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[Pasado] El asesinato de Paris.


Hora:22.00hs

Día:Sábado.

Clima:Frío. Otoño

Lugar:País del Rayo

Con: Senju Kaede

El tiempo había decantado un ilustre inicio para aquel pauperrimo final. Mi abandono en las semi-finales quizás no había sido del todo recompensado puesto que Kaede, mi pareja, no había podido dar su máximo desempeño en la final del mismo debido a que terminó por ser cancelado por cuestiones ajenas a los competidores... un hecho que hasta el día de hoy jamás nos quedó claro el porqué de aquella suspendida tan precipitada. Pero mi vuelta a la aldea, después de mi estadía en el inhóspito terreno de las nieves habría traído más aciertos que fallos, habiéndome retirado invicto sin siquiera caer en uno de los combates por mano propia y clasificando entre los cuatro mejores, no tenía nada que reprocharme.

Una vez de vuelta en el hogar, las vigilancias se tornarían extremas, y Kaede prácticamente sería inalcanzable para mi persona. Mi paciencia comenzaba a llegar a un limite, a un punto de quiebre donde la psiquis no hacía más que jugarme pasadas azarosas que involucraban un asesinato en masa de cada uno de mis parientes y posiblemente de los de ella... sumado a cualquiera que se interpusiese en el camino entre ambos. Pero había que ser completamente honestos, ¿acaso yo tenía tanto poder para efectuar lo propio? La realidad es que hacerlo no daba más que un desenlace posiblemente trágico donde mi vida fuese consumada y se nos separase a ambos como tanta gente quería. Por lo tanto debía ser precavido.

Ya en mi morada, redactaría una carta, una invitación a una fiesta formal aprovechando el casamiento de uno de los miembros del clan. El mismo sería llevado a cabo bajo los territorios de los Uchihas, y claramente las invitaciones estaban siendo controladas por una persona pertinente. Pero para aprovechar la falta de cuidados sobre mi persona que aquello daba, citaría a Kaede con la presunta carta para vernos en el trayecto interino que había entre ambos territorios. La tan famosa plaza que poseía aquella fuente tan embellecida. Era un horario nocturno, y iba con la suma finalidad de poder obtener una respuesta a mi petición y ver como continuaba lo nuestro bajo la mano de tanta vigilancia de nuestras familias. Era algo arriesgado, puesto que podía llegar a salir mal si se nos veía... y las tensión entre las aldeas ya era lo suficientemente apabullante como para dejar las riendas al azar de este tipo de cuestiones. De igual manera, no tenía miedo, y el corazón no hacía más que palpitarme de ansiedad al saber que estaba próximo a ver a mi amada.

Al igual que la carta, los días pasarían y el momento indicado llegaría. Pasaría la gran parte de la tarde allí en la fiesta, celebrando... o fingiendo que lo hacía, hasta que llegaría la hora pactada en la cual haciendo maña de mi plan procedería a escabullirme de la misma para ir a esperar pacientemente a aquella fuente que no paraba de tirar agua ni un solo momento en el día. ¿Podría acaso llegar? La mayoría de nuestras cartas no contenían respuesta de la otra parte, debido a las amplias demoras en las comunicaciones y los mensajes tan acelerados... por lo tanto cada uno de los planes era como obrar a ciegas, podía que llegase como podía que no. Simplemente esperaba que los astros estuviesen de mi lado esta noche. Allí te espero, Kaede. Allí te espero, mi amada.



Emme