[Torneo Ceremonial - Final] Tenma Uzumaki vs Senju Kaede

l momento final había llegado. Ese día sería el culmen del evento, y por el cual los dos máximos exponentes se batirían hasta la última gota en el campo de batalla.

El peor de los Uzumaki se descubría sentado en el suelo, encerrado en aquella habitación, dibujando con tinta y pincel sobre un papiro en el mismo. Sus ojos ambarinos se enfocaban en cada trazo que realizaba, con su capa roja cubriendo el cuerpo, los goggles negros sus ojos, y una bufanda vinotinto sobre la boca junto un gran pergamino blanco y beigue a la espalda, aguardando el momento en que aquella puerta se abriera y lo condujera finalmente a la arena. No estaba nervioso, pero no se podría decir igual con su ansiedad. Pronto tendría que demostrarle a su aldea la razón por la cual duró tanto tiempo en convertirse en un shinobi, y por el cual una y otra vez fallaba el último examen. Su mente parecía querer postergar la situación del presente, pero pronto el llamado lo arrastraba hacia rl lugar donde tendría su batalla.


Había transcurrido al menos unas semanas desde que las semifinales hubieran concluido. Tenma no estaba precisamente entusiasmado al respecto luego de superar varias rondas por tecnicismos, o por pequeñas diferencias de habilidades.

Él quería dejarlo todo en la arena.

¿Preparado? - El chirrido de la puerta fue la antesala para aquella pregunta, asomándose desde el marco donde descansaba la espalda de una mujer. Su cabello purpúreo se reflejaba en el espejo donde el ninja pelirrojo se observaba a sí mismo, reflexionando sobre lo que sucedería. - Entiendo que estés nervioso, pero el motivo por el cual te has convertido un ninja a estas alturas, debe darte la confianza suficiente. - Ofreció ella, su maestra, como si intentara apaciguar los pensamientos del más inexperto. El chico, sin embargo, parecía tener su cabeza en otro lado.

Tienes potencial, sólo debes explotarlo. - Los brazos de la mujer se cruzaban bajo su busto mientras observaba a su único alumno. Los líderes de la aldea le habían encargado exclusivamente que lo adiestrara, reservándose las explicaciones. Y ella no era una maestra en sí misma, pero había demostrado ser idónea en el desarrollo del Uzumaki. Era tiempo que el susodicho revelara los resultados.

No estoy nervioso, sensei. - Su voz fue como una suave brisa, paseándose sobre la habitación a esas horas tan tempranas de la mañana.


Comprendo lo que esperan de mi, pero eso no es lo que me hace pensar, honestamente. - Corrigió el bermellón, siendo objetivo de la total atención por parte de la mayor. Su voz sonaba con decisión mientras se ajustaba sus implementos. El corazón latía completamente sereno. Su madre y su abuela, incluso su tío estarían observándolo en esa batalla, pero sus razones, incluso con el apoyo de los demás, no era ser reconocido sino reconocerse a sí mismo. - Todavía no he encontrado mis límites, y sólo deseo ver hasta qué punto puedo llegar. Sólo quiero alcanzar mi máxima capacidad y no quedarme con ese trozo que he demostrado hasta ahora.

Su maestra se sorprendió por un impulso tan simple para llegar a esas alturas.

No era ni la fama ni era la gloria, sino algo más sencillo cómo el querer probarse a sí mismo. Ella sonrió, y le dio la espalda con la intención de marcharse, sólo dándole un último vistazo de soslayo antes de soltar el único consejo que él entendería perfectamente. - Me parece bien, y si quieres eso, entonces revela lo que no has podido antes.

La mente de Tenma regresó al presente pero esa vez su cuerpo ya no estaba donde antes. Toda su humanidad se mantenía sobre sus botas a tan sólo un paso de la marca inicial sobre la nieve húmeda, preparado frente al combate, observando de cara a su contrincante. La noción del espacio que lo rodeaba era clara, así cómo los espectadores en sus desprotegidas gradas. Y entonces su puño chocó con su palma abierta, diestra con izquierda, frente a su mentón en un saludo cortés hacia su contraparte. Y esperó, por un segundo, hasta que las marcas fueron pisadas por los dos.

Los sellos se dibujaron a una velocidad total, amasando una significativa cantidad de chakra mientras el bermejo atendía cualquier ajeno movimiento que lo interrumpiera. ¿Iba con todo? No.

Sólo preparaba el campo.

El viento se condensó en ambas manos y lo expulsó en una salvaje ráfaga con un alcance de diez metros de largo, con siete y cinco de alto y ancho respectivamente, levantando y arrastrando el cúmulo de nieve sobre la tierra. Una avalancha a tamaño escala que no sólo se lanzaría hacia adelante sino que también dispersaría, hacia poco más de tres metros, la nieve adyacente a los costados de la técnica por el empuje lateral del viento. Tal acción cubriría la posición inicial del Uzumaki en primera instancia.

Aquello no sólo declararía su afinidad elemental frente a la Senju, sino que también provocaría una densa cortina de nieve que cubriría cualquier posterior acción tanto para Tenma como para Kaede. Esa húmeda ola blanca, que cuya altura sería de seis metros y de ancho conforme a la técnica con el extra de los tres metros, serviría para los dos propósitos del Uzumaki. Una ventaja para su oponente y el otro, sin embargo, secreto Pero allí, poco después, la ninja de los bosques descubriría cómo dentro de la nieve emergería una cuchilla lanzada a su posición inicial directo a su cuerpo,  y que cuya arma estaría a seis metros adelantada a un cabello rojizo que también aparecería desde el frente y en consecución, con un kunai en la zurda y la mitad del sello del carnero en la diestra.

Debido a la distancia de cuarenta metros que separaban a ambos, y los diez metros en línea recta de la técnica, Tenma surcaría los primeros quince metros desde su posición, directo hacia ella.

Datos del Shinobi:

Resumen:

gua. La Senju manejaba el elemento Agua, y su sólo apellido le indicaba que también dominaba el elemento Madera, tal y cómo lo demostró su primer rival en las eliminatorias del torneo. Sin embargo, los ojos de Tenma con su cabello bañado en nieve, pudieron estudiar la velocidad con que iba aquella técnica hacia él, o al menos, hacia el clon que había dejado en su lugar.

Kaede, guiada únicamente por la imagen de aquel pelirrojo en su posición inicial, había recorrido una parábola a la izquierda del Uzumaki en paralelo a su inamovible técnica de viento, pero sin percatarse de que, tras esa avalancha de nieve, se hallaba el original que no sólo aprovechaba el empuje frontal y lateral del elemento de su patria para camuflar a su carrera tras su técnica, sino para ocultar la aparición prudentemente posterior de su anzuelo en su lugar, justo sobre la marca inicial, justo sobre sus pisadas, sin dar motivos de que se hubiera movido mientras él corría frontalmente a ciegas. Pero sobre todo, el bunshin cubría su boca con la bufanda igual que su creador. Y érase, pues, que ese enorme poder acuático levantaría un tsunami a tamaño escala contra el clon del shinobi y lo haría desaparecer al ser engullido.

Sin embargo, ¿cuánto tardaría la kunoichi en darse cuenta de ello?

La técnica de Tenma habría podido culminar su trayecto antes de aparecer el chakra ofensivo de la Senju, y con ello el pelirrojo llegaría anticipado hasta los quince metros desde su posición original en línea recta. No obstante, la técnica de la ninja de los bosques impulsaría su chorro de agua hasta los primeros diez metros, mas su altura le permitiría absorber lo que tuviera de frente por unos metros más. Y era presión, y esa altura, y ese ancho, lo que le daba un volumen considerable cómo para distorsionar la visibilidad de lo que hubiera arrasado.

Sólo cuando el agua estuviera dispersa por la nieve, Kaede encontraría nada. Sólo agua encharcada. Y si es que Tenma le daba tiempo para descubrir la trampa.

No sólo se había adelantado a la Senju debido a que su trayecto fue tres veces más corto, sino que tendría su espalda a la vista. Esto era posible por una razón.

Entre Tenma y Kaede, en esos cuarenta metros de separación líneal, existía un punto imaginario y central, distante para cada uno a veinte metros de su marca inicial. El muchacho había recorrido quince metros, quedándose cerca, pero Kaede en su semicírculo no sólo había estado a nivel del punto en algún momento, sino que lo había rebasado hasta quedar en la latitud que concernía entre el punto central y la posición original de Tenma, justo en el medio, aunque un poco más cerca del antiguo lugar del ninja.

Unos aproximados diez metros le separaban en diagonal, distancia suficiente para que el pelirrojo, antes que la chica notara su artimaña, lanzara el kunai a su espalda con un hilo de alambre ajustado al mango. El filo iba directo a su décima vértebra torácica.

Datos del Shinobi:

Resumen:

ercepción. La cercanía de ambos sería declarada por el sonido de sus acciones. La maestra del agua había detectado, de alguna manera, la presencia del pelirrojo entre el cúmulo de sonidos provocados por la ráfaga y el arrastre de la nieve, siendo capaz de alterar sus intenciones para sacar el máximo provecho al momento. Pero, si ella estaba al nivel de atender y diferenciar los pasos de su adversario entre tal bullicio, Tenma sería un poco más superior en captar los sonidos de su enemigo con mayor precisión; y no por sus pasos en sí, sino también por la presión de su técnica aún más ruidosa que los mismos.

El shinobi, al estar imposibilitado de ver más allá de la nieve que tenía por delante, no estaba precisamente desprevenido. Apenas aquel chorro nació, la atención del chico se lanzó a ese costado -izquierdo- y en consecuencia tras su espalda, justo donde la técnica de agua se mostró a unos seis metros disipando la cortina lateral de nieve con la intención de barrerlo si no había ningún impedimento.

Eso despertó su reacción.

Sólo la vio por el rabillo del ojo, apreciando fugazmente cómo aquella corriente amenazaba, desde su lateral izquierdo, con arrastrarlo por la espalda; sin embargo, era mínimamente más lenta porque su redirección no era fundamentada por el poder del chakra que lo originaba, sino por la velocidad en que su ejecutor podía doblar su cuerpo para ello. La cosa se mostraba más apretada, pero emocionante, y por ello sin frenar su carrera al consumir un valioso tiempo, pudo proyectar un salto adelantado -hacia el frente, formando una diagonal- al barrido que su rival tenía planeado en esa ubicación, superándolo.

No sólo aprovechaba su rapidez a una escala más arriba de la Senju, aunque mínima, para salir cuanto antes del ataque elevándose del suelo hasta unos siete metros y medio, sino también por la misma naturaleza del jutsu al ser el chorro ligeramente curvado por la rotación de la misma chica, retrasando la barrida y otorgando así un margen, aunque pequeño, de espacio y tiempo más holgado.

La ninja de los bosques había sido ingeniosa, pero el cono de su técnica era un detalle que también despistó.

Al estar Tenma a unos cinco metros aproximados de Kaede, y la altura del agua alcanzando los diez metros en su límite final, el Uzumaki sólo tendría que superar cinco metros en el punto en que se encontraba. A mayor distancia, la técnica tendría mayor altura y viceversa. El salto del chico superaría la línea de ataque, apenas dos metros y medio por encima, con una diagonal cuyo ángulo sería veinte grados. Su oponente, de ser capaz de redirigir una vez más el chorro aún con la inercia de su propia rotación lateral, tal vez lo tendría en bandeja, pero él no se la iba a poner tan fácil. Y es que, ni bien estuvo a los siete metros en el aire, terminó por lanzar el kunai directo a su rostro ubicado a seis metros de distancia, cuyo mango no estaba atado al hilo de alambre.

Una cadena de sellos se formaron al despligue del arma en espera del próximo movimiento, estando aún en plena caída tras el barrido del chorro.

Datos del Shinobi:

Resumen: