Baila de Hojas en la roca

“Has llegado demasiado pronto, quizás te toque esperar a tus compañeros”, pensó el chico sentado sobre una de las extensas rocas en las que se encontraba, estaba próximo a un barranco donde podía verse el fondo, kilómetros de piedras y desprendimientos que dejaban a entender que una caída desde esa zona podría ser una aciaga muerte, se mantenía en calma mientras fantaseaba en parte de lo que podría esperar de sus compañeros, ¿Cómo serian estos?, ¿serian fuertes o débiles?¿qué clase de habilidades tendrían?, era algo que rondaba bastante la mente del chico mientras observaba el ambiente tranquilo mientras en su mente se creaban varias ideas, era una de sus primeras misiones, se sentía con ganas, motivado de ser capaz de demostrar de lo que estaba hecho, era alguien responsable, saber hacer lo mandado y hacerlo bien era importante para mostrar que clase de ninja era, ¿serian sus compañeros igual de comprometidos con la causa?, tenia en sus manos el cuaderno que casi siempre portaba, dibujos, anotaciones y demás acreditaciones puestas en el sitio, -Espero que no se demoren demasiado, musito para si mismo dando un ligero suspiro de disconformidad mientras miraba una de las hojas, era un pliegue de la misión dada, arrogada y plegada que había conseguido al solicitar el encargo, ahora conocería a otros ninja, Nozomu fue alguien sociable, temía que, en parte su forma de ser entrara en conflicto con los deseos o la misión lo que pudiera producir un desenlace bastante malo pero ¿Qué podría hacer?, absolutamente, trabajar en equipo era importante para los ninjas, seguro podría aprovechar esta oportunidad para sacar partido, tal vez conocer otros linajes u otros clanes, además de unas capacidades mas que distintas a las propias, una escusa mas que barata pues, pese a lo que pudiera parecer, esa misión denotaba peligrosidad, ¿estaría el joven Aburame a la altura?

-Quiero la información del sitio, cuanto antes mejor, puntuó subiendo su rodilla, sentado de un modo distendido en la roca mientras que de su ropaje emergían un pequeño grupo de insectos, volando en dirección al bosque, estaba en calma pero quería controlar toda la zona, tener esa información podría proporcionarle una ventaja más que táctica sobre lo que podría o no pasar de encontrarse con el criminal, saber su ubicación y si estaba solo era algo importante para afrontar el encargo, además así haría tiempo a la espera de sus compañeros, quizás no vendrían y tendría que afrontarla el mismo, era algo peligroso sin duda pero, quizás los ninjas pudieran aprender de una situación real de combate, un método peligroso para saber como afrontar esa clase de situaciones difíciles, su talante su fuerza y si realmente podrían superar la adversidad, sino bueno, posiblemente morirían antes de convertirse en shinobi de pleno derecho, aun así y evaluando todo aquello había la eterna pregunta referente a la mismo, ¿podría capturar o estarían “obligados” a asesinar a aquel criminal en caso de conseguirlo?, era mas que complicado saber que caminos podrían elegir o cual sería la opción más optima, espero y espero, deseoso de conocer a quien pudiera ser sus compañeros, tal vez alguien le sonara o fuera de la academia donde el se graduó siendo ahora Genin, no es que fuera muy sociable pero en estos casos debía intentarlo, agradecía también en parte el clima que existía en el sitio, buena temperatura y tiempo despejado, una ligera brisa rodaba el lugar acariciando las telas que el ninja portaba, ¿Cómo se desarrollaría aquella rara aventura?

Mision:

Todos conocemos ese sentimiento de dirigirte hacia la nevera, ver que no hay nada, cerrarla, volver a la nevera a mirar y así continuamente. Esta situación era en la que se encontraba el bueno de Aoru, que se movía entre desganados pasos mientras que su estómago hacía ruidos propios de un monstruo de ficción. Esto solo significaba una cosa, tendría que ir hasta la ciudad para comprar y volver y no es que le hiciese demasiada gracia el asunto, ¿por qué no podía comprar en uno de los comercios cercanos? fácil, era incapaz de encontrar sus snacks favoritos y se negaba a ir a comprar sin traer un par de paquetes de vuelta.

Dada la situación no le quedó otra que colocarse sus vestimentas y salir por la puerta para llegar a una hora decente. El camino se le hizo leve dentro de lo que cabe, probablemente porque cada vez que su barriga decidía que era un buen momento para rugir y se convertía en el centro de las miradas aceleraba el paso para perder a aquellas personas de vista, tal vez el mismo ruido se hacía eco en el estómago del pequeño peludo que viajaba en su cabeza y por eso resulbata el doble de vergonzoso. Por suerte para el joven su lugar de confianza continuaba abierto y no parecía que hubiese demasiadas personas que estuviesen realizando sus compras ahora mismo por lo que era perfecto.

Entró al local y saludó con amabilidad al dependiente al que por algún motivo tenía en alta estima, o simplemente no quería molestar porque sabía perfectamente lo agobiante que debía ser estar en uno de esos trabajos cara al público, hay gente que parece que está deseando sacar a las demás de juicio. El peliazulado fijó su mirada en los estantes de color turquesa en búsqueda de algo que le pudiese interesar, pues ya que iba a comprar comida de paso tenía que pensar que más le hacía falta en casa, como de costumbre.

-Vamos a ver... crema de afeitar supongo, cepillo, y no sé... debería haber hecho una lista antes de salir- se dijo a si mismo mientras pasaba su mano por distintos productos pensando si los necesitaba o no. Su compañero, quien tenía ya el paso permitido dentro de la tienda, mas no las ganas de moverse hoy, ladró desde su posición como afirmando el tonto descuido de su compañero, uno que no haría sino empeorar. -Oh sheet, no me digas que... -en su afán por querer buscar un papel o algo donde llevar una improvisada lista, se topó con el pergamino que le habían dado el día anterior, una misión que debía cumplir hoy y sin embargo estaba de vago...

-¡Maldición, maldición, maldición, maldición, maldición, maldición, maldición, maldición, maldicióoooooon!- Aoru tras dar la vuelta por el pasillo y encontrar su ya conocida sección de comida, se apresuraba cogía todo lo que le resultaba apetecible, quizás no se estaba formando la mas saludable de las dietas, pero lo que estaba claro es que proteína no le iba a faltar después de coger tanta carne. En un momento se le iluminaron los ojos y se dirigió corriendo para coger lo que eran sus snacks favoritos, solo quedaban tres bolsas y decidió cogerlas todas, el destino debía de haberlas reservado para él, o algo por el estilo probablemente. Mejor si seguía así durante la misión.

Y así, tras una loca carrera y un rápido desayuno, fue que tanto el shinobi como su amigo bestia llegaron al punto de encuentro a pauso rápido y casi exentos de aliento. -Perdona, tuvimos un Aoru, soy inconveniente... jo, disculpa, dame un respiro.

Todo parecía un día normal; me levante por la mañana, comí con padre con padre el desayuno en silencio como siempre, me despedía y me dirigía o al campo de entrenamiento o al registro de misiones. En el día de hoy decidí que era un buen día para realizar una misión, al fin y al cabo había estado entrenando los últimos días y tenía ganas de probar esta nueva fuerza que reside en mi.  Con toda la tranquilidad del mundo me fui al registro de misiones y tras varios minutos caminando llegue al lugar. Como siempre hago cuando estoy en este lugar, me dirigí a mirar qué misión podía realizar pero justo antes de que pudiera tomar ninguna decisión la típica kunoichi del mostrador me llamo. Llamándome por mi nombre me pidió que me acercara y una vez allí me felicito por recuperar mi cuerpo normal. Con mi típica sonrisa, le agradecí y pregunté que necesitaba de mí, si era una misión, estaría encantado de realizarla. Como yo suponía cuando me acerqué era una misión pero hubo algo que no esperaba, era una misión de rango C y no solo eso tenía una condición especial. Debía de ir rápidamente al punto de encuentro de los dos ninjas y dar una explicación y una disculpa. Una vez había asimilado la misión, con toda la fuerzas que mi cuerpo podía obtener me desplace a máxima velocidad al punto de encuentro de los dos ninjas.

Mientras iba pegando saltos de por las casas para llegar lo más rápido posible, esquivando así a los ciudadanos de la villa a los cuales este problema no los inmiscuya. Tras unos minuto, a lo lejos pude ver a los dos ninjas hablando, sus descripciones encajaban con las que me habían dado y procedí a cumplir la primera parte de la misión. Nada más aparecer allí los dos ninjas me miraron, daba igual si me reconocían o no era momento de cumpli mi mision. Con un amable saludo y mi habitual sonrisa, me presente y tras entregarles el rollo con la información, comencé a decir en voz alta el contenido del mismo que yo con anterioridad había leído y sabía de memoria:

-”Por parte del registro de misiones, deben disculparse con vosotros. La misión que se os ha sido asignada ha inadecuada, la fuerza requerida es insuficiente con vosotros dos y no solo eso, uno de vosotros dos no va a poder participar en la misma. El ninja Nozomu Aburame no debe realizar su misión, actualmente no está capacitado para la amenaza a la que se van a enfrentar. Por otra parte, el ninja Akashi Inuzuka si está capacitado para la realización de esta misión pero deberá realizarla con el ninja que entrega este mensaje. De nuevo sentimos este fallo, pero por la seguridad de nuestros ninjas esta misión no podrá ser realizada como estaba planeada anteriormente. Gracias y disculpen las molestias.”

Tras terminar mi aviso, la cara de ambos ninjas me fue difícil de entender, no sabía si estaban molestos, alegres o tristes. Con esta duda en mi mente me quedé allí de pie esperando que entre ellos resolvieran la situación.

Un poco de aire, eso era lo único que necesitaba para recuperar su aliento y agradeció, aunque sus palabras apenas fueran un susurro, el que le diera tiempo a recuperarse. Después de un par de minutos, extendió los brazos hacia arriba y hacia atrás, como si quisiera estirarse para iniciar un calentamiento y tras ello, exhaló un suspiro profundo, demostrando así que podía hallarse listo para comenzar. Y esa misma actitud demostró su peludo compañero al mostrar un aire casi juguetón.

Pero poco mantuvo el animal su compostura ya que de un rato movería la cabeza hacia un lado y lanzaría un breve ladrido. El peliazulado sabía de sobra qué quería expresar, por lo que no tuvo necesidad alguna de preguntar. Dirigió unas palabras a su colega, esta vez al que era humano, y le preguntó sobre su parecer, qué idea tenía sobre el inesperado compañero que les habían enviado para realizar esta misión asignada.

-¿De que clan crees que será? ¿Será un chico o una chica? Más vale que tenga buena vibra. -esta clase de comentarios y otros parecidos fueron los que intercambió con su muy callado compinche, hasta que por fin llegó el esperado camarada, refiriendo ya de esa forma tras ver de reojo que se trataba de un hombre, uno con un aspecto no tan común, a decir verdad. -Bienvenido. -respondió brevemente ante el saludo y la presentación del recién llegado. Siquiera hizo falta que se presentaran ellos puesto que al parecer el shinobi ya tenía referencias sobre ambos. Lo único que le quedó hacer fue escuchar lo que tenía que decirles.

-¿Estás seguro? -fue la obvia pregunta que surgió de los labios del ninja que portaba marcas rojas en sus mejillas. La noticia fue por demás inesperada y a la vez, sorprendente, pero no cuestionable. Por lo que analizó, tras oír todo lo mencionado por el enviado, que lo mejor que podía hacer era seguir las indicaciones. -Pues nada, colega, en algún momento podremos completar otra juntos. -fueron sus palabras para el que lo había estado esperando, mientras lo despedía con un breve ademán.

-Y bien, ¿listo para comenzar?

Con mi amable sonrisa, la cual practico cada mañana en la que no tengo demasiada prisa, asenti. Pedí información sobre la misión, pues debido a las prisas me dijeron que sabría más sobre el objetivo una vez hablara con ellos. Akashi Inuzuka me puso al día sobre la misión con una gran facilidad, si bien su entusiasmo no era el más grande era entendible. Yo, un ninja desconocido, apareció y separa a lo que parecían dos buenos amigos, definitivamente no iba a ser una buena recepción pero iba a intentar cambiar este hecho.

Con la información recibida estaba claro que el ninja era un especialista en el combate con armas y con altas capacidades en el cuerpo a cuerpo. Añadido, nos recomiendan el uso de ninjutsu. Sonriendo más de lo habitual le dije unas palabras de completa tranquilidad a Akashi: “Esta misión va a ser completamente fácil”. Intente sonar lo menos arrogante posible, esperaba poder llevarme bien con él y poder hacer misiones juntos de nuevo. A simple vista parece que es un ninja competente o eso parece por mantenerlo a él en la misión.

Tras mi frase, le pregunté lo mejor que pude a Akashi si podía usar a peludo compañero para el rastre. Mis habilidades de combate son altas para mi rango de ninja pero mis habilidades para rastrear a mis enemigos es menor. Si fuera en combate sería otra historia pero fuera de ellos es distinto pero si hay una cosa clara, en el momento en el que encontremos el rastro, pienso activar el sharingan y jugar un poco con él ninjas. Está era una de mis primeras misiones de rango C y definitivamente quería destacar para en un futuro poder realizar más con este ninja interesante.