ligera y para nada molesta calabaza de arena se mantiene completamente llena del material del suelo árido y desértico característico del país del Viento, previamente preparado al ser mezclado con chakra, que su portador suele usar para llevar a cabo sus jutsus de clan.