¿Flores? ¿Donde?
Flor azul, espinas rojas... Flor azul, espinas rojas... Flor azul...
Misión en Solitario — Sunagakure — Por la mañana
El Sol de la mañana acaricia suavemente tu pecho, mientras recorre el mismo hacia tu cuello y mejillas, finalmente tocando con suavidad tus cerradas pupilas. El calor lentamente comienza a sentirse en tu piel, mientras de tu boca se desprende el típico sonido de todas las mañanas. La letra “Eme” parece alargar su sonido infinitamente, mientras elevas tu brazo izquierdo para cubrir, con el antebrazo, tus ya casi abiertos ojos. Tus apantandos ojos, apenas divisan la realidad que te rodea, intentas con tu diestra, a ciegas, alcanzar la ropa que hoy cubrirá tu cuerpo. Finalmente, el sonido del despertador inunda el momento de relax previo a que te levantes. Repentinamente, tu cerebro comienza a realizar su habitual sinapsis, recuenta los recuerdos, los cuales florecen en su consciente, acarreando más emociones que las de costumbre. Tu cuerpo realiza un rápido movimiento, colocando tu espina dorsal en forma vertical, a la vez que en tus labios se va posando una clara sonrisa. Ahora tu rostro refleja una inmensa alegría y tus ojos, un anhelo de superación. Pero todo es efímero, y tu cabeza, recuerda que aquel rápido movimiento debería de marearte. Todo gira a tu visión y apenas te has puesto de pie, que vuelves a sentarte en la cama para recuperar la compostura. Respiras hondo, llenando nuevamente de aire tus pulmones. Exhalas, y recuperas la compostura.
Un aroma suave inunda la habitación. Pareciera venir del piso inferior de la casa en la que vives. Tu Nana se ha levantado mucho más temprano que tu, posiblemente, y ahora llena los platos de un indescriptible manjar, el cual será tu desayuno, acompañado como siempre, con un te de muy buena calidad. Apuras tus movimientos para colocarte las prendas. Buscas con desdén a quien hoy, será tu compañero finalmente. El protector con el Símbolo de tu Aldea. Lo observas por unos segundos, aun no puedes creer que esté en tus manos; el examen no ha sido nada fácil, y lo sabes. Lo colocas en tu brazo derecho y lo atas con extrema precaución, no querrás perderlo por el camino. Si bien sabes que por tradición ha de ir en la cabeza, tu Sensei le ha comentado a la clase, que los Ninjas suelen acomodar su Protector en diferentes lugares. Bajas la escalera a paso apurado, tu estómago te recuerda que es momento de alimentarte. Un dulce canto entonado baila por tus oídos, tu Nana parece acompañar hoy también tu alegría. Te encaminas a la mesa, pasando por frente al marco que conforma la entrada a la cocina “-Ajam-”, se escucha suavemente, interrumpiendo su cantar. Frenas en seco y te diriges hacia ella, dándole un fuerte abrazo y un gran beso de “Buenos días”, pues los modales primero. Finalmente el desayuno está servido. Intercambian unas palabras, parece ser que tu Nana está alegre con los resultados del examen, y te incentiva en tu dia, pues hoy te asignan tu primera misión. Ayudas a la anciana a retirar las vajillas de la mesa, y te encaminas hacia la Academia.
El dia de hoy el viento es agradable, la brisa recorre las calles y callejones de la ciudad, apaciguando un poco el calor al cual los habitantes de Sunagakure, están acostumbrados. Observas con una sonrisa diferente a los comerciantes, quienes acompañan tu mirada con sus saludos incluso, algunos más allegados a ti o a tu Nana, te felicitan por tu logro en los examenes “-Sabia que lo lograrias-”, parece ser la frase del dia para ellos, pues tienen puesta sus esperanzas en la próxima generación de Ninjas. Lentamente el camino a destino se hace más corto, varios de los jóvenes van hacia tu mismo destino, sus miradas igualan a la tuya, expectantes, impacientes… Animados. Finalmente, frente a ti, se yergue la Academia, actualmente parece haber mucho movimiento dentro; observas como varios de tus compañeros de salón se aventuran a la Oficina y al Tablón de Anuncios, buscando hacerse con las misiones más llamativas. Tus ojos no pueden evitar comenzar la lectura. Varias te llaman la atención, varias son peligrosas y otras, no tanto. Sabes que la falta de experiencia puede ser perjudicial pues, aun la burocracia puede hacer que falles. Tomas unas de las misiones de Rango bajo, hoy realmente no quieres complicarte y nunca está de más aprender lo básico, ya tu Sensei te lo ha repetido más de una vez.
La lectura se vuelve amena, el objetivo de la misión es puro y determinará la felicidad de una pareja. Sunagakure se caracteriza por su clima árido, así fue de toda la vida, pues el desierto que rodea la Aldea, es basto. Aun así, muchos de los aldeanos han recurrido a lo largo de los siglos, a una agricultura concentrada. Importando tierra fértil a la aldea, y creando invernaderos pudiendo así aprovechar cultivos durante todo el año. No muy lejos de la Academia, se encuentra uno de los muchos puestos que se dedica a vender flores de temporadas, por lo que te diriges allí a buscar más información sobre la flor en cuestión. Intuyes, que posiblemente la Flor no se encuentre dentro de la ciudad pues, de ser así, el aviso no hubiera estado en primer lugar en el Tablón. La recepcionista del lugar es una joven muy bella, algunos años mayor a ti. Una reverencia acompañada de un “-Buen dia señorita ¿Qué desea?-” adornan la escena. Explicas con detenimiento las características de la Flor; a medida que más detalles salen a la luz, el rostro de la joven toma un matiz más serio, casi reflejando desesperanza. Te explica en tonos apagados, que la Flor en cuestión, es una especie silvestre, y que suele crecer en una de las mesetas cercanas a la Aldea. Aun así, en esta época del año se dificulta encontrarlas, ya que florecen en la cima de los pilares que decoran el Desierto. Entre lamentaciones y disculpas, la joven abre la puerta del local, esperando haber sido de ayuda. Y vaya que lo fue.
Es momento de tomar la iniciativa en este asunto, y pasar finalmente, a la acción. El camino hacia la Puerta Principal no es arduo, apenas parece haber transito el dia de hoy, y las caravanas de comerciantes ya se han instaurado en la Aldea por la mañana. Te acercas al Puesto de Guardia para presentar los papeles necesarios. Necesitas salir de la aldea por algunas horas y no puedes hacerlo sin permiso. Tras rellenar algunos formularios y corroborar la información, te diriges finalmente hacia tu objetivo. A unos pocos Kilómetros, se encuentra una columna, teniendo los conocimientos básicos en Jutsus, no se te dificulta subir hasta la Cima y, en el proceso, comprendes el por qué de que la misión se haya encomendado a la Academia. Una brisa fuerte arremete contra la columna, elevándose hacia su zona alta, aprovechas aquello para impulsarte un poco mas en velocidad y finalmente, llegar a lo alto. El primer impacto es visual, el campo de flores descompagina completamente con el Desierto que lo rodea, aun así, la belleza de los pétalos púrpuras danzando al compás del viento, es majestuosa. Te pones a la labor de terminar de armar el ramo. Armas un segundo, solo por precaución, no sabes lo que podría ocurrir en el camino.
Finalmente vuelves a la aldea, el camino de regreso es tranquilo. En la puerta y consciente de que has logrado completar el cometido, el joven dueño de la petición espera impaciente. Entre lágrimas de felicidad y gritos eufóricos te agradece el haber conseguido aquel ramo “-Pense que no lo tomarian en serio, pero agradezco tu ayuda, pequeña-” agrega finalmente, ante tu sonrisa. Una última parada debe ser hecha antes de finalmente volver a la Academia, y cobrar la recompensa por tus esfuerzos. Pasas nuevamente por la Floreria, la joven parece aún estar acomodando las cosas para abrir el local. Tu presencia la toma por sorpresa, pero esboza una sonrisa al ver el ramo que le llevas. Le comentas de tu aventura, mientras ella prepara un té, y le dices que sería agradable tener algunas de estas flores, a mano. Finalmente te retiras, agradeciendole su compañia. Una vez más te encuentras en la academia, orgulloso de haber terminado tu primer trabajo. Ha sido una experiencia maravillosa y has aprendido mucho sobre el mundo Ninja.
Por Tony en The Captain Knows Best
- Descripción de la Misión:
- Descripción: Yuki es un esposo muy enamorado de su esposa, y ha planeado regalarle flores el día de su boda, pero quiere flores raras, que sean únicas, así como el amor que las rodea. No sería algo digno de un ninja si no fuera porque sunagakure no se caracteriza por tener mucha vegetación, pero debes apañartelas para recoger las flores púrpuras y blancas que Yuki quiere darle a su esposa. Recoge suficientes flores para hacer un hermoso ramo. Yuki te estará esperando en la entrada del pueblo.
Localización: Sunagakure
Objetivo: Deberás encontrar flores púrpuras y blancas a toda costa, hacer un ramo y entregarle el ramo a Yuki.
Recompensa: 300 - 650 Ryus
Nota: -
Ninja: Hozuki Shio