¡Suministros Médicos! [MISIÓN RANGO D - KAZUKI]

Kazuki, tras haber concluido con su entrenamiento matutino, llegó a su morada y prosiguió con su típica rutina de ducharse y comer algo antes de ir a ayudar en el hospital de la aldea, el día anterior le habían informado, mientras cumplía con sus labores de voluntario, que al día siguiente iban a llegar una gran cantidad de suministros de vital importancia para el hospital después de los hechos que sucedieron hacía un par de días con los incendios que habían provocado situaciones bastante tensas dentro del ambulatorio y habían reducido la cantidad de recursos que había en los almacenes. Al salir por la puerta, encontró a alguien que ya conocía en dirección a su casa, era el director general del hospital, éste le informó al shinobi de cabellera blanca que el encargado de organizar los suministros se había enfrascado en una complicada investigación que tenía su atención y lo imposibilitaba de realizar la función de recolector, en consecuencia, el ya anciano hombre, le entregó un documento con los detalles de lo que parecía ser una misión de rango D, sin dudarlo simplemente aceptó el encargo y se dirigió a la puerta de la aldea para recibir los suministros.


Durante el camino a la puerta no ocurrió nada interesante pero, al poco de llegar a las puertas vio lo que parecía ser la parte que faltaba de su misión, pero había un problema, parecía que uno de los encargados de la carga tenía problemas pues, sin mediar palabra alguna al llegar a la altura de los guardias, que estaban al lado del de ojos verdes, bromeando sobre la pronta recuperación de uno de los cancerberos que previamente el shinobi había golpeado tras un… pequeño malentendido, los tres que se encontraban en la puerta no tardaron en reaccionar al ver como un hombre que parecía estar casi en sus treinta se desplomó justo enfrente de ellos muy sofocado y sudando, parecía una fiebre, el muchacho después de una rápida cadena de sellos puso su mano, que había adquirido un brillo de color blanco, sobre el hombre que se encontraba tendido en sobre la arena del suelo, no parecía haber ninguna reacción, ni signo de mejora, por lo que esto escapaba de sus conocimientos y después de una fracción de segundo volvió en a fijarse en su entorno para percatarse de que uno de los compañeros del hombre gesticulaba y parecía muy alterado dándole alguna clase de explicación a los guardianes de la puerta, un par de segundos más tarde uno de los encargados de la puerta mando llamar a un médico, Kazuki no se quejó pues pensó que podría tratarse de un veneno al percatarse de dos pequeñas marcas alineadas en el tobillo que el paciente tenía al descubierto, por lo que se quedó al lado del hombre hasta que el equipo médico llegó, el muchacho se limitó a dar la hipótesis que estaba cavilando, y los encargados se llevaron al hombre al hospital en una camilla, una vez todo parecía haberse calmado un poco, el ninja peliblanco intercambió un par de palabras con la persona al mando de la mercancía y los acompañó hasta el hospital.


No pasaron más de diez minutos hasta los de la caravana, acompañados por el de ojos verdes, llegarán al edificio, una vez allí se despidió de los transportistas que parecían muy preocupados por su compañero y salieron corriendo a ver como estaba. El muchacho fue directamente al almacén de la edificación para empezar con su trabajo de organización del cargamento. Una vez en la habitación pudo ver los documentos en los que se podía ver todo el contenido que deberían llevar los suministros, entonces sin después de una leída rápida al documento, se dispuso a colocar los distintos elementos en su sitio correspondiente, esto no iba a suponer ningún problema, pues a lo largo de toda la sala, que medía casi diez metros de largo por seis de ancho se podían encontrar estanterías catalogadas de forma similar a las de una biblioteca, con los tipos de suministro que iban en cada grupo de estanterías y luego el estante concreto con el nombre del elemento que ocupaba ese lugar. El cargamento era bastante grande, por lo menos para ser uno de emergencia como se decía, por lo que la tarea mantuvo al muchacho durante casi una hora dentro del habitáculo. Una vez terminó revisó de nuevo los documentos y dio una pasada por toda la sala para comprobar que estaba todo en su sitio y bien ordenado. Cuando estaba por salir del almacén uno de los enfermeros entró rápidamente y jadeando mientras balbuceaba algunas incomprensibles palabras, por lo que el shinobi peliblanco se limitó a agarrar al sujeto por los hombros le pidió que respirara profundamente antes de reformular su frase, parecía que el sujeto había sido envenenado por una serpiente que no era muy común en los alrededores de la aldea, también habían llegado más casos de mordeduras por lo que necesitaba una gran cantidad de antídotos para poder tratar a los pacientes, sin esperar un segundo de un ágil y veloz salto, Kazuki se puso enfrente de la estantería de los venenos y los recogía mientras su compañero recitaba de que serpientes era la mordedura de cada afectado, una vez los tenían todos el shinobi se separó del enfermero para llevar los antídotos al ala más apartada del hospital. Una vez entregó los antídotos a los médicos encargados de los pacientes, se dispuso a volver a su casa, un suceso como ese era bastante extraño y el mismo pudo observar la velocidad a la que bajó la reserva de antídotos mientras la iba sacando, nada de esto parecía normal por lo que el joven probablemente no pararía de darle vueltas al aparente problema durante toda la noche.

Datos de Kazuki:

Técnicas utilizadas: