- Misión:
- Descripción: Cerca de la aldea se encuentra una cueva. Muchos de los comerciantes que pasan por el lugar para llegar a nuestra aldea sufren desmayos y despiertan sin sus pertenencias. Parece ser obra de un grupo de ladrones especializados en somníferos. Toma las precauciones necesarias, pues según el servicio e inteligencia el grupo se compone de 3 integrantes. No poseen habilidades de ninjutsu elemental, pero se desconoce si el somnífero es un genjutsu o solo una herramienta ninja.
Localización: Kumogakure
Objetivo: Entregar las medicinas.
Recompensa: 300 - 650 Ryus.
Nota: NPCs creables por los usuarios tendrán un total de 60 puntos de Stats cada uno. Especialidad de uno de ellos Genjutsu.
Ninja: Senju Kaede | Uchiha Ragnar.
Hace un par de semanas había llegado a mis oídos un secreto a voces que corría por la aldea. Un rumor sobre un ninja o bien un grupo de éstos realizaban malas prácticas y se dedicaban a robar no muy lejos de la aldea. Como de costumbre, instauraron en casa un toque de queda durante la noche como también debía estar reportándome constantemente o estar en compañía de mi madre, lo cual era un suplicio para cumplir cualquier tarea con naturalidad. Sin embargo, había logrado conversar de manera privada con un shinobi sin mucha relevancia en mi vida, pero que servía de mensajero cuando necesitaba comunicarme con mi amado Uchiha. El mensaje era escueto y se resumía en que debíamos encontrarnos en la oficina de administración de la aldea para tomar una misión juntos. Cualquiera valía, hasta pintar una cerca; lo importante era estar juntos.
Aproveché la oportunidad cuando mi madre preguntó la conversación que tuve con aquel desconocido a sus ojos, por lo que me limité en informarle que requerían de mí para una misión. Intenté ser rápida en mi explicación ya que nunca se me habían dado bien las mentiras, y una vez zafada de la situación me dirigí rápidamente al cuarto del baño para tomar una fugaz ducha. Si bien, había intentado tardar lo menos posible me era totalmente imposible no ajustar el mínimo detalle en mi apariencia y asegurarme que todo estuviese en orden. La conocida vestimenta que constaba de un buzo negro tanto en pantalón ceñido como en la blusa y un pulóver táctico de tonalidad verde musgo, además de las horribles sandalias azabaches que solían utilizar los ninjas del país del Rayo. Di una última ojeada en el espejo mientras cepillaba mi largo cabello entre mis dedos e intentaba peinar las puntas de éste en sutiles ondas, para luego colorear mis labios con suave color borgoña similar a mi cabello.
Una vez lista, até la bandana de la aldea a mi cuello y salí rápidamente de casa para evitar cuestionamientos de mi madre. Realmente esperaba que Ragnar recibiera el mensaje, ansiaba verlo y hacer cualquier cosa a su lado, estaba nerviosa y sentía mi corazón palpitar con fuerza mientras corría hacia las oficinas. Sentía el frío del viento chocar contra mi rostro, felizmente el raudo trote duró unos cuantos minutos ya que mi hogar no se hallaba muy lejos del punto de encuentro. Una vez ahí me acerqué a solicitar la misión, afortunadamente necesitaba un acompañante, no obstante, una cuota de emoción despertó mis sentidos. Nos habían encomendado nada menos que el gran misterio que tenía atemorizada a la aldea. No pude aguantar la emoción de comenzar ya, por lo que inconscientemente daba saltitos en medio de la oficina mientras sacudía con la diestra el pergamino en los aires.
Aproveché la oportunidad cuando mi madre preguntó la conversación que tuve con aquel desconocido a sus ojos, por lo que me limité en informarle que requerían de mí para una misión. Intenté ser rápida en mi explicación ya que nunca se me habían dado bien las mentiras, y una vez zafada de la situación me dirigí rápidamente al cuarto del baño para tomar una fugaz ducha. Si bien, había intentado tardar lo menos posible me era totalmente imposible no ajustar el mínimo detalle en mi apariencia y asegurarme que todo estuviese en orden. La conocida vestimenta que constaba de un buzo negro tanto en pantalón ceñido como en la blusa y un pulóver táctico de tonalidad verde musgo, además de las horribles sandalias azabaches que solían utilizar los ninjas del país del Rayo. Di una última ojeada en el espejo mientras cepillaba mi largo cabello entre mis dedos e intentaba peinar las puntas de éste en sutiles ondas, para luego colorear mis labios con suave color borgoña similar a mi cabello.
Una vez lista, até la bandana de la aldea a mi cuello y salí rápidamente de casa para evitar cuestionamientos de mi madre. Realmente esperaba que Ragnar recibiera el mensaje, ansiaba verlo y hacer cualquier cosa a su lado, estaba nerviosa y sentía mi corazón palpitar con fuerza mientras corría hacia las oficinas. Sentía el frío del viento chocar contra mi rostro, felizmente el raudo trote duró unos cuantos minutos ya que mi hogar no se hallaba muy lejos del punto de encuentro. Una vez ahí me acerqué a solicitar la misión, afortunadamente necesitaba un acompañante, no obstante, una cuota de emoción despertó mis sentidos. Nos habían encomendado nada menos que el gran misterio que tenía atemorizada a la aldea. No pude aguantar la emoción de comenzar ya, por lo que inconscientemente daba saltitos en medio de la oficina mientras sacudía con la diestra el pergamino en los aires.