Dolor era la sensación que realmente estaba sintiendo en todo mi cuerpo, con suerte, podía llegar a sentir que podía respirar por el dolor que estaba pasando por mis costillas mas cuando logre palparlas, solo note que ninguna costilla estaba rota para mi suerte o de lo contrario, la pasaría muy mal. Incluso respirar se me dificultaba mientras trataba ponerme de piel contra la primer pared en la que logre apoyarme, donde el golpe que me di contra la misma me hizo lanzar un suave quejido de dolor pero fue lo suficientemente fuerte como para acomodarme el hombro que tenia dislocado. Realmente trataba de contener las lagrimas de dolor e impotencia mientras trataba de retomar el aliento siendo que a penas lograba ver bien con mis dos ojos dado que uno de ellos, estaba muy amoretonado como para poder ver claramente con mi ojo izquierdo.
Mi rostro estaba manchado parte con el barro del suelo al igual que mis ropas percudidas por la misma sustancia y algo de mi sangre que había soltado con cada golpe que me habían dado esos malditos de mi clan y los otros niños de otros sectores que se desquitaban sus inseguridades y odio hacia mi persona. Pero era obvio el porque, después de ser expulsado de mi propia clan y la casa en la que vivía con mis tíos maternos, comencé a ser el blanco de muchas personas que detestaban mi presencia por ser un hijo mestizo cuyo padre se había desaparecido por razones que jamas sabrían dado que la única que sabia las razones, ahora descansaba en el cementerio de mi clan donde solo pocas veces había logrado entrar y dejarle aquellas flores que se suponían que le gustaban a mi madre. Limpie mi cara como pude con parte de mi camiseta para quitarme el barro con el objetivo de tratar de ver mejor, dado que estaba lejos de llegar a donde estaba mi refugio temporal mas el dolor de mis piernas sin contar de todo mi cuerpo gritaba por tener un lugar donde sentarme cómodamente por lo menos unas horas de volver a mi lugar seguro.
Viendo hacia el cielo claramente veía que iba a llover dentro de nada, y sin contar ese pequeño, no me había dado cuenta de que ya era bastante oscuro como para encontrarme a alguien en el camino por lo que, camine como podía hacia la plaza principal de la aldea para poder descansar mi cuerpo y curarlo un poco. Si bien mis conocimientos con el ninjutsu medico era reducido, por lo menos con eso podría llegar a cerrar las heridas menores hasta poder llegar a mi casia improvisada y con ese pequeño pensamiento recorrí los trescientos metros hasta llegar a donde estaba la fuente para poder sentarme. Claramente al revisar mi cuerpo podía ver muchos moretones que por mi pálida piel resaltaban demasiado como para ser ocultados por los jirones de ropas que aun me quedaban siendo que reprimí un pequeño sollozo porque no tenia el dinero suficiente como para coser la poca ropa que me quedaba mas aun así hice un par de sellos como podía, con mis manos doloridas, para juntar chakra en las mismas donde las mismas se bañaron en un color verdoso para luego colocarla sobre mi ojo derecho para ir curandolo.
Pequeñas gotas de mis propias lagrimas comenzaba a brotar de ambos ojos al ver que claramente nadie me vendría a ayudar ni siquiera podría ir a la casa de su mejor amigo, quien ahora estaba en un pequeño viaje en el país de la nieve con su familia, donde realmente pensaba que, con mi corta edad de nueve años, no valía la pena vivir ese tormento por el que estaba pasando solamente por no ser como su clan deseaba o porque su único amigo dentro de toda esa tormentosa aldea fuese de un clan rival. Mis sollozos bajos fueron silenciados por el sonido de la lluvia que comenzó con fuerza e ímpetu como si de una tormenta pasajera se tratase, típicos chaparrones que solían suceder en nuestra aldea pero yo estaba demasiado cansado como incluso buscar refugio, tanto así que no dude demasiado en llorar a viva voz mientras curaba lo poco que podía de mi ojo, disminuyendo lentamente el moretón mas mis lagrimas fácilmente se diluían lentamente con el agua de la lluvia confundiéndose con el mismo liquido mas el ruido de mi voz no iba a ser oído por nadie, o eso creía, a esas horas de la noche.
Mi rostro estaba manchado parte con el barro del suelo al igual que mis ropas percudidas por la misma sustancia y algo de mi sangre que había soltado con cada golpe que me habían dado esos malditos de mi clan y los otros niños de otros sectores que se desquitaban sus inseguridades y odio hacia mi persona. Pero era obvio el porque, después de ser expulsado de mi propia clan y la casa en la que vivía con mis tíos maternos, comencé a ser el blanco de muchas personas que detestaban mi presencia por ser un hijo mestizo cuyo padre se había desaparecido por razones que jamas sabrían dado que la única que sabia las razones, ahora descansaba en el cementerio de mi clan donde solo pocas veces había logrado entrar y dejarle aquellas flores que se suponían que le gustaban a mi madre. Limpie mi cara como pude con parte de mi camiseta para quitarme el barro con el objetivo de tratar de ver mejor, dado que estaba lejos de llegar a donde estaba mi refugio temporal mas el dolor de mis piernas sin contar de todo mi cuerpo gritaba por tener un lugar donde sentarme cómodamente por lo menos unas horas de volver a mi lugar seguro.
Viendo hacia el cielo claramente veía que iba a llover dentro de nada, y sin contar ese pequeño, no me había dado cuenta de que ya era bastante oscuro como para encontrarme a alguien en el camino por lo que, camine como podía hacia la plaza principal de la aldea para poder descansar mi cuerpo y curarlo un poco. Si bien mis conocimientos con el ninjutsu medico era reducido, por lo menos con eso podría llegar a cerrar las heridas menores hasta poder llegar a mi casia improvisada y con ese pequeño pensamiento recorrí los trescientos metros hasta llegar a donde estaba la fuente para poder sentarme. Claramente al revisar mi cuerpo podía ver muchos moretones que por mi pálida piel resaltaban demasiado como para ser ocultados por los jirones de ropas que aun me quedaban siendo que reprimí un pequeño sollozo porque no tenia el dinero suficiente como para coser la poca ropa que me quedaba mas aun así hice un par de sellos como podía, con mis manos doloridas, para juntar chakra en las mismas donde las mismas se bañaron en un color verdoso para luego colocarla sobre mi ojo derecho para ir curandolo.
Pequeñas gotas de mis propias lagrimas comenzaba a brotar de ambos ojos al ver que claramente nadie me vendría a ayudar ni siquiera podría ir a la casa de su mejor amigo, quien ahora estaba en un pequeño viaje en el país de la nieve con su familia, donde realmente pensaba que, con mi corta edad de nueve años, no valía la pena vivir ese tormento por el que estaba pasando solamente por no ser como su clan deseaba o porque su único amigo dentro de toda esa tormentosa aldea fuese de un clan rival. Mis sollozos bajos fueron silenciados por el sonido de la lluvia que comenzó con fuerza e ímpetu como si de una tormenta pasajera se tratase, típicos chaparrones que solían suceder en nuestra aldea pero yo estaba demasiado cansado como incluso buscar refugio, tanto así que no dude demasiado en llorar a viva voz mientras curaba lo poco que podía de mi ojo, disminuyendo lentamente el moretón mas mis lagrimas fácilmente se diluían lentamente con el agua de la lluvia confundiéndose con el mismo liquido mas el ruido de mi voz no iba a ser oído por nadie, o eso creía, a esas horas de la noche.