Expediente Akira Aoi

Kunoichi joven de trece años que recientemente salió de la academia. Heredó la mayoría de rasgos de su padre, sin embargo, conserva algunos de su madre. Su cabello originalmente es de un tono azul claro, por lo cual debe teñírselo de negro para evitar que sea fácilmente reconocible. Su cabello crece con rapidez, por lo que lo lleva recogido en un moño para que no sea un estorbo.

Sus ojos marrones, casi negros, son idénticos a los de su padre. Resaltan demasiado con el color natural de su cabello. De tez pálida al tener que estar siempre en la sombra debido a su condición de nacimiento al pertenecer a un clan que tiende a deshidratarse. Rostro muy inexpresivo que no suele mostrar lo que siente, o piensa.

Mantiene una figura esbelta. Tiene un busto bastante crecido para su edad, teniendo que ocultarlo bajo vendas para que no sea perceptible. Debido a su edad no hay apenas visibles entre él y otro chico más que su rostro, por lo cual, suele llevarlo oculto tras una máscara, además de para ocultar su identidad en misiones de reconocimiento.

Lan Fan / Fullmetal Alchemist Brotherhood

A pesar de su educación y valores familiares, es una chica bastante seria y fría que tiende a pensar siempre antes de hablar, lo cual, aunque pueda ser una buena virtud suele ser llevada al extremo, pudiendo permanecer en silencio por largos minutos mientras calibra como responder de la mejor forma posible según la situación. Metódica y perseverante, si se propone algo lo llevará a cabo aunque sea un proyecto que conlleve dedicar toda su vida a ello.

Incapaz de conectar con otras personas de una forma profunda, quedándose siempre en la superficie y aunque sea capaz de entender lo que se espera que haga, no lo hace pues sería poco sincero.

Siente un fuerte fervor casi religioso por su aldea, y siente que debe poner su vida en peligro si hace falta para protegerla. Es lo único que encuentra racional, y que le hace sentir integrada en la misma. Piensa en la aldea como una figura que debe respetarse, honrarse, y buscar lo mejor para ella frente a las demás, considerando que debe proteger a sus gentes de todo mal, incluso si proviene del mismo interior de la aldea.

Nacida de dos gennins de Sunagakure que nunca lograron prosperdad, convirtiéndose en eternos genins incapaces de ascender debido a su escaso talento. Desde su infancia los valores de una familia conservadora y poco ambiciosa fueron inculcados en ella; amistad, amor, comprensión, preocuparse por los suyos… valores que, si bien en un inicio fueron compartidos, terminaron siendo desechados.
No lograba conectar con los que deberían ser sus seres queridos. Habían estado con ella toda su vida, apoyándola, intentando que cumpliera sus metas y objetivos. Pero no lograba entenderlo.

Sus abuelos maternos, actualmente fallecidos, provienen de la nación del agua. No sabe de ellos debido a su fallecimiento, tan solo conoce que eran miembros del clan Hozuke, y traicionaron a su aldea, viéndose obligados a huir a Sunagakure, donde los acogieron y se quedaron a pesar de las dificultades climáticas como agradecimiento. La madre de Akira decidió quedarse al casarse con otro gennin. Su apellido corresponde al de su padre, aunque al no tener clan alguno heredó las cualidades de su clan principal.

A pesar de nacer en un hogar cálido, en un núcleo familiar sólido y estable, la visión de sus padres siendo humillados por compañeros que habían ascendido y superado a los mismos en todos los aspectos fue poco a poco mermando esos ideales. Tenían amigos, familiares, conocidos que los saludaban y conocían donde fueran. Pero otros los pisoteaban, se burlaban de ellos, y no había respuesta.

La aldea necesitaba cierto mantenimiento, que se cumplieran las misiones para traer honor y prosperidad, y sus padres no cumplían con ese cometido. Donde sus padres veían familia y amigos, ella veía debilidad. El camino de un ninja jamás debía involucrar los sentimientos o el beneficio personal, pues la aldea debía estar encima de todo capricho personal.

Desde los once años comenzó un régimen de entrenamiento severo que la condujo a buscar la perfección, siendo consciente de que jamás podría llegar a ella, emprendiendo una búsqueda que sabía que jamás podría terminar, pues, al igual que el deber para con la aldea, debía ser un compromiso eterno. Su condición y necesidad de hidratarse constantemente la hacían vulnerable al comienzo, por lo cual, comenzó a entrenar su resistencia a la deshidratación, aunque terminó con resultados poco satisfactorios.

Su paso por la academia ninja fue igual que el del resto de sus compañeros. No brilló, ni destacó especialmente en aptitudes físicas o habilidades especiales, pero sí demostró una capacidad de razonamiento y voluntad destacables. Su perseverancia y decisión la catapultaron lo justo para no ser de las primeras de la academia, pero sí estar en una posición notable.
Trató de ocultar su escepticismo sobre la alianza con Konohagakure, pues pensaba que Sunagakure debía ir por su propia cuenta, sin alianzas, y solo velar por sus propios intereses, y no por los de terceros.

Tras su graduación, todo es un enigma. Durante años ha pensado en la idea de convertirse en Kazekage, o, al menos, en una figura respetada desde la cual podría cambiar el propio país. Pasó años diseñando mecanismos, planos, y bocetos para expandir la aldea, verla crecer y prosperar, así como aumentar las defensas y exigir más a los propios genins que la deberían proteger. Si logrará o no convertirse en lo que ella desea, y traer el honor y la estabilidad a la aldea, es algo que se mostrará con el tiempo.