Tenma Uzumaki
“Nunca hay que dejar de intentarlo.La quinta es la vencida.”
HISTORIA
Nacido en el seno del invierno,
bajo la vigilia de una estrella caída.
bajo la vigilia de una estrella caída.
Este es el principio de un legado que durante generaciones ha podido perdurar entre las épocas de caos y orden. El último resquicio de quien alguna vez encaró la existencia de un mal primitivo, y que desapareció sin dejar rastro de su cuerpo en este mundo.
Esta era la Dinastía del Sol.
[...]
Hace muchos años, durante cada noche, una madre solía contarle una particular historia a su hijo antes de dormir. Tal vez era un cuento inventado, o quizás no tanto; pero era una historia a fin de cuentas, que relataba las hazañas de un hombre cuyo nombre nunca se pronunciaba, pero que antaño había sido considerado cómo un héroe en donde su vida se esfumó sin que el mundo lo supiera, y muy lejos de su tierra.
O al menos eso dicen las ancianas lenguas, quedando eternamente cómo una antigua leyenda.
Sin embargo, aquella historia influiría en la vida del pequeño, que cuyo paso en el tiempo tomaría la esencia de aquellos relatos como propios; ideas que escaparían de la realidad, pero que dentro de su mente inocente creería con plena convicción de que todo aquello se podría alcanzar de verdad.
Esa familia, únicamente formada por la mujer y su hijo a punto de nacer, habían venido desde muy lejos en medio de una tormenta de nieve.
Nunca dijo de dónde provenían, ni tampoco de qué huían; tal vez de la guerra o quizás algo más, pero la fortuna fue benevolente con ellos al ser acogidos por una vieja del pueblo; la matrona de la aldea, quien en pleno invierno ayudó a la mujer en dar luz a su primer y único hijo. Tenma, fue el segundo nombre que le dieron.
El chico creció junto aquellas figuras, su madre y su abuela, y una nieta de esta quien se convertiría cómo su hermana; un símil de quién le concedió la vida a él, dándole la oportunidad de unir un lazo tan poderoso entre ambos, que no conocerían un amor mayor que no fuera entre hermanos. Tenma y Hikka, el pelirrojo de ojos amarillos y la rubia de ojos azules.
Así fue el crecer del joven, rodeado de sólo mujeres.
Con el paso de los años, ambos hermanos fueron creciendo, pero la relativa paz de su tierra les permitió vivir una vida sin verse obligados a separarse completamente por fuerzas incomprensibles. Sin embargo, la guerra era un conocido que ya llevaba tiempo tocando las puertas del País del Hierro, insistiendo.
Tan sólo a los diez años, la historia de Tenma tomó un camino diferente. Casi como si fuera una broma del destino, el mayor de los hermanos fue preparado para un mundo que no tenía compasión.
Aquel nido donde se formaban los ninjas, artífices de la muerte o la vida, le recibió con las brazos abiertos, integrándolo a una fuerza que se mantendría precavida y protegería su tierra de cualquier acto por parte de las potencias extranjeras. La Aldea de la Nieve siempre se mantuvo neutral entre el caos que asolaba al mundo, casi como una tortuga que se protegía del mundo exterior.
Fue gracias a ello que su pueblo no tuvo que lidiar con los estragos internacionales, ni sus shinobis perder las vidas diariamente.
Tenma, ante esto, pudo aprender todo aquello que significaba ser un ninja, y fue allí donde descubrieron de dónde parecía que provenía. Tenía las características de un Uzumaki; un clan mítico y antiguo, y del que cuyos secretos y miembros poco o nada se sabían. Sin embargo, sus habilidades parecían ser paupérrimas a comparación de lo que se decía. Aún así, los dirigentes de su tierra les mantenían a salvo, a él y a todo su pueblo.
No obstante, no todo son siempre maravillas.
Por alguna razón, desde los doce años, cada examen de graduación terminaba por reprobarlos. Una y otra vez, su ascenso como ninja era rechazado por aquellos que le veían. Tenma creía que se esforzaba, pero parecía que todo ello caía en saco roto. Terminó siendo conocido como uno de los mayores repitientes de la historia de la academia, y posiblemente el peor de su linaje. Y fue así que duró alrededor de cinco años más en alcanzar su sueño inicial.
La quinta era la vencida, nunca se rindió a pesar de ello. Todo era por aquellos a quienes quería. Y su familia, lejos de estar llena de dudas por su anhelo, se sentía más aliviada a que si lo hubiera logrado tres años atrás.
La guerra había terminado.
Y Tenma, por fin, empezaba con sus primeros pasos.
Y Tenma, por fin, empezaba con sus primeros pasos.
FÍSICO
De un metro con setenta y seis centímetros, su estatura yace en una marca estándar para su edad, a la par que unos sesenta y ocho kilogramos hacen de su cuerpo algo equilibrado para su anatomía ectomórfica. Es por ello que su físico no destaca precisamente por una figura digna de un atleta, si bien su estructura muscular puede ser visible a unos pocos metros.
La delgadez se ve cubierta por una tez clara, levemente pálida, marcada por pequeñas y casi indistinguibles cicatrices a lo largo de su piel, concentrándose sobre todo en la espalda, rodillas y sus antebrazos cubiertos en vendas. Sin embargo, estos rasgos son poco pretenciosos si lo que se descubre a primera vista es su largo y abundante cabello; tan intenso cómo el fuego, cuya longitud cae poco más abajo de la cintura, con sus puntas amarillentas recogidas en una coleta.
Así pues, el par de ojos se delatan por un tono ámbar entre matices de rojo y dorado mezclados, resaltando la expresividad de sus gestos. Sus facciones son perfiladas, quizás un poco afeminadas. Porta las ropas típicas de su pueblo cómo algún abrigo, capa y botas, pero suele llevar alguno que otro accesorios de aparentemente poco valor, insignias dentro de su vida. Un pequeño anillo esmeralda yace colgando bajo su cuello, y una bufanda de lana vinotinto se enrolla en torno al mismo. Ambos los considera importantes.
La banda, representativa de su aldea, se sitúa encima de su cabeza y una extraña marca en la palma de su mano diestra.
La delgadez se ve cubierta por una tez clara, levemente pálida, marcada por pequeñas y casi indistinguibles cicatrices a lo largo de su piel, concentrándose sobre todo en la espalda, rodillas y sus antebrazos cubiertos en vendas. Sin embargo, estos rasgos son poco pretenciosos si lo que se descubre a primera vista es su largo y abundante cabello; tan intenso cómo el fuego, cuya longitud cae poco más abajo de la cintura, con sus puntas amarillentas recogidas en una coleta.
Así pues, el par de ojos se delatan por un tono ámbar entre matices de rojo y dorado mezclados, resaltando la expresividad de sus gestos. Sus facciones son perfiladas, quizás un poco afeminadas. Porta las ropas típicas de su pueblo cómo algún abrigo, capa y botas, pero suele llevar alguno que otro accesorios de aparentemente poco valor, insignias dentro de su vida. Un pequeño anillo esmeralda yace colgando bajo su cuello, y una bufanda de lana vinotinto se enrolla en torno al mismo. Ambos los considera importantes.
La banda, representativa de su aldea, se sitúa encima de su cabeza y una extraña marca en la palma de su mano diestra.
PSICOLOGÍA
Intrépido y benevolente. Un alma libre de corazón noble, indómito, que sigue lo que le place dentro del marco de sus ideales. Un ser chispeante y audaz, tan optimista como sagaz que demuestra elocuencia e ingenuidad a la par. Alguien transparente y compasivo pero un poco ingenuo de la realidad. A veces carece de humildad, aunque le sobra confianza hacia sí mismo y curiosidad de las cosas; quizás más de la cuenta.
Es risueño y gentil. Posee un buen sentido humor y se ve resaltado por su actitud excesivamente optimista, prefiriendo la sensatez y la diplomacia antes que la fuerza bruta. Por ello sabe guardar mesura y compostura si así la situación lo requiere, aunque no todo el tiempo. Su impredecible espíritu evoca los actos más temerarios e imprudentes.
Es un chico terco y perspicaz, con un agudo sentido del deber y de la justicia. Su actitud se caracteriza por ser descomplicada y un tanto pasional, con una bonachonería que le construye su particular vida de la manera en que lo prefiera. Las aventuras y los retos son su pan de cada día, distinguiéndose, por supuesto, ante ese inquebrantable espíritu inquieto
Es risueño y gentil. Posee un buen sentido humor y se ve resaltado por su actitud excesivamente optimista, prefiriendo la sensatez y la diplomacia antes que la fuerza bruta. Por ello sabe guardar mesura y compostura si así la situación lo requiere, aunque no todo el tiempo. Su impredecible espíritu evoca los actos más temerarios e imprudentes.
Es un chico terco y perspicaz, con un agudo sentido del deber y de la justicia. Su actitud se caracteriza por ser descomplicada y un tanto pasional, con una bonachonería que le construye su particular vida de la manera en que lo prefiera. Las aventuras y los retos son su pan de cada día, distinguiéndose, por supuesto, ante ese inquebrantable espíritu inquieto
Adlet Mayer || Rokka no Yuusha
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