Se dice que en aquellas tierras donde la presión es mas alta que en cualquier otro punto de este mundo, donde se alzan gigantescas montañas y su estructura es igual de solida como una roca, una aldea a varios kilómetros de distancia de mi actual “País Natal”.
Abandonando aquellas tierras de niño en compañía de mi madre, quien hasta el sol de hoy no dice una sola palabra, los años pasaron, las memorias se desvanecieron y las palabras escasearon. Nacido en el exterior, pero hecho en el interior de dos países distintos, esa era la formula que conformaba a Yugen, un Shinobi del País de la Tierra que a muy corta edad emigro buscando una mejor calidad de vida, decisión tomada por su madre quien llevaba las riendas del joven peliblanco.
La historia, corta, pero muy profunda no ha sido contada ante la presencia del Nendo. Desde aquel día en que se esfumaron en los grandes relieves de aquel País desapareciendo y casi por arte de magia rehaciendo sus vidas en la lejanía del extranjero, este es un detalle que nadie conoce de la familia de Yugen. Aunque mucho se habla a pesar de no saber este detalle tan crucial. Los lugareños rumorean y se preguntan sobre el origen de este chico, su madre quien no presenta ninguna característica similar más que el color de sus ojos, pone en duda a los residentes de la Aldea sobre su papel o mas bien su lugar como “Madre del chico” muchos insinúan que la mujer de 40 años rapto a este joven y lo convirtió en su hijo adoptivo...
Pero ahí no acaba el tema, el propio Yugen se pregunta día y noche sobre sus orígenes, aquella particularidad que le hace destacar de los demás aldeanos, aquel brazo con aspecto demoniaco que porta, mismo brazo que le ha traído un sinfín de dificultades a lo largo de su vida como Shinobi. Sin reprochar, ni siquiera decir una palabra al respecto ha vivido su vida, siguiendo el flujo de lo natural... Aunque si lo pensamos bien... ¿Es natural su vida? La misma sufrió un cambio desde su origen un cambio no provocado por la naturaleza si no por la mano de su madre ¿Puede este flujo considerarse como natural? A pesar de todas estas incongruencias cronológicas dentro de la vida del chico, ha sabido sobrellevar el asunto y desarrollarse óptimamente como un Shinobi. ¿Pero que tanto podemos soportar las personas? “La Curiosidad” mato al gato... ¿Podrá dicha curiosidad destruir lo que su madre ha construido con tanto esfuerzo? Una noche como cualquier otra, ambos sentados en su residencia una de las tantas habitaciones en uno de los tantos Apartamentos de los grandes edificios de arenisca que se alzan a lo largo de la Aldea.
- ¿Qué tal tu día? -
-Lo mismo de siempre... entrenar y hacer encargos estúpidos...-
-Cuida tu vocabulario...Yugen. Es importante cuidar tu imagen no todo es poder...-
- ¿Qué sabes tú de eso, madre? Jamás has mencionado algo que te relacione como una Kunoichi...-
-Pues...-
Lo que parecía ser una conversación cotidiana en la vida de Yugen y su madre, tomaría un rumbo muy distinto a falta de palabras, el joven peliblanco interpretaría a su placer causando así que su madre explotara...
-Siempre es lo mismo. Yugen no hagas esto, haz aquello. ¿Acaso sabes más de este mundo de Ninjas? ¿Escondes algo verdad? Como por ejemplo porque demonios no recuerdo nada de niño...-
Estamparía entonces ambos brazos contra la mesa de madera, sus ojos mostraban una rabia y un odio que nunca su madre había presenciado, atemorizada, pero llena de rabia arremetería contra el joven peliblanco.
- ¡Silencio! No te atrevas a hablarme así... ¿Crees que por que ahora eres mas fuerte, debo dejarme ofender? Claro que no, sigo siendo tu ma.…-
-Ni si quiera se si realmente lo eres...-
Diría el Nendo mientras llevaba su mano a su mejilla sobándose del dolor después de aquella bofetada que su madre le había dado, un simple correctivo que no precisamente cumpliría con su cometido, sino mas bien desataría la furia del Peliblanco.
- ¿Qué has dicho? -
-Ni si quiera se quién soy... ¿Porque tengo este brazo para empezar? ¿Por qué no hay mas personas como yo en esta Aldea? Acaso no has pensado el porque mi apellido es tan único en esta maldita aldea...No hay que ser muy inteligentes para notar ese tipo de cosas...-
-Maldición Yugen...creo que es hora de que sepas la verdad...-
La madre del peliblanco tomaría asiento nuevamente, mientras que con fuerza arrojaba una de las vasijas de cerámica contra el suelo. Llevaría ambas manos a su rostro y colocaría su cabello hacia atrás al parecer no estaba nada cómoda con lo que debía contar.
-Venimos de una tierra muy lejana...Procura no decirle nadie a esto podría acarrearnos grandes problemas...o eso creo. En esa tierra conocida como el País de la Tierra, deveras conocerla es algo básico de la geografía dada en la academia. Yo era una Kunoichi del País de la Tierra una común y corriente no pertenezco a ningún clan, organización ni culto...Tu padre por el contrario formaba parte del clan “Nendo” un clan perteneciente de dichas tierras...-
-No puede ser...-
Llevaría ambas manos sobre mi rostro mientras me levantaba súbitamente de la mesa y daba algunas vueltas sobre mi propio eje, no podía creer lo que estaba escuchando. Por otra parte, mi madre secaba algunas lagrimas que se le escapan era difícil para ella dar este paso, pero era necesario.
-Así es...somos del País de la Tierra, tu padre pertenecía al clan nendo...En cuanto a tu brazo, fue un experimento que tu padre intento llevar a cabo cuando eras pequeño, lastimosamente el experimento fallo, su cabeza de un día al otro tenía precio...Luego de su muerte mi vida se hizo más difícil...tuve que recurrir a cosas que nunca me hubiese imaginado. La prostitución...los encargos como Kunoichi no eran suficiente además del tiempo que estos me quitaban...debía estar con mi pequeño...-
- ¿Por qué ocultarlo...? ¡¿Por qué!?
-Para protegerte, cada vez te pareces mas a tu padre, cada vez que gritas y muestras odio hacia los demás para poder ocultar lo que verdaderamente deseas... ¿Crees que no pregunto por ti a los demás residentes? ¿Crees que no conozco como es tu vida? ¿Cómo reaccionas ante los demás? Lo es todo Yugen...-
- ¿Acaso te la pasas vigilándome? Ocultas una parte importante de mi vida y tras eso me vigilas... no puede ser...-
-Lo hice por ti Yugen, perdóname...Espero algún día lo entiendas, por ahora no espero tu perdón ni que me entiendas, llegara su momento, por ahora solo queda ocultarlo y continuar adelante...Solo espero no cometas los mismos errores que tu padre. Ya no deseo hablar más al respecto...-
- ¿Es todo? ¡Dejas la bomba y te vas...! ¿Acaso estas loca?!-
- ¡Te he dicho que hagas silencio! No aceptare más grosería de tu parte...-
La confrontación madre e hijo, acabo con un Kunai sobre mi garganta, la velocidad que utilizo mi madre me dejo perplejo, atravesó el comedor en cuestión de segundos...Al parecer ocultaba mas cosas de las que pensaba... Frio, caí de sentado, atemorizado...
Fue cuestión de segundos para que mi madre se diera cuenta que ya no estaba dentro del edificio, había escapado. Perdiéndome así entre los callejones de la Aldea, mis ojos estaban llenos de lágrimas. La luna se alzaba con mucho resplandor, dejando caer su manto de luz sobre la aldea, mis lagrimas eran como perlas que caen desde mis ojos con cada sollozo y parpadeo que realizaba...
- ¿Por qué demonios lo ocultaste? -
Resonaba en mi cabeza aquella frase: “Te pareces mas a tu padre, demostrando odio para evitar mostrar lo que realmente siente...” ¿Realmente era como él? Desconocía totalmente dicha información...aquel callejón y la brisa fría serian mi refugio por las próximas horas, no planeaba regresar a casa al menos no hasta haberme calmado y poder dialogar...Así la noche cayo completamente y transcurrió...dejando que mis lagrimas se perdieran sobre la fría arena que reposaba bajo mis pies...Así conocí mis orígenes...
Continuara...